sábado, 22 de noviembre de 2014

BRUNO Y SU ENTRAÑA REGIONAL

Por: Miguel Godos Curay

Mis hijos lo recuerdan con sus ojos azules hablando en un balbuceado español y francés. Con él mantuve una fructífera amistad que tenía como común denominador los libros y periódicos de Piura y sobre Piura, posteriormente  mantuvimos a tope un vivo interés tras la edición de Cataccaos de Jacobo Cruz Villegas, el Atlas Regional de Nicole Benrex y el Compendio Bibliográfico Regional un vademécum sobre Piura que trabajó al lado de Jorge Requena. Sumemos a ello su copiosa producción. Por eso duele e indigna que en una pretenciosa historia del libro piurano se ignore este esfuerzo, silencioso y sin estridencias, pero fructífero para la cultura regional. Bruno fue un pionero de ese esfuerzo por editar libros sobre Piura. Los libros no son la cosmética de la vanidad.
A ello se sumaron las reuniones de trabajo de Propuesta Regional en la redacción de Correo y el acompañamiento del proceso de reconstrucción de Piura tras el Niño catastrófico de 1983. En aquellos días tras la inundación de La Arena y sobrevolando en helicóptero el cauce desbocado del Piura comprendimos como lo dijo Alicia Benavides que tras la tragedia la solidaridad tiene nombre propio. Alicia, a quien acompañé, enviada por Caretas para  cubrir  los embates de El Niño trajo un bolso con plátanos para consumir en el camino. Conmovida los entregó a unos churres que habían dormido ensopados por las lluvias. El mayorcito los repartió, trozo a trozo, entre los más pequeñitos y se dejó para el las cáscaras.

En otras ocasiones recorrimos el Bajo Piura, impulsamos  un encuentro internacional de Bibliotecarios de Piura junto a Anahí Baylon y Birgitta Verdall la Presidenta de   la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA). Organismo internacional que representa los intereses de los servicios bibliotecarios y de información y de sus usuarios. En esta tarea se confundió con Carmen Checa de Silva inolvidable bibliotecaria y amiga.  Piura y su Biblioteca Pública y el recinto académico de la Universidad de Piura fueron excelentes anfitriones para los debates académicos de esta jornada por las bibliotecas a vísperas de la irrupción explosiva de Internet.
Bruno, era un  genuino espíritu investigador apasionado por la tierra, la agricultura, los procesos políticos y la mejora de las condiciones de  vida. Bruno fue uno de los jesuitas fundadores del CIPCA,  sin duda, su conocimiento y erudición convirtieron al Centro de Documentación en el referente obligado para cientos de tesis e investigaciones sobre el tópico regional. Con Laura Hurtado Galván las referencias sobre Piura se convirtieron en un derrotero sistemático y hermenéutico. Otra de sus pasiones fue el mar, sobre la caza de cetáceos y  la presencia en Paita de Herman Melville mantuvimos amena conversación y intercambio de datos.

Aún conservo una Antología de Alfonso Reyes que me trajo de México y fue un acierto para un empedernido lector. Sus huellas en el Cipca y en Cutivalú son un tránsito irrepetible por la vida del que se tienen que nutrir los nuevos y recientes. Son muchos los amigos que se suman a esta lista de ausencias Carlos Schmidt, Vicente Santuc, Ricardo Castillo y Miguel Abramonte. El XIV  Seminario Permanente  de Investigación Agraria (SEPIA)  realizado en Piura en el  2011 recogió mucho de su pasión por la agricultura y sus dinámicas territoriales. Miguel Abramonte, partió en plena organización del evento.
Con Bruno Revesz, el debate prospectivo se anticipó a los conflictos pendientes entre agro y minería. La descomposición de la propiedad  agraria y el  descomunal mercado de tierras han demostrado a la luz de las dinámicas territoriales que la voracidad prosigue sin que hayamos determinado con claridad el costo energético de producir etanol y la necesidad de preservar la agricultura alimentaria. Nuestros cultivos de algodón languidecen aplastados por el descomunal mercado chino. Piura se abre paso a nuevos cultivos como la uva para exportación, el mango, el pimiento piquillo y el espárrago. Los pequeños productores tienen que cohesionarse frente a la aplanadora global. Juntos todos somos, unidos todo lo podemos. Desunidos somos nada. Ni siquiera una Coca-Cola en el desierto. La globalización a todo costo no es una cosecha de productores sino una explosión adictiva de consumidores. Bruno, el silencio selle con profunda admiración este recuerdo anclado en la invisible lealtad del corazón.

LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA

Por. Miguel Godos Curay

Universidad es comunidad, alteridad, solidaridad y responsabilidad. Ejercitar el magisterio  requiere preparación frente a la improvisación. Pero también capacidad de reconocer los errores propios para poder señalar los ajenos. La universidad marca el rumbo y conduce a la sociedad. No puede ir en la cola con la música ajena. Su ritmo es el de la vida y la apoptosis propia de las células que mueren al cumplir con su función es parte de su proceso de selección natural.
Por eso los procesos de acreditación no pueden ser muchos carteles y poca acción. Carteles necesitan las corridas de toros y las ferias. La universidad requiere compromisos consensuados de todos sus estamentos. La acreditación empieza con los responsables del aseo de las aulas y acaba en la discusión franca y abierta de los docentes y los propios estudiantes. Unos son los que enseñan y otros los que reciben estas enseñanzas pero no son repositorios en el que se depositan los contenidos. No es así. Nunca fue así. En  la academia primó el discurso persuasivo y la confrontación de las ideas. Algo así como probar el oro con el aguafuerte de la certeza. Sin discusión acabamos en un diálogo de sordos y en un asentimiento comedido de yeguas y caballos.  
La universidad desde sus orígenes es política. En ella adquirió su forma más prístina el Perú como nación. Negarlo equivale a desconocer que la biblioteca de un ilustrado como Hipólito Unanue tenía entre sus más preciados libros la enciclopedia de los ilustrados franceses y  El Espíritu de la les leyes de Montesquieu. La universidad asistió al nacimiento la república peruana. Es cimiento del espíritu nacional. Por ello no puede sustraerse del conocimiento de la realidad nacional. La universidad interroga, diagnostica, analiza y propone con espíritu crítico. No es una isla solitaria en la que viven alejados del mundo los que leen y los que piensan. La universidad es prospectiva porque tiene capacidad de anticipación y conjetura futuros. Advierte a la sociedad lo que hay que hacer mejor y lo que hay que dejar de hacer porque destruye el entorno.

Siendo excluyente de quienes no tienen merecimientos intelectuales no puede ni debe ser exclusiva, ni discriminatoria. Ahí todo conocimiento parte de la experiencia (ἐμπειρικός) para dar luz a la técnica (τέχνη) y con estos conocimientos elevados a la reflexión más compleja construir la ciencia (ἐπιστήμη). El conocimiento no tiene ninguna utilidad sino se aplica o se incorpora a la cogitación humana. Sirve además para adentrarnos a la metafísica, a la especulación sobre el sentido último de las cosas. Permite pensar sobre lo pensado y nos ayuda a construir con verdades el camino y el propio sentido de la libertad y la justicia.

Es una falacia pensar que la universidad acaba en el protocolo solemne de la entrega de un título que avala el curso de una carrera. El título per se no ejercita la ciencia. Es una certificación de suficiencia pero no es la ciencia. La ciencia habla con actos y verdades demostradas. Con soluciones aplicables a todas las posibilidades de las dificultades humanas. La ciencia fácil no es ciencia. El humanismo genuino es expansión de la libertad de pensamiento, creación, ejercicio intelectual. El ámbito de impacto directo de la universidad está en los círculos concéntricos de su proximidad. Ella impacta sobre la vida de las personas porque crea niveles de aspiración, impulsos de mejora y deseos impostergables de progreso. Impacta sobre las escuelas desde su nivel primario hasta la secundaria, promueve  mejoras en los docentes los mueve  a la calidad académica, también influye en las empresas a las que formula propuestas viables y posibles. Su relación fructifica de modo amable porque ambas se necesitan. Si la universidad no tiene vínculos  con su entorno. Se convierte en una ínsula Barataria, que como la prometida por don Quijote a Sancho “no es movible ni fugitiva”.

La universidad necesita una Defensoría Universitaria que no haga oídos sordos a las demandas y las quejas de los estudiantes. Porque las malas prácticas no se han erradicado aún de la Alma Mater. La universidad no es una cátedra de la lujuria para la pervertida pretensión de quienes abusan de los estudiantes extorsionándoles con el acoso, los pagos bajo la manga y el mercadeo inescrupuloso de su presunta producción intelectual. Todavía menudean los viajes de estudio que no lo son y los cursos de reforzamiento inventados para esquilmar los bolsillos. Los estudiantes no están exentos de la estafa desembozada de malos servidores administrativos que forman redes de corrupción para traficar evaluaciones y certificaciones. La Defensoría Universitaria no está en la nueva Ley Universitaria pero es necesaria para zurcir la confianza  en la honestidad y el respeto elemental a los estudiantes. El Defensor Universitario no sólo debe ser capaz de acoger los reclamos, también de tramitarlos por elemental sentido de justicia y reparación.

