domingo, 24 de abril de 2011

LA ALDEA DE LOS BALCONES TRISTES



Por: Miguel Godos Curay

Colán ya no es Colán. He recorrido kilómetros a lo largo de las apretujadas casas de playa para mirar un metro de mar. Todo está sitiado. Habría que imaginar el vuelo de los botes y chalanas por encima de las edificaciones para llegar a la playa. Y la expansión crece, volátil a todo precio sin orden ni concierto. Sin catastro que nos diga como emergieron tantos propietarios. ¿A quién compraron? ¿Cómo se apropiaron de la playa? ¿Quién detiene esa voracidad salvaje que ahora nos impide ver el mar? Todo está sitiado por las cerveceras. El viento sopla hacia los cerros. La arena danza enloquecida interminablemente.

Colán se bebe en sorbete el agua potable que le falta a Paita y languidece. La carretera de Sullana a Paita por donde se desplazan las cisternas cargadas de etanol es una cinta desgastada de asfalto destrozada y sin bermas en todos sus tramos. Por aquí pasan raudos los pesados camiones que transportan el mango. La bonanza exportadora no se preocupa por los caminos. La Iglesia de Colán aún se mantiene en pie pero cada día hay menos feligreses. Y las antiguas imágenes están ahí en abandono muriendo a pocos mientras el divertimiento en la playa crece desaforadamente. Colán no es un pueblo con Iglesia. Sino una Iglesia con un diminuto pueblo arrinconado por el exotismo de sus añejas costumbres. El resto es más de lo mismo. Un balneario que se tuguriza amenazado por las petroleras cuyos castillos se divisan amenazadoramente.

Colán, en algún recodo de su historia tuvo mayor población que Paita. El agua estaba cerca y posibilitaba la vida y el esplendor del comercio. Hoy no, el hacinamiento acarrea serios problemas pues se acumulan los desperdicios y mientras en Colán se llenan piscinas en Paita se mueren de sed. Balsas y botes no hay ni para remedio de la desolación y la pena. Cachemas y toyos son parte de una vieja crónica irrepetible y desgarrada. El “suco” de Colán rojo y sabroso es parte de una leyenda. Los aparejos y artes de pesca están abandonados en los corrales. El espejismo del progreso arrasó con la tradición pesquera que aún se mantenía en pie. Las salinas, de no ser preservadas en cualquier momento amanecerán sitiadas y ajenas. Ya los topógrafos en veloces 4 X 4 lo han medido todo y lo han repartido todo. El municipio con una timidez por el progreso ha construido una enorme plataforma para el parqueo de vehículos pero nadie lo usa porque los nuevos propietarios tienen sus propios estacionamientos. ¿Colán es tierra de nadie?.

Antaño el repartimiento de Colán tuvo varios encomenderos por disposición del propio Pizarro entre ellos Andrés Durand muerto en 1549. Ese mismo año Baltasar de Carvajal figura con el repartimiento del Valle de Colán y el pueblo de pescadores de Yasila. En la relación de lenguas indígenas confeccionada por el Obispo Martínez de Compañón figuran como idiomas distintos, el sechura, el colán y el catacaos.

En 1718 el cacicazgo de Colán comprendía varios ayllus -sostiene María Rostworowski- Colán, Camacho, Malacas, Nizama y Vitonera eran las parcialidades. Leguía y Martínez (1914) distingue entre Colán la antigua cercana al mar, La Capilla, o el nuevo Colán o San Lucas creado tras la destrucción del pueblo viejo, a consecuencia de dos incendios que lo arrasaron. El traslado del pueblo de pescadores a un asentamiento cerca de las chacras y sementeras guarda relación con el cambio de actividad económica.

En 1615, la apacible vida de Colán, fue amenazada por la presencia del corsario holandés Joris van Spilbergen quien después de asolar Huarmey se dirigió con el mismo propósito a Paita sin contar con el coraje de la valerosa encomendera de Colán, doña Paula Piraldo de Andrade Herrera y Colmenero, que defendió con sus gentes el puerto rechazando al corsario.

