sábado, 13 de febrero de 2016

ELOGIO DE LA MALARRABIA

Por: Miguel Godos Curay

Malarrabia, un plato penitencial que combina sabores. 
Empezada la cuaresma los piuranos se castigan  almorzando penitencialmente, cada viernes,  “malarrabia”. Un plato que tiene como ingredientes pescado salpreso  si es de Yacila mejor: Cabrillones, pejes blancos, meros, corvinas y bonitos tienen la textura adecuada. Se suman los frejoles blancos y la malarrabia con plátanos dulces “de freir” y queso granulado de cabra. Por supuesto con arroz amarillo en el que el palillo,  da el color y el sabor característico. Las cocineras advierten que hay que combinar los sabores para descubrir el sutil  encanto del plato. Las mejores malarrabias de Piura se preparan en las cocinerías de Paita, Catacaos y Tacalá.
Hay que advertir, el afán mercantil del boom gastronómico, por ejemplo, ha convertido los plátanos mallugados en un puré dulzón que no tiene nada de nuestro plato tradicional. En Catacaos se suela utilizar chicha para mejorar la textura del pescado. En Paita basta con la sal. No tienen nada que ver ni por asomo las malarrabias elaboradas con salmón o tilapia que se aproximan a la dieta de hospital. Nuestra malarrabia tampoco requiere amanerada decoración. Las cocineras saben  cómo servirla en mate o en plato. El separar sus componentes no le viene bien  porque su propósito es el complemento.

Muchas son las versiones para explicar su origen. Algunos piensan que es una sacada de vuelta al ayuno obligado de la cuaresma. Pero hay quienes  deslizan  la infundada hipótesis que se trata del humano producto de la rabia interior de una cocinera maltratada. No encaja el hilo en el ojo de la aguja. La malarrabia tiene mucho del afecto caribe por el plátano que se acompaña con melaza, miel de abeja y almendras. En Cuba, Colombia,Nicaragua, Costa Rica y también en Brasil el plátano es el alma de la fiesta y combina con el pescado y mariscos.
Francisca Otoya, la piurana que repatrió  los restos de La Mar desde Cartago  (Costa Rica) estaba dedicada a los comercios navieros con el Caribe. De modo que embarcarse en Paita con destino a Guayaquil, Costa Rica y Panamá era rutina cotidiana. Muchos panameños como don Manuel Herrera el marino al que don Juan Manuel Grau, encomendó al crio, venía del istmo. El sueño de muchos jóvenes porteños a inicios  del siglo XX era embarcarse en Panamá. Panamá era una meta soñada e irrepetible.

Muchos piuranos y paiteños acudieron en mancha en pos de trabajo en la construcción del Canal de Panamá (1904-1914). El retorno se produjo con un historial de hazañas y tragedias pues la población de obreros era diezmada por la malaria, el mal de los pantanos. Muchos trajeron costumbres y hábitos, poco a poco desaparecidos en Piura, como la siesta en hamaca, el uso del mosquitero, el mascar tabaco y fumar en  cachimba. A ello habría que sumar tradiciones culinarias en las que los frejoles y los plátanos dulces son una genuina delicia. Las mazamorras de plátano y piña, la jalea de guayaba convertida en un inmenso queso negro que se vende por cuartos, en Sechura, son parte de esa reminiscencia caribe que habita aún en Piura. Un mestizaje sutil de sabores y delicias.
Probar la malarrabia es una original penitencia piurana. El piurano muy dado a la notoriedad barata, a la invención de instituciones para consolar los egos y a evocar en sus árboles genealógicos alguna gloria contrahecha de la familia. Sucumbe fácilmente al rito blasfemo del pedir perdón pero sin arrepentimiento ni propósito de enmienda. Esta malarrabia humana es una verdadera tragedia nuestra, de tal manera,  que si en Piura se fundara el club, la asociación o la cofradía de los cojudos tendría,  en su primera convocatoria, una nutrida concurrencia. Es muy probable que  en ella se elija al cojudo mayor, a los cojudos integrantes de la junta directiva. A los acólitos cojudos encargados  de reclutar a los cojuditos abundantes y potenciales para que la tradición institucional cojuda no perezca saecula saeculorum.

La malarrabia de cuaresma es una delicia. La otra malarrabia estulta, grosera, procaz, injustificada y mata tiempos es un deporte sin sentido que no da batalla sino para el acomodo y la pereza intelectual. Olvidando, como decía Antonio Machado: “Todo hombre tiene/ dos batallas que pelear, en sueños, lucha con Dios, / y despierto con el mar”. Otros, pelean con su propia  sombra y palidecen de miedo.

martes, 2 de febrero de 2016

ENTRE PRONOSTICOS TREMENDISTAS E INTELIGENTES CHILALOS


Por: Miguel Godos Curay
El chilalo y sus previsiones anuncian la proximidad de las lluvias.

