sábado, 26 de mayo de 2012

NUESTRAS INOLVIDABLES AMIGAS LAS CUCARCHAS


Letra memorable del corrido  de la Cucaracha
Por: Miguel Godos Curay

La Academia define a la cucaracha como “un Insecto ortóptero (masticador), nocturno y corredor, de unos tres centímetros de largo, cuerpo deprimido, aplanado, de color negro por encima y rojizo por debajo, alas y élitros rudimentarios en la hembra, antenas filiformes, las seis patas casi iguales y el abdomen terminado por dos puntas articuladas”. Una segunda acepción es la de “insecto del mismo género que el anterior, con el cuerpo rojizo, élitros un poco más largos que el cuerpo y alas plegadas en abanico. Es propio de América”. Tabaco de cucaracha se denomina en Cuba al tabaco cortado después de madurar caracterizado por un color parecido al almagre. El prefijo “cuca” denomina a la oruga de la mariposa.

Un viejo corrido mejicano de los tiempos de la revolución nos recuerda que: “La cucaracha, la cucaracha/Ya no puede caminar/ Porque no tiene, porque le falta/ dinero para gastar. Otros de los cuartetos dice: “Ya murió la cucaracha;/Ya la llevan a enterrar/Entre cuatro zopilotes,/Y un ratón de sacristán. La letra es anónima pero se tiene noticias que este corrido ya era una canción popular en 1818. Durante la revolución se improvisaron divertidas letras con humor negro y desenfado político.

Las cucarachas, aborrecidas por todos, tienen una extraordinaria habilidad para ocultarse y desaparecer. Se hacen invisibles pero irrumpen de pronto en las cocinas, bibliotecas, hoteles, mercados y establecimientos peleados con la higiene. Tras la bomba atómica de Hiroshima las únicas criaturas que se mantuvieron en pie bajo tierra fueron las cucarachas. Para las amas de casa son un dolor de cabeza y para combatir esta plaga doméstica recurren a insecticidas y formulas exterminadoras como “el remedio de la abuela”. Lo cierto es que las robustas cucarachas aparecen en donde menos se les imagina.

Un estudio científico publicado en la revista Sociaux Insectes reveló recientemente que estas repugnantes criaturas son muy sociales. Reconocen y protegen a sus familias incluso durante varias generaciones. Viven en familias numerosas que finalmente eligen el lugar en donde quieren vivir. Tal es su vínculo social que las cucarachitas solitarias se deprimen. Para vivir en comunidad las cucarachas conforman sociedades igualitarias estructuradas con sus propias normas. El estudio precisa también que la tribu de cucarachas se reúne para tomar decisiones de consenso por el bien común. Así, por ejemplo, si por acuerdo deciden abandonar el lugar en el que viven se mudan acatando la decisión de la mayoría.

El estudio de las cucarachas permitirá que los científicos conozcan en detalle la evolución de las sociedades animales. Se estima que en el reino natural existen unas cuatro mil especies de cucarachas de las cuales por lo menos 25 están acostumbradas a convivir con el hombre. Las cucarachas que nosotros observamos a diario pertenecen a la especie denominada cucaracha americana (Periplaneta americana) que durante el día suele habitar en la oscuridad de la alcantarillas para durante las noches recorrer palo a palmo un inmueble.

El interesante estudio científico realizado por el doctor Mathieu Lihoreau del Centro Nacional de Investigaciones Científicas, en Rennes, Francia, reveló la importancia de la vida social de las cucarachas. Tal es la necesidad de un medio social que las cucarachas que viven aisladas son afectadas por “síndromes de aislamiento” que finalmente podrían afectar su vida sexual futura. Hablar de una cucaracha sin amigos es una temeridad pues necesitan de la convivencia para desarrollar y llegar a una adultez madura. En el mundo de los insectos han demostrado también tener hábitos sociales las hormigas, las abejas y otras variedades de avispas que organizan sus colonias dirigidas por una reina dominante mientras que otras asumen el rol de obreras y protectoras del enjambre.