La universidad como institución prestigia a la ciudad. En la vieja Irlanda cristiana, durante más de dos mil años el maestro-poeta fue también el historiador, el médico, el músico, el mago, el profeta, el Juez Supremo y también el consejero de los Reyes. Los sabios e inteligentes de la academia están llamados a ejercitar estos cargos de responsabilidad. Y no pueden sustraerse de esta responsabilidad ética y profesional. Al que sabe hay que pedirle que guíe y enseñe. En los pueblos donde se lee poesía curiosamente la inteligencia prospera y la armonía social se construye. La palabra poesía en griego viene de poiesis que significa hacer que ocurra algo extraordinario. Y los pueblos aspiran a tener una universidad que contribuya a logros extraordinarios. 

UNA BIBLIOTECA UNIVERSITARIA

Por: Miguel Godos Curay

Una biblioteca concurrida con multiplicidad de horarios es una catedral viva del conocimiento. Ahí viven y disfrutan los estudiantes con ambientes adecuados para el estudio. Los empleados cooperan con todos ellos para hacer el mejor uso de los libros y colecciones. La biblioteca necesita silencio, ventilación y adecuada iluminación para los que estudian. Ahí la vida universitaria transcurre apacible como parte de la vieja tradición intelectual de occidente.

Los ordenadores, la pc y laptop son valiosas herramientas pero no son sustitutos de los libros. Los libros tienen vida propia, son maestros que hablan directamente a las inteligencias y sin intermediarios. Los buenos maestros aman los libros y los comparten. Los estudiosos los fichan en busca de sus significaciones profundas. Los indiferentes  los tratan como carga pesada para regocijo de sus sobacos. No los abren. No los leen y cuando los hurtan los venden en los mercados.
Pero hay también esos acopiadores de libros que nunca leen y sólo los adquieren para satisfacer su egolatría y vanidad. Como no leen no están enterados de lo que dicen sumergidos en una pereza intelectual plagada de bostezos y presunciones. Tampoco permiten que otros  lean y los libros sufren en su soledad a la espera de lectores adoptivos que los usen y los amen. Son coleccionistas de autores nunca leídos, alcanforados y con los bolsillos llenos de naftalina. Los conoceréis por sus  uñas largas para levantar en un santiamén un libro que los tienta. Otros los piden, porque a su labia y entender, les hace tanta falta. Estos son ratas de biblioteca disfrazadas con cuello y corbata. Son una amenaza para las universidades.  Hablan mucho de los libros que tienen pero nunca de los conocimientos que han aprendido.
La universidad tiene que leer a cada instante y motivar a los alumnos para que lean. Si los docentes no leen la misma actitud asumirán los estudiantes. Arrastrados por sus celulares y el síncope de la comunicación por Facebook. Ahí en donde hay mala ortografía se practica poca lectura. La universidad en todas sus acciones tiene que ser consecuente con su prédica. No tendría sentido una universidad ecológica en la que los estudiantes  se movilizan en buses y autos que contaminan cuando bien podrían utilizar las bicicletas. En Asia y Europa la bicicleta es el ejercicio saludable de los jóvenes universitarios.
Aquí la comodidad y el facilismo abultan el vientre obeso y las ancas pronunicadas de los que se resisten a caminar y a usar la bicicleta. La universidad y la bicicleta son amigas, se complementan porque están hechas para la vida sana y saludable. Una universidad que valora sus áreas verdes, las cuida, las preserva y las mantiene. No las destruye, la naturaleza no se condice con el cemento que ni siquiera permite respirar a la tierra. Los árboles oxigenan a los cerebros que piensan, atraen a las aves migratorias que anidan en sus ramas. En los espacios verdes no se regodean las aves y los reptiles. Newton intuitivamente descubrió la teoría de la gravedad al  caer una manzana cuando reposaba en un jardín.
La universidad es orden y se opone al desorden y al caos. A perder el tiempo con vicios inconfesables, la timba y el vaho de la marihuana. Ahí donde permitimos que los malos y deshonestos aniden abrimos las puertas para el desaliento y el fracaso de los que destruyen el mobiliario porque  los estúpidos creen que los bienes del Estado no se cuidan. Tras el desplome del estado de bienestar en Europa sabemos que todo tiene un costo y la peor consecuencia de tener estudiantes mediocres es la de incorporar al paisaje de la vida académica a los desmejorados y a quienes ingresaron a la universidad  como remedio consuelo proyectando la imagen de un academia que convive con los de cerebro desnutrido y que de alguna forma u otra parasitan las aulas de manera insoportable.
La universidad tampoco puede acoger a todos. Y las universidades que acogen a los no ingresantes de las universidades públicas funcionan más con el objetivo de un negocio altamente rentable en donde  los clientes  no soportan la exigencia del estudio y el esfuerzo. A largo plazo esa negligente actitud tiene un costo social enorme. Algo así como entregar brevetes de conductor a quienes no conocen las elementales normas de tránsito y pueden atropellar a la propia sociedad con sus ex acciones. Un universitario requiere una formación integral que se exprese en el dominio de idiomas y en los buenos modales que lo instalan sin frustración en una sociedad que demanda de ellos con denuedo. Una universidad de resentidos que ejercitan la crítica desde el rincón de las ánimas no sirve nada. No puede exigir democracia el que no la práctica. No pueden pedir decencia los corruptos, los favorecidos, los que medran y los lameculos. Definitivamente no. La universidad requiere inteligencias y espíritus sensibles a todas las expresiones de la cultura y el arte. La universidad no puede preciarse de inteligencias cerradas al arte y la belleza. La universidad no puede preciarse de inteligencias cerradas al arte y la belleza. A los obtusos y cacasenos.

