sábado, 27 de diciembre de 2008

CARTA A UNA AMIGA PERIODISTA


Por: Miguel Godos Curay
Una mujer que escribe es una mujer que piensa. Una mujer que escribe es una mujer que nunca calla. Una mujer que escribe concentra el mundo en cuatro palabras. Una mujer que escribe no es una mujer con una pluma sino una pluma con la que se expresa la humanidad entera. Una mujer que escribe es tan poderosa como un misil de indignación y rabia. Una mujer que escribe no pertenece al sexo débil sino al sexo fuerte con el que se galvanizan las denuncias. Una mujer que escribe es un grito en la noche, como el pito de los vapores que parten del puerto. Una mujer que escribe no es un canto de sirenas melancólicas y ahuevadas en el mito derrumbado de la debilidad humana sino un potente reclamo al pie del cañón.

Una mujer que escribe y alumbra hijos sabe como alumbrar ideas subversivas en las conciencias. Una mujer que escribe se nutre de dignidad y dignifica el ejercicio de la política. Una mujer que escribe sabe de memoria el abecedario de los derechos humanos y tiene metida en la sangre la ecología de los que mañana vendrán. Una mujer que escribe se expresa sin darle mucha vuelta a las cosas y no brinca tanto porque el suelo siempre estará parejo. Una mujer que escribe tiene en apariencia neuronas masculinas, según los expertos. La verdad es que el cerebro no tiene sexo y el código genético es muy explícito al explicarnos los misterios de la vida.

Una mujer que escribe en un diario llámese Carmela, Maritza, Yolanda, Oriana, Elsa, Margarita, Rosa, Luisa o Fabiola tienen nombre propio y un estilo propio de proclamar sus verdades. Tienen su personal estilo de vivir apasionadamente en esa redacción de diario en el que convierten su hogar y en ese hogar enorme en el que convierten la redacción de su periódico. Yo las reivindico a todas. A las que nombro y a las que no nombro pero que merecen un homenaje por su tenacidad, por su vocación, por su garra, por ese enorme esfuerzo de mutar ese oficio doméstico de parar la olla por ese de otro por poner de pie a su patria, a su región y a su pueblo.

Quiero expresarle con toda la energía que tienen las palabras y con todo el poder que tienen las palabras, en su sustancia, mi solidaridad humana a Margarita Vega que está en la otra orilla, en la que dividimos el mundo los periodistas, pero que en el fondo es esa misma orilla apasionada y nunca satisfecha de defender causas justas. Nada nos une pero tampoco ninguna diferencia nos separa. Margarita, a quien conozco por su identidad invicta al diario del jirón Ayacucho ese reconocimiento que sale del corazón pero que no puede expresarse con palabras. Con palabras no se puede sino construir la metáfora del canto de los pájaros, los versos que hablan del aire puro y fresco que tonifican nuestros pulmones.

Con palabras si se puede expresar, sin embargo, la gratitud humana. Una mujer que escribe tiene coraje para enfrentarse cara a cara con la verdad. Pero al mismo tiempo puede ser la dueña amorosa del sueño de sus hijos. Una mujer que escribe escala las montañas más altas y excelsas en pos de sus ideales. Y no se arredra en su camino. Yo me admiro de ese recio talante humano para soportar el dolor. Una mujer que escribe es siempre una hoguera que no se extingue, un huracán que a su paso arrasa con todo y arranca las zarzas resecas de la tierra. Una mujer estremece el mundo con su palabra y lo acaricia como a un tierno hijo con un beso.

Una mujer que escribe no está sola pues mantiene una comunicación invisible con los que la leen o quienes dejan de leerla. Una mujer que escribe tiene la fortaleza de esas palabras que guarda con celo el silabario de la libertad. Una mujer puede tener el nombre de una flor viva que nunca se marchita. Una mujer que escribe es como la experiencia humana que camina y que al convertirse en palabra penetra en nuestra más recóndita intimidad el alma.
(Foto: Oriana Fallaci)

sábado, 20 de diciembre de 2008

SUEÑO CUANDO VIVO O VIVO CUANDO SUEÑO


Por: Miguel Godos Curay

En “El Libro del Desasosiego” anota Fernando Pessoa: “No sé si no sueño cuando vivo, si no vivo cuando sueño”. En efecto el capital mal valioso de los pobres es su capacidad de soñar, capacidad de construir de sus necesidades, sin regodeos, ladrillos de esperanza, panes dulces de deseos, aspiraciones enormes de sus privaciones y transformación de las amarguras en realidades posibles. Los pobres tejen la media de sus sueños con mundos nuevos en donde todos quieren ser mejores con un poquito de la abundancia que injusta y perentoriamente les es negada.

Hay pobres que destilan amargura que viven en el cataclismo de la desesperanza y el resentimiento. También hay ricos inconformes que ignoran en todos los idiomas el lenguaje de la felicidad. Hay pobres de amor e indigentes de esperanza en la abundancia. Hay ricos abundantes de amor en Dios ahí en donde todo falta. He visto niños pobres caminar por el despoblado, camino a la escuela protegidos por la bendición de su madre y el ángel de la guarda. Pero también he visto recoger a niños de escuela en la superlativa comodidad en camioneta cuatro por cuatro sin la bendición de la mamá y con la compañía de un vigilante de seguridad. Cuando se tiene todo se arrincona a Dios y se convierten en gnomos de los cuentos a quienes de noche y de día nos acompañan.

Hay navidades de chocolate aguado que nos recuerdan el amor de Dios. Pero también las hay de opulentas mesas de pavo gordo donde está ausente el amor. Hay navidades alegres ahí en el arenal lleno de necesidades. Hay navidades de hospital donde el dolor consume las últimas fuerzas en una batalla desigual en donde aún resplandece viva la esperanza. Hay navidades de abuelito o abuelita triste de los que nadie se acuerda. Hay navidades de ausencia en donde a pesar de los pesares los que más amamos nos miran desde otra dimensión y nos sentimos tristes.

Hay navidades en los establecimientos penitenciarios en donde con los ojos cerrados se evocan los mejores momentos de la existencia como los niños que contemplan un nacimiento. Hay navidades de periodista con trajín interminable recordando los mejor que hicimos en este año que se esfuma como el agua que corre por la manos. Navidades que nos tocan las fibras del corazón y que nos estremecen en el fondo del alma. Son como ese dedo de Niño con el que nos toca Dios y nos recuerda que la vida no vale nada sin el amor.

Hay una navidad de los inconsolablemente tristes a los que quisiéramos tenderles la mano para que no se sientan solos y decirles que existe una melodía de latidos que forma una cadena interminable hasta el mismo Dios. Hay un poquito de navidad en la confusa conciencia de los que siembran el mal y esperan el descuido de los indefensos para arrebatarles sus pertenencias como la fiera que busca la presa en la soledad de los caminos. Ese poquito de navidad puede crecer en cualquier instante en el que Dios muestra la grandeza del amor cuyas cenizas esperan convertirse brasa en el interior del corazón.

Hay una navidad de todos los peruanos que en este hormiguero humano inmenso se preparan para juntarse en la noche buena. Hay una navidad de los caminos en donde la estrella señala un mejor destino para la patria. Y otra navidad en la que los gobernantes tienen la posibilidad de cambiar el rumbo de esa historia de embustes y de promesas incumplidas. Hay una navidad en la que la promesa firme debe ser acabar con las mentiras dirigidas al pueblo pero también las mentiras que han maquillado de verdad sobre nosotros mismos. Sepan aquellos que mandan que el subversivo nacimiento de Cristo es nacer de la verdad, con la verdad, para la verdad. La necesidad de la verdad es la más sagrada de todas y la mentira una deformación monstruosa con la que el poder corrompe esos mares de buenas intenciones.

DE NACIMIENTOS E INOCENTES


Por: Miguel Godos Curay

La festividad del Niño Dios de Narihualá conserva aún la majestuosidad de las antiguas celebraciones mestizas andinas. No se trata de una conmemoración dolorosa y sangrienta como la de la “Tragedia de la muerte de Atahualpa” o el Moctezuma, que se celebraba en el viejo Tacalá sino de un encuentro alegre de los devotos y devotas con el Niño Dios ante el que se postran con solemnidad los Reyes Magos. La procesión recorre las calles del caserío mientras en las cocinas se preparan estofados de gallina o pavo para el buen yantar de los danzarines y los visitantes.

Chirimías y bandas acompañan al niño Dios sentado en su sillita. Todos los adoran con unción. En la víspera hay velorio, castillos de fuegos artificiales y chicha. En cada uno de los hogares se compra ropa y zapatos nuevos para los niños. Las abuelas se perfuman con agua florida de Murray y Lanman. La devoción del niño Dios es antigua, fervorosa y llena de promesas. Muchas devotas reparten entre los churres mazamorra y dulces. No hay tristezas que recordar sino la alegría que trae el niño. Incluso hasta las amenazas de Herodes a los inocentes tienen que ver con las tomaduras de pelo del día. Anuncios insólitos se repiten en las emisoras para recordar la buena fe de los santos inocentes y burla burlando escarmentar alcaldes.

En todo Piura son famosos los nacimientos. En Paita doña Elauteria Garcés de Cruz, en su famosa panadería del jirón Junín, hoy desaparecida, tenía uno, heredado de sus antepasados, que llenaba de colorido los ojos y de ternura el corazón. Todos los diciembres con mucho primor armaba un nacimiento enorme que recordaba a todos los misterios de la redención. Un detalle eran los cerros, la imaginería, rebaños de ovejas y el itinerario de los Reyes Magos que cada día se aproximaban al pesebre. Macetas con maíces brotando, lagos de espejo, fogatas y una estrella impresionante guiando a los pastores. La elaboración del nacimiento acompañaba la tarea de amasado de pasteles y panteones en la panadería de los Cruz. En Navidad había más demanda de sus delicias cotidianas: cachangas, empanadas, milanes, panes y tostadas. En noviembre los muertos y angelitos. Pan diminuto en honor de San Antonio. El aroma del pan delicioso se expandía por todo Paita.

En pascua doña Elauteria distribuía entre su bíblica y numerosa familia pavo horneado, pastel de fuente, chicha morada y de maní. Ahí concurría el vecindario. En Piura antiguamente, en el barrio norte y en el barrio sur, eran famosos los misterios porque junto a ellos se celebraba la adoración de las pastoras y las jaraneras bajadas de reyes. La Fiesta de los Reyes, que se cumplía con el memorial del señor de la Agonía, no era un acontecimiento casual en Sullana. En cada barrio la piedad erigía su misterio con mucho fervor. No había Papa Noel. Y el chocolate se preparaba con cacao cremoso batido con molinillo canela y clavo. La leche era de cabra y el aroma que despedía el chocolate navideño aún toca con su aroma las infantiles narices.

