Una página que reune los artículos periodísticos de Miguel Godos Curay. Siempre con una lectura polémica, fresca y deslumbrante de la realidad.
domingo, 10 de abril de 2011
ELECCIONES SÍ: ¿COMO ANDA LA ECONOMIA?
Por: Miguel Godos Curay
Al 22 de marzo, según el reporte del BCR, las reservas internacionales netas (RIN) ascendieron a 46 mil 244 millones de dólares. El crédito total al sector privado de febrero acumuló un crecimiento de 20,6 % en los últimos 12 meses. La cotización del oro subió 2,1 %; el cobre aumentó 5,2 % y el zinc se incrementó 2,8 %. El precio del petróleo va al alza. El país está en salud económica. Sin embargo, como advierte el Banco Mundial el éxito económico del Perú es una combinación de buenas políticas y buena suerte, está ultima representada por los precios favorables de los minerales. Es cierto que la apertura comercial ha tenido efectos positivos sobre el crecimiento, pero también han crecido la desigualdad y la pobreza en el corto plazo.
El Perú está dividido administrativamente en 26 regiones, 195 municipios provinciales y mil 639 municipios distritales. Los gobiernos regionales y locales han recibido como canon minero 17 mil 860 millones de soles en el quinquenio 2006 – 2010, cifra que refleja un crecimiento de 869% o 9.6 veces más si se compara con los mil 842 millones de soles que percibieron por el mismo rubro cinco años anteriores (2001 – 2005). La minería peruana ha captado inversiones por 11 mil 413 millones de dólares en los últimos cinco años (2006 – 2010), lo que significa un crecimiento de 156% (2.5 veces) de lo registrado en el quinquenio anterior (2001 – 2005) que ascendió a 4 mil 532 millones de dólares. Pese al boom de inversiones el Perú todavía enfrenta serios desafíos en materia de reducción de la pobreza, la desigualdad, y preservación ambiental.
Los grandes logros de la economía serán sostenibles en la medida que haya un Estado eficiente y que pueda responder a las demandas crecientes de los ciudadanos. Todavía la corrupción y la informalidad mantienen indicadores aplastantes. En la administración pública y algunos sectores de la empresa privada las malas prácticas como la evasión fiscal socavan la competitividad. La mayor parte de los funcionarios públicos, son reacios al control ciudadano y a la transparencia obligada en cada uno de sus actos. Aunque progresivamente la administración pública asume la gestión por resultados. El maquillaje de las cifras y la cosmética “oculta malos manejos” está a la orden del día. Hay logros pero las acciones del Estado se fragmentan en cientos de iniciativas, proyectos y programas que diluyen su acción sin eficiencia. Es lo que sucede cuando el Estado interviene. Muchos sectores se ignoran a sí mismos. Sectores que cumplen función complementaria. Por ejemplo, educación, recreación y salud intervienen en caminos divergentes.
El acceso al agua potable, a servicios de saneamiento, a la electricidad, o a medios de transporte, carreteras y puertos de primera clase tienen impacto incuestionable sobre el desarrollo humano. No es casual que la pobreza y los círculos viciosos de la miseria y el bajo crecimiento se manifiestan con crudeza en estos sectores cadenciados y desprovistos de servicios. Las condiciones de la salud no mejoran en centros educativos y hogares sin agua potable y electricidad.
Advierte el Banco Mundial en el Informe: “Perú en el umbral de una nueva era” que requerimos con urgencia un Estado más comprometido y con credibilidad en los sectores mayoritarios y menos favorecidos. Un capital humano más desarrollado, que permita a todos los peruanos mayores oportunidades educativas para acceder a buenos empleos y contribuir a mantener las altas tasas de crecimiento. Una mejor infraestructura física que empuje el crecimiento económico y que cierre las brechas de desigualdad que aún existen en el Perú.
La inversión en educación es crucial. Las personas bien educadas en la economía global del siglo XXI necesitan una multiplicidad de habilidades que la actual educación hoy no brinda. Necesitamos tres tipos de habilidades valoradas en el mercado laboral: las cognitivas: Hablar, leer y escribir correctamente, aritmética funcional aplicada a la vida diaria y vencer el pánico a los números, capacidad de crear y resolver problemas. Las socio-emocionales: puntualidad, autodisciplina, perseverancia, confiabilidad, aptitud para el trabajo en equipo. Técnicas como las destrezas y calificaciones profesionales. Las reformas que impulsan la productividad, la mejora de la infraestructura y los logros en la educación y la capacitación, son fundamentales. La mejora del clima empresarial y el fortalecimiento de la gobernabilidad son elementos importantes en una estrategia política para el crecimiento.
Las habilidades cognitivas y socio-emocionales se fortalecen en la escuela y en el propio hogar. Pocas familias valoran aún el acompañamiento del proceso educativo de sus hijos ignorando que sus logros van a tener un impacto positivo en el mercado laboral. Pocos padres compran libros a sus hijos para estimular la lectura y el aprendizaje. Tampoco refuerzan su auto confianza. El Perú sigue siendo uno de esos precarios territorios en donde aún surte efecto el tráfico de influencias y la tarjeta. Sumemos a ellos la incapacidad de la mayor parte de los docentes universitarios para expresarse en otro idioma. Un reciente estudio reveló, que entre los peores hablantes de inglés como idioma de adopción, están Panamá, Colombia, Perú, Tailandia, Turquía y Kazakjitan. El propio TLC con los Estados Unidos y sus beneficios no se perciben y resultan incomprensibles.
El Perú disfruta una propicia temporada de “vacas gordas”. Sin embargo hay que advertir que cuando no se expanden a todos los beneficios, los logros se ven minados por la frustración y el desencanto. Muchas veces, el desmedido optimismo acompaña siempre las promesas de los políticos en tiempos electorales. La economía crece aceleradamente impulsada por los precios elevados de los minerales. Los signos que advierten el recalentamiento de la economía son el aumento de la inflación, el rápido crecimiento del crédito y el auge de los mercados especulativos de valores. Sin adecuadas políticas públicas y sin una elección responsable los beneficios de la economía se desploman fácilmente.
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