LA UNIVERSIDAD ES LO QUE NO ES

Por: Miguel Godos Curay

Miguel Godos sostiene que el periodismo y la universidad son lo que no son
La universidad, como el periodismo, es lo que no es. Imparte conocimiento sin límites y sin fronteras. Su función esencial es formar con responsabilidad a quienes acuden a ella en pos de conocimiento. No es y no puede ser una agencia de empleos, un negocio movido por los resortes del beneficio propio porque el bien común no es un fin en sí mismo. En la universidad se aprehende a hacer mejor las cosas. Se enseña ciencia jurídica y  se aprende derecho pero no para torcer las leyes. La universidad es una comunidad inteligente y función esencial de esta capacidad humana de resolver y crear problemas. No puede ni debe ser una comunidad de astutos que se solazan porfiada y contumazmente en su provecho.

Función propia de la universidad es la producción intelectual. Una universidad sin libros es como un árbol sin hojas. Los libros son  como las monedas en la sociedad del conocimiento.  En dónde vale más el que sabe más no el que tiene más. Y a partir del extraordinario valor de las ideas se construye la arquitectura del pensamiento y la genuina acreditación como proceso sostenible. Una universidad con alumnos y docentes que leen, piensan y escriben es superior a otra de iletrados prendados del facilismo  y de la engañifa de un título inmerecido. Un docente que no lee hace mucho tiempo se convirtió en un  fósil intelectual en un bueno para nada. En cambio el que lee está en la cresta de la ola. Sabe debatir sin apariencias y pensar con  originalidad sus propuestas.
La acumulación de títulos es como el cascabel que suena mucho pero que no aporta soluciones. Es decoración más que realización. Es algo así como pretender explicar la pobreza en la pizarra sin la posibilidad de asomarse a la realidad oronda y lironda. Es presumir de bomberos con mangueras de aire. O pretender conocer la fisiología humana con modelos de jebe. Bienaventurado el jebe que aparenta y engaña. No se conocen los secretos de la anatomía sino te adentras con el escalpelo en los insondables misterios de la naturaleza humana. La ciencia no tiene ni hora calendario.
En Europa y en Asia los laboratorios de las universidades permanecen abiertos todos los días porque ahí están los científicos y los estudiantes investigadores. No son buenos los laboratorios sometidos al modo de ser burocrático de las instituciones. Permanecen cerrados porque nadie quiere entrar a encontrarse con la ciencia y se quieren salir para prolongar el recreo. Algo así como tener instrumentos musicales y no usarlos en la interpretación como paso previo a la creación. Si las universidades permanecen sucias  es porque nadie les enseñó el arte de la higiene y el aseo. Aquí no funciona ni el orden ni el concierto. Es el mundo del desconcierto en el que los subordinados hacen lo que quieren, Más de lo mismo apoltronados y ganados por las malas prácticas.

¿QUE UNIVERSIDAD QUEREMOS?

Por: Miguel Godos Curay

La universidad en su significación esencial es la comunidad del conocimiento. Le es consustancial el saber y la ciencia. La producción intelectual es su primera obligación. Pero también es  fundamentalmente expresión viva de la democracia en donde se procesan racionalmente las discrepancias y las disidencias. En ella el pensamiento y la idea adquieren dimensiones múltiples y dan vida a propuestas racionalmente aplicables a las demandas de la sociedad. La universidad debe por ello vincularse con las empresas que  pueden brindarle su patrocinio económico para  la realización de investigaciones. La investigación es una condición imprescindible e inagotable. Quizás el valor que añade coherencia a la razón de la universidad. El complemento directo de la autonomía universitaria es la búsqueda de la verdad y la construcción de la ciencia.

