viernes, 31 de enero de 2014




DE LA HAYA A LA HABANA: UNA INTENSA SEMANA


Por: Miguel Godos Curay

Tras el fallo de La Haya urge su aplicación inmediata. Chile,  busca dilatar los plazos.
Esta semana que pasó estuvo marcada por la intensidad de la actividad diplomática. El lunes se produjo la lectura de la sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en torno al diferendo limítrofe entre Perú y Chile para la delimitación de su frontera marítima. La sentencia inapelable provocó en Lima y en Santiago distintas reacciones. En el Perú, cuyo escenario político resulta eventualmente movedizo el presidente Ollanta Humala logró reunir a dos ex jefes de estado y a once representantes de las diversas agrupaciones políticas. En Chile, con cierto desencanto, el presidente Salvador Piñera, explicó, los alcances del fallo.  Chile deberá ceder al Perú 22 mil kilómetros cuadrados en el Pacífico a cambio de preservar sus derechos, plenos y absolutos, en 12 millas de su mar  territorial. ¿Qué ganó el Perú? El Perú reivindica 50,284 kilómetros cuadrados de mar. El equivalente al territorio de San Martín y dos veces el tamaño de Bélgica. Esta nueva área es potencialmente rica para la pesca de altura.

El agente diplomático peruano  el Embajador Allan Wagner Tizón, señaló, que el Perú obtuvo un 70% de lo que aspiraba al momento de iniciar la demanda. El Perú obtuvo un triángulo exterior con su vértice a partir de las 80 millas. La corte reconoció a Chile que los acuerdos pesqueros de 1952 y 1954, presumen un acuerdo fronterizo tácito.  En conclusión el Perú no obtuvo todo lo que quería y Chile no perdió lo que esperaba. La zona conocida como “mar internacional” por los chilenos es de ahora en adelante mar del Perú.

El segundo tiempo de esta intensa jornada se realizó en La Habana en la Cumbre de Estados Latinoamericanos y el Caribe (CELAC) en donde se produjo el encuentro de los jefes de estado Ollanta Humala, Salvador Piñera y Michelle Bachelet. En Cuba, frente al Caribe, los mandatarios ratificaron su compromiso de acatar el fallo. Piñera, en algún momento y cambiando de tono. Sostuvo que la frontera marítima de Chile  empieza en el paralelo del hito 1 ratificando su dominio en el triángulo terrestre respectivo. A ello se sumaron las declaraciones del canciller chileno Alfredo Moreno respecto a que el Perú deberá acomodar al fallo  su legislación minera, pesquera y acatar la Convención del Mar. En realidad la sentencia de la Haya no emite opinión sobre límites terrestres establecidos. Las condiciones enervadas no tienen  otro propósito que dilatar su cumplimiento. Sin embargo, Michelle Bachelet, ha puntualizado en un escenario post Haya que no escatimará esfuerzo para que la paz y la cooperación marquen una vigorosa relación entre ambos países.

Pese a la áspera censura de los Estados Unidos a la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinos y caribeños (CELAC) con el argumento  de haberse adherido al castrismo y silenciar críticas al régimen autoritario. La cumbre resultó un éxito. La otra cara de  la moneda es la difícil situación de Cuba. En efecto, las personalidades asistentes no se reunieron ni con los disidentes ni con representantes de la sociedad civil. Cuba, vive un proceso de ebullición política marcado por el rechazo al régimen y la reacción natural a la severa estrechez económica, social y política que viven especialmente los jóvenes desencantados por las conquistas de la revolución. Jóvenes profesionales renuncian a ejercitar sus actividades para dedicarse a obtener pingues beneficios del turismo. El paisaje es desolador  y las carencias insoportables al límite extremo de lesionar la dignidad y el decoro. 