Personaje renombrado de Colán fue don Luis Yuncherre, un próspero comerciante que tenía hatos de cabras, comerciaba sal con Guayaquil por lo que pagaba fletes de balseros. Don Luis comerciaba de igual a igual con españoles. También vendía y compraba toyo seco y botijas de vino. Era tal su prosperidad económica que había adquirido siete casas en Paita las que tenía en arriendo. Al morir legó en su testamento 200 pesos al convento de La Merced de Paita y 600 pesos para la fábrica de la iglesia de Colán por haber sido mayordomo de las cofradías de Nuestra Señora de la Veracruz, Ánimas del Purgatorio y el Santísimo Sacramento. Según la costumbre tenía varias mujeres, tres de ellas fuera de Colán.

La proximidad de Colán a La Bocana del Chira donde abundaba la zarzaparrilla lo convirtió en un balneario popular en donde los afectados por el mal gálico se sumergían en los lodos curativos y posteriormente baños de arena caliente. Por este motivo advierte Federico Blume Corbacho.”Los que se van a Piura, por lo general lo ocultan o lo disimulan, alegando negocios de algodón o de cueros de chivo. Los baños son allá de arena y nada tienen de aristocráticos ni de agradables. Un regreso de Piura no se luce ni se publica; es un secreto de familia”.

Federico Blume Corbacho (19.04.1863) fue hijo de Federico Blume y Othon, el ingeniero constructor del ferrocarril Paita-Piura. En 1879 editó en Paita el periodiquito “La Jaiba” en el que satirizaba las costumbres porteñas. A los 16, este año, fue testigo de la inmersión en la bahía de Paita del submarino fabricado por su padre. El primero de Sudamérica. Blume Othon lo ofreció al Gobierno de Prado, quien envió a Paita al Transporte “La Limeña” para llevar el aparato al Callao. La idea era fabricar un submarino más grande dotado de torpedos de potencia para perforar el casco de las naves chilenas. El proyecto se abandono tras la caída de Arica y la derrota del ejército del sur. Tenaz en sus proyectos, Blume puso en operación el submarino fabricado en Paita el que finalmente fue hundido frente al muelle de fleteros en el Callao. De aquí lo sacaron los chilenos. Parte del casco de este primer sumergible se conserva en Museo Naval de Talcahuano.

El viento danza en las tardes. El sol de Colán reverbera como una mandarina en la playa. Los candiles de los botes están apagados. Las cuatrimotos remueven la arena. Se curan “picaduras” de rayas dice un cartel. Pero ni el ají, ni el limón conjuran la desolada tristeza del corazón.
Fotos: Federico Blume Corbacho - Vista de Colán.

lunes, 18 de abril de 2011

VALLEJO, POETA Y PROFETA




Por: Miguel Godos Curay

Fue una tarde a mediados del año 1916, los jóvenes bohemios de Trujillo rendían homenaje a Rubén Darío muerto el 10 de febrero del mismo año en el restaurant campestre “Los Tumbos”. Antenor Orrego, que presidía el cenáculo dijo: “Ha muerto el poeta de América. Pero declaro aquí esta noche que ha nacido otro poeta de América, el renovador de la poesía de nuestra lengua, y ese poeta eres tú ¡Cholo Vallejo! Eres tú como tal te consagro porque tu nombre hoy apenas conocido y seriamente combatido será algún día saludado y admirado como el más grande de los creadores de la nueva poesía castellana de nuestra época”. Vallejo atónito contemplaba a Orrego transfigurado, su sombra se proyectaba en las paredes como la de un gigante. Haya de la Torre, con las flores y ramas que había en la mesa formó una corona y la ciñó en la frente del poeta. Después cogió una copa de vino bautismal y la mojó la frente, proclamándolo para la eternidad el nuevo poeta de América. Todos alzaron su copa por Vallejo en incontenible emoción.

Vallejo, recorría los muros de Chan-Chan al caer la tarde, declamando con voz sonora sus versos. Tenía el perfil de un Lincoln moreno de frente prominente y cabellera negra. Lo acompañaban Orrego y su sobrino Julio Gálvez Orrego, quien con sus ahorros y renunciando a un pasaje de primera, cubrió dos boletos de tercera en vapor con el que finalmente Vallejo pudo viajar a Europa. Perseguido y acusado injustamente por unos luctuosos incidentes en las festividades de Santiago en Chuco, permaneció en la casa campestre de Antenor en Mansiche. Aunque la mesa era austera la conversación era amena. La pasaban bien. Julio, cada fin de semana marchaba a Trujillo en busca de provisiones para la semana en un jaca vieja, que cierto día, fatigada de su labor murió repentinamente. Preparada la fosa mortuoria fue sepultado el animal. Previo responso de Vallejo entre las risotadas de los dolientes.