La universidad no envejece pese al paso de los años porque su sustancia es la juventud  que inocula vitalidad y rebeldía en su torrente sanguíneo. Rabia frente a la injusticia pero también propuesta para ayudar a mejorar las condiciones de la sociedad.La universidad domesticada, quieta, estacionada no es universidad. Por ello la actuación académica exige responsabilidad. Los estudiantes pueden pasar por alto todos los defectos y la apariencia de sus maestros. Pero no soportan la impuntualidad, el fiasco y el cinismo.
La universidad se nutre en la proximidad de los pasillos donde maestros y alumnos dialogan, discrepan y se nutren de lo nuevo aprendido. Un maestro que no lee, que no indaga ni investiga. No tiene nada nuevo que enseñar y ha agotado su capacidad de aprender. Un maestro que no lee es un analfabeto funcional. Un estudiante que lee es producto de maestros que leen y una comunidad  de maestros lectores es producto de una universidad vigorosamente conectada al mundo del conocimiento. Si esta desconectada lastimosamente no puede motivar en sus estudiantes esa admiración por el saber y esa pasión incontenible por la lectura. Hay estudiantes que pasan por la universidad, lamentablemente la universidad no se incorpora a sus vidas.
La universidad requiere laboratorios, bibliotecas, aulas, parcelas para la prácticas agrícolas en todos estos rincones se aprende. En el orden y la reciprocidad de los servicios a los estudiantes. La universidad flota hasta en la actitud de los que cumplen las funciones  de limpieza. Son de alguna forma expresión de un trabajo  humano de calidad. Si este trabajo es deficiente es porque los actores principales de esta experiencia humana fallan en el ejercicio de su magisterio. La universitaria es sustancia pedagógica hasta en su propia médula. Se educa  con el ejemplo y se enseña con la vida.

sábado, 8 de noviembre de 2014

LA RONDA PIURANA DE CHICHO MOHME SEMINARIO



Por: Miguel Godos Curay

Gustavo Mohme Seminario flamante presidente de la SIP.
La noche del viernes con luna llena y concurrido auditorio en torno a la piscina del hotel Río Verde se realizó el séptimo concierto de la Gran Rondalla Piurana en homenaje a Gustavo Mohme  Seminario flamante  presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa. La noche fue de canciones del  repertorio americano y peruano, condecoraciones y memoriosas mociones de saludo. Gustavo hizo un recuento de su vida  desde aquellos lejanos tiempos sin ruido en el que   se recorría Piura sin congestiones, sus estudios en el San Ignacio, las incursiones en busca de las buenas mozas de Santa Isabel  y posteriormente el obligado viaje a Lima en donde  Gustavo Mohme Llona, su padre, desarrollaba actividades empresariales en el sector construcción.

En Lima, recordó, estudió  y se graduó en ingeniería industrial en la Católica, posteriormente y durante veinte años se dedicó al periodismo al lado se padre.  Por eso, explicó, la presidencia de la Sociedad Interamericana de Prensa es producto de estas dos décadas  de labor entre el aroma del  papel y la tinta. Un pasaje anecdótico  que refirió  es lo que le sucede a cualquier  piurano cuando va a la capital. El frío y la humedad  entumecen e incomodan razón por la que diariamente confeccionaba plantillas de papel con las páginas de El Comercio. De modo que  la vida tiene desenlaces impredecibles.

La contienda entre El Comercio y la República, prosigue.  La demanda de amparo contra la concentración de medios escritos en el país, presentada por grupo de periodistas encabezados por el desaparecido Enrique Zileri Gibson el pasado diciembre del 2013 fue admitida por Poder Judicial. El Cuarto Juzgado Constitucional de Lima, a cargo de Lizy Béjar Monge,  dispuso la inmediata admisión, mediante resolución fechada el 27 de diciembre. Ambos grupos concentran hoy televisoras, radiodifusoras y el volátil espacio de Internet. En donde La República ocupa un primer lugar de lectoría.

La Constitución de 1993 establece que “las empresas, los bienes y servicios relacionados con la libertad de expresión y comunicación, no pueden ser objeto de exclusividad, monopolio ni acaparamiento”, sin embargo, el asunto es materia de discusión y debate por donde se le mire. Mohme Seminario es heredero de su padre un batallador incansable por la democracia. Como sostiene Gustavo Gorriti, Mohme Llona pagó un precio alto por su coraje contra la inmoralidad. Contra él se lanzaron un torrente de inmundicias escritas con el afán pervertido del descrédito y destrucción moral en su contra. Finalmente, este piurano de agallas se mantuvo firme hasta su muerte.

Mohme Seminario  al frente de la SIP tiene planteados enormes desafíos por un lado la irrestricta defensa de la libre expresión y las amenazas para el ejercicio del periodismo honesto: El narcotráfico y la corrupción. Un asunto que no se puede pasar de largo es el relacionado con la concentración de medios en un momento en el que se pretende, quiérase o no admitir el monopolio de la opinión pública bajo la presunta afectación de la libertad de empresa.