Al final, las 33 naciones participantes, ratificaron su compromiso consagrando a la región como una “zona de paz” con el compromiso inalienable de cada estado  a escoger su sistema político, económico, social y cultural. Sin duda, pese a la censura y las críticas, Cuba recibió el más grande espaldarazo político en su medio siglo de resistencia histórica a lo que Fidel Castro define categóricamente como el “imperio”. Fidel reapareció en el escenario al lado de estadistas y líderes continentales. A la cita concurrió Miguel Insulza  el Secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) de la que Cuba fue expulsada en 1962. Raúl Castro, lo dicen las fotografías, disfrutó de oreja a oreja, el pasado  miércoles los logros de la cumbre.  Que un millonario conservador como Piñera y un epígono del chavismo como Ollanta Humala se adhieran a la paz. Es razón suficiente para destapar la olla y evitar que la chicha se derrame.

lunes, 20 de enero de 2014



GALLINACERA DE CRIADILLAS Y TRADICIONES
Por: Miguel Godos Curay

Tacu-tacu con criadillas al ajo un plato estupendo
Criadillas al ajo es un plato delicioso de la negra Teresa. El plato marida perfectamente con un tacu-tacu acompañado de plátanos dulces de freír. Las criadillas jugosas son una delicia. La cocinera habilidosa y conocedora de su oficio, por tradición, sabe cómo neutralizar el almizcle propio de las dotaciones masculinas de caprinos, ovinos y vacunos. Las criadillas sudan en un punto de vinagre, especias, ajo y ají. Echan jugo en el que se siente el sabor del ajo. Criadillas, arroz y frejoles. A lo que se suma el plátano, combinados, producen un sabor extraordinario.

Los comensales atribuyen a este plato piurano portentosas virtudes sobre todo para la natural fatiga de los recién casados y los que por mal camino apuntan a ser pistolitas de agua y no precisamente en carnaval. También los que doblando la esquina necesitan un refuerzo que no sea composición química. Criadillas acompañadas de cerveza negra son   un desborde de vigor. En exceso provocan sueño alucinado y mordeduras de almohada. Otros opinan que la personalidad del plato está en la singularidad de sabores.  En la frescura de los ingredientes y en la destreza de la cocinera para darle texturas incomparables.

Quienes visitan  el local de la inolvidable Teresa, saben que ahí, pueden encontrar además cebiche, tamales de choclo verde y majado de yuca con chicharrones. Matices del menú son las criadillas al jugo con corazón. En todos los casos se luce el tacu-tacu.  Criadillas, según el lexicón. “En los animales de matadero, testículos”. Es un plato de sabor exótico nacido en el tradicional barrio “La gallinacera” de Piura. La Gallinacera, al norte de la ciudad, es un barrio de la parroquia de indios de San Sebastián. Su nombre deriva de los gallinazos que abundaban a inmediaciones del viejo camal y la orilla del río. Los matarifes abastecían las fondas del barrio norte con criadillas frescas, inyección de energía para los peloteros y timbre para los bardos que animaban la jarana en las picanterías.

Los populares tenores de la gallinacera acompañaban con su estentórea voz  las misas de difunto de San Sebastián y con mejores galas las misas de fiesta de la Virgen del Carmen de abajo. También, como cachuelo, sazonaban de latinazgos los rezos de nueve días de difuntos en los calenturientos callejones del barrio. En la vieja Gallinacera cuyas supérstites  expresiones de la buena cocina, el buen sabor y la cerveza helada son hoy La Quecha, El manco More y La negra Teresa. Ahí se mantiene a tope la vieja tradición culinaria. Al que diga que no. A la prueba, cuchara en mano, me remito yo.

El secreto de las cocineras antañonas se llama fogón de brasas, manteca de puerco, tiestos y ollas de barro. El arroz de la cosecha, frejoles y criadillas en su punto son la garantía para chuparse los dedos. Otros elementos son la buena mano de la cocinera, el señor ají y las propiedades bienaventuradas del ajo, que trajeron los conquistadores. Con ají y ajo se nutre la olla. El sabor crece y el aire se retuerce en las tradicionales picanterías. Ayer la chicha y el clarito fresco. Hoy la cerveza helada, rubia o negra, sudorosa como espalda de cargador. La canícula y la raspadilla se acompañan, al norte de la ciudad, con el jarabe de tamarindo, cola, ciruela y guanábana. Son la delicia de churres y mocosos en la estación. Como bien decían los colegiales gallinaceros “Piura sólo tiene dos estaciones: El verano y la estación de ferrocarril”. Otros ajustados al cambio climático afirman: “En la Piura calenturienta,  el invierno y el infierno”.   
 

viernes, 10 de enero de 2014

ELOGIO DEL CEBICHE DE MERO


Por: Miguel Godos Curay
Cebiche de mero,delicia piurana memorable e inolvidable que resume aroma y sabor

