sábado, 31 de marzo de 2007

PAITA : 145 AÑOS DE OLVIDO


Por: Miguel Godos Curay

Visitamos siempre Paita con silenciosa devoción por su pasado pero con la incertidumbre a cuestas sobre su futuro y su presente. Paita, la antigua en donde recalaban santos y piratas, es un recuerdo extinto. El puerto hoy tiene una fama temeraria de embarcadero mafioso de los cárteles de la droga. Medellín y Tijuana se juntan para en un inimaginable negocio sucio de droga camuflada entre filetes de calamar. Paita tiene inversión limpia pero también negocio sucio. Hay acumulación honesta de trabajo, sudor y lágrimas pero también negocios fáciles de aventureros cuya prosperidad sin riesgo crece todos los días.

Paita tuvo un mar de ensueño que extasió a Grau. Hoy tiene una gigantesca alcantarilla pestilente contaminada por las empresas pesqueras, que arrojan sin control sus aguas putrefactas, al océano. ¿Qué hace la autoridad?. ¿ Existe autoridad?. Si los alcaldes son incapaces de sostener un reclamo ante las empresas para que el delito ecológico pague y se detenga. Nada podemos esperar. El mar de Paita agoniza por la contaminación marina, por las alcantarillas arrojadas sin control penetrando la brisa de hedor a mierda.

Paita es una coquetería intermitente de balcones. De jubilados contemplando las luces del puerto en el malecón. De delincuentes bajados de todos los cerros porque no hay trabajo. De droga que consume a su juventud sin que nadie haga algo. De puteríos innombrables producto de la miseria. Paita es ausencia y presencia a la vez, abecedario de todos los olvidos. Sólo en Paita los que gobiernan no son de Paita.

Paita importa lo que come en su hacinado mercadillo. Así compra desde limones de Chulucanas hasta burócratas para que calienten la silla en todas sus instituciones. Paita lo tiene todo y no tiene nada. Tiene mar y no tiene pescado. Tiene feligreses innumerables de las Mercedes pero no tiene cristianos con coraje para cambiar las cosas. Tiene glorias del deporte del ayer en el baloncesto, en el judo como el maestro Tomás Tomosada y en el fútbol con el memorable “Chochas” Zapata. Pero hoy no tiene deportistas.

Paita, tiene luna plateada para los conciertos constelados de los felinos que pueblan sus techos porque sus poetas no se cansan de decir sus versos a los peces que aún sobreviven en las aguas de su mar. Paita tiene platos famosos para paladares incomparables. Platos deliciosos como los “bollos”, los picantes, las jaleas, los cebiches, los chilcanos, los caldos y pescado frito crocante están hechos para sucumbir de puro placer en un instante.

Paita tiene panaderías como aquella memorable de Juan Bolo y el señor Cruz cuyas empanadas y pasteles perfumaban los últimos rincones. Paita tiene callecitas de balcones y una cívica vecindad entregada a los menesteres cotidianos. Paita tiene historias interminables de proyectos ambiciosos como el ferrocarril de Paita al Marañón. Paita tiene un tablazo inmenso para un mega aeropuerto conexión estratégica para su puerto marítimo y no para los invasores.

Paita puerto se muere de sed teniendo agua, porque aún no se entiende que la mala administración es una sepulturera de la eficiencia y se tiene temor por la iniciativa privada. Paita puerto pesquero condecorado en tragedias ecológicas. Paita puerto botín de quienes se llevan las riquezas dejando sólo el polvo de sus huellas. Paita puerto pesquero tiene la última posibilidad de rehacer su economía en la acuicultura que siembra peces y moluscos para cosechar productos de calidad para el mercado mundial. Pero como aún quedan vivos los corsarios hay que espantar las inversiones como se pretende en Yacila. Paita, puerto bendito, patria vieja, nombre y heredad, santificado sea tu nombre ahora y en la hora de nuestra ausencia. Amén.