Una noche, la calma fue rota, en plena madrugada, por los quejidos de Vallejo que presa de sudor despertaba de unas pesadillas horripilantes. Soñaba que muerto concurría a su propio funeral en París. Sólo una mujer, cuyo rostro no pudo identificar lo acompañaba. Vallejo despertó sumamente turbado y aunque Orrego, lo tranquilizó no pudo recobrar el sueño. Fue un sueño premonitorio.
Integraban la bohemia de Trujillo Orrego (Fradique), el huancabambino Eulogio Garrido (José Matías), Federico Esquerre (Ruskin), Vallejo (Korriskoso), Julio Gálvez (Julito Calabrés), Víctor Raúl Haya de la Torre (Príncipe de la Desventura), Macedonio de la Torre (Reyecito) y Francisco Xandoval (El Moro Tarrarura). Más tarde Haya de la Torre fue elegido presidente del Centro Universitario de Trujillo. Por este motivo hubo un ágape, en donde Vallejo pronunció las siguientes palabras: “Yo poeta, brindo mi copa por este pichón de cóndor….Yo profeta, anuncio que volará muy alto, y será grande, grande, grande”.

Orrego, Haya, Vallejo y Xandoval, tenían profundos conocimientos esotéricos y teosóficos. Haya recordaba siempre que en los momentos de la persecución y la clandestinidad contaba siempre con la protección del alma leal y fraternal de Manuel Arévalo. Por eso permaneció indemne en sus refugios en los que Arévalo a quien veía en sueños le alertaba de cualquier peligro. Xandoval era un profundo místico sumergido en el misterio de las religiones orientales. Todos de alguna forma u otra eran profundos creyentes y de una robusta moral.
Vallejo, es el símbolo de una genuina rebelión poética y de escritura enérgica. Diestro en la condensación y culterano del neologismo. Vallejo es el exponente de un barroquismo industrial. Para Vallejo la relación entre el escritor y la escritura no es una relación estético-narcisista sino una dialéctica del yo frente a la historia. Es un poeta vital como Whitman o Rimbaud. Opuesto al raciovitalismo orteguiano.

La adhesión al comunismo de Vallejo le nació de su profunda sensibilidad social y aunque le acarreó censuras se mantuvo con austera valentía en la más desolada pobreza. Durante su juventud trabajó en un centro minero su experiencia la mostrará en “Tungsteno” publicada en 1931. Posteriormente trabajó en la hacienda azucarera “Roma” de ahí surge su relato “Paco Yunque” escrito en Madrid. Su primer poemario “Los Heraldos Negros” está escrito en verso clásico. En el ya aparecen sus evocaciones místicas y angustia metafísica. En 1922 publica “Trilce” al más puro estilo vanguardista. Vallejo llegó a París en 1924. Entre 1930 y 1932 se refugia en España acusado de comunista. En 1929 conoce a Georgette Philippart. Los años 1928,1929 y 1931, realiza tres viajes a la Unión Soviética. Su adhesión al marxismo es total. Inspirado en este afán reivindicatorio escribe “Poemas Humanos” y “España Aparta de mí esta Cáliz” poemarios escritos con amor y rabia. Vallejo impulsa la creación de Comités de Defensa de la República. En julio de 1937 participa en el II Congreso Internacional de Escritores y Artistas en Defensa de la Cultura en Valencia y Madrid. Su voz resuena. “…los escritores libres están obligados a consubstanciarse con el pueblo, a hacer llegar su inteligencia a la inteligencia del pueblo y romper esa barrea secular que existe entre los piensan y su pueblo”. Curiosamente cuando más firme es su adhesión al comunismo más puros son sus sentimientos de solidaridad cristiana. La utopía vallejiana es la del amor universal para “que el hombre sea hombre”. Su mensaje ecuménico es el profundo humanismo de un ser dotado de inteligencia, razón y corazón. Vallejo partió un 15 de de abril de 1938. Tenía sólo 46 años.
Histórica foto, el primero de la derecha es Haya de la Torre,el quinto de la izquierda es Vallejo.Foto superior Antenor Orrego, Grupo Norte

domingo, 10 de abril de 2011

ELECCIONES SÍ: ¿COMO ANDA LA ECONOMIA?