La adoración del niño era un ritual hogareño. A nadie se le ocurría faltar a la misa del gallo. Era una procesión humana que llenaba los templos en Noche Buena. En muchos pueblos los alcaldes presidían las celebraciones de navidad. En otros la familia entera marchaba al templo. Y durante los fines de semana de diciembre se ensayaban los cantos y se anotaban pastores y pastoras para participar en la bienvenida al niñito. Arrurrú mi niñito /mi niñito adorado/ mi churre bonito /mi clavel rosado. Repetían con regocijo nuestras abuelas.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

HISTORIA DE UN POEMA HALLADO EN AYABACA


Por: Miguel Godos Curay

Una curiosa pieza de bibliófilo, la epopeya amorosa “Telémaco en la Isla de Calipso” obra del poeta don Pedro Joseph Bermúdez de la Torre y Solier, Alguacil Mayor de la Audiencia de Lima. fue la primera conexión con Piura de Pepe Navarro. El códice entregado como presente al periodista piurano Ricardo Vegas García quien a su vez lo regaló a Luis Alberto Sánchez fue encontrado en Ayabaca. Según la opinión de Sánchez puede tratarse del original o de una buena copia de la biblioteca de Bermúdez escrita en 1728. Este fue el tópico literario que abordó José María Navarro Pascual para adentrarse en el gongorismo en su tesis de Bachiller en Humanidades en la Pontificia Universidad Católica de Lima.

Pepe Navarro, con rigor lógico y científico, hizo posibles numerosas y sesudas tesis de cuño germánico en la facultad de comunicación social de la Universidad de Piura. Aún recuerdo las puntuales correcciones a mis primeros artículos escritos con mucho entusiasmo pero sin recato sintáctico. Una de sus recomendaciones fue la de “escribe siempre con la fluidez del que habla”. “Lee y relee antes de enviar los originales”. Sus recomendaciones fueron siempre consejos de amigo. Con él aprendimos a sumergirnos en Wolfang Kayser y en las teorías literarias de René Wellek y Austin Warren. Su mayor virtud fue esa pasión por los libros y el mejor uso del tiempo de ocio de sus alumnos.

Tenía el don de la palabra comedida y oportuna. Siendo Rector y yo alumno me pidió que le acompañara en un recorrido por los grises farallones de Paita junto a Luis Enrique Tord que acababa de publicar su ensayo sobre “El Indio en los Ensayistas peruanos 1848-1948”. Fue una excursión soleada por las playas de Colán y Yacila matizada con historias y recuerdos. Después de la jornada un delicioso cebiche en el viejo barrio de pescadores de La Punta. Pepe Navarro era una conversador erudito de literatura, historia y periodismo. Uno de sus temas de profunda inquietud intelectual fue el itinerario de la visita pastoral del Obispo Martínez de Compañón (1782-1786) que le llevó a redescubrir en infolios parroquiales las cartas e instrucciones del Obispo.

Cuando se ordenó sacerdote nos llenó de cordial alegría. El padre José Navarro fue profesor, rector y vicerrector de la Universidad de Piura, nuestra casa de estudios y decano de la Facultad de Comunicación. Con el padre Javier Chesman Jiménez, el discreto estudioso de Valdelomar y el poeta José Ramón de Dolarea formaron un trío de humanistas inolvidables. Aún resuena su voz en las aulas. Su sonrisa expansiva y sincera y sus palabras incondicionales de aliento. En su oficina del Campus, al morir la tarde, el maestro prosigue absorto en la lectura y el estudio. Un hombre que amaba a Dios con su corazón y con su inteligencia no deja vacíos en la ausencia. Como decía el poeta: “Bajo el cielo de Piura se esconde el alma (de un hombre bueno escribo yo) entre algarrobos verdes y arenas blancas….”

domingo, 7 de diciembre de 2008

CUENTO DE NAVIDAD


Por: Miguel Godos Curay

Aquello de imaginar a los ángeles con bucles, sexo sospechoso y batas de dormir, sostiene Alejandro Jodorowski, nos ha hecho mucho daño. Porque lejos de sentirlos cerca a nosotros hemos acabado por ridiculizarlos grotesca y perversamente. Es muy probable, que con tal facha, en el momento de la anunciación el Arcángel Gabriel hubiera provocado una destornillada de risa en María por su aspecto tan ridículo y huachafo. Nos han vendido el cuento de que le legión de querubines y serafines son criaturas regordetas y obesas y que por la extraordinaria belleza de su canto, es probable, sean todos eunucos. Lo que es inimaginable pensar sea la voluntad de Dios.

Con tales caricaturas, los ángeles, espíritus puros, llenos de sabiduría, amor de Dios e inagotable lealtad quedan reducidos esperpénticamente a la dimensión de las mascotas y no es así. Los ángeles son criaturas que nos acompañan siempre sin ser nuestros clones y los sentimos muy cerca de nosotros cuando enfrentamos peligros y en momentos y circunstancias en que las notas de los diarios apuntan tontamente: “Se salvó de milagro”, “salvó la vida por un pelo”. Nunca se menciona, como debe ser, “se salvó por la acción decidida de su ángel custodio”.

Y si alguien se muere no es responsabilidad de estas criaturas al servicio de Dios. Porque los ángeles agotan esa posibilidad de sintonizar con nosotros. Lo que sucede es que nuestra racionalidad está embotada de caminos falsos, de prejuicios, de orgullo y de un erróneo sentido de la autosuficiencia personal. ¿Pensar en los ángeles?. Eres o te haces nos responden socarronamente.

No hay mente humana que pueda imaginar esa tarea inagotable de los ángeles y los beneficios de su trato frecuente. En los quirófanos de los hospitales guiando la mano que maneja el bisturí. Igualmente acompañando a un conductor por la carretera o a un piloto de avión en plena tormenta. En esos gestos inauditos de bondad que nos salen del corazón. Los ángeles estremecen los bolsillos de los tacaños. Desenredan los problemas y dificultades humanas. Y aunque no son expertos en tareas escolares despiertan el interés en los niños poco aplicados.

Hay ángeles que nos acompañan siempre por las calles de Piura y que evitan que caigamos en los huecos de las alcantarillas. Hay otros que están pendientes de los enfermos y de los que sufren. Son como un bálsamo. Son la esperanza misma pero no los sentimos porque les cerramos las puertas del corazón. Hay ángeles de viejo o de vieja amorosa que van repartiendo bendiciones por el mundo. Lo que sucede es que no los oímos porque preferimos el celular. También hay ángeles de loco que acompañan a todas las personas que por los extravíos de su mente no acaban de encontrarse. Aunque duermen a la intemperie y se alimentan de basura estas personas están vivas y en salud porque Dios y sus ángeles los protegen.

Hay ángeles que deambulan por las universidades y se sienten solos en los rincones de los laboratorios que no se usan y que acompañan en su soledad a los libros que nadie lee. Otros recorren las aulas y les encanta participar en los debates estudiantiles en los que se busca la verdad. Hay ángeles que disfrutan felices el frescor bajo los árboles y otros que se alegran con los trinos de los pájaros. Hay otros que huyen de esos rincones en donde el mal se disfraza de bien para el engaño. Y otros que sufren desconsoladamente cuando malos estudiantes engañan a sus padres.

Hay ángeles que se aglomeran en los servicios de emergencia de los hospitales y aunque no usan mandil visten nubes de blanco. Hay ángeles que protegen en todo aquello que hacen por Dios y para Dios a toda esa legión de curas que envejecen en sus parroquias. Hay ángeles con nombre propio como el de José Maria Doménech que dicen la verdad con cuatro palabras. Y otros ángeles con alma de reportero que pugnan por ingresar a las redacciones de los diarios para anunciar la buenas nuevas.

sábado, 29 de noviembre de 2008

LA LENGUA DEL GENERAL


Por: Miguel Godos Curay

No me voy a referir al convenio suscrito entre el General Edwin Donayre en representación del Ejército del Perú y la Universidad Alas Peruanas para desarrollar el proyecto cinematográfico “Vidas Paralelas”. Un film sobre el rol de las fuerzas armadas en la lucha contra el terrorismo que busca lavar con detergente las turbias conexiones entre la corrupta cúpula militar y Vladimiro Montesinos. Sino al abordaje del viejo tema de la guerra entre Perú y Chile en nuestros textos escolares. Nuestra historia, la versión peruana de la guerra del Pacífico, es distinta que la versión chilena del conflicto. Pocos realmente entienden que se trató de un desborde de ambiciones de Gran Bretaña contra el Perú de las que Chile fue dúctil y ganancioso instrumento.

Chilenos y peruanos, hemos sido educados en el odio recíproco y el desprecio. También es cierto que en ambas naciones y como parte de los tradicionales rituales castrenses la exacerbación de la animadversión es un viejo ardid para mantener “la moral de la tropa”. Nunca se nos dijo que un ejército educado es más poderoso que una mesnada de ignorantes acostumbrados a una obediencia ciega y que el desarrollo pleno de sus capacidades humanas hace a los ejércitos invencibles. Por eso, hoy nuestras fuerzas armadas andan de capa caída, gastando las energías que no le sobran y tratando de enmendar el rumbo en esa historia sin rumbo.

Crecimos con una aversión imaginaria a los chilenos. Nos desencantamos cuando descubrimos, ante la mirada infantil que eran iguales a nosotros. Fuimos educados en una devoción superlativa a Grau y a Bolognesi. Durante solemnes tardes escolares escuchamos el relato de nuestras epopeyas increíbles. Alguna vez pensamos que tales enemigos deberían ser parientes del lobo feroz. Neruda y Salvador Allende nos ayudaron a aterrizar en ese derribamiento de las nubes cautelares de ese formulismo patriótico que privilegia los gritos y oculta la honradez, la buena educación, la tolerancia y el respeto.

La primera vez que contemplamos a chilenos de cuerpo entero fue a hace varias décadas en el naufragio del vapor “Puelche” frente al mar de Paita. Había de todo entre los tripulantes. Y por supuesto los náufragos fueron bien tratados con la misma generosidad con la que Grau socorrió en gesto inolvidable de grandeza humana a los tripulantes de la Esmeralda. Los chilenos, en el Perú, se hicieron famosos por sus circos pueblerinos que cumplían anualmente una paciente labor de espionaje en toda la costa del Perú. Cuando no fueron los circos incursionaban con las revistas y despampanantes choclonas de la Compañía Bim… Bam… Bum que abarrotaban teatros. Durante la dictadura de Velasco se proscribió al propio Condorito al que se censuró como “antiperuano”.

La deslenguada del General Donayre, no deja de ser por eso, parte de esa vieja xenofobia que aún persiste en los cuarteles. En Chile sucede lo propio. Aún queda en ese humor venal de la tele la tomadura de pelo y la burla a lo peruano que sin ser una actitud generalizada mantiene su carga ofensiva. Todavía quedan algunos rescoldos de racismo y de prácticas impropias, producto de ese militarismo de la época del gato con botas.