SOÑO QUE ERA PIURANO

Por Miguel Godos Curay

Se consideraba un piurano feliz pues vivía como una perdiz. Escuchaba misa para no torturarse la conciencia. Concurría asiduamente al Club y aparecía en las páginas sociales de los diarios. Enviaba a sus hijos a la universidad para que sean otros. Y como en Piura las duchas son un adorno se bañaba a jarro limpio. Como desde muy joven le atacó la fatiga olfatoria no se daba cuenta que el río huele mal, que el mercado huele mal y que todo huele mal en Piura. Como es leal amigo de todos no critica. ¿Para qué criticar? Si al final todos, en el Gobierno Regional y en el Municipio, hacen lo mismo. Hacen como que trabajan pero no trabajan. Prometen obras públicas pero nunca las ejecutan pues nos quedaríamos sin planes de gobierno. Al final la vida sigue igual.

Un día soñó que Piura se había convertido en un paraíso. Aquí llegaban inversionistas nacionales y extranjeros. Nuestras provincias eran un emporio de trabajo. Cada mañana todo el mundo partía tranquilamente a sus labores. Los niños a la escuela y los obreros a construir cimientos. Los profesionales eran puntuales y poco dados al hueveo. En las universidades profesores y alumnos confrontaban sus soluciones para resolver los urgentes problemas de Piura. Tal era su amor por el estudio y la investigación que las clases empezaban con la fresca a la cinco de la mañana y al mediodía cuando el sol reverbera todos estaban en su casa reponiendo energías.

El piurano soñó que era piurano. Que los colegios lucían impecables, que los talleres funcionaban y que los maestros se dedicaban a sus alumnos en especial de los menos aplicados. Las calles estaban limpias y las hordas de pandilleros eran un triste recuerdo. Por supuesto en los diarios y emisoras se hablaba que Piura se había convertido en una potencia nacional en inversiones en todos los campos de la actividad productiva: agricultura exportadora diversificada, minería responsable en la sierra y en la costa y pesca y maricultura intensiva. Las cosechas en el mar eran abundantes había que comer. Los jóvenes se preparaban porque Piura se había convertido en una potencia mundial en cálculo matemático gracias al Campeón Mundial Arturo Mendoza Huertas cuyo ejemplo los estudiantes imitaban.

El piurano soñó que era piurano. Miró al filo de la carretera no habían árboles destrozados por los leñateros. Las combis que conducían apretujados los niños a la escuela habían desaparecido y en su lugar buses holgados y decentes daban un buen servicio. Al Gobierno regional y al municipio se podía ingresar sin contratiempos pues no era necesario presentar carnet o tarjeta a los comisarios políticos. Los funcionarios se esmeraban en atender a todos. El Presidente Regional y el Alcalde recorrían su territorio palo a palmo para escuchar las demandas y verificar el cumplimiento de sus mandatos.

El piurano soñó que era piurano. En los diarios abundaban las buenas noticias. Aunque de vez en cuando algún acontecimiento delictivo y la sanción al responsable servían de escarmiento. Como buen piurano se encomendaba en sus ruegos al señor Cautivo de Ayabaca y a la Virgen de Mercedes de Paita. Sentía que Dios le decía al oído: ¿ Cómo es que teniendo una región tan rica, abundante y productiva no mejoras tu vida?. El piurano se estremecía en la profundidad de su ser. Estaba confundido por lo que en su interior pensaba y le habían enseñado. Por ejemplo, se le había ocurrido creer, que el que nace pobre muere pobre. Dios sonriendo le dijo que no era sí y que nunca había sido así. Fue justamente en este momento en que bañado de sudor se despertó y se dio cuenta que el clavo en el que colgaba su camisa en la pared estaba en el mismo lugar.

sábado, 24 de marzo de 2007

PIURA Y LAS ZAPATILLAS SUCIAS

Por: Miguel Godos Curay

Catherine Tuck, es una niña de trece años que vive en el estado de Utah cuyo insólito honor es el de poseer las zapatillas más apestosas de los Estados Unidos, lo que en efecto demostró, al colocar al borde del desmayo a uno de los jueces convocados en este concurso para medir la pestilencia del calzado juvenil. Según refiere la nota esta es la 32º versión del Concurso Nacional de Zapatillas Putrefactas convocado por una marca de productos para la higiene de los pies.