A consecuencia de los agoreros anuncios de la inminencia del Niño Godzilla que ensoparía con sus lluvias monzónicas las calles de Piura  e inundaría villorrios con sus cauces incontenibles. Los mayores gastos de la canasta familiar en los últimos cinco meses del 2015 se destinaron a la impermeabilización y cambio de techos, a limpieza de drenes y a la colocación de canaletas en las cenefas de las construcciones. Tuvimos la ocasión de acudir a las reuniones del colectivo Piura que promueve la Cámara de Comercio con la Presidencia del Consejo de Ministros y el tremendismo copaba de pesimismo las reuniones. Sin duda, el diluvio universal estaba a la vuelta de la esquina.  

La arrogancia de los funcionarios de Agricultura, se estrelló, con su ingenua percepción de la realidad. “Los drenes y canales están listos El Niño puede empezar”. En realidad ignoraron observaciones puntuales del ingeniero Mario Montero, docente de la UNP, quien señaló que lo que estaba limpio hoy mañana estaría profusamente cubierto de totora. La totora, advirtió Montero, crece dos centímetros diarios bajo sombra y cuatro en presencia de la radiación solar. Alejandro More, científico de la UNP que monitorea el niño. Señaló con cautela “que después de  9 meses de residencia como Niño Fuerte en la  zona 1+2 éste sufrió un enfriamiento repentino, al empezar el verano boreal de nuestro Hemisferio. Y así ha abandonado su  estatus de Niño Fuerte para ubicarse como un Niño Moderado”.

Los indicadores biológicos a los  que siguen de buena fe nuestros agricultores señalaron que los chilalos y la floración del mango advertían un año agrícola bueno  sin desestimar un año seco. En efecto El Niño, tremendo de Abraham Leví se diluyó y las posibles lluvias serán estacionales. Sin embargo, aún no llueve como se espera para conjurar la sequía. La crisis hídrica salta a la vista. Talara y Paita, las provincias que son ejes de la producción regional tienen agua por cuentagotas. Porque a la línea de captación en El Arenal  se suman ahora los equipos de bombeo de las cañeras productoras de etanol voraces captadoras de agua.

Bien advertía Jean Martínez Alier, el padre de la economía ecológica  en la UNP: la producción de etanol sintoniza con los impulsos del mercado global y poco importa que poblaciones enteras padezcan sin misericordia de sed. En Talara un cilindro de agua para beber puede llegar a costar 10 soles. El agua para el lavado de trastos 5.  Mientras tanto, se moderniza la refinería con la inversión de 3 mil 500 millones de dólares. Las expectativas laborales son enormes. El  precio del barril del crudo, pese a los esfuerzos de la OPEP sigue cuesta abajo.  Y agua no hay ni para remedio.

El gasto inesperado en protección de techos, realizado por las familias piuranas, duplica y cuadruplica al de la canasta navideña. En promedio, los proveedores de materiales de construcción tuvieron diciembre en septiembre, octubre y noviembre. Quienes concurrimos al Estadio Miguel Grau al X Congreso Eucarístico fuimos testigos de la indoblegable  confianza en Dios de los piuranos. Algunos con gozosa resignación dijeron “será lo que Dios quiera”. Otros “para las lluvias estamos preparados”. 

Sin embargo, resultan irrecuperables las horas perdidas en un año escolar culminado en noviembre, con muchos sábados sin hacer nada y el incumplimiento de los planes de estudio en más de un 40%. También urge preservar el buen uso de la ayuda almacenada porque se les hace la boca agua a los inescrupulosos y   traficantes del dolor ajeno. Tal fue la premura que el almacén del COER a la vera de la carretera a Sullana se descascara por la pobreza de la mezcla.

Aún recordamos la tragedia de Piura en 1983. Los daños fueron cuantiosos y los robos descarados. Aún recuerdo al Senador Francisco Vásquez Gorrio (AP) un invidente enviado a Piura para investigar los latrocinios de la rehabilitación. Entrevistado al momento de su arribo dijo “voy a poner a buen recaudo a los buitres de la rehabilitación”. Una semana después, a su retorno a la capital. Señaló: “los presuntos buitres son en realidad personas honorables en las que confía el gobierno”. Los robos fueron descarados en todos los frentes. Se cobró por obras no ejecutadas, por materiales nunca utilizados y por ayuda nunca entregada.  El torbellino del desencanto se produjo cuando las familias pobres de Piura languidecían hambrientas y los alimentos  fueron encontrados bajo tierra a inmediaciones del campo ferial. El Piura se desbordó por donde quiso arrasó con pueblos enteros. Y en la defensa de la ciudad se batió como un león ante la indiferencia piurana el Monseñor Cantuarias Pastor.