Las cucarachas "hablan entre sí" sobre todo si se trata de comida. Para ello emiten señales químicas sobre el tipo, ubicación, calidad y cantidad de alimento disponible. De no encontrar alimento se pasarán la voz y mudarán de espacio en busca de un nuevo refugio. Un aspecto interesante del estudio es el reconocimiento del parentesco entre las cucarachas a tal extremo que evitan a toda costa el incesto. En la familia de las cucarachas las decisiones no son individuales. Los rebaños sociales asumen las decisiones colectivas que son unánimemente respetadas. Cuando buscan un refugio buscan el mejor lugar no el peor. Según se ha podido observar las decisiones referidas a la integridad de la familia y la seguridad alimentaria no demoran y son acatadas democráticamente y en consenso. En muchos aspectos tocantes a la arquitectura institucional de nuestras organizaciones y a los resultados obtenidos. No hay duda que tenemos que aprender mucho de las cucarachas.

domingo, 20 de mayo de 2012

LAS REFORMAS IMPOSTERGABLES

Manuel Dammert Ego Aguirre
Por: Miguel Godos Curay

La economía y la historia tienen sus momentos señala Braudel. Metafóricamente la mar en calma corresponde a momentos de estructura. Una ola corresponde a momentos de coyuntura. Y la espuma a momentos de acontecimiento. La economía configura un escenario de profundos cambios. Cambian las vocaciones productivas. La Piura algodonera abre paso a la Piura frutícola y exportadora. Las inversiones corresponden a la coyuntura de la economía global. No es casual que el narcotráfico apunte su acumulación sucia a la compra de oro de la minería artesanal, al comercio de exportación y al blanqueo de activos en curiosas y sospechosas formas de eruptivos negocios (farmacias, hoteles, transportes, cuentas de ahorros en cajas, alquiler de dinero, trata de blancas y el divertimiento). Queramos o no admitirlo. La economía de Piura está narcotizada.

Piura vive en estos momentos lo que se llama “californización del gusto”. Un afán de mejora y un consumo compulsivo de artefactos novedosos para estar al día con la modernidad. Basta visitar una familia para darnos cuenta que está conectada a la aldea cableada. Sin embargo, aún persiste ese afán parroquial de cerrar los ojos a un mundo en donde los modelos se desploman por las leyes de la gravedad económica. Los piuranos somos exportadores de materias primas sin valor agregado. De ese modo no se fomenta el empleo ni se abren posibilidades al desarrollo humano. Preocupante resulta que las plantaciones de caña para producir etanol ocupen tierras que deberían destinarse a la producción de alimentos. Tampoco tenemos un estudio sobre el costo energético de producir etanol. ¿Alimentación o producción de etanol?: This is the question.

Muchos piuranos han crecido con la fijación del estereotipo del hacendado bueno al que los yanaconas surtían la mesa con primicias de las primeras cosechas. Otros deliran con la IPC en Talara en donde la atención médica y educativa brindada a las familias era de primera. Tampoco faltan los centralistas activos y pasivos entre los que se encuentran un buen filón de funcionarios públicos incapaces de tomar decisiones porque todo depende Lima. Y los numerosos áulicos que les siguen con resignación para validar esta falacia. En este escenario tan controversial el libro “Las Reformas Progresistas Impostergables” de Manuel Dammert es como una luz al final del túnel con propuestas frescas para entender este momento en donde la descentralización está plenamente vigente.

Dammert al decir de Bordieu es un viejo zahorí en la exploración de la “universalidad de las condiciones de acceso a lo universal”. Su preocupación es un Perú que enfrenta el desafío de su cuarta reestructuración con las articulaciones macrorregionales en una Suramérica emergente. Es un momento de reformas institucionales y de empoderamiento ciudadano con una interrelación de los territorios en red. El territorio, puntualiza, es el espacio producido socialmente en la reproducción de la especie humana. La estructura del territorio comprende: recursos naturales (que los tenemos abundantes), infraestructuras (Talara y Paita núcleos de la producción de hidrocarburos y pesquería sólo tienen cuatro horas de agua potable al día), patrimonio, capital humano y la individualización de las identidades territoriales.