Las zapatillas se han convertido en el signo de la moda y rebeldía juvenil y las hay de todo precio. Desde las “bambas” que imitan marcas prestigiadas hasta las genuinas con las que los adolescentes presumidos demuestran que tienen papás consentidores dispuestos a decorarle los pies con 200 a 300 dólares. Pocos padres realmente advierten que un par de zapatillas costosas puede convertir a sus hijos en un blanco perfecto de los pandilleros. En Piura no son uno ni dos ni tres los asesinatos perpetrados por un par de zapatillas. Tampoco no son pocos los niños y niñas despojados de sus prendas deportivas por delincuentes avezados que merodean por los colegios en donde las zapatillas caras abundan.

El uso continuado de las zapatillas, en temperaturas y suelos soleados por encima de los 35 a 38 grados, como sucede en Piura convierte en sopa de sudor y de pezuña esta práctica exhibicionista poco higiénica. El uso de las zapatillas, no es nuevo, antes se empleaban alpargatas de yute azul que usaban los estibadores porteños y que resultaban cómodas, saludables y garantizaban una adecuada ventilación de los pies. Higiénicas, por eso, resultaban las viejas zapatillas de lona que los colegiales de antaño lavaban con escobilla después de las prácticas deportivas. Las zapatillas sucias eran entonces una inocultable señal de poco cuidado personal.

Hoy el uso de fibras sintéticas en la mayor parte de estas zapatillas brillosas, coloridas y sin respiro las convierte en un húmedo almácigo de hongos podales tan abundantes en estos adolescentes de uñas largas, arete oxidado en la orejita, pantalón descolgado a la cadera y zapatillas pestilentes. Existe una asociación entre el desaseo y la pezuña.

Pezuña o pesuña viene del latín “pedis ungula” que significa “uña de pie”. Pesuños son los dedos cubiertos por las uñas en las patas de los animales. En el Perú Chile y Argentina:“pezuña”, anota Martha Hildebrandt, tiene el sentido figurado de suciedad acumulada entre los dedos de los pies y el mal olor que ella produce. Pezuñento, es en efecto el asqueroso que nos mortifica con ese hedor descompuesto.

En el norte y entre la tropa de los cuarteles cuando se habla de pécora ( cabeza de ganado lanar) se alude a la pezuña y a los pezuñentos. La pezuña es también el aroma de las cuadras de los cuarteles poco limpios. En 1895, anota José Gálvez, se decía que los tres aromas que debían trascender del soldado empezaban con la letra P : Pisco, Pólvora y Pezuña. Por eso los redomados vagos entonaban esa cancioncilla jocosa que decía: “ Ay… mama Inés…Ay mama Inés a Sánchez Cerro le apestan los pies”.
La pezuña tiene sus matices fulminantes. La pécora, advierte Clemente Palma, hiere el olfato de golpe. La “trepadora” empieza leve pero acrecienta su intensidad como si fuera trepando hasta embotar el olfato. El poeta Terralla y Landa refiere que en Lima la peor desgracia que podía acontecerle a una coquetona limeña era encontrarse con un “chapetón pezuñento”, Una vieja copla a la guisa decía: “ Gallinazo se fue al río/ con su peine y su jabón/ a lavarse la pezuña/ creyendo que era español”.