De esa lucha por la reconstrucción  surgió como potente energía ciudadana el Frente Cívico de Piura y excepcionales dirigentes como  Luis Paredes, Robespierre Bayona, Marcial Quintana, César Zapata,  Jorge Gamio y Javier Urteaga. Una conquista alcanzada con la movilización de los piuranos fue el Canon Petrolero hoy reducido a la mínima expresión.  Hoy en Piura no llueve. De los pronósticos los piuranos se ríen a carcajada batiente. “¡Ni que fueran Dios para adivinar todo!” “¿Y de la inversión realizada en los cauces y drenes? Igual que el 83 “ responden,  los piuranos. Las predicciones resultan difíciles e inciertas porque El Niño puede variar como consecuencia del cambio climático. Sin embargo, los indicadores no dejan de ser preocupantes. Lo real es que tenemos que prepararnos  para un clima poco predecible e inusual en los próximos meses y años.


lunes, 1 de febrero de 2016

LA TIERRA DEL SEÑOR DE CHOCAN

Por: Miguel Godos Curay

 Venerada imagen del Señor de Chocán de
Querecotillo
La festividad del Cristo de Chocan es inmemorial. Antiguamente congregaba feligreses del Perú y el Ecuador que trajinaban desde Alamor y Loja con limosnas  y cera para las imponentes velaciones y rezos. Tradicionalmente, era una fiesta campesina por aquel entonces fieles venidos de Piura cruzaban el Chira en canoas y pernoctaban en el atrio del templo de Querecotillo.  La efigie corresponde a un Cristo moreno a consecuencia del penetrante humo de las velas. Para otros es un Cristo del mismo color que el  Cautivo de Ayabaca y el Cristo de Esquipulas en Guatemala. En estos escenarios los devotos son mayoritariamente indígenas. Los cristos blancos y de marfil corresponden a la ceremoniosa iglesia oficial. El Cristo indígena es cobrizo y oscuro, la dureza de su agonía se refleja en la expresión desgarradora del rostro. Los vecinos de Sullana veneraban al Señor de la Agonía y los querecotillanos, en la otra orilla del río, al Señor de la buena muerte de Chocán.

Carlos Camino Calderón llama a los sullanenes y querecotillanos los “ecuatorianos” del  Perú porque antaño, en los tiempos de leva, no reparaban en pasar una temporada en el vecino país en donde también tenían nacionalidad y familia. Las fronteras eran más un artificio político para contener el contrabando de ganado. El intercambio de productos era posible y los comerciantes partían un billetito por la mitad para resolver el problema del vuelto. Muchos de los renombrados apellidos de Loja  son los mismos de Piura y Sullana. Querecotillo es hoy una zona productora de banano orgánico para exportación. Insertado en medio de platanales y cocoteros, es un pueblo transformado por la grosera siembra de cemento. Las viejas bancas de madera de su plaza han sido reemplazadas por otras duras cubiertas de colorida loseta en las que, los soleados mediodías nadie se sienta bajo pena, a decir de los pobladores, “de quemarse el culo”.

Los milagros del Cristo de Chocán, ante el que también acudían salteadores y galleros siete suelas, son numerosos. Entre los favoritos están la cura de la ceguera del comerciante lojano don José Bustamente que desahuciado  por los médicos de Lima se dirigió a los pies del señor rogándole la devuelva la luz, lo que en efecto sucedió, ante la admiración de los fieles. Desde entonces el fervor se extendió por todas partes. Y el señor desparramó milagros por todos los caminos.

El 11 de diciembre de 1930, a consecuencia de las persistentes velaciones, el templo ardió en llamas y la venerada imagen del Señor fue consumida por el fuego. Algunos sostienen que el siniestro fue provocado para acabar con una festividad religiosa que congregaba a galleros y ganaderos con más ánimos para las cotejas, las apuestas, el comercio de ganado robado, los bebes de chicha y las jaranas a golpe de arpa que para la oración.

Según los cronistas, las vecinas se cerraron de luto por el dolor de la tragedia. Y los tuitiros, callejeros y pedigüeños, con tono lastimero, acompañados de chirimía y tamboril, repetían la historia de lo acontecido con el señor. “Líbranos del mal Señor de Chocán… de rodillas imploramos extiendas tu bondad”. El mangache y Presidente de la República don Luis Miguel Sánchez Cerro, devoto del Señor de Chocán dispusom tras la tragedia, entrega de materiales para la reconstrucción del derruido templo.

Entre los escombros carbonizados se encontró solo un dedo del Cristo, conservado entre algodones por el sacristán don José de los Dolores Arévalo. Fue lo único que quedó de la venerada imagen tras el espantoso siniestro. Gracias a erogaciones y colectas de los fieles se encargó al ciudadano español don Francisco González Aguirre-Gaviria y gracias a las fotografías obtenidas por muchos fieles reponer la imagen del Cristo.

Don Paco González, recorrió en España, talleres de escultores y restauradores  que con  el concurso de las fotografías  y descripciones reprodujeron con admirable fidelidad el gesto de la desaparecida imagen. La imagen conserva intacto el único  dedo que se halló entre las cenizas.  La nueva imagen atravesó el Atlántico y en 1932  arribó a Panamá a bordo del vapor “Orbita”. Dicen, los viejos tripulantes paiteños, que a  pesar de las dificultades de la travesía el vapor llegó a su destino sin contratiempos. Gracias a ellos corrió la noticia de los portentos del Cristo moreno al que llamaron, como decía el despacho de aduana: “De la buena muerte de Chocán”. Su fervor creció nuevamente y conducido en numerosa comitiva a Querecotillo fue mostrado al pueblo el que de rodillas le pidió perdón y la bendición. Cada 2 de febrero en el memorial de su pueblo se recuerda este día y se le venera en concurrida procesión.