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) es una entidad sin fines de lucro dedicada a la defensa y promoción de la libertad de prensa y de expresión en las Américas. Está compuesta por más de mil 300 publicaciones del hemisferio occidental; y tiene sede en Miami, Estados Unidos. Según el reporte de la SIP en el 2014 son hasta el momento 18 los periodistas asesinados. En estos crímenes que afectan el derecho a la información y la lucha contra la corrupción. Las estadísticas pavorosas son las siguientes: México (5), Brasil (3), Honduras (3), Paraguay (3), Colombia (2), El Salvador (1), Perú (1). La SIP constantemente denuncia y condena  las acciones de censura, discriminación y represión a los periodistas por parte de algunos gobiernos tal como sucede actualmente en Venezuela y Argentina.
Una de las batallas, silenciosas y enérgicas de la SIP es la lucha contra la impunidad. 
 
El Perú aún no  ha esclarecido la muerte de los periodistas  Alberto Rivera Fernández, Antonio de la Torre Echandía, Hugo Bustíos Saavedra y Miguel Pérez Julca. El periodista y ex diputado Alberto Rivera Fernández  fue asesinado, el 21 de abril de 2004. Según refieren sus familiares aquel día, luego de concluir su habitual programa Transparencia, en radio Frecuencia Oriental, en Pucallpa, el también presidente de la Federación de Periodistas de Uyacali pasó a cerrar su local comercial. Circunstancia en la que dos sicarios se le aparecieron disparándole al pecho. Rivera cayó herido de muerte. Desde la fecha hasta hoy la familia clama justicia.  Antonio de la Torre Echandía, Periodista de un noticiero de Radio Orbita, Yungay, provincia de Yungay, Ancash. También fue victimado tras haber efectuado serias denuncias que comprometían seriamente a las autoridades locales. Sin embargo, la Corte Superior absolvió al presunto victimario.

El caso del periodista y Corresponsal Revista Caretas, en Huanta, Hugo Bustíos Saavedra Ayacucho; director de las emisoras Radio Amauta y Huanta 2000, y presidente de la filial local de la Asociación Nacional de Periodistas.  Es realmente un novela de terror .La 2ª Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema, presidida por el doctor Javier Villa Stein, ratificó el 3 de septiembre de 2008 la condena de 17 y 15 años de cárcel al coronel EP (r) Víctor Fernando La Vera Hernández y al teniente coronel EP (r) Amador Armando Vidal Sambento, por el asesinato del periodista Hugo Bustíos Saavedra y la tentativa de asesinato de su colega Eduardo Rojas Arce.
Además, dispuso el aumento de 50 mil soles a 100 mil soles el monto de la reparación civil que deben pagar los militares incriminados a los familiares de Bustíos. El tribunal también estableció que todo resarcimiento debe guardar proporcionalidad con el daño causado. El 24 de noviembre de 1988, Hugo Bustíos, corresponsal de la revista Caretas, y su colega Eduardo Rojas Arce, corresponsal de la revista Actualidad, pidieron permiso a los militares para cubrir la noticia del asesinato de una familia a manos de Sendero Luminoso. Sin embargo, en el trayecto ambos periodistas fueron emboscados y Bustíos cayó gravemente herido. Antes de esconderse, Rojas pudo ver a un militar acercarse al herido y colocarle un explosivo en el tórax. En Jaén  el periodista Miguel Pérez Julca Conducía el programa “El Informativo del Pueblo”, en Radio Éxitos. Julca fue ultimado para acallar sus denuncias.

La señora luna  con su abanico de plata, convidada  a este concierto, se emocionó con las sentidas notas de “Nunca me faltes” de Miguel Correa y como lo dijo con profunda emoción piurana Mohme Seminario. Repitiendo la letra de Rosal Viviente de Miguel Ciccia Vásquez:  ”Piura, es el recuerdo eterno de los años bellos de mi juventud/es el alma que canta,/el corazón inquieto por volver a ti/es la avenida Grau,/el puente viejo y la picantería/es el calor de amigos,/es el calor de  amor….”

lunes, 3 de noviembre de 2014

MAYNARD Y LA MUERTE POR COMPASION

Brittany Maynard en su póstuma visita a Machu Pichu  

 Por. Miguel Godos Curay
Las últimas palabras de Brittany Maynard (29) son conmovedoras y estremecedoras. Esta valiente jovencita decidió el pasado sábado poner fin a su vida por decisión voluntaria y legal. Su determinación se produjo tras el anuncio de una muerte lenta consecuencia del cáncer terminal al cerebro que la consumía. Maynard murió este 1 de noviembre  “como quería, en paz, en su dormitorio, en brazos de su seres queridos”. Divulgada la noticia en las redes suman  metros los comentarios a nivel mundial. Algunos con el deseo compasivo de un buen viaje otros polemizando desde su personal posición religiosa sobre el tema.