Piura, tiene ese aroma de zapatilla sucia y putrefacta. El hedor se ha posesionado del frontis del Municipio, de la Plaza de Armas, del ovalo Grau, del Mercado y de todos los rincones en donde resulta insoportable este vaho descompuesto que pasa inadvertido para los que mandan y para los que soportan este modo tan precario de hacer las cosas. De haber un concurso de ciudades putrefactas y sucias, no cabe duda, tendríamos un honroso primer puesto.

sábado, 17 de marzo de 2007

EDUCANDO PINGUIINOS

Por: Miguel Godos

Las manifestaciones estudiantiles del año pasado en Chile provocaron que la Presidenta Michelle Bachelet convocara inmediatamente a un consejo asesor para analizar el problema y formular propuestas las que en efecto fueron suscritas por 81 académicos, especialistas, líderes sociales, estudiantes y empresarios. Las conclusiones del informe de 252 páginas son contundentes. Una de ellas señala que la educación es imprescindible porque permite que el futuro de los niños y jóvenes no dependa de la situación económica de su familia. Mejor dicho la educación no tiene porque perpetuar la pobreza.

Otra de las consideraciones, subraya, lo siguiente: Una población bien educada es un elemento clave para el crecimiento económico, bienestar social y el funcionamiento de la democracia. El desafío hoy es tener una educación gratuita pero de calidad. Con relación a las tareas del Estado se precisa deben ser las siguientes: 1) Financiamiento que haga posible la educación universal y gratuita.2) Necesarias exigencias en el acceso al sistema educativo, 3) Evaluación periódica para acreditar calidad y definir criterios para apoyar, intervenir o excluir del sistema a los establecimientos educativos que no cumplan con los estándares exigidos. La educación tanto pública como privada merecen el trato preferente del Estado. Un principio fundamental es la subsidiariedad con los sectores más vulnerables y menos favorecidos.

Siendo la educación una tarea ineludible deben eliminarse los establecimientos que la conviertan en negocio lucrativo sin importar los resultados. La administración educativa no tiene sentido sin exigencias académicas de rendimiento y calidad, rendimiento de cuentas y sanciones efectivas a los incumplimientos. Todos los centros educativos deben acreditar la calidad de sus docentes: la capacidad se premia y la negligencia eliminarse por los daños que provoca a la sociedad. Todo proveedor de servicios educativos que haya sido sancionado no puede continuar en el sistema. La educación no funciona sin Igualdad de oportunidades por lo que hay que acabar con la exclusión en el sistema de niños y jóvenes por razones económicas.

La tarea docente debe tener como ejes las siguientes competencias: 1) Desarrollo personal (cognitivo, moral, emocional y creativo), 2) Desarrollo social y participación democrática y 3) Desarrollo económico: aprendizaje y competencias para el trabajo. Los municipios por estar próximos a la población pueden contribuir a mejorar la calidad de la educación en sus jurisdicciones. El currículo debe ser confrontado con la realidad apuntando al desarrollo local, regional y nacional del país y sus habitantes. Una educación desconectada de la realidad es una estafa injustificada.

Una razón de éxito es la motivación a los estudiantes a seguir aprendiendo en un mundo caracterizado por la abundancia de información y velocidad de cambio del conocimiento. La carrera magisterial no tiene porque ser el monte de piedad de los ineptos sino un ejercicio profesional capaz de atraer a estudiantes talentosos y profesores competentes. El maestro debe desarrollarse en su profesión evitándose el pluriempleo que deteriora la calidad y perjudica a los estudiantes. La densidad de alumnos por aula debe ser de 35 por clase pues con un número mayor de estudiantes el aprendizaje es estéril y el aula ingobernable.