Son de cardinal importancia, como anota Sergio Boisier, los capitales intangibles en los que se sustenta el desarrollo. Estos son: el capital cognitivo que es el conocimiento acumulado y desarrollado de modo sistemático por las universidades. El capital simbólico que es la capacidad de construir una imagen territorial susceptible de ser proyectada en el espacio y el tiempo. El capital cultural. La cultura como patrimonio societal y también como cosmogonía que es la actitud ante la vida. El capital social que es la capacidad humana de respuesta a los desafíos del presente. Es una capacidad de respuesta. Capital cívico es el compromiso cívico espontáneo de los ciudadanos por el fortalecimiento y preservación de la democracia. Capital institucional es la arquitectura organizacional de la sociedad desplegada a la consecución de logros mensurables en las mejores condiciones de vida. El capital psicosocial es la permeabilidad para el cambio y el asumir la gestión autonómica. Es la certeza y confianza en sí mismo. Es también la tolerancia y la capacidad de convivencia intercultural. Capital humano es la población viva en un escenario de expansión de oportunidades sin exclusión. Finalmente el capital sinergético que es la capacidad de obtener resultados mayores que la suma de los esfuerzos individuales. Las sinergias son necesarias no sólo para obtener recursos del Estado sino para penetrar y abrir mercados. Ampliar las ventajas de la educación, la salud y el empleo.

Señala también Dammert que las potencialidades son una garantía de futuro. Piura tiene enormes potencialidades que deben ser aprovechadas con beneficios para todos. Epílogo. Una estudiante me preguntó hace algunas horas lo siguiente: ¿En qué se diferencia un obrero chino de un obrero piurano? Mi respuesta fue la siguiente: -Un obrero chino trabaja un promedio de 14 horas diarias. Un obrero piurano trabaja 8 horas nominales. Una hora se dedica al raje y a la conversa. Otra hora a lamentarse de por qué no se saca la tinka. Y otra hora a simular que trabaja pero en verdad no trabaja. ¿Podemos cambiar?

martes, 15 de mayo de 2012

ELEGIA PARA EL AUSENTE

Juan José Godos Atoche y Alejandro Chillón
 Por: Miguel Godos Curay
Las dos estrellas titilantes de sus ojos se fueron extinguiendo. Su voz potente de reclamo se apagó y todo se hizo silencio. Sus manos, su cuerpo contraído por el dolor. Todo se hizo nada y sus labios resecos se cerraron para siempre. Mi padre a sus noventa y tantos aún resuena en la memoria. Duro en la batalla final contra la muerte. Filósofo a su manera. Inconforme hasta en la despedida postrera. Nos ha marcado a fuego con su heredad genética. Sus mismas costumbres. Dormir al filo de la cama como en la cuerda floja de la vida. Pensar mucho, rumiar todo y no dejar de hacer en todo el día. El pensar y el hacer son propios del hombre. El olvidar también aquellos recodos turbios en los que se desembalsa la vida.

El patriarca duerme como un niño. Las costras de sus ojos son la condecoración serena de la paz al final de la batalla. Hoy cumplo con él, el rito que él dispensó a sus antepasados. Abundante café para no dormir y conversar toda la noche. Y al filo de la madrugada refrescarse el rostro con agua de mar para no olvidar que su nave partió con la luna en las orillas del mar de Paita. El silencio acompañe tu último viaje, viejo inolvidable. Te recuerdo recorriendo la playa en caminata memorable, detenido el instante en la fotografía. Blandiendo la bandera roja de la huelga sindical en la fábrica vieja. En tú último viaje te acompañan tus perros favoritos con sus historias irrepetibles. Te recuerdo camino a la biblioteca releyendo diarios. Te recuerdo al filo de la madrugada caminando por los grises farallones cumpliendo con entregar tus margaritas para los ahogaditos en las orillas del mar.


Tus hijos numerosos hoy te acompañan. Tu devoción por los relojes y las plumas finas es una tentación que no se acaba. Hoy recorrerás las calles de Paita -conforme a la costumbre- desde la Iglesia San Francisco hasta el cementerio de San Pedro. Ahí están don Pedro Gallup y tus ancestros. Al pasar por el boquerón repetiré esas mágicas palabras muy tuyas que dicen: “Descansa cuerpo bizarro que lo que cargo no es de barro”. Y respiraremos el aire de cumbre en la cuesta.