En tiempos de globalización las guerras son herramientas perversas de disuasión. Lo admitamos o no Chile mantiene, gracias su bonanza económica minera, su potencia ofensiva militar. Perú y Chile, se esfuerzan igualmente por demostrar sus argumentos ante la Corte Internacional de la Haya respecto a sus diferendos territoriales. Somos igualmente acérrimos contrincantes en el fútbol pero también un significativo destino para la inversión chilena. Lo expresado por el General Donayre, fuera de contexto, no deja de ser un desliz de payaso. Y acaso no la de un protagonista de serial con nombre propio: “El general en su lenguarinto”.

Foto: General Donayre y Rector de Alas Peruanas Fidel Ramírez Prado.Tras suscripción de convenio de película.

martes, 25 de noviembre de 2008

LA AUSENCIA DEL ESCARABAJO DE ORO


Por Miguel Godos Curay

Los jóvenes poetas y escritores del grupo Magenta se anticiparon en conferirle, con singular gratitud cerebral, el “Escarabajo de oro” como reconocimiento a la vena literaria al escritor y maestro sullanense Víctor Nemesio Borrero Vargas. Víctor Borrero, murió ayer a las 12.30 en el Hospital Regional. Las letras de Piura están de duelo. Abogado de profesión se dedicó a la literatura con admirable pasión siguiendo las huellas de López Albújar. Víctor, nació un 2 de agosto de 1943 hijo de don Juan Agustín Borrero Vivanco y de doña Luz Victoria Vargas Quevedo. Una bíblica familia con raíces peruanas y ecuatorianas.

Como señala su biógrafo Sigifredo Burneo en Borrero se deslizan las profundas vivencias rurales de un próspero ganadero de Sabiango (Loja), su padre, y sus inquietos hijos llevados a la ciudad para cumplir con las obligaciones de la educación formal. Piura y Loja son un continuo geográfico lleno de vivencias e historias repetidas de boca a oreja en el imaginario del escritor. En este mundo transcurrió su infancia. Entre el aroma de la tierra, el bramido de las quebradas tras las lluvias. Los cantos de los pájaros. El colorido paisaje, el inconfundible aroma de la tierra de la hacienda y las historias de las buenas gentes. Como sostiene Carlos Camino Calderón en sus “Tradiciones de Piura” los sullaneros no se ofenden de ser “los ecuatorianos” del Perú.

De su madre -evocaba Borrero- era amante de la lectura y como consecuencia de su adhesión a Haya y el Partido Aprista sufrió persecución. Nada la arredró para brindar a sus hijos una educación esmerada pero con sensibilidad social. Llegó al colegio de los Hermanos Maristas en Sullana, y de allí salió abruptamente, a continuar su estudios en el Colegio Ignacio Merino de Talara. En aquel entonces mencionar a Marx, Lenin y al propio Fidel Castro en religiosos del post franquismo era tentar al mismo diablo. En Talara la educación para un joven inquieto como Borrero tenía el ingrediente de una ostensible preocupación por la calidad y el progreso. La IPC distribuía entre los estudiantes ejemplares de la revista Fanal en la que publicaban las mejores plumas del Perú. Se estimulaba la lectura en las aulas antes que el reclinatorio.

Se formó universitariamente en San Marcos en donde ocupó el primer puesto. Tuvo el privilegio de concurrir a la antigua Casona de San Marcos y frecuentar a maestros como Luis Alberto Sánchez, Jorge Pucinelli y Luis Valcárcel. Se tituló de abogado un 4 de noviembre de 1968, fecha del aniversario de Sullana. Entre sus obras están:"El alma de Torres" (1987); "Cuentos Tallanes" (1989); "Nuevos cuentos tallanes" (1991), "Jijuneta y alma mía", (1991); "Los Bandoleros de San Tolino", (1992); "Tangarará", (1993); "Derrama tu sangre" (1994); "Tres mujeres contra el mundo" (1995); Happening en la milla seis", (1997), "El sueño de Onésimo" (1990). Últimamente en el 2006 obtuvo por tercera vez el Trofeo Copé en la XIV Bienal de Cuento auspiciada por Petroperu, con el cuento Allco.

Allco es un cuento escrito en prosa castellana del siglo XVI y los personajes son tanto personas como perros. Allco (perro en quechua) alude al informe de un funcionario colonial al alcalde de Trujillo, sobre los “perrerías” sangrientas que practicaba Melchor Verdugo y su perro de caza. Otra es la historia que Víctor una tarde me contó en su casa espaciosa y fresca del jirón Grau. La historia increíble de Pipo, su perro, que en un rapto de amor atravesó en plena lluvia la quebrada pero cuando se esperaba un trágico desenlace apareció acompañado de otro can en la puerta de su casa. Pipo, era todo un personaje y hasta los traseros respingados de Sullana no fueron ajenos a sus mordiscos. Alguna vez escribí en La Primicia una crónica sobre este perro noble que según su amo, que hoy guarda profundo silencio, demostró que la solidaridad es la más grande virtud de los perros. Víctor Borrero, el escarabajo de oro, descansa en paz. No son ajenos a sus ojos el color del cielo y a su corazón el aroma inconfundible de la tierra.

lunes, 24 de noviembre de 2008

¿QUEREMOS CAMBIAR LOS PIURANOS?


Por: Miguel Godos Curay

Para cambiar hay que querer cambiar. En segundo lugar debemos tener la certidumbre de que se puede cambiar y finalmente aceptar los cambios con esa experiencia humana que el conocimiento nos da. Mejor dicho gran responsabilidad de los que nos pasa a nosotros es nuestra responsabilidad. Nosotros fuimos los que elegimos a quienes nos gobiernan. Nuestro facilismo y nuestro pensamiento caduco no nos deja salir de ese ejercicio frustrante de seguir eligiendo políticos que cambiamos por otros políticos sin que se nos ocurra, como recomendaba Platón, cambiar a los demagogos por los sabios.

Otro de nuestros defectos es seguir circulando con viejos hábitos mentales y emocionales. En Piura elegimos alcaldes y congresales por un polito, una gorrita y una promesa casi siempre incumplida de trabajo. No elegimos entre los mejores sino entre los malos y peores. Por eso estamos como estamos circulando entre viejos vicios con un desinterés absoluto por la conducción de la cosa pública. Nunca intentamos hacer algo que nunca hemos hecho. Probablemente el día que los hagamos descubriremos que tenemos muchas posibilidades de vivir mejor. Señala Alejandro Jodorowski, escritor chileno, que cuando más difícil sea lo que hagamos en ese mismo instante despertamos nuestro interés por el mundo permitiendo la irrupción fulgurante de la poesía. La poesía es la belleza de vivir dignamente y en paz en una Piura para todos y con todos.

Necesitamos de modo urgente de la creatividad que salva la vida y que nos permita entender que la inteligencia y la imaginación son también esa búsqueda insaciable de una ciudad posible que sea un mejor lugar para vivir. Necesitamos de esa sintonía humana que nos permita apostar por una Piura limpia en donde el río sea descontaminado y en donde se respete a los niños. Vivimos ganados por la violencia, carcomidos por la corrupción, consumidos por el desgano. Por la anomia y la indiferencia. Y no hay razón.

Nos hace falta la música que convirtió al huraño y salvaje ogro que era Pan en la criatura dulce que se transformó cuando muerta Siringa, la ninfa de la que se enamoró, recogió las cañitas que habían crecido sobre tumba y confeccionó una flauta, la flauta de pan, con la que dio rienda suelta a la expansión humana. Necesitamos Orquesta Sinfónica pero también bandas pueblerinas que animen el trabajo y conviertan en jolgorio humano la limpieza de la ciudad. Necesitamos música alegre ahí en donde dejaron su huella brutal los pandilleros. Necesitamos asear cada rincón de la ciudad pero también las conciencias y nuestras instituciones públicas de los sinvergüenzas. Necesitamos curarnos en salud de ese modo tan descascarado de conducir la cosa pública.

Necesitamos reírnos de nosotros mismos para acabar con ese rostro duro paralizado por la rabia. La risa es una descarga de la racionalidad formidable que nos aparta de ese guión inconsciente de fracasos cotidianos que nos estremece todos los días. Pareciera que nos hemos programado y condenado para desunirnos día a día. Nos hemos trepado aun mástil para llegar a la copa y hemos cerrado los ojos por el temor de no saber qué hacer. Necesitamos un salto al vacío para experimentar un cambio profundo que nos renueve y que nos cure de la desidia y de la tontería.
Necesitamos acabar con ese viejo cuento de esperar que otros hagan lo que no queremos hacer y de elegir siempre entre los malos y peores. La solución es dura pero efectiva. Hay que cambiar.
(Grabado:Daguerrotipo de Piura, Siglo XIX)

sábado, 15 de noviembre de 2008

DE POTO A LA REALIDAD


Por: Miguel Godos Curay

Los piuranos son irreverentes hasta lo grotesco y perverso. Lo he constatado recorriendo y observando con detenimiento lo que a ojos de todos merece sumo respeto. La sección antigua del cementerio San Teodoro que guarda las venerables cenizas de nuestros próceres de la independencia, de nuestros antepasados, es una letrina. En Piura y en sus pueblos aledaños no hay rincones más meados que los muros de las escuelas, locales comunales y capillas. Los paredones de la iglesia de Narihualá construida sobre un santuario tallán en un altozano desde el que se domina todo el valle. Ha sido rallado salvajemente con inscripciones impropias por tanto escolar, poco educado, que visita el complejo arqueológico sin el elemental respeto por su pasado.

Podríamos mencionar otros rincones convertidos en pizarrones de los desatinos como las paredes de la ciudad, los servicios higiénicos de la universidad pública y la biblioteca municipal. El pedestal de Ignacio Merino, en el corazón de la ciudad, donde no quedan los filetes de bronce y en donde jovencitos revejidos se deslizan con indiferencia absoluta sobre sus patines. Se dice que el algarrobo es símbolo de Piura pero todos los alcaldes se empecinan en arrancarlos de cuajo en las ciudades ignorando que son beneficio y necesidad urgente para todos. En Sullana, por ejemplo, por una estupidez injustificable la plaza de armas es hoy un corralón iluminado en donde se perdió el solaz y el buen gusto. Otra salvajada edilicia fue la que se perpetró en Tambogrande en donde los umbríos ficus en el que retozaban ardillas y chilalos fueron ultimados tras un remedo torpe de progreso.

Dice el sentido común que ahí en donde se siembra cemento se roba sin miramiento. Por eso la complicidad rapaz del concreto oculta robos. Podemos encontrarla en las plataformas deportivas en los barrios pobres, en las grutitas que todas las asociaciones de padres de familia se empecinan, en dejar en los colegios para santificar sus robos.