La educación debe permitir el conectarnos con el proceso del mundo global y la interdependencia. Los políticos deben entender que la educación crea y fortalece el capital humano y permite la disposición de los ciudadanos a dejarse persuadir por las buenas razones antes que por los aullidos de la manada. El objetivo de la escuela es el que los niños y jóvenes aprendan a conocer, aprendan a hacer y aprendan a convivir juntos. La educación de mala calidad reproduce la indigencia y multiplica la incapacidad humana. Fundamental es por eso el rol del maestro que debe centrar su relación con los estudiantes en la pedagogía del debate civilizado y la resolución de conflictos en la escuela. ¿Cuánto camino nos falta por andar? Aquí hacemos todo lo contrario.

martes, 13 de marzo de 2007

PIURA ATRACTIVA PARA INVERSIONES


Por: Miguel Godos Curay
Algunos piuranos creen que la inversión es el cuco. Y parecen esas abuelas gazmoñas que para obligar los niños a tomar la sopa les repetían puntillosamente en las orejitas: ¡Toma tu sopita que viene cuco! Y este cuco anidó temores en las mentes infantiles. Este cuco es la urraca adolescente que se atemoriza de sus evacuaciones. Y también de ese prurito por traerse por los suelos cualquier iniciativa que importe el capital privado y las inversiones. Si Piura es atractiva para los pillos y asaltantes:¿qué fuerza seductora tendrá para las inversiones y los inversionistas ? Nos clavamos un imperdible en la autoestima y después estupefactos repetimos: ¡Así somos los piuranos!.

Realmente ya es hora que los que educan abran los ojos a chicos y grandes para mostrarles una región promesa en la que abrimos las puertas a las empresas e inversiones, que respetando el medio ambiente y las leyes, promuevan empleo digno y decoroso para todos. Nosotros nos hemos engolosinado con la pobreza, con el hedor de porquerizo que exhala el río. Con esa categoría indeseable de ciudadanos sin agua potable y con los albañales en el centro de mismo de la ciudad. Con una educación mediocre para aspiraciones diminutas. Nos miramos el ombligo porque no soportamos que nos digan que en Desarrollo Humano estamos en el puesto 15 con un Indice de Desarrollo Humano de 0,5174 cuando Ica ocupa el 3º (0,6481); Arequipa ocupa el 4º (0,6463) y Lambayeque el 6º (0,6271). Tenemos un desarrollo medio pero no estamos bien.

A los responsables de las decisiones políticas les obstina el cortoplacismo, las pequeñas obras y el afán de inmortalidad en una plaquita de una obrita pública condenada al olvido. Nos detenemos en las minucias y olvidamos los objetivos grandes que activan la economía y el empleo. No decimos a nuestros estudiantes para que se rajen estudiando y miren con ilusión y esperanza el futuro: que la explotación de los fosfatos de Bayóvar importan 300 millones de dólares aproximadamente inyectados a la economía regional, que el proyecto Río Blanco prevé una inversión de 915 millones de dólares, que la producción de etanol representa una inversión final total de 100 millones de dólares y que la carretera Buenos Aires Canchaque representa 31 millones de dólares en asfalto y redes de fibra óptica para que los productos de la sierra lleguen a los mercados de la costa. Tampoco les decimos que las Pymes embarcaron el 2003 por la Aduana de Paita 719 millones de dólares y por eso hay que apoyarlas.

Hay piuranos que deseamos firmemente que los objetivos del milenio se hagan realidad en Piura: que haya menos niños estirando la mano en los restaurants “turísticos”; que nuestra educación sea más acción y menos resignación, que nuestros niños no mueran por diarrea por la mala calidad del agua, que nuestras madres del campo no mueran en pleno parto,que la atención en los hospitales sea humana y universal, que no haya más jirones Loreto en donde el hambre es negocio carnal. Todo ello sin renunciar a la defensa de lo que es nuestro, exigiendo se respete el medio ambiente. Sobre todo sentados en la misma mesa para concertar con el Estado y el capital.

Nos falta energía para hacer que las aspiraciones profundas se conviertan en impulsos de desarrollo y expansión de oportunidades para todos. Para que cada piurano se apropie de lo suyo y sienta que tiene derecho a un trato digno sin discriminaciones odiosas. ¡Un piurano con coraje cívico para no sentir que es atractivo para los asaltantes, pillos y bribones.

sábado, 10 de marzo de 2007

¿ EN PIURA JUGAMOS A LA MATA GENTE?