En lontananza una gaviota gris se deja llevar por el viento. La sustancia del aire es lo que mejor se parece a tu alma inquieta. Tu rebeldía interior no se agota. De pronto tu silencio forma palabras y el dolor purifica tu existencia toda. La elegía que te escriba tiene que saber trocar la tristeza en valentía. Y concentrar un océano de cariño en cada palabra. Gladiador victorioso en la hazaña cotidiana de la vida nos consuele tu grandeza cicatrizada la herida. Chirria la madera y el viento estremece las quinchas viejas. Y el viejo se asoma entre las sombras con sus atados de ternura. Una cachema fresca recién abierta en el muelle. Los colmillos de lobo para los tallados de Mauricio. Caracoles y guijarros recogidos en la playa. Plumas de flamenco. Una oración en la puerta de la Iglesia de La Merced en el barrio de La Punta. En el horizonte una estela de humo negro marca el rumbo de un vapor.

Sol de Colán con tu luz enciendes la existencia. Luna de Paita te deslizas misteriosa en esta ausencia. Camino a Yacila contemplando la Silla de Paita. En el Tablazo la Cruz de Fabricio Cisneros ultimado a balazos por el Subprefecto Rudecindo Garrido. Alforjas cargadas de tunas, piedras de filtro y la danza ceremonial del viento como un guerrero. Los silabarios polvorientos, las pizarras de los parvularios escriben tu nombre viejo incomparable. Gotas de agua de la revieja piedra filtrante, sinfonía musical del cántaro. Agua fresca para la sed.

Paita, no descansa. Los pitos de los barcos anuncian nuevos cargamentos en la rada. Las cholitas en el muelle preparan cebiche de cabrilla o peje blanco. Y el aroma del ají y el limón de Chulucanas se torna penetrante. Así es la vida. Un permanente desplegar las velas al viento hasta perderse en la eternidad. Un viaje sideral por caminos iluminados de estrellas. Un adiós conmovedor desde el muelle. Un recado a Dios con una respuesta eterna. Una procesión de San Pedro por la bahía con los músicos de la banda pueblerina ebrios de mar y movimiento. Lo arcos de pescado aliñado están  enhiestos. Los cohetes anuncian la fiesta. Y recorro mi infancia de las manos de mi padre. Mi madre con su oración nos acompaña. Las pilas de agua bendita de La Merced, dos conchas gigantes, despiden su aroma de Agua Florida de Murray y Lanman. Los peregrinos llegan de todas partes. Y mi padre recorre insomne los callejones de Paita. Salve Regina Mater Misericordiae…. repite este viejo que se despide con la gentileza de sus ancestros. Como manda la tradición con un clavo marcaré su nombre en la desdentada boca de un nicho con la mirada puesta en el mar. Así lo harán mis hijos y los hijos de mis hijos. ¡Descansa viejo, la noche no nos quiere esperar!


domingo, 13 de mayo de 2012

MAMA: LA ENERGIA QUE MUEVE AL PERU

Por: Miguel Godos Curay
Carátula de Time. Las madres esquimales
lactan a sus hijos hasta las ocho años.
La alfalfa parlamentaria no conoce del amor de mamá. Hace tiempo este país conmemora el día de la madre pero hasta hoy no existe una ley que reconozca el trabajo digno y abnegado de miles y miles de mamás que mueven al Perú. Acaso nos hemos olvidado ¿Quién sirve el desayuno?, ¿Quién sancocha las papas?, ¿Quién compra el pan?, ¿Quién conduce a los críos a la escuela?, ¿Quién paga los recibos de consumo de agua y energía?, ¿Quién hace cola en los hospitales naufragando de consultorio en consultorio?, ¿Quién lava la ropa domingo y fiestas de guardar?, ¿Quién hace milagros en la olla con lo poco que tiene?.

A este Ministro de Economía genial cuando la preguntan los encuestadores: “¿En que trabaja Ud.? Responde de esta manera: “Yo no trabajo mi marido es el que trabaja”. Perogrullo. Falacia estadística. Una huelga de madres dejaría al Perú sin ternura y sin afecto. Un papá trabaja ocho horas en la fábrica y en la oficina. Mamá empieza su jornada muy temprano para que su hijo llegue puntual al trabajo y papá desayune