Aún recordamos lo expresado por Monseñor Cantuarias respecto a la elocuente religiosidad piurana. Decía Monseñor que de trescientos sesenta soles recogidos en las alcancías de la catedral. No menos de trescientos cincuenta eran falsos. De este revés es nuestra fe. Mucho ruido, mucha exhibición, mucha caminata a Ayabaca o a Paita pero cambio personal nada. Mucho arrepentimiento sin propósito de enmienda. Mucho esfuerzo humano para morir en la playa de la inacción, de la doble cara y el engaño. No cambiamos nada. No relacionamos nunca el amor a Dios con el amor a sí mismo que nos permita vivir en entornos limpios y saludables. No pensamos que el la limpieza de la conciencia tiene que conectarse con la limpieza del cuerpo y del ambiente.

No hemos aún decidido parar la carreta del desbarajuste para analizarnos críticamente y mirar con sinceridad lo que somos y cómo estamos y no seguir jugando con nuestras posibilidades de futuro. Últimamente nos hemos dedicado a preguntar a los que piensan y a los que no piensan: ¿Qué no está pasando? ¿Por qué nos solazamos en el atraso?, ¿Cuáles son nuestros problemas?. Y las respuestas son realmente sorprendentes. En Piura estamos desaprobados en salud y educación. Tenemos que cambiar nuestra forma tan fácil de pensar sin mirar la realidad. Hace mucho tiempo contemplabamos que buena parte de nuestros pintores siempre representan a sus personajes de espaldas. Nunca mirando de frente. Es un leit motiv. Una forma de mirar la realidad tan despojada de sentido.

Ese ejercicio de representación de nuestros artistas nos hizo pensar mucho porque también es una actitud de nuestros políticos, nuestros planificadores, nuestros profesionales, los piuranos de cuello y corbata y los de pie en el suelo, los que enseñan y los que se educan, los que leen y los que escriben: dar espaldas a la realidad. Con jocosidad solemne alguien me dijo vivimos de poto a la realidad. Ese es el problema.

lunes, 10 de noviembre de 2008

LAS ANIMAS MILAGROSAS


Por: Miguel Godos Curay

Nuestros pueblos y villorrios están llenos de ánimas milagrosas que despiertan la devoción y la piedad de las gentes sencillas. Así en Chulucanas no hay feligrés que no haya colocado un cigarrillo encendido en el anónimo nicho de “la Turquita”. Una extraña gitana que murió cuando su tribu visitó la tierra de los mangos y los limones hace mucho tiempo. Camino a Huancabamba, en el kilómetro 55, está el soldadito desconocido al que los camioneros cada lunes colocan velas y flores. Otros le ofrendan tortas de canela y hasta aguardiente de caña. A él se encomiendan y le piden protección contra los salteadores que ahora abundan por los caminos de la sierra.

Mi padre, en Paita, arrojaba flores al mar porque sentía la presencia de los ahogaditos. Estaba convencido que lo acompañaban en la madrugada y marchaba seguro, por el largo trecho, hasta la zona industrial entre los grises farallones del puerto. Nunca enfrentó ningún percance al filo de la madrugada. Pero sus margaritas, que arrojaba al mar, eran infaltables todos los lunes. En Sullana, todas las tardes, es muy concurrida la peanita de Juan de Dios. Otro muerto milagroso que protege del infortunio a mototaxistas, vianderas y gente sencilla que ora ante él con envidiable fervor.

En Tumbes, entre las zarzas del camino a Zorritos está la tumba de “la chilenita” una mujer que fue encontrada muerta en el camino y en cuya blusa tenía como única seña el escudo de Chile. No había otra forma de identificarla. Aquí concurren los contrabandistas, comerciantes que vienen desde el Ecuador y hasta peloteros. Son personajes de leyenda que convocan un fervor profano y una confianza ciega en su intercesión. Se trata de un sincretismo y simbolismo al filo del cristianismo formal.

De los caminantes de la sierra aprendí a respetar los restos de animales muertos. Perros y caballos, cuya lealtad indoblegable, nos recuerda que la amistad es perdurable más allá de la muerte. A los perros hay que enterrarlos junto a un árbol al que con su carne sirvan de abono y su alma se consustancie con la naturaleza. Son criaturas de Dios y merecen respeto -me dijo un viejo arriero- que me transmitió un profundo cariño por los perros extintos que son distintos que los “perros muertos” de la mala fe y el avivato. Son almas que guían y protegen de eso estoy seguro.

Las cruces de cerro son también una bendición. Una crucesita en la punta del cerro salvó al pueblo de Morropón pues ahí una noche de tormenta calló un rayo cuyo impacto hubiese provocado destrucción en el pueblo. En el tablazo de Paita se venera con singular la devoción la “Cruz de Cisneros”. El tal Cisneros no fue ni un santo ni un fraile predicador del que se tenga memoria. Fabricio Cisneros fue un bandolero de la afamada Villa de Querecotillo que quedándole corto el camino tenía como escenarios de sus fechorías los caminos entre Macará y Tumbes.

Refiere López Albújar, en “Los Caballeros de Delito”, que andando Cisneros por Máncora le cayó en pleno cumpleaños a un tal Ruiz quien se defendió a balazos y logró capturarle. Conducido a Tangarará, el subprefecto de Paita Abelardo Garrido lo remitió a Paita custodiado por un capitán de gendarmes apellidado Matos quien no tuvo reparos en fusilarlo en pleno tablazo cerca al cementerio de Paita. Entregado el cuerpo a sus deudos éstos en represalia lo enterraron en el mismo lugar donde fue fusilado y en donde hoy se erige una capilla. Y por aquella tradición tan nuestra el que alguien fuera ladrón en vida no es impedimento para que más tarde se convierta en alma milagrosa en la muerte.
(Grabado José Guadalupe Posada)

martes, 4 de noviembre de 2008

¡PIURANOS BASTA DE VIOLENCIA!


Por: Miguel Godos Curay
No hemos parado de contar el número de homicidios en Piura. Para consolarnos decimos que la violencia es irracional. Sin embargo, podemos afirmar que no carece de razones, sabe encontrarlas cuando tiene ganas de desencadenarse. Unos nos dirán que es consecuencia de la ruptura de la unidad familiar. Otras causas podrían ser la frustración, la anomia, la corrupción y la pérdida de credibilidad en nuestras instituciones. Pero estas razones son insuficientes para explicar que la disposición violenta está presente en los inapropiados procedimientos de represión.

No se trata que una vez interrumpido el estímulo violento deje de actuar. Está presente en el trato agresivo de los propios habitantes de la ciudad. La mugre urbana es producto de esa violencia venial. La descortesía y el mal gusto la comparten. La violencia capital está en el desprecio por la vida. En la trasgresión a las normas de tránsito de los conductores. En la falta de respeto a los niños y a los ancianos. En la ofensa al ornato. En ese afán de ensuciar los pocos espacios limpios que tenemos. La publicidad escandalosa de los bailes se concentra en los locales escolares. En cualquier lugar civilizado una multa ejemplar o el embargo de la taquilla colocarían en la raya a estos sinvergüenzas. En Piura no. Pareciera que las autoridades son engranaje del negocio.

El problema es la incapacidad de respuesta de nuestras autoridades. La violencia insatisfecha se pasea por las calles buscando víctimas a quien arrebatarles su cartera o nos apunta por la espalda o directo al corazón sin que nos demos cuenta. Nosotros los ciudadanos comunes y corrientes no estamos libres de esta amenaza. Somos inexplicablemente vulnerables porque tampoco nos unimos para demostrar a viva voz que Piura no es una ciudad sin ley. Estamos como una pecera en la que el pez que tras no poderse enfrentar a sus adversarios habituales arremete contra su propia familia y la destruye.

Es mismo nos pasa por la lenidad con la que se enfrenta al delito. No hay razón para que nuestras instituciones sigan sumidas en la indiferencia. El gobierno local, el Ministerio Público y la administración de justicia tienen que actuar. De su firme actitud depende la respuesta de la sociedad civil. Juntos todo somos unidos todo lo podemos. Lo que no podemos hacer es cruzarnos de brazos en Piura, en Sullana , en Paita y en Talara donde la delincuencia nos excede.

No nos digan que el Municipio no puede hacer nada si es el responsable directo de la proliferación de cantinas, locales nocturnos y actividades que fomentan directamente o indirectamente el consumo desenfrenado de alcohol y los vicios. No nos digan que no pueden preservar el sueño y la tranquilidad de los ciudadanos. Ya es hora que la Policía y el Ministerio Público no sólo se dediquen al ritual macabro de levantamiento de cadáveres. Esa no es su función. Sino a preservar la paz social.

Ya es hora piuranos de romper ese pacto infame de callar a media voz. Ya es hora de decir no al delito enquistado en nuestra sociedad. El delito como una ola de crimen alevoso se ha ido desplazando desde el mercado, por la avenida Sánchez Cerro al corazón de la ciudad. Los sicarios nos han pegado un certero disparo al corazón. Y no podemos continuar en las medidas tintas. Ni deplorando que nos arrancaron otra inocente vida con dolor.

sábado, 25 de octubre de 2008

NOSOTROS Y LOS CHILENOS


Por: Miguel Godos Curay

Hace poco un amigo empresario me contó un anecdótico encuentro entre empresarios peruanos y chilenos. Piscos van, piscos vienen. Eufórico y entusiasta un chileno dijo: “Chile es un país de m… pero que tiene conductores políticos y empresarios de oro, en cambio, el Perú es un país de oro en donde sus conductores políticos y empresarios son una m…”. Un chileno ha aprendido en la escuela que el patriotismo es limpieza, orden y respeto. Lo que no significa que no existan chilenos que deformen con su indigna conducta cívica la imagen de su país.Bribones existen en todas partes.

El otro día concurrí a un curso de pesca con palangres de tiburón pez espada dado por pescadores chilenos a sus pares sechuranos. El sistema, que no es novedoso en el sur, utiliza linternas y artes de pesca que permiten que dos hombres manejen de modo eficiente la embarcación y los aparejos. En Sechura, una embarcación de madera, “una vikinga” es un modelo de lo que en pesca no se debe hacer. Los hombres trabajan en condiciones inhumanas y sin traje adecuado realizan su labor. Muchas veces, la bodega declarada no corresponde a la realidad. No se utilizan instrumentos ni se respetan las indicaciones de la autoridad. Por cierto, unos obtienen beneficios los otros soportan el sobrecosto de la mala práctica y la escasez del recurso.

Cuando los sechuranos en conversación pidieron opinión sobre las pesquerías locales. Sucedió lo que les cuento. El instructor chileno dijo que había recorrido el mercado central de Piura en donde pudo constatar que aquí el pescado, que es el superalimento del futuro, se vende sobre baldosas sucias y se lava en aguas inmundas. Y para remate es envuelto en hojas amarillentas de diario y los compradores lo colocan al fondo del canasto. En cambio, en el mismo mercado, es fácil encontrar en vitrinas zapatos para grandes y chicos. Igual sucede con las vitrinas del jirón Tacna y Plaza del Sol que muestran más calzado. Los zapatos, sin embargo, sean baratos o caros. Están destinados a pisar el suelo no sirven para otra cosa. En cambio el pescado que alimenta recibe un infame maltrato.