Por: Miguel Godos Curay

Al 22 de marzo, según el reporte del BCR, las reservas internacionales netas (RIN) ascendieron a 46 mil 244 millones de dólares. El crédito total al sector privado de febrero acumuló un crecimiento de 20,6 % en los últimos 12 meses. La cotización del oro subió 2,1 %; el cobre aumentó 5,2 % y el zinc se incrementó 2,8 %. El precio del petróleo va al alza. El país está en salud económica. Sin embargo, como advierte el Banco Mundial el éxito económico del Perú es una combinación de buenas políticas y buena suerte, está ultima representada por los precios favorables de los minerales. Es cierto que la apertura comercial ha tenido efectos positivos sobre el crecimiento, pero también han crecido la desigualdad y la pobreza en el corto plazo.

El Perú está dividido administrativamente en 26 regiones, 195 municipios provinciales y mil 639 municipios distritales. Los gobiernos regionales y locales han recibido como canon minero 17 mil 860 millones de soles en el quinquenio 2006 – 2010, cifra que refleja un crecimiento de 869% o 9.6 veces más si se compara con los mil 842 millones de soles que percibieron por el mismo rubro cinco años anteriores (2001 – 2005). La minería peruana ha captado inversiones por 11 mil 413 millones de dólares en los últimos cinco años (2006 – 2010), lo que significa un crecimiento de 156% (2.5 veces) de lo registrado en el quinquenio anterior (2001 – 2005) que ascendió a 4 mil 532 millones de dólares. Pese al boom de inversiones el Perú todavía enfrenta serios desafíos en materia de reducción de la pobreza, la desigualdad, y preservación ambiental.

Los grandes logros de la economía serán sostenibles en la medida que haya un Estado eficiente y que pueda responder a las demandas crecientes de los ciudadanos. Todavía la corrupción y la informalidad mantienen indicadores aplastantes. En la administración pública y algunos sectores de la empresa privada las malas prácticas como la evasión fiscal socavan la competitividad. La mayor parte de los funcionarios públicos, son reacios al control ciudadano y a la transparencia obligada en cada uno de sus actos. Aunque progresivamente la administración pública asume la gestión por resultados. El maquillaje de las cifras y la cosmética “oculta malos manejos” está a la orden del día. Hay logros pero las acciones del Estado se fragmentan en cientos de iniciativas, proyectos y programas que diluyen su acción sin eficiencia. Es lo que sucede cuando el Estado interviene. Muchos sectores se ignoran a sí mismos. Sectores que cumplen función complementaria. Por ejemplo, educación, recreación y salud intervienen en caminos divergentes.

El acceso al agua potable, a servicios de saneamiento, a la electricidad, o a medios de transporte, carreteras y puertos de primera clase tienen impacto incuestionable sobre el desarrollo humano. No es casual que la pobreza y los círculos viciosos de la miseria y el bajo crecimiento se manifiestan con crudeza en estos sectores cadenciados y desprovistos de servicios. Las condiciones de la salud no mejoran en centros educativos y hogares sin agua potable y electricidad.

Advierte el Banco Mundial en el Informe: “Perú en el umbral de una nueva era” que requerimos con urgencia un Estado más comprometido y con credibilidad en los sectores mayoritarios y menos favorecidos. Un capital humano más desarrollado, que permita a todos los peruanos mayores oportunidades educativas para acceder a buenos empleos y contribuir a mantener las altas tasas de crecimiento. Una mejor infraestructura física que empuje el crecimiento económico y que cierre las brechas de desigualdad que aún existen en el Perú.