Sostiene con autorizada opinión Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, Arzobispo Metropolitano de Piura, el plato más delicioso de Piura es el cebiche de mero. Ante tal portento es nada el cebiche limeño de lenguado. La magia del sabor piurano tiene como ingrediente mero murique y limón de Chulucanas. El propio Presidente Fernando Belaúnde a poco de retornar a la patria, en 1978,  hizo pública esta sentida remembranza. “Cuando estaba a bordo del Suzukun-Maru y veía las luces del puerto de Talara. Voló mi pensamiento al reencuentro con la patria y mi primer deseo fue desembarcar en Talara para pronto irme a Catacaos a comerme un cebiche de mero de Paita con limón de Chulucanas”. Un cebiche concentra recuerdos de la memoria gustativa  y la boca se nos hace agua. El cebiche es un plato mestizo. Limón y pescado, delicia de navegantes. Pasión de aventureros. Culto puro al sabor del pescado fresco, el limón, la cebolla y el ají.

De Piura esa también el ají. Sea limo, de mesa, rocoto, mono o cerezo. Estos últimos pueden dejarnos sin aliento pero acompañan al cebiche. El complemento natural de un buen cebiche es el recado. Bien podría ser camote dulce de las orillas del Chira. Sarandaja, cancha, o choclito. Los viejos paiteños disfrutaban el cebiche con galletas de agua. En todos los casos es una delicia. El cebiche de mero tiene un sabor exultante, fragante e irrepetible. Desborda la amistad y la pasión por la tierra. La admiración por la cocinera. Abre las compuertas de la sed por una buena chicha o clarito de Catacaos. Para otros de una rubia bien helada.

El mero es un sibarita del océano se alimenta de algas y mariscos que habitan en los acantilados en donde se baten las olas. Esto explica la singularidad de su textura y sabor. De la pulpa se prepara el cebiche, de la cabeza y el hueso se obtiene un sudado reparador. Un caldo de cabeza de mero acompañado de galletas de agua tiene un sabor divino e inolvidable. Los viejos paiteños  después de saborear y disfrutar de un cebiche y sudado de mero acompañada de chicha, clarito, vino blanco o cerveza helada se congregaban para contar historias de corsarios y piratas, de los milagros de la “mamita Meche” y a resolver plenos de fósforo los problemas nacionales con fórmulas inéditas.

Don Francisco de Quevedo y Villegas recoge en sus antológicos “Chistes” estos versos de su inspiración ardiente puestos en boca de Juan de la Encina: “De los pescados el mero, de las carnes el carnero, de las aves la perdiz,  de las damas la Beatriz.” El regusto por el mero es muy peruano y piurano. Hablar de mero en la culinaria porteña es dar rienda a palabras mayores. En Paita eran famosas las cocinerías de doña Paula Castillo, la inolvidable “Panameña” y la Barbarita expertas en cebiches sudados y picantes como para chuparse los dedos. En Yacila, al sudado de mero se le añade percebes con los que se reconcentra el sabor a marisco. En Sechura, Paita y Máncora se captura el mero con arpón. Fresco, recién sacado del mar, desfila a la cocina. Este es el secreto de su sabor irrepetible.

El diccionario de autoridades define al mero:Pez teleósteo marino, del suborden de los Acantopterigios, que llega a tener un metro de largo, con cuerpo casi oval, achatado, de color amarillento oscuro por el lomo y blanco por el vientre, cabeza grande, algo rojiza, boca armada de muchos dientes, agallas con puntas en el margen y guarnecidas de tres aguijones, once radios espinosos en la aleta dorsal, y cola robusta. Vive principalmente en el Mediterráneo, y su carne es considerada como una de las más delicadas”. Meros de tamaños asombrosos abundan en la costa norte del Perú. El mero nuestro, es color roca como para mimetizarse en las profundidades submarinas.