Esta constatación le permitió al chileno la siguiente conclusión: “Miren hermanos el día que los peces que ustedes capturan que son la proteína que el Perú requiere para que su niños rindan mejor en la escuelas, o para que sus estudiantes sean más inteligentes y el país trabaje mejor nutrido se coloque en vitrinas: Este país que se llama Perú será mejor que Chile”. Todos se quedaron mudos y estupefactos. En efecto, nosotros podemos hablar de pollerías, heladerías, carnicerías. Las pescaderías son una ficción ignota.

Lo chilenos, aquellos que se disfrazaban de payasos de circos, que entretenían a nuestras abuelas para “espiar” que hacía el Perú. Han tenido progresos notables: no tienen como nosotros indiferencia para tolerar servicios públicos de mala calidad ni comparten nuestro regusto por la informalidad y el desorden. No se apiñan en los transportes y no hay universidad en la que la limpieza de una moderna biblioteca no sea idéntica a la de sus servicios higiénicos. Todo resplandece de limpio. Nosotros somos un país de oro pero necesitamos, con urgencia, ciudadanos que amen a su país con brillo propio.

domingo, 19 de octubre de 2008

SANTO DOMINGO: UN RINCON JUNTO AL CIELO


Por: Miguel Godos Curay

Santo Domingo
de Morropón tienen un paisaje agreste deslumbrante. Sus cerros están siempre verdes poblados de trigales, maíces y tubérculos. Para los viajeros que atraviesan los escarpados caminos desde la yunga es una gratificación la cordialidad de sus pobladores siempre amables y nunca esquivos a los visitantes. Aquí abundan los Aguilar,los Castillo, los Calle, los Córdova, los Chumacero, los Domínguez,los García, los Guerrero, los Hidalgo, los Jiménez, los López, los Peña, los Paz, los Velásquez. Entre sí todos se saludan como primos y los entronques familiares son interminables. Por los caminos perfumados por los naranjos y limoneros abundan las achupallas y los helechos. Por aquí transitan a diario chaposas las buenas mozas. Aquí el mestizaje nos dejó ojos hermosos: verdes, azules, zarcos con tonos bellísimos. Los hombres de buen aspecto trajinan aún cubiertos por ponchos y protegidos con sus espadas y puñaletas, trabajadas por herreros a calor de fragua en San Miguel. Los aperos son otro arte de botonería en fina plata de nueve décimos.

Los ponchos multicolores y las alforjas son producto del trabajo primoroso de sus mujeres que de tarde en tarde se ocupan en el bordado y en el huso torciendo la lana de oveja. No hay mujer que no sea diestra en el manejo de la caigua, el telar tradicional. En el hogar frente a las tulpas del fogón, donde cocinan, no pierden su solemnidad pues llevan puesto el sombrero hormado y blanqueado con polvo de azufre como sus antepasados. Tiestos y mates son parte de su menaje. Ahí elaboran las tortillas de maíz o de harina que acompañan con queso fresco. El sango de trigo y los caldos castizos de arvejas y ajo. Para mantenerse tibios y abrigados usan los ponchos cuyas listas coloridas recuerdan la identidad comunal.

Pese a que la energía eléctrica recorre los ayer poblados alejados e inhóspitos. No se pierde el buen gusto por los pasillos y sanjuanes ecuatorianos. Las cumananas y coplas se repiten sentenciosamente para aderezar la conversa. Aquí la radio cumple una función providente de comunicación y acercamiento cultural. Tal es el cariño por los transistores que al pequeño receptor se le bautiza y se le echa agua “para que alegre el día, para que de buenas noticias y para que dure”. Es el compañerito de las ausencias y una herramienta de la alegría. La televisión a colores que muestra mundos lejanos no lo ha logrado reemplazar.

En Santo Domingo todavía se entonan cumananas y yaravíes. Braulio Calle, un santeño inolvidable, interpreta en su guitarra para que aprecie viejas y conmovedoras tonadas de “La Flor del Café”. Un yaraví que agita el corazón y los sentimientos. Con un abuelo memorable como don Teófilo Calle reeditamos la jarana a golpe del arpa. A la voz de: "De los arrepentidos….yo soy el uno… yo soy el uno/ cuando este pecho canta…no hay otro ninguno.. no hay otro ninguno". La segunda voz repite entre sonoras palmas: “Veinticinco limones carga una rama… carga una rama y amanecen cincuenta cada mañana …cada mañana.. En la punta de aquel cerro…mataron al gallo blanco….. al gallo blanco/ Dicen que lo mataron.. por que se comió la semilla del culantro. Remata don Teófilo. El majador es Saturnino “Guacaca”. Cantador famoso y versador por naturaleza. Un fantasma jocoso que recorre los caminos de la sierra. El alma de Santo Domingo está en su alegría. En la bravura de sus cholos que según la historia provocaron la huída de los chilenos en la famosa quebrada de la guerra en Pambarumbe.

Desde fines de septiembre Santo Domingo de Guzmán, el santo patrono, recorre las campiñas. Anualmente reparte bendiciones en cada uno de los pueblos que visita. Aquí junto a la veneración se cumple la fiesta. Habrá velación, comida y bebida, baile toda la madrugada. La efigie es vestida de gala con su poncho nuevo, su alforjita en donde le colocarán las primicias de las cosechas. En su honor se celebrarán pelas de gallos y de toros en las invernas. Los ruegos son para que no falte la lluvia que asegura las cosechas y protección para las familias. Santo Domingo es milagroso. Los viejos rezadores recuerdan en latín el lema del santo “Aut de Deo, aut por Deo” que quiere decir: “Todo por Dios y todo para Dios”.

Los gobernadores de cada pueblo a pie o a caballo conducen al santito abrigado hasta la cordillera. En caravana de fieles, devotos y devotas inicia su largo peregrinaje recorriendo pueblos y campiñas. Cohetes, cuyo eco repiten los cerros, anuncian que el santo patrón va en camino y todos dejan sus tareas para ir a recibirle. En los trapiches se muele caña para tener listo el guarapo, el jugo de la caña fermentado que embriaga y alegra. Otros colectan el guarapo para destilarlo en los alambiques en donde del primer hervor de la caña se obtiene la pócima un wisky de caña del que gota agota se obtienen contadas botellitas. De la segunda destilación surgen la primera y el cañazo. Los productos posteriores son alcoholes de baja ley como la cachaza, el vinillo y el resaque que se utilizan para enjuagatorio de guergueros.

Una afición sangrienta son las peleas de gallos. Ajisecos, cenizos y emplumados de sangre noble se enfrentan con filudas estacas hasta enterrar el pico. Durante meses los hermosos ejemplares son entrenados y sometidos a un régimen de atletas hasta que están listos para toparse sin miedo con contrincantes venidos de los cuatro puntos cardinales. Así es la tradición, así es la leyenda de gallos valientes símbolos de casta y de nobleza. El pueblo participa en las cotejas y tapadas. A la luz de lamparines la noche les llega entre apuestas y vivas a los héroes victoriosos. Este rito mezcla de furia animal y pasión humana nunca se acaba. Los gallos dominicanos tienen fama por toda la comarca y más allá de las fronteras.

Cuando no son las cotejas de gallos los dominicanos concurren a las peleas de toros. Estas requieren ejemplares macizos y fuertes dispuestos a competir entre bufidos y el acoso de los aficionados que billete en mano lanzan sus apuestas. Las peleas de toros son parte de los festejos patronales. Año a año concentran curiosos y aficionados que concurren a las invernas de san Agustín o el Jazmín para espectar las peleas. Dueños con sus ejemplares concurren al juez para pactar la contienda luego vienen las apuestas. Los toros, hasta ese momento, ignoran con quien van a medir fuerzas. Los ejemplares se colocan frente a frente y con sus cabezas se topan en golpes secos. El resto es una prueba de fuerza que arranca la hierba del campo y que provoca la estampida de los observadores porque algunos toros huyen perseguidos sin importarles el público y arrastrando todo lo que encuentran a su paso. Un espectáculo dentro de otro espectáculo. Los aficionados beben aguardiente y fuman guaña, una mezcla de tabaco con hojas de higo. Otros dicen que es marihuana a la que en estas alturas se le cambia de nombre y permite observar con lucidez la pelea. El pueblo se divierte en estas batallas de temeridad y de sangre.

El santo patrón, ingresa al pueblo cada 3 de noviembre a las tres de la tarde. Lo reciben repiques de campanas, cohetes y cortejos de gobernadores. Devotos que prometen cada año ofrendar al santo ollas descomunales de conserva. Una mermelada preparada con achira, yuca y fríjol y chancaca dulce que distribuyen copiosamente con pan ácimo. El gobernador y la gobernadora se distinguen por su sombrero adornado con cintas multicolores el que cuidan con denuedo los “negros” que con foete en mano disuaden a quien pretenda arrebatarles el sombrero y colocarlo al santo con lo cual tendrían que pagar un rescate. El ingreso del santo es apoteósico. Es una ocasión para el jolgorio y el baile que dura toda la noche. Cada 4 de noviembre el día central de la festividad los dominicanos se unen sea para venerar al santo o para recordar ese apego incondicional al terruño y a la familia. Entonces se deleitan con el cebiche de carne, tamales, tortillas con queso, el sango tradicional y los chicharrones.

En Santo Domingo están los pueblos de San Miguel, Ñoma, Quinchayo, Chungayo , Chacayo,Chancha, Tiñarumbe y Simmiris. Pueblos con historias memorables. En la Comunidad de Simmiris Luciano Castillo fundó la primera cooperativa socialista del Perú. El 28 de enero de 1883 fueron los comuneros de Santo Domingo y de Chalaco que hartos de los abusos de los hacendados tomaron por asalto la apacible ciudad de San Miguel de Piura y se inmolaron en ese doloroso capítulo de la historia que refiere los acontecimientos del “Casa Quemada”. Los montoneros que llevaban una bandera roja y lanzaban arengas y vivas a la comunidad habían tomado la licorería de Federico Ramos y celebrando su incursión armada se pusieron a beber sin reparar que las fuerzas de Prefecto Fernando Seminario Echeandía rociarían la casa con kerosene y la prenderían fuego. Muchos fueron quemados vivos, los que lograron escapar fueron ultimados sin piedad. Del centenar de montoneros que marcharon a Piura no retornó ninguno. Los restos calcinados fueron enterrados en secreto durante varias noches en las que el Prefecto recomendó a los vecinos de San Miguel de Piura se refugiaran todos en sus casas por que los montoneros de Santo Domingo y Chalaco podrían en cualquier momento retornar.