La inversión en educación es crucial. Las personas bien educadas en la economía global del siglo XXI necesitan una multiplicidad de habilidades que la actual educación hoy no brinda. Necesitamos tres tipos de habilidades valoradas en el mercado laboral: las cognitivas: Hablar, leer y escribir correctamente, aritmética funcional aplicada a la vida diaria y vencer el pánico a los números, capacidad de crear y resolver problemas. Las socio-emocionales: puntualidad, autodisciplina, perseverancia, confiabilidad, aptitud para el trabajo en equipo. Técnicas como las destrezas y calificaciones profesionales. Las reformas que impulsan la productividad, la mejora de la infraestructura y los logros en la educación y la capacitación, son fundamentales. La mejora del clima empresarial y el fortalecimiento de la gobernabilidad son elementos importantes en una estrategia política para el crecimiento.

Las habilidades cognitivas y socio-emocionales se fortalecen en la escuela y en el propio hogar. Pocas familias valoran aún el acompañamiento del proceso educativo de sus hijos ignorando que sus logros van a tener un impacto positivo en el mercado laboral. Pocos padres compran libros a sus hijos para estimular la lectura y el aprendizaje. Tampoco refuerzan su auto confianza. El Perú sigue siendo uno de esos precarios territorios en donde aún surte efecto el tráfico de influencias y la tarjeta. Sumemos a ellos la incapacidad de la mayor parte de los docentes universitarios para expresarse en otro idioma. Un reciente estudio reveló, que entre los peores hablantes de inglés como idioma de adopción, están Panamá, Colombia, Perú, Tailandia, Turquía y Kazakjitan. El propio TLC con los Estados Unidos y sus beneficios no se perciben y resultan incomprensibles.

El Perú disfruta una propicia temporada de “vacas gordas”. Sin embargo hay que advertir que cuando no se expanden a todos los beneficios, los logros se ven minados por la frustración y el desencanto. Muchas veces, el desmedido optimismo acompaña siempre las promesas de los políticos en tiempos electorales. La economía crece aceleradamente impulsada por los precios elevados de los minerales. Los signos que advierten el recalentamiento de la economía son el aumento de la inflación, el rápido crecimiento del crédito y el auge de los mercados especulativos de valores. Sin adecuadas políticas públicas y sin una elección responsable los beneficios de la economía se desploman fácilmente.

domingo, 3 de abril de 2011

UNA HISTORIA DE PIRATAS


Por: Miguel Godos Curay

La gea de Paita oculta insospechados misterios del preciso momento en que desaparecieron de la faz de la tierra los dinosaurios. El yacimiento fosilífero más significativo del cretácico está en Paita. La ciencia tiene mucho por descubrir y desentrañar. La Provincia Litoral de Paita, creada por Castilla, limitaba con el Ecuador por el norte cuando Sullana era un villorrio y Talara un despoblado. La Tortuga, caleta hoy en disputa, según las cartas de navegación está en Paita. Los recortes territoriales le han reducido a Paita la cintura. La explosiva expansión especulativa que apaña a tierras a precios irracionales. Y el destape de pozos petroleros sellados en su momento por la IPC con el cuento de la exploración de hidrocarburos se ha convertido en un boyante negocio en el que el Estado tiene que ejercitar su derecho a la fiscalización. Y el municipio exigir lo que le corresponde por derechos de vigencia y canon. Es necesaria también la preservación ambiental y el ordenamiento territorial. No es posible que las provincias de Paita y Talara, que son los puntales económicos de la región tengan agua para consumo humano, dos horas al día. ¿A esto se le puede llamar progreso o beneficio de la inversión?

En la bonancible bahía de Paita asomaron los carabelines de Pizarro en 1528. Según las crónicas quinientistas en el apurado desembarque el conquistador perdió su espada. Los tallanes, y entre ellos ocultos espías orejones del Cuzco, informaron pormenorizadamente de este acontecimiento al Inca. Los indios de Paita y de Sechura, eran expertos navegantes cuyas balsas que dibujó Girolamo Benzoni se desplazaban hasta la costa del hoy Ecuador y el golfo de México. Vivían del comercio del tollo y de la sal. La presencia de Pizarro, en un primer momento fue una ocasión para sacudirse de la dominación cusqueña.

Otros caciques como Amotaxpe y trece señores del Chira, se rebelaron contra Pizarro. La levantisca recibió un salvaje escarmiento del conquistador que los quemó vivos después de bautizarlos en tropel. De modo que el cacique de Amotaxpe, el primer rebelde del naciente Perú y otros trece señores de estas tierras fueron paiteños. Lo que no se condice con la ahuevada indiferencia que se observa hoy.