La discusión es en sí una confrontación ética sobre el sentido de la muerte. Según el filósofo cristiano Luis Aranguren  (1909-1996)  hay cinco tipos de muerte. 1) La muerte eludida, 2) la apropiada, 3) la absurda, 4) la negada, y 5) la buscada. La muerte desde el punto de vista existencial es un elemento constitutivo de la vida. Resulta también innegable decir: diariamente estamos muriendo. Por eso la muerte es pre-ocupación. Nos preocupa la muerte frente a nuestra aparente indiferencia. Todos contemplamos el futuro sin el ingrediente doloroso del morir.

Por eso a los muertos se les cubre el rostro y se les retira para la parte trasera de las clínicas y hospitales. Hoy se ha extendido la costumbre de la cosmética funeraria para mostrar la faz que tenía en vida el extinto. La vida es provisional, la muerte es definitiva. Cualquier proyecto de felicidad personal se evapora  en la nada con la muerte. Epicuro no se cansaba de repetir que él y la muerte eran incompatibles. Mientras yo viva, la muerte no está en mí y cuando la muerte venga ya no estaré. En esencia, no morimos para nosotros sino para los otros. La muerte es el final del proceso fisiológico natural que acontece al hombre. La muerte cristiana reposa su esperanza en la resurrección. El dolor que consume al enfermo participa  de la redención de Cristo en la cruz. La muerte es un proceso de tránsito que culmina ante Dios principio y fin de todas las cosas.

Para Sartre es la aniquilación de las posibilidades humanas de ser. El que muere "se ha ido" lo que sobreviene es el proceso de corrupción del cadáver. Cadáver es en buena cuenta despojo. Alimento para los gusanos. Advierte Aranguren, como dice San Pablo: Ninguno muere para sí mismo, morimos para el Señor. Porque morimos ante Dios y para Dios la muerte tiene sentido. Según Aranguren el hombre y la mujer son agentes de sus actos categoría que corresponde también a los animales, en segundo lugar son autores de los mismos pues podrían optar libremente por unos y omitir otros. Finalmente es actor de su vida y por extensión de su muerte. La vida humana en una primera instancia  apropiación moral de nuestros actos. Con la muerte este proceso se  acaba. Todo lo que teníamos deja de pertenecernos.

La última carta de Maynard es una declaración personal de consolación. “Adiós a todos mis queridos amigos y familiares a los que quiero. Hoy es el día que he elegido para morir con dignidad, afrontando mi enfermedad terminal, este terrible cáncer en el cerebro que me ha quitado tanto… pero me habría quitado mucho más”, dice el mensaje. “El mundo es un lugar hermoso, viajar ha sido mi mejor maestro, mis amigos más cercanos y mi familia han sido muy generosos. Incluso tengo un círculo de apoyo alrededor de mi cama mientras escribo… Adiós mundo”.

Maynard  poco antes de morir impulso una  campaña por la muerte digna y suicidio asistido en Estados Unidos. Residente en Oakland, California, se mudó a Portland, en el estado contiguo de Oregón, para poder suicidarse con asistencia médica, ya que ese es uno de los cinco estados del país que  permite esta práctica. Maynard se mudó allí con su familia para poder recibir legalmente, por su propia voluntad, una prescripción médica de drogas que acabaran con su vida. La ley de la muerte digna de Oregón rige  desde 1997. Desde su puesta en vigencia hasta la fecha son mil 200 personas las que han recibido asistencia para quitarse la vida y  más de 750 los que han optado por esta forma discreta de suicidio. El objetivo de hacer pública la decisión de Maynard es  la extensión  de esta medida en todo el país.

domingo, 2 de noviembre de 2014

EL CLOWN MINISTERIAL Y LA CAMISA DE FUERZA

Por: Miguel Godos Curay

Ministro de Interior Daniel Urresti Elera
El desalojo de Cajamarca seguido de la muerte de Fidel Flores un ciudadano pertrechado con su familia en un inmueble cuyo desalojo era inminente. El protagonismo grotesco del ministro Urresti sumado a la deteriorada imagen de la Policía Nacional. Despinta de cuerpo al gobierno poco dispuesto a resolver el serio y extendido problema nacional de la inseguridad ciudadana. La guerra contra el delito se le fue de las manos al ministro tan involucrado con las redes de la corrupción montesinista  y tan controvertido   como Benedicto Jiménez,  el héroe del GEIN (Grupo Especial de Inteligencia de la PNP) que capturó a Abimael Guzmán el 12 de septiembre de 1992. Hoy convertido en el guasón de la  película.
La corrupción socava institucionalmente a la PNP. El mal no sólo afecta a los altos mandos en donde se negocian  ascensos y la composición de la pirámide del poder. También a los cuadros intermedios donde se hurta el combustible para los patrulleros y se vende al mejor postor los días de franco para brindar seguridad a instituciones bancarias. La podredumbre lo socava todo. El ingreso a estas escuelitas aceleradas de formación policial en donde se produce una repartija de ingresos al mejor postor. Todo se vende y todo se trafica. La tarjeta con el peso de  la influencia política vuela con el billete. Con esa selección sin selección de efectivos. La incompetencia socava por sí misma los cimientos institucionales.

Preocupante resulta, por ejemplo, en el propio Aeropuerto Jorge Chávez son los efectivos policiales los responsables  de la salida clandestina de cocaína a los grandes mercados del narcotráfico. La PNP en todos sus niveles padece el cáncer de la corrupción. La coima se cobra a la vera del camino por la policía de control de carreteras y los coimeros consideran como parte de su rutina el obtener ingresos pingues en nombre de la ley. En las comisarías nada se mueve sino hay dinero de por medio “para la gaseosita”, “para el combustible”. La experticia corrupta ha adquirido dimensiones asquerosamente tremendas. Hay efectivos policiales provistos en su bolsillo de la tarjeta para “la parrillada de solidaridad”  la que nunca se realiza pero provee de algunos soles al corrupto. De algo hay que vivir. responden, los propios efectivos, porque en las ligas mayores  las mordidas tienen nombre propio.
La mayor parte de los conductores, por mencionar un ejemplo, saben que las infracciones se resuelven con billete en mano. Como señalan algunos ciudadanos antes encontrarse por las calles con un efectivo de la Guardia Civil inspiraba respeto. Hoy  encontrarse con un efectivo policial da miedo. El tema de la inmoralidad está presente en el debate institucional. Todo el mundo, en el seno de la institución policial, sabe que desde el ministerio se negocia la seguridad a empresas mineras. Pagan muy bien y sostienen lubricados beneficios. Las empresas bancarias lo saben. La PNP suministra cholo barato para proteger sus instalaciones.

Otro aspecto crítico es a formación policial ineficiente. Los perfiles psicológicos de los postulantes no encajan con los que corresponden a una institución en la que los ciudadanos puedan confiar. A esta formación académica precaria, de medio pelo, se suma, la entrega de un arma de reglamento adquirida con el propio peculio y un uniforme empleado no para simbolizar el orden y el respeto sino una patente de corso para en nombre de la ley obtener descarados beneficios.
Frente a este desolador panorama resultan divertidas las exposiciones mediáticas de Urresti. Un payaso que usa portátiles en las puertas del congreso y que en las incautaciones de drogas confirma que la cocaína incautada era yeso. La actuación policial estridente tiene mucho de los deslices de Urresti. No hace mucho un joven y aplicado estudiante universitario al que se le sindicó como delincuente en la puerta de su pensión fue baleado, perdió el bazo. Y la PNP bien gracias.

Cualquier esfuerzo de mejora en la PNP no sólo requiere de un ministro con la suficiente seriedad, entereza moral y cautela para entender que la seguridad ciudadana es un ingrediente imprescindible de la vida nacional. Tan importante para salir del subdesarrollo y sentirnos seguros. El Perú requiere de una PNP que no tenga carcomidos sus cimientos por la inmoralidad y la desvergüenza. Todos reconocemos al policía abnegado que expone su vida  y se esfuerza por prestigiar a su institución. Sin embargo, nos indigna aquel efectivo que con menoscabo de su decoro y dignidad actúa como un asaltante a mano armada exigiendo coima  y pervirtiendo a su institución.
Hace algunos días inquirimos a un efectivo policial sobre ¿cómo se podría combatir la corrupción policial? Sus propuestas apuntaban en dos direcciones. La primera: mejor formación académica y profesional con estímulos para los mejores. La segunda: adecuados y efectivos mecanismos de sanción a los corruptos. Las pequeñas faltas de hoy son las raíces de los males mayores. La evaluación psicológica es necesaria pues en el propio seno de la institución hay drogadictos y sujetos con serios trastornos de la personalidad. Sin embargo, nadie valora estos aspectos.

La evaluación tiene que ser estricta y la propia comunidad debe ser con independencia un referente para evaluar el trabajo policial.  Poco o nada, lo sabemos todos, se hace en la prevención del delito. El reconocimiento a los mejores estimula a los peores a un cambio de actitud. En un mundo competitivo los ineficientes y los  productos desprovistos de calidad se retiran del mercado. Es mejor retirar a un efectivo policial incompetente a tiempo que permitir que el gusano de la corrupción horade las bases de una institución que queremos mejore. Este es el sentir de todos los peruanos.