Por: Miguel Godos Curay

Piura realmente da miedo. Pues nadie está libre que un avezado pistolero lo sorprenda y le arranque salvajemente la vida. Pero no todo queda aquí el último adiós de una víctima inocente puede ir acompañado con clamores de venganza y tiros de escopeta. Esto es lo que sucede en nuestra ciudad. Ninguna de nuestras escolares tampoco está libre del acecho de una bestia parda disfrazada de mototaxista. No estamos libres de los pandilleros que exacerbados por las drogas nos despojen a plena luz del día sin que nadie por temor intervenga. La mendicidad, los atentados contra las buenas costumbres y conductas impropias como el abandono de la basura en la vía, la invasión de predios están a la orden del día y son parte de un mismo problema: La indiferencia de los piuranos.

Si la delincuencia es una desviación de la conducta social Piura es una ciudad de desviados. ¿Qué pasa en la conciencia colectiva de los piuranos y piuranas?. ¿Por qué nos dejamos aplastar por la indiferencia?. ¿Por qué nos hemos dejado arrinconar por la trasgresión , el crimen y el delito? Aunque algunos distinguen entre el delito “utilitario” como el que podría cometer un desocupado empujado por la necesidad y el delito “reincidente” el que se convierte en una forma de vida. El delito corroe y destruye la paz social. Consume energías humanas que se podrían dedicar a la educación, el deporte y el provecho público.

El delito es la consecuencia del desorden social que vive la sociedad. Para combatirlo no son suficientes la represión y el castigo sino el rechazo de todos sin diferencia de ninguna clase. Rechazo de quienes quieren y desean la felicidad humana y el logro personal. Sino expresamos en las calles, en las aulas, en los hogares, en los centros de trabajo y en las propias empresas un rechazo a la violencia esta nos paralizará de cuerpo entero. Cuando no somos capaces de dar respuestas a este desequilibrio de fuerzas se instala en la sociedad una cultura del miedo y el temor. Si nuestras autoridades no se muestran firmes en el control y severidad en las penas nos conduciremos por las calles con desconfianza e inseguridad. Si nuestras autoridades policiales siguen saludando la bandera. Dios nos tenga confesados.

¡Piuranos! si frente al asesinato y el crimen no somos capaces de expresar un rechazo unánime continuaremos sumando las víctimas inocentes a inmediaciones de los bancos desalentando las inversiones, atemorizando a los maestros en las escuelas, llevando el desasosiego a los hogares mientras los hijos concurren a la escuela o a la universidad. No podemos quedarnos cruzados de brazos. Mientras los crímenes sin resolver y el delito son parte ya de nuestra vida diaria.

Bien sabemos que el delito, en algunos casos, anida en la fractura familiar, en el abuso y en todas las formas de injusticia. No ignoramos que, muchas veces, tras un joven pandillero que codicia las zapatillas ajenas y el polo colorido no hay sino la carcoma de la frustración y la pobreza. Sabemos que el delito también es producto de la desintegración y del abismo entre ricos y pobres. Pero lo que no podemos hacer es callarnos, quejarnos y lamentándonos sin demandar a quienes por la responsabilidad de sus cargos deben actuar.

Es probable que nuestra indiferencia pasmosa tenga como causa la anomia que es esa incapacidad ciudadana de orientar nuestra conducta porque las normas nos resultan imprecisas. Anomia es también la indiferencia que preocupa el vacío de autoridad legítima. Si los piuranos no reaccionamos. Si continuamos con esta actitud displicente de mirar a las víctimas con sospechosa compasión porque todavía el delito no nos tocó a nosotros la inseguridad nos morderá, incrementando nuestros gastos para obtener una relativa tranquilidad y una postiza calma porque la violencia hace rato se apropió de nuestras vidas. ¿Actuamos o nos paralizamos?.

viernes, 9 de marzo de 2007

LOS CARNAVALES DE ANTAÑO

Por: Miguel Godos Curay
La vida es un carnaval lo dice a todo pulmón Celia Cruz. Las abuelas recuerdan con nostalgia los carnavales de sus tiempos en donde el abuelo provisto de antifaz debutó como empedernido amante. El Presidente Leguía jugaba carnaval y perfumaba a las guapas limeñas con chisguetazos de éter.