Durante la colonia, la importancia económica y política fue mayor. Todos los virreyes que marchaban a la capital del Perú ingresaban por Paita. El quinto del rey se embarcaba aquí por lo que el puerto se convirtió en foco de la rapiña de piratas y filibusteros que lo destruyeron en innumerables oportunidades. Por Paita se embarcaba la quina de Loja, raspadura, pellejos de chivo, jabón, algodón pero también se realizaba el comercio negrero Los navíos podían reparar sus fondos podridos utilizando madera traída de Guayaquil y brea de Amotape. También se confeccionaban velas y se torcían cabos, oficio de los pescadores de La Punta.

En 1570, los vecinos de Piura La Vieja, apestados y convalecientes, se dirigieron a Paita en pos del aire fresco y de la brisa porteña. Ahí sobrevivieron a expensas del tambo de San Francisco de la Buena Esperanza de Paita. Pero el asedio de los corsarios los obligó a pedir al Virrey Conde del Villar Fernando Torres de Portugal su traslado al sitio de El Chilcal que hoy ocupa, cerca al río y vecino de Catacaos. Lo que se verificó el 15 de agosto de 1588.

El boom económico de Paita se produjo entre 1830 y 1861 a consecuencia de la caza de cetáceos. Balleneros de Nueva Virginia recalaban en el puerto en pos de vituallas, después de meses de pesca en busca de ballenas y cachalotes. Daniel Defoe el autor de “Robinson Crusoe” y Herman Melville autor de “Moby Dick” estuvieron en Paita. En aquel entonces contaba con su Consulado Americano y hospital para socorrer a la marinería enferma del escorbuto y otros males como la “fiebre de las damas” que no era otra que la gonorrea y la sífilis extendidos males a consecuencia de la prostitución.

Entonces, contaba con una desproporcionada población femenina. La liberalidad de costumbres saltaba a la vista. Palma, habla del barrio de Maintope, o barrio “La Cofa” en donde abundaban los guisotes nauseabundos y la hospitalidad barata pero de terribles consecuencias. En aquel entonces a los portadores del mal gálico se les prescribía baños de arena de Colán y lodo en la bocana del Chira, el que por la abundancia de zarzaparrilla se le consideraba curativo. Por este motivo, el hospital consular americano examinaba a las mujeres en previsión de la propagación de la peste rosa. La recaudación de la Aduana, en la década, de 50 mil dólares se elevó al medio millón.

El esperma de cachalote se utilizaba para iluminar los salones de las ciudades americanas y europeas. El negocio se vino al suelo con la utilización de los lamparines de kerosene. Muchos de los empresarios americanos instalados en Paita, reconvirtieron sus actividades de aprovisionamiento de navíos en cultivo del algodonero aprovechando la paralización de las actividades agrícolas en los Estados Unidos por la guerra de Secesión. Ingenieros como Alfredo Duval formularon propuestas para abastecer con agua fresca a Paita traída desde el Chira. Otras propuestas fueron la conexión ferrocarrilera de Paita con Puerto Limón en el Marañón. El manoseo político del proyecto y el entreguista contrato Grace, que concesionó los ferrocarriles peruanos, postergó la iniciativa.

La construcción del terminal Marítimo por Belaunde y el Complejo Pesquero por Velasco, en su momento, avivaron las esperanzas de progreso. Las imprevisibles consecuencias del Niño, el deterioro ambiental y ecológico. Así como el canibalismo por desmantelar proyectos no ha traído buenos resultados. A ello se suma el desencanto de la leonina concesión portuaria de Paita. En donde se encarecen los fletes y las obras portuarias recién se inician. A los productores de banano ecológico y mango les resulta más barato exportar por Puerto Bolívar (Ecuador). A ello se suman las inadecuadas políticas de responsabilidad social y la ausente posibilidad de oportunidades laborales para los jóvenes paiteños. ¿Por qué se cierran de poros? Nuevamente se produce la paradoja de elegir entre una buena relación entre amigos o una relación odiosa y atormentada entre malos vecinos.
Grabado: Convento e Iglesia de La Merced, Paita, 1836. (París 1851)