¡ALTO PIURA POR JUSTICIA Y POR DERECHO!


Por: Miguel Godos Curay

En el salón de actos de la Municipalidad se han colocado, como un desafío a la memoria, las efigies de los alcaldes de Piura. Algunos están vivos y otros muertos. De los que Piura recuerda por su coraje podría enumerar a don Antonio Leigh, a Orlando Balarezo a Lucho Paredes salvajemente asesinado y a José Aguilar. Podría compararlos por su origen. Podría cotejar sus historias personales sin desmerecerlos. Estaban ahí en el imaginario presentes para concurrir a la instalación del Frente de Defensa del Proyecto Hidroenergético del Alto Piura. Algunos precisaron que se trata del frente de defensa del agua y cómo todos tenemos necesidades innumerables. Todos recordaron que la sed nos mata a todos y que nuestro problema principal son las rebosantes alcantarillas.

Concurrieron como era de esperarse las autoridades en ejercicio, los congresistas Jose Carlos Carrasco Távara y Marisol Espinoza, como testigo de excepción Guido Raffo Varona. Estuvieron ausentes las universidades. El reto lo puso en la mesa el Obispo de Chulucanas Monseñor Daniel Turley Murphy quien aceptó este desafío histórico de hacer realidad un proyecto tan manoseado por los estadistas de turno, tan ganancioso para los ejecutores de estudios, tantas veces utilizado como bandera electorera. Pero al mismo tan construido con lágrimas y esperanzas. Proyecto tan soñado por los pobres que viven para el presente y no esperan sino el pan de cada día. Proyecto que consume las últimas fuerzas a Guido Raffo y que nos recuerda que esas hoy tierras polvorientas son las más ubérrimas y apetecidas del Perú. Tierras que piden a gritos las aguas frescas del Huancabamba.

Ahí esta el desafío. En este frente cívico están todos. Los que creen en la inversión y los que encuentran en el griterío, la protesta y el bloqueo de carreteras la diversión. Los que se rompen el alma haciendo producir la tierra y los que en la ebriedad de la demagogia piensan que es la hora de hacerse visibles y pueden ser candidatos. Quienes concurrimos a estos actos, advierto, sabemos de antemano realmente quienes se la juegan al lado del pueblo y quienes sólo aparecen para la foto de los diarios.

Que conste que Monseñor Daniel Turley, quien podría desentenderse de estos combates terrenales por la naturaleza de su dignidad asume por los altopiuranos lo que muchos no quieren hacer. El es un hombre de Dios al que le sobra la fe lo que a nosotros nos falta. Por eso no le tiembla la voz, ni aparece en la planilla de los que siempre andan en busca de lana para esquilar. Tampoco tiene tierras que regar sino un rebaño de ovejas – no de carneros- a quienes conducir por los caminos de la dignidad, la justicia y la honestidad. Es una tarea apremiante, pesada y fatigosa. ¿ No les parece un acto de desprendimiento descomunal que un hombre que ha venido desde lejos ponga su espalda como Cristo al cargar la cruz por los que más ama ?. ¿No es una vía crucis que nos duele en el corazón este Alto Piura que queremos por unanimidad que se haga realidad?

Se habrán dado cuenta de estos detalles los retóricos inflamados, los vocingleros de todos los partidos. Los que hablan y los que callan. Los que sufren y los que sueñan. Los que gobiernan y los que en el extravío de sus coloridas frases ofrecen la energía de los brujos de las Huaringas. Los que buscaban protagonismo se fueron con el rabo entre las piernas.

Ahí estuvo el Presidente Regional Trelles Lara tan altopiurano como el mango y el limón. También el Alcalde Eddie Farías. Estuvieron también los dirigentes agrarios y los que piensan que este proyecto es impostergable. Monseñor Turley, claro y esclarecido, nos dijo la verdad: “No podemos seguir viendo como los lambayecanos se unen por Olmos cuando aquí nos dividimos”. Parece que en la escuela nunca no enseñaron bien la tabla de sumar sino la de dividir en todo aquello que pueda ser asomo de progreso y mejora de la calidad de vida.

domingo, 12 de octubre de 2008

LOS MILAGROS DEL CAUTIVO DE AYABACA


Por: Miguel Godos Curay

Con palabras no se puede explicar el fervor popular al Señor Cautivo de Ayabaca. Hay que tener suficientes ojos y suficientes oídos para mirar y oír lo que acontece cada octubre en el que los caminos hacia Ayabaca se llenan de trajinantes de diversos rincones del Perú. Todos quieren venerar al Señor y pedirle lo imposible. Lo posible lo resuelven los humanos. Lo imposible es el territorio providente de Dios. El inventario de imposibles es un abecedario de males incurables – especialidad del Cautivito- como el cáncer, el Sida, la parálisis del cuerpo, la infertilidad del vientre estéril, la pérdida irreparable de la memoria, la pobreza, el miedo invencible a la muerte, el olvido de los hijos, el juicio perdido, el jefe zamarro y hasta los alcaldes que no aciertan una a favor de sus pueblos todo ello hay que “encomendarlo al Señor”.

Con sus pedidos en los labios y los ojos cubiertos de lágrimas acuden al Cristo llagado en cuyo santuario se congrega un mar humano de fieles venidos de la costa y de la sierra. Una legión de penitentes y sufridores, son ex reclusos, convertidos en mansos corderos. Otros son los peregrinos con su promesa a cuestas. Ellos pagan con su sacrificio un milagro concedido. También concurren narcos y paseros, mujeres de mala vida, policías, jueces y fiscales temerosos de una serruchada de piso. Agricultores que como todos los años ruegan que el “cordonazo” de las lluvias les garantice un año pródigo de cosechas. Y también periodistas que cubren con piedad su inaudita curiosidad.

También concurren los comerciantes de toda laya, chunchos del mismo Amazonas con boa en cuello, bocadilleros, vivanderas con sus cecinas y chifles recorre ferias porque el Señor les da de comer a todos. Devotos del Cautivo vienen de Ecuador y de Colombia y se confunden en esta feligresía que copa a bote la plaza de Ayabaca cada 13 de octubre. Para los ayabaquinos el Señor es ocasión del reencuentro. Mineros y antimineros se arremolinan fervorosos a sus pies para redimir pecados y sacar fuerzas para mantener la controversia. Ahí están Ayabaca y su pobreza y el Señor con su santuario cubierto de luciérnagas y de ruegos.

Otros con lágrimas en los ojos repiten, a cada rato, que el Señor no tiene límites para su amor. Uno de sus adoradores nos relata como en el quirófano sintió las manos del Cautivo sobre su remendado corazón y está vivo para contarlo. El hijo drogadicto hoy bebe agua y le cogió asco a la pasta, confiesa una madre de sienes plateadas. El desocupado, dice, encontró trabajo. La meretriz colgó las voluptuosas tangas de labor y ahora pertenece a un grupo de oración. El parapléjico logró mover sus manos. El pescador se libró de los naufragios invocando de rodillas al Cautivito. El policía obtuvo el ascenso esperado justo en octubre. Mi hijo ingresó a la universidad, repite una madre agradecida.

Todo eso hace el Señor y mucho más. El ex recluso se despoja de su túnica morada para mostrarme el tatuaje del Señor que lo protegió durante todo el tiempo que estuvo preso. Otros piden fortuna. Otros recobrar la salud. Otras un buen matrimonio y no faltan los que ofrecen a sus hijos para el servicio del Señor. Durante la noche una serpiente de camiones y buses marcha por ese camino culebrero en la cordillera que conduce a Ayabaca. El frío de la noche hiela los huesos pero aquí estamos.
Velas, estampitas, imágenes de yeso y palo santo que han sido frotadas en el manto del Señor son valiosas reliquias. Tantas miradas puestas sobre este rostro adolorido y esas manos tumefactas. Tantas invocaciones en la noche de los brujos curanderos al Rey Cautivo. Las canciones del ciego Pablito Maldonado son el recado obligado que llena los corazones de los más puros sentimientos. En este asomarse al mismo cielo que es en octubre el fervoroso pueblo de Ayabaca.

¿QUE OCULTA LA CRISIS?


Por: Miguel Godos Curay

Los dos últimos terremotos. El financiero y el de la corrupción aprista tienen como causa, nunca mencionada, la inmoralidad y el desprecio por la ética. Estos latrocinios disfrazados de yerros humanos pasaron inadvertidos para los auditores y genios de las finanzas. Los sistemas de previsión de riesgos, relajados por lobbys, hicieron picadillo la confianza en el sistema. El resultado es una crisis inmanejable provocada por la gran corrupción globalizada allá y localizada acá en mafias vinculadas al gobierno.

La corrupción en el Perú es de vieja data. Permitió que muchos se enriquecieran en plena guerra con Chile. Pradito, en 1879, nunca apareció con los pertrechos que fue a adquirir a Europa. Nadie rastreó las opulentas fortunas de los generales que acompañaron a Velasco. La amnesia nacional hizo recuerdos de las constructoras rapaces de los amigotes de Belaúnde. Fujimori, en cautiverio, es como pájaro en mano. Los ladrones reciclados, por cientos, siguen volando. Son como ladillas invisibles que provocan escozores en las ingles de Toledo y García. Sucede que Alan García, tiene una contumaz facilidad para rodearse de ratas y pericotes. No es el flautista de Hamelin pero los atrae como piedra de imán.

La crisis del capitalismo nos toca todos y en los próximos días debe frenar en seco las remesas familiares de los Estados Unidos a América Latina que el 2004 llegaron a los 45 mil millones de dólares una cifra mayor a todos los préstamos del FMI, el Banco Mundial y a las inversiones realizadas a la fecha. Sin este aporte la región va a palidecer. Quienes piensan, inadvertidamente, que la crisis no les toca respiren hondo. Un Dato: los fondos colocados en las AFP han sido liquidados por la turbulencia financiera. El despojo criminal ya fue perpetrado. Es probable que dorando la píldora por correo electrónico con todos los eufemismos consoladores le digan: ¡Aquí no pasa nada! Cuando el mensaje preciso debería ser: ¡Aquí no quedó nada!

El sarampión de la economía mundial ha demandado fuertes inyecciones de liquidez, en Europa, Bélgica, Holanda y Luxemburgo. En Alemania, se han necesitado 50 mil millones de dólares en garantías crediticias para fortalecer el Hypo Real Estate Bank International. En Inglaterra 50 mil millones de libras para mantener a flote la corporación financiera Bradford & Bingly. En Italia la negociación de valores de Unicredit fue suspendida. En Islandia el gobierno adquirió una gran participación del Banco Glintnir. El pedido de aprobación del rescate financiero al Congreso norteamericano era un documento de cinco a seis folios. El de otorgamiento del rescate tiene más de 600 y candados por todas partes.