Serpentinas, colorido, alegría, desenfreno de las patotas del barrio, reinas, yunces, comida y abundante chicha eso era el carnaval del Bajo Piura. Sechura, Bernal, Catacaos, Vice. El Rey Momo como en los saturanales romanos presidía el jolgorio pueblerino.

¡Agua para la vieja, polvo para la hija! Repiten los abanderados de los yunces de la verde o la roja.

Los bandos se enfrentan a baldazo limpio o con pintura, betún, talco u hollín porque no hay tregua en esta singular batalla campal que iguala a autoridades y al pueblo llano. En el carnaval, las representaciones son el ejercicio del desenfado, un juego significativo en donde el poder deja transitoriamente de serlo porque todos somos iguales.

El buen cronista don Jorge Moscol Urbina (JEMU) en Mangachería Rabiosa describe los carnavales mangaches, al norte de la ciudad, con agua y serpentinas arrojadas en pleno baile. En las cintas de papel multicolores se anotaban mensajes amorosos como los que decían “Si me quieres porque no me miras” o aquel “Tengo miedo que tus ojos perforen mi corazón”.

Las “polveaderas” estaban a la orden del día. La ciudad jugaba en pleno calor al baño callejero. Dice Moscol que las desafiantes mangaches competían hasta en insólitos concursos de flatulencias “ciezo con ciezo”. Los mangaches del barrio norte combatían con los gallinaceros del barrio sur capturando banderas. Cascarones y globos iban y venían por los aires. Los despistados transeúntes eran sumergidos en barriles con agua de acequia. La ciudad se paralizaba porque el cierrapuertas era general. Desde los ventanales se contemplaba la mancha del carnaval recorriendo la ciudad como una turba irrefrenable.

La masa de los mangaches era incontenible e incluso capturaban hasta la propia Plaza de Armas. Abundaban las retretas y los bailes. Hasta el día de lectura del testamento de Ño Carnavalón con sus mandatos póstumos para todos en especial para las autoridades del pueblo todos disfrutaban de los festejos. Los carnavales duraban siete días hasta el miércoles de ceniza.

Después del desenfreno venía la piedad contrita de la cuaresma y todo retornaba a la calma. En Sechura preside las festividades San Sebastián, "Chabaquito" al que todos veneran con unción pues en su honor se levantan los "yunces" en todo el Bajo Piura. En sus ramas se cuelgan frutas coloridas, botellas de aguardiente y otras especies que despiertan el jolgorio a la hora de la tumba a golpe de hacha.

Actualmente la tradición del carnaval se vive en el Bajo Piura en donde las bandas pueblerinas recorren los pueblos; las reinas y comparsas se preparan todo el año. Los bailarines que acompañan al negro viejo y a la viuda, siguen siendo la curiosidad de todos los pueblos. Aún se interpretan las coplas y se leen los testamentos de "Ño Carnavalón" en el que se les recuerda a los alcaldes que tienen que trabajar por sus pueblos y que además tienen que ser honestos por eso en el testamento se les entrega un cortauñas filudo para cuando haya necesidad.

También se le toma el pelo en las mojigangas a los personajes de los pueblos: Al panadero que vende pildoritas de harina, al lechero que "bautiza" la leche, al sargento de policía que nunca atrapa a los pillos y al doctor descanse usted en el cielo porque no cura ninguna enfermedad.