Frito, su aroma se expande varias cuadras y convoca a los vecinos. Del mero paiteño delicioso bien se dice que vale un Perú por su sabor y contenido nutritivo pues a los faltos de alimento les provoca un sueño profundo. El mero consagra inadvertidas delicias relleno con langostino y acompañado de papas. Con calamares en su tinta suelta su sabor y lo conforta con el de la oliva. El mero recién cortado con limón y ají es un examen de sabor con el que se confesaban nuestras abuelas. Un cebiche de mero no sólo reafirma lo escrito por Quevedo sino el esplendor divino de nuestra cocina.

sábado, 4 de enero de 2014

VERDES, MIS ALGARROBOS VERDES


Por: Miguel Godos Curay
El algarrobo es un símbolo telúrico de Piura
Los piuranos aún no se han dado cuenta de la belleza de los algarrobos. El fresco de un umbrío algarrobo morigera los ardores del estío. Nuestras abuelas en perezosa o en hamaca disfrutaban de este aire delicioso. Frente al algarrobo no tienen nada que hacer estas especies exóticas, decorativas impuestas por ese pretencioso afán exhibicionista. El algarrobo es el árbol de Piura existe mucho antes que los conquistadores llegaran a esas tierras.

Cieza de León refiere  que eran tan extensos los bosques de algarrobos y entre ellos había algunos ejemplares de auquénidos tan gordos como los carneros de Castilla. Según el sabio Javier Pulgar Vidal el nombre quechua del algarrobo es “tacco” y es muy probable que el popular plato nacional, el ”tacu-tacu”, derive de este nombre.En el desierto iqueño se le llama huarango y soporta estoicamente la sed y el viento.

La palabra algarrobo tiene origen árabe significa “bendición de Alá” en efecto, el algarrobo es una verdadera bendición en el desierto norteño. Con sus vainas amarillas se prepara el yupizín una sopa nutritiva. También se obtiene una melaza deliciosa llamada algarrobina con la que con pisco y primera se elabora un delicioso y revitalizador coctelito prestigiado internacionalmente. Pocos conocen que el algarrobo es muy apreciado por los bereberes pues con sus semillas dieron origen al kilate (de kerate) medida empleada en joyería.

El lexicón sostiene que el  algarrobo es un “árbol siempre verde, de la familia de las Papilionáceas, de ocho a diez metros de altura, con copa de ramas irregulares y tortuosas, hojas lustrosas y coriáceas, flores purpúreas, y cuyo fruto es la algarroba. Originario de Oriente, se cría en las regiones marítimas templadas y florece en otoño y en invierno”. El nombre científico del algarrobo es Prosopys Pallida, en Piura existen alrededor de 21 variedades. Desde los retorcidos y caprichosos hasta los rectos con vocación de cielo.

Los algarrobos llegan a tener raíces que equivalen a diez veces el tamaño de su copa foliar. Sus raíces buscan el agua de los torrentes freáticos. Con sus frutos se alimentan las cabras y de sus hojas secas surge el puño que fertiliza los campos. Rafael Otero, refiere que de niño concurría a diario a la estación del ferrocarril, ubicada donde hoy se encuentra América Televisión, y cargaba maletas de los viajeros. Los mataperros de aquella época colocaban la oreja sobre los rieles para establecer la proximidad de los trenes. Mientras tanto, descansaban entre los algarrobales que frondosos existían en donde hoy se encuentra el Club Grau.

Este indeleble recuerdo permaneció en su memoria y dio origen a ese vals que también es considerado un himno de Piura llamado “Mis algarrobos”. Desde entonces refiere Otero, resonaba en mi memoria el verdor del paisaje piurano. “Verdes mis algarrobos verdes, verdes como el color de la esperanza. Dentro de sus ramas se columpia un nido dejado por las aves en su andanza”. Memorables eran los algarrobos de la avenida Grau, señoriales majestuosos e inmensos.

Para el poeta Teodoro Garcés Negrón , el algarrobo, el piajeno y un montonero de la estirpe de los Seminario no deben faltar en el escudo republicano de Piura. Con los troncos sarmentosos de los algarrobos se confeccionaron las trancas para sostener las casonas y las moradas de los pobres. Duros e incorruptibles. Las cabras alimentadas con sus vainas desperdigaron sus semillas entre los arenales calenturientos. Es un árbol generoso y diligente. Ahí donde falla la ingeniería los algarrobos hacen su parte y denuncian las malas prácticas. Si cada piurano plantara un algarrobo, frente a su casa o en un  parque cercano. Tendríamos un millón 800 mil nuevos algarrobos para oxigenar nuestro ambiente. Este es un tributo a la piuranidad, un homenaje vivo a la tierra y a la vida. El desafío es nuestro y de la heredad. Aún perduran en el oído los versos de Rafael Otero: “Verdes mis algarrobos verdes…..”