La crisis mundial suma factores como el excesivo riesgo asumido por los bancos de inversión , un manejo financiero con superlativo énfasis en la audacia y astucia, la inteligencia de los pillos, antes que en la ética y virtudes tan antiguas pero tan vigentes como la verdad, la transparencia, la mesura, la parsimonia y la sinceridad. El crédito fácil provoca la sensación ilusoria de felicidad del dinero que no es dinero producto de tarjetas de crédito que generan deudas impagables que rompen los bolsillos de los más pobres. Junto a todo eso el artificio publicitario y la adicción al gasto inane. La crisis mundial es una analogía de lo que sucede con un servidor público que recurre a un préstamo bancario que refinancia y cubre con otro préstamo de una caja municipal u otra financiera en una cadena inacabable que asfixia y que socava finalmente sus posibilidades de pago.

Por eso urge preservar la salud financiera del país. La Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) ha advertido a los bancos, financieras y cajas municipales la necesidad de medidas conservadoras como las provisiones cíclicas, la gestión Integral de riesgo, y la adopción del Nuevo Acuerdo de Basilea II que garanticen que cualquier efecto indeseable sea amortiguado por el sistema. Hoy mismo los deudores minoristas tienen que ser observados detenidamente frente a los riesgos del excesivo endeudamiento. Definitivamente una tarjeta de crédito en manos de un consumidor sin capacidad de pago tiene efectos devastadores en la economía. En Piura se precisa que existen alrededor de 55 mil tarjetas de crédito de uso frecuente a las que acompaña como un fantasma ese riesgo posible de gastar lo que no se tiene a la hora que no se debe.

sábado, 11 de octubre de 2008

LA MUERTE DEL PERIODISTA HEREJE


Por Miguel Godos Curay

Hugo Garavito Amézaga (1948-2008) murió en plena conmemoración de Angamos. Como Grau, sucumbió luchando. La vida se le fue en el hospital Rebagliati en un combate sin tregua contra una insuficiencia renal producto de un coma diabético y una severa pulmonía. El ex secretario de Ideología de Perú Posible. “Estaba desahuciado, era un final que se esperaba pronto.” dijo apenado Marcial Ayaipoma, ex congresista y dirigente de Perú Posible.

Garavito, realizó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio de los Sagrados Corazones Recoleta e ingresó a la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica. Posteriormente viajó a España para continuar estudios en la Universidad de Navarra( España) en donde ingresó al Instituto de Periodismo. Se graduó en 1969, obteniendo la calificación de sobresaliente, para una tesis sobre Historia Política del Perú.

Luego fue profesor de política internacional de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de Piura. Garavito, agudo y polémico, murió a los 60, la misma edad que tenía al partir sin retorno Mariano Amézaga, precursor del radicalismo anticlerical en el Perú a quien estudió profundamente. Garavito, intelectualmente controvertido, incursionó en política con una agrupación política de su creación llamada "Movimiento Humanista Peruano" de donde extrajo las ideas esenciales de Perú Posible. Por su inteligencia se aproximó a los líderes políticos de la última década.

Lo encontramos en 1972 en la Universidad de Piura. Diez años después,en 1982,nos sorprendió en la Dirección de Correo de Lima exponiendo sus audaces ideas liberales, con una peinado “african look” a lo Santana ante Mario Castro Arenas.Posteriormente reapareció en el entorno próximo a Alan García durante su primer mandato y últimamente como asesor de la campaña electoral de Alejandro Toledo. Era todo un personaje. Un Quijote langaruto con bigotes a la mexicana. Un lector incansable e insobornable. Un disidente empedernido e inconsolable. Y un personaje para las despistadas humoradas de la televisión. En sus venidas a Piura recurría a Segundo Infante para interminables tazas de café y conversaciones sobre política.

Garavito mantenía una solapada identidad con Marino Amézaga un liberal anticlerical hasta el tuétano,aantepasado suyo, cabeza de una ilustre familia de inconformes entre los que se contaba él como heredero próximo. Riva Agüero denominó con frase afortunada a Mariano Amézaga “santo hereje”. Como anota Basadre: “Amézaga dio a sus ideas el respaldo de la austeridad y de la pureza moral de su vida. Y como también atacó los manejos con la hacienda pública que él consideró censurables y los errores y pecados que creyó encontrar en altos personajes, resulta a su manera, un precursor genuino de González Prada.

Hugo Garavito estudioso de Mariano Amezaga. Lo hizo visible. Recordó la seria denuncia del “santo hereje” contra García Calderón que quería la paz para el Perú después de la infausta guerra del pacífico "para proteger las fortunas privadas y mantener el orden social existente". Como periodista y perspicaz crítico fue redactor de el Dominical de El Comercio, también estuvo durante el gobierno aprista en el Instituto Nacional de Comunicación Social, en Radio y Televisión Peruana. Actualmente se desempeñaba como regidor del Concejo de Lima. Antes de incursionar en la política peruana estuvo de asesor en México, donde vivió aproximadamente una década. Con él, una rara avis, se cierra el último capítulo del periodismo bohemio entre cigarrillos y tazas humeantes de retinto café.

lunes, 6 de octubre de 2008

LAS VACAS SAGRADAS Y EL HILO DENTAL


Por: Miguel Godos Curay

El programa vaso de leche engorda a los proveedores. Aquellos que con la venta de enriquecidos lácteos manipulados en precarias condiciones higiénicas atiborran los almacenes municipales. Los bien nutridos son los alcaldes y funcionarios acostumbrados al “rompe manos” de estos sinvergüenzas con nombre propio que engatusan a las madres para que acaben eligiendo las hojuelas de quién sabe qué añadido para prolongar el hambre y la desnutrición infantil.

El programa vaso de leche tiene un propósito altruista: atender los requerimientos de los niños mal papeados. Si embargo, desde su creación ha nutrido en demasía a redes de mafiosos que se regocijan de que en el Perú haya más niños muertos de hambre. A ello sumemos los comités de administración elegidos por el gobernante de turno para pagar, con dinero del estado, el favor político electoral. Eso de la solidaridad humana, arroz con leche, es puro cuento.

Hoy el Vaso de leche es un bolsillo roto por el que se hacen polvo los recursos del Estado. Más barato resultaría entregar a cada comité de madres un hato de cabras para que ellas mismas ordeñen y repartan. Que conste que la leche de cabra, en su composición natural es la que más se aproxima a la leche materna. Es una leche altamente nutritiva y tolerada especialmente por los niños pues es hipoalergenica. No es como la leche en polvo “importada” que provoca en los chiquitines pobres diarrea y esa flatulencia insoportable con la que se aromatiza la miseria.

Gracias al vaso de leche crecieron las chupeterías y engordaron algunos inescrupulosos productores de natillas. Los bragueteros insoportables de los barrios pobres encontraron una razón para multiplicar la prole sin poner para el diario y la leche. Sobreviven una legión innumerable de tuberculosos y adultos que utilizando a la niñez obtienen diariamente una porción de aguada leche para el desayuno. Dicen también los vecinos que algunas coordinadoras, engordan más, porque se tiran la leche.

El colmo son los gerentes y coordinadores municipales que recorren los asentamientos humanos pesando churres y midiéndolos, centímetro en mano, para ver cuánto han crecido. La verdad es que siempre miden lo mismo y no crecerán porque no probaron, muchos días en la semana, leche y el estado terminó pagando la hojalata del tarro. ¿Cómo no van a estar desnutridos si con la ración de cuatro pequeños desayuna toda una numerosa familia? ¿Cómo no van a estar desnutridos si los padrones están “inflados” de falsos beneficiarios?

Ese negocio del vaso de leche ha servido para capitalizar a precio de hambre los negocios frescos de alcaldes delincuentes y regidores ávidos de teta. Por supuesto hay excepciones honestas. La única solución es la leche fresca: de cabra o de vaca. Pero siempre habrá que tener cuidado con las vacas sagradas de los municipios. Por eso no nos vengan a pintar numeritos, ni a mostrarnos tortitas estadísticas y a decirnos que los niños del Perú derrotaron el hambre y la pobreza.

Hay tantos cuentos no incluidos en el “Plan lector” que deberíamos empezar por aquel que repiten los alcaldes, que a la letra dice: “ Tengo una vaca lechera…no es una vaca cualquiera y la leche entregada es realmente tan aguada que por lo menos nueve de cada diez niños de sectores marginales tiene los dientes perforados por las caries. Muchos ignoran la escobilla de aseo y la menta de la kolynos pese a la recomendación entusiasta de la señorita que recuerda a cada rato: ¡Niñas usen el hilo dental!.

martes, 30 de septiembre de 2008

CON LA VIDA EN UN HILO


Por Miguel Godos Curay

Si volviéramos a nacer es probable que elijamos ser periodistas. Somos dueños de abrumadores satisfacciones que nos ha dado el periodismo. Hemos leído lo suficiente como para no sentirnos ignorantes en muchas cosas de curiosidad tan diversa y concentrada como la física cuántica o el lenguaje de las hormigas. Seguimos leyendo. Confieso, con extrema sinceridad, que periodista que no lee y no escribe. No lo es. No somos ricos y la fortuna de la que nos preciamos es el haber disfrutado de gozosos privilegios humanos esquivos para los que prefieren medir sus éxitos personales por dinero el que, con sinceridad, nunca llegan a disfrutar. Nuestra fortuna es la vivencia inasible pero inolvidable. Vivimos de la noticia y somos noticia a la vez.

Vivimos con la vida en un hilo sin ser equilibristas. Quienes admiran nuestras causas nos consideran sus héroes personales. Pero quienes nos odian, que no son pocos, ponen precio a nuestras cabezas. Gracias a Dios tenemos más vidas que un gato. Somos como el acido muriático para los corruptos y nuestro peor yerro es engolosinarnos con el poder. Por eso es siempre bueno inmunizarnos con la vacuna triple de la verdad, la ética y la sinceridad consigo mismo. Una conciencia sin ataduras brilla más que el oro y resplandece como la joya más hermosa de la que somos exclusivos propietarios.

Muchas veces somos incomprendidos porque el mayor tiempo de nuestra vida se lo comió la calle. Dicen que somos idealistas y que andamos como don Quijote desfaciendo entuertos por el mundo. Otros nos alaban por aquello que a los periodistas es bueno tenerlos a favor que ser víctimas de sus dardos o de su olvido. Hay quienes creen que los periodistas se compran con dinero o con prebendas y hay quienes se dejan comprar como fofas meretrices al mejor postor. Son los periodistas sanguijuelas, privados de memoria y de decoro. Son una especie detestable que no se regodea con la inmundicia y que vive chupando las ubres del poder.

Periodistas los hay buenos y malos como en todas las profesiones. Los buenos casi siempre se distinguen porque no tienen ataduras en la lengua para proclamar su verdad. Lo otros viven del pacto infame de hablar a media voz. Son por todos conocidos entre la fauna vergonzosa de adulones, peseteros, pedigüeños, caga tinta, obtusos y los patibularios. Por supuesto hay periodistas que hacen de su vida un noble servicio público.

