domingo, 3 de abril de 2011

UNA HISTORIA DE PIRATAS


Por: Miguel Godos Curay

La gea de Paita oculta insospechados misterios del preciso momento en que desaparecieron de la faz de la tierra los dinosaurios. El yacimiento fosilífero más significativo del cretácico está en Paita. La ciencia tiene mucho por descubrir y desentrañar. La Provincia Litoral de Paita, creada por Castilla, limitaba con el Ecuador por el norte cuando Sullana era un villorrio y Talara un despoblado. La Tortuga, caleta hoy en disputa, según las cartas de navegación está en Paita. Los recortes territoriales le han reducido a Paita la cintura. La explosiva expansión especulativa que apaña a tierras a precios irracionales. Y el destape de pozos petroleros sellados en su momento por la IPC con el cuento de la exploración de hidrocarburos se ha convertido en un boyante negocio en el que el Estado tiene que ejercitar su derecho a la fiscalización. Y el municipio exigir lo que le corresponde por derechos de vigencia y canon. Es necesaria también la preservación ambiental y el ordenamiento territorial. No es posible que las provincias de Paita y Talara, que son los puntales económicos de la región tengan agua para consumo humano, dos horas al día. ¿A esto se le puede llamar progreso o beneficio de la inversión?

En la bonancible bahía de Paita asomaron los carabelines de Pizarro en 1528. Según las crónicas quinientistas en el apurado desembarque el conquistador perdió su espada. Los tallanes, y entre ellos ocultos espías orejones del Cuzco, informaron pormenorizadamente de este acontecimiento al Inca. Los indios de Paita y de Sechura, eran expertos navegantes cuyas balsas que dibujó Girolamo Benzoni se desplazaban hasta la costa del hoy Ecuador y el golfo de México. Vivían del comercio del tollo y de la sal. La presencia de Pizarro, en un primer momento fue una ocasión para sacudirse de la dominación cusqueña.

Otros caciques como Amotaxpe y trece señores del Chira, se rebelaron contra Pizarro. La levantisca recibió un salvaje escarmiento del conquistador que los quemó vivos después de bautizarlos en tropel. De modo que el cacique de Amotaxpe, el primer rebelde del naciente Perú y otros trece señores de estas tierras fueron paiteños. Lo que no se condice con la ahuevada indiferencia que se observa hoy.

Durante la colonia, la importancia económica y política fue mayor. Todos los virreyes que marchaban a la capital del Perú ingresaban por Paita. El quinto del rey se embarcaba aquí por lo que el puerto se convirtió en foco de la rapiña de piratas y filibusteros que lo destruyeron en innumerables oportunidades. Por Paita se embarcaba la quina de Loja, raspadura, pellejos de chivo, jabón, algodón pero también se realizaba el comercio negrero Los navíos podían reparar sus fondos podridos utilizando madera traída de Guayaquil y brea de Amotape. También se confeccionaban velas y se torcían cabos, oficio de los pescadores de La Punta.

En 1570, los vecinos de Piura La Vieja, apestados y convalecientes, se dirigieron a Paita en pos del aire fresco y de la brisa porteña. Ahí sobrevivieron a expensas del tambo de San Francisco de la Buena Esperanza de Paita. Pero el asedio de los corsarios los obligó a pedir al Virrey Conde del Villar Fernando Torres de Portugal su traslado al sitio de El Chilcal que hoy ocupa, cerca al río y vecino de Catacaos. Lo que se verificó el 15 de agosto de 1588.

El boom económico de Paita se produjo entre 1830 y 1861 a consecuencia de la caza de cetáceos. Balleneros de Nueva Virginia recalaban en el puerto en pos de vituallas, después de meses de pesca en busca de ballenas y cachalotes. Daniel Defoe el autor de “Robinson Crusoe” y Herman Melville autor de “Moby Dick” estuvieron en Paita. En aquel entonces contaba con su Consulado Americano y hospital para socorrer a la marinería enferma del escorbuto y otros males como la “fiebre de las damas” que no era otra que la gonorrea y la sífilis extendidos males a consecuencia de la prostitución.

Entonces, contaba con una desproporcionada población femenina. La liberalidad de costumbres saltaba a la vista. Palma, habla del barrio de Maintope, o barrio “La Cofa” en donde abundaban los guisotes nauseabundos y la hospitalidad barata pero de terribles consecuencias. En aquel entonces a los portadores del mal gálico se les prescribía baños de arena de Colán y lodo en la bocana del Chira, el que por la abundancia de zarzaparrilla se le consideraba curativo. Por este motivo, el hospital consular americano examinaba a las mujeres en previsión de la propagación de la peste rosa. La recaudación de la Aduana, en la década, de 50 mil dólares se elevó al medio millón.

El esperma de cachalote se utilizaba para iluminar los salones de las ciudades americanas y europeas. El negocio se vino al suelo con la utilización de los lamparines de kerosene. Muchos de los empresarios americanos instalados en Paita, reconvirtieron sus actividades de aprovisionamiento de navíos en cultivo del algodonero aprovechando la paralización de las actividades agrícolas en los Estados Unidos por la guerra de Secesión. Ingenieros como Alfredo Duval formularon propuestas para abastecer con agua fresca a Paita traída desde el Chira. Otras propuestas fueron la conexión ferrocarrilera de Paita con Puerto Limón en el Marañón. El manoseo político del proyecto y el entreguista contrato Grace, que concesionó los ferrocarriles peruanos, postergó la iniciativa.

La construcción del terminal Marítimo por Belaunde y el Complejo Pesquero por Velasco, en su momento, avivaron las esperanzas de progreso. Las imprevisibles consecuencias del Niño, el deterioro ambiental y ecológico. Así como el canibalismo por desmantelar proyectos no ha traído buenos resultados. A ello se suma el desencanto de la leonina concesión portuaria de Paita. En donde se encarecen los fletes y las obras portuarias recién se inician. A los productores de banano ecológico y mango les resulta más barato exportar por Puerto Bolívar (Ecuador). A ello se suman las inadecuadas políticas de responsabilidad social y la ausente posibilidad de oportunidades laborales para los jóvenes paiteños. ¿Por qué se cierran de poros? Nuevamente se produce la paradoja de elegir entre una buena relación entre amigos o una relación odiosa y atormentada entre malos vecinos.
Grabado: Convento e Iglesia de La Merced, Paita, 1836. (París 1851)

1 comentario:

César Leigh dijo...

A veces cuando la inspiración falta, se necesita remover los buenos recuerdos y momentos en que uno sintió que uno o más sucesos aportaron en lo que ahora somos y alimentó lo que hoy soñamos. Gracias profesor Miguel, entre ud. y otros amautas a lo largo de nuestra vida de estudiantes nos dieron alas para incluso hoy seguir volando.

Atte.

César Leigh.