Las fiestas de carnaval son un deleite del agua la que se pide a San Sebastián sea abundante para poder tener cosechas. El Bajo Piura mantiene vivas sus tradiciones de carnaval y anualmente desde donde se encuentren retornan sus hijos para participar en esta fiesta de genuino jolgorio popular

sábado, 3 de marzo de 2007

¿QUIEN GOBIERNA? ¿COMO GOBIERNA? ¿PARA QUIEN GOBIERNA?

Por: Miguel Godos Curay

Cuando los periodistas adulan a quienes detentan transitoriamente el poder muchos, equivocadamente, hablan de periodismo responsable y constructivo. Cuando los periodistas critican y denuncian se convierten en peligrosos. Entre el eufemismo y la distancia debida con el poder hay hitos muy precisos. Quien ejercita el poder por la naturaleza de su cargo tiene que ser fiscalizado. Lo propio del periodismo es señalar lo que todos coinciden en llamar conductas deshonestas que afectan el manejo de la cosa pública. Los periodistas representamos el bien público.

Señalar todo aquello que lesione el interés público es nuestra función ineludible aunque a otros les duela. Cuando el interés privado se convierte en cohecho propio o impropio, corrupción de funcionarios, negociación incompatible con el cargo, tráfico de influencias o enriquecimiento ilícito se lesiona el interés público y no queda otro camino que romper el pacto de infame de hablar a media voz pues el que calla otorga.

Las relaciones del periodismo con el poder pueden transitar por dos caminos por una convivencia sana y saludable o por un concubinato pervertido. En el primer caso los gobernantes se empeñan en mantener gestiones moralmente impecables y transparentes en el segundo caso los gobernantes gozan de la displicente actitud de informadores que callan y otorgan movidos por el interés económico o personal. En estos casos un aparente vínculo publicitario puede servir como prebenda para comprar silencio y de hecho se producen conspiraciones deliberadas atadas a los resortes del beneficio económico.

Por supuesto que esto no significa que los periodistas sean policías, fiscales, jueces o sacerdotes en custodia de la verdad. No lo somos. Nosotros somos simples testigos que en absoluto respeto del orden legal exigimos acceso transparente a información que tiene carácter público la que no se puede ocultar sin lesionar elementales derechos ciudadanos. Nuestra misión es la de observar con curiosidad periodística y dar cuenta de todo aquello que razonablemente es un indicio que las cosas no se están haciendo bien. Si las cosas se hacen bien nos regocijamos para satisfacción pública y hay que decirlo a los cuatro vientos.

No podemos negar que hay gobernantes acostumbrados a la cosmética publicitaria. Mejor dicho pagan con fondos que no les pertenecen las alabanzas que bajo la forma de noticia o publicidad encubierta aparecen en diarios, revistas o informativos de toda especie. Esta información sin neutralidad responde a interés de parte y a un vínculo comercial que permite la subsistencia de quienes se dedican a este menester mercantil no periodístico.

Sucede que hay gobernantes acostumbrados a que plumíferos y caga tinta de toda especie con lenguaje florido pinten pajaritos para ocultar latrocinios que bien pueden inventariarse como arqueología de la corrupción: Obras inconclusas y sobrevaloradas que no se usan, remodelaciones de plazas para ocultar robos, adquisiciones suntuarias que no se aplican a nada. Cemento desparramado en estadios, capillas, grutitas y plataformas mientras los servicios higiénicos básicos en las escuelas no funcionan.

Hay gobernantes acostumbrados a la suplantación de la realidad por la apariencia. Cuando esto sucede se confunden los planos y se acaban convirtiendo los medios en fines. No es este el objetivo de los gobiernos regionales y locales cuya responsabilidad es la administración de fondos públicos. Los presupuestos tienen por eso que aplicarse a necesidades legítimas no a fines remotos y distantes de este propósito. Por eso hay que recordar a todos tres cuestiones ciudadanas básicas: ¿Quiénes gobiernan? .¿ Cómo gobiernan? Y ¿Cómo los gobernantes contribuyen al bien común?. Sirven a la sociedad con los dineros públicos o se sirven de ellos para sus fines propios.