lunes, 12 de febrero de 2007

PIURA Y EL OFICIO MAS ANTIGUO DEL MUNDO

Por: Miguel Godos Curay

La prostitución en Piura es tan antigua como la ciudad. Entre las mujeres de vida aireada que llegaron con los conquistadores estaba Margarita una negra que era la favorita de Almagro y que probablemente por sus atributos y licencias que a todos dispensaba provocó más de un contagio venéreo. Según el historiador don José Antonio del Busto entre las primeras busconas o rameras que llegaron al Perú y debutaron en Piura están Juana Hernández. Otra fue María de Toledo que ejercía la prostitución en la villa de la Plata, donde era conocida como “mujer de amores”.

De Juana Hernández se sabe conforme al testimonio de Diego de Trujillo que llegó con Hernando de Soto y lo hizo desde Nicaragua viajando entre los soldados. Como anota la crónica era villana a la que no se le guardaban respetos porque vivía entre la tropa siguiéndola en los campamentos y ofreciendo sus servicios generosos pues era ramera de profesión. Piura no tiene buena fama en lo que al arte divertido de la verija se refiere. En plena colonia Terralla y Landa muestra humorísticamente las negras virtudes de los piuranos: “ Que descanses en Piura/ Ciudad con visos de pueblo/ Benéfica solamente/ Para el contagio venéreo”.

Lo que posteriormente refiere Terralla puede herir las truculentas virilidades locales. “Veras ciertos maricones/ Plaga del clima limeño/ Con voces afeminadas/ Cotillas y Barbiquejos. Veras muchos alcahuetes/ del uno y del otro sexo. / Muchos casados de Honor/ Verás allí no lo niego,/ Pero también verás mas/ Que en su vida lo tuvieron.” El poeta se refiere a la gonorrea y a la sífilis tan populares en Piura.

En el siglo XIX la prostitución creció explosivamente en Paita a consecuencia de la presencia de la flota ballenera americana. Ricardo Palma recuerda el famoso barrio de Maintope o maintop ( barrio de la cofa) famoso por sus pulperías, la hospitalidad barata y los burdeles. Un viajero francés que visitó Paita en 1836 recuerda que las más hermosas mujeres que disfrutaban del relajo porteño eran piuranas. Charles Morgan , famoso capitán de un ballenero, refiere en 1843, que se permitía las visita de las damas a bordo en donde se daban inolvidables parrandas. Este recurso disuadía leas deserciones de la marinería y evitaba levantamientos. Según el cónsul norteamericano en aquel entonces la población femenina de Paita era superior a la masculina.

Una vieja receta recomienda para combatir la gonorrea y la sífilis mal al que se le llamaba “fiebre femenina” baños de arena caliente en Colán acompañadas de infusiones de zarzaparrilla que crecía silvestre a orillas del Chira. Sin duda el puterío inmortal de Piura fue la “Casa Verde” que sirvió de inspiración a Vargas Llosa. ¿Dónde estuvo ubicada la Casa Verde?. Unos dicen que cerca de los arenales del barrio sur . Otros hablan de un barrio poblado de picanterías en Tacalá.

Parte de la historia de Piura son “el Siete” y “el Siete y medio”. Estos lenocinios surgieron a consecuencia de la prosperidad algodonera y en sus mejores momentos contaban con una rockola ruidosa y cocina para saciar el apetito de los parroquianos. Otro fue el Viduque, camino a Catacaos, que en sus mejores tiempos congregaba hacendados y caporales. Se bebía Wisky en porrones y las más ricashembras de Lima y el Ecuador se congregaban en sus juergas.

Hoy la prostitución ha crecido y se ha apoderado del céntrico jirón Loreto en donde ya no es necesario el diálogo complaciente de la autoridad sino una decisión firme que permita enfrentar este problema social y sanitario serio que como ayer podría convertirnos en millonarios de penicilina y portadores gratuitos de la peste rosa cuyo azote no tiene fronteras.

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