Lo que sucede es que en este territorio tan trajinado por el irrestricto derecho a la información pública también transitan con patente de corso una cofradía interminable de cretinos, mercaderes y vividores. Hay que distinguir, sin embargo, como el trigo de la paja, a quienes hacen de su profesión un servicio indeclinable a la sociedad de los que se sirven de esta función pública para sus intereses personales siempre ajenos a los de la sociedad. Unos sirven los otros se sirven. Unos tienen la bandera de la ética y la moralidad lo otros como los barcos piratas llevan la bandera de la desinformación, la amoralidad y la inmoralidad. Nuestra gratitud y recuerdo a esos periodistas apasionados, que tecleando su Remington resolvían los problemas del mundo. Ellos son una causa para vivir que es lo mismo que vivir por una causa tan enorme como el amor a la verdad.

LA CARA VANA DEL COMANDANTE


Por: Miguel Godos Curay
Una veintena de camionetas 4x4 y algunos buses acompañaron en su última visita a Sechura a Ollanta Humala el pasado 23. Los flamantes vehículos que raudos se desplazaron por el bajo Piura fueron proporcionados por los pescadores de Letirá, Becará y Sechura quienes pidieron a boca de jarro al comandante la derogatoria del Decreto Legislativo 1084, la controvertida Ley de Cuotas. Eran camionetas último modelo las que en tienda cuestan no menos de 32 mil dólares. Según un eufórico despacho radial nacionalista: Se trataba de una caravana de 29 camionetas que conducían a furibundos nuevos humalistas. A 30 mil dólares por vehículo. El cienpies con ruedas estaba valorizado en 870 mil dólares nada despreciables.

Humala, se reunió a puerta cerrada en uno de los ambientes del auditorio municipal con los armadores sechuranos a quienes escuchó acompañado de los congresistas Mekler, Urquizo y Espinoza. Pero no prometió ni ofreció nada. Finalmente el “Comandante” dijo: ¡ la respuesta en la plaza!. En realidad no hubo respuesta pública al pedido de derogatoria del Decreto Legislativo 1084. Lo puede atestiguar Toño Seminario Salazar, el asesor de los armadores, quien se desflemó pidiendo la derogatoria

Un Ollanta sport con polito. A media luz en el frontis de la Iglesia de Sechura se despachó con el mismo rollo radical de Evo Morales. En el actual contexto de la crisis económica mundial Humala recuerda la euforia de Velasco sólo que ahora el militarote usa blue jeans y zapatos deportivos para estar a tono con la audiencia. Humala no respondió en Piura a las interrogantes sobre su mansión de 160 mil verdes. Según él provocaciones del gobierno. Mekler, sostuvo en RPP que el nacionalismo, se fortalece en el oriente y en el norte. Esta súbita popularidad es como un hipo que en Sechura aún se cura con sustos y mentiras.

El fenómeno de su eventual simpatía es una coyuntura tan endeble como los castillos de pirotecnia que resplandecen minutos en Sechura. Ignoran los nacionalistas que Rumbo al Progreso, la fuerza política local está más cerca del Fujimorismo que de su posición. Humala gana cuando el gobierno pierde pues capitaliza los errores del aprismo y el desborde popular producto de la crisis. Lo que dicen las encuestas, sin embargo, es como helado de fresa al sol del mediodía.

Marisol Espinoza, nuestra congresista, demostró en esta gira sechurana que trepa camioneta y que a veces hablar de economía es un recurso fácil para salir al paso ante un poco advertido auditorio. Ese rollo es el mismo rollo que utiliza cada vez que necesita rollo para hablar del rollo. En un territorio en donde menudean los números y las cifras la economía requiere sinceridad, cifras claras y una dosis de ubicación histórica. Lo que sucedió en Sechura con la sardina, depredada hasta la desaparición, puede suceder en cualquier momento con la anchoveta. Depredación y cambio climático son el Apocalipsis.

Humala, salvando pellejo dijo: “Lo que hay que hacer los congresistas no la van a hacer porque ni siquiera son mayoría en el Congreso. No manejamos el gobierno, no manejamos la plata. Pero miren. Sí ustedes se organizan y todos toman la decisión de armar un plan de desarrollo provincial llaman acá a su alcalde, llaman a sus autoridades y les plantean qué es lo quieren ustedes. Ahí va empezar la solución de los problemas de Sechura porque todos van a tener que reclamar educación y salud. Ahí si el Estado tiene que venirles a atender su educación y salud, además de eso tienen que reclamar el canon de la pesca. “

Pregunté a uno y otro en la plaza que había dicho Humala. Nadie me pudo dar una repuesta aproximada de los temas tratados. Unos vieron el inicio de la campaña electoral. Otros que se va anular la ley de cuotas y otros que Bernardo Pazo el Mayordomo de la Merced, lo había invitado, en buena hora, para animar las vísperas de la fiesta.

viernes, 26 de septiembre de 2008

SOBRE LOS SUIZOS Y EL PERU


Por: Miguel Godos Curay

Es ineludible hablar de los suizos en el Perú sin mencionar a empresarios pioneros como George Grünberg, el propietario de la hidroeléctrica de Curumuy.Grünberg, gracias a su tenacidad y apuesta por el Perú, ha creado empresas de prestigio como Construcciones Metálicas Unión y Otto Kunz una procesadora de productos cárnicos de prestigio continental y mundial. A estas inversiones se suman sus plantaciones de limón, algodón mango y pimiento en Piura. Grünberg concurrió al aeropuerto y fue testigo de excepción el 17 de diciembre del 2002 cuando la Universidad Nacional de Piura le confirió el doctorado Honoris Causa a Mario Vargas Llosa.

Otro suizo y piurano memorable fue Kurt Beer. No sabemos si más piurano que suizo o más suizo que piurano. Aquí desarrollo proyectos ambiciosos como un parque que llevara el nombre del héroe nacional suizo Guillermo Tell. Finalmente el alcalde de Piura José Aguilar, en tributo a ese sueño hizo realidad el Parque Kurt Beer.

Con el geógrafo Fernando Villiger, tenemos que repetir la misma analogía es tan suizo como peruano. Ama al Perú porque lo conoce y lo ha recorrido, detalle a detalle, tarea que no han emprendido con pasión muchos académicos y estudiosos. Villiger, nació el 20 de junio de 1939 en Suiza y se graduó de geógrafo profesional en la Universidad Federal de Zurich. Llegó en 1968 enviado por el gobierno suizo como profesor del Colegio Pestalozzi. Desde entonces se enamoró del Perú al que en el lenguaje peruanista de Juan José Vega le cogió verdadero “camote”.

El Perú, como decía Arnold Toynbbe, es una locura geológica. Su paisaje combina playas de ensueño que hay que preservar, pero también desiertos de muerte con una insospechada riqueza como el de Sechura que guarda viejos sedimentos marinos que son fosfato de alta solubilidad. Selvas tropicales de riqueza biológica insospechada. Sólo en un árbol de Tambopata hay más variedades de insectos que en cualquier país de Europa. Pero no sólo eso, el Perú andino es maravillosamente deslumbrante en sus cordilleras, en su pasado y en sus posibilidades.

Todos estos paisajes han sido recorridos por el profesor Villiger. Ha recorrido la extensa faja costera, los andes y la selva los que ha estudiado con verdadera pasión, pero no se ha quedado con ese conocimiento en la mochila sino que lo ha divulgado y ha contribuido a divulgar el de otros investigadores y estudiosos durante 29 años en el Boletín de Lima. El Boletín de Lima, es en efecto, una de las más extraordinarias revistas culturales y científicas existentes en el Perú desde la publicación del Mercurio Peruano (1791-1794) producto de la ilustración en el Perú.

El Boletín de Lima, desde su aparición en 1979, es una fuente de consulta obligada sobre variados aspectos de nuestra historia, geografía, la flora, fauna, antropología y etnología. Sin descuidar la economía, la artesanía, la planificación y la ecología. Es un esfuerzo de divulgación científica inapreciable. Particularmente tendría que destacar en él, la metodología para la publicación de artículos científicos. Un territorio aún pantanoso en la universidad peruana en donde se divulgan poco las investigaciones y se incurre en el facilismo y la práctica insana de la apropiación intelectual.

Villiger, nos ha enseñado también que la geografía es una ciencia de la tierra pero también del hombre. El nos ha trazado un “mapa” del conocimiento del Perú y lo peruano. A las observaciones de Humboldt, el aporte del sabio Antonio Raimondi y de otros estudiosos como Isaías Bowmann, el benemérito Rector de la Universidad Jhon Hopkins que estudió los Andes del Sur del Perú. El de Steiman sobre la geología peruana, el de la flora peruana de Augusto Weberbauer, los estudios de Pulgar Vidal, Chuman Murphy sobre el guano y los ya pioneros de José Carlos Mariátegui y Víctor Andrés Beláunde habría que sumar los de investigación y divulgación de Villiger cuya presencia en la Universidad Nacional de Piura es siempre grata y motivadora.

Villiger, es un viajero incansable. Nos recuerda a Celestino Mutis (1732-1808) el científico gaditano estudioso de la quina que se afincó en Colombia. No sólo estudió la botánica sino que también incursionó en los estudios lingüísticos y recogió antiguas palabras aborígenes. El Perú debe enorme gratitud a muchos ciudadanos suizos como Johan Jacob Tschudi (1818-1889). Tschudi fue también un gran peruanista que estudió nuestro paisaje y territorio. Como bien ha señalado Rogger Ravines a su contribución científica se suman los estudios sobre el quechua y su valentía, para denunciar, hace más de un siglo, el robo del patrimonio arqueológico peruano y su amenaza para la identidad del país. No puedes faltar en esta relación Marguerite Dellenbach quien como asistente del Museo de Etnografía de Ginebra realizó estudios y colecciones etnográficas en la Amazonía Peruana.

A decir de Fernando Villiger: Suiza, su patria natal, es un pequeño país de montañas donde las glaciaciones dejaron huellas, con bosques y praderas, gargantas y valles con un progreso insuperable. Paisaje que siempre hemos admirado en las coloridas páginas de los calendarios. Nuestra primera memoria sobre Suiza está en aquellos relojes suizos que nos acompañaron con un tic- tac puntual en los días de nuestra infancia. En la Cruz Roja, una institución humanitaria, con presencia planetaria y también en esa lealtad inconfundible de un hombre que con mucho esfuerzo mantiene viva esa pasión por divulgar estudios sobre el Perú.

Este es un esfuerzo de periodismo científico que se nutre en las reservas del conocimiento y el amor. Toda información científica es ingrediente fundamental de la educación política que permite que los yacimientos intelectuales de una nación sean fuente viva de progreso y desarrollo. El profesor Villiger nos ha dado una inolvidable lección para repensar el Perú.

Foto: Miguel Godos y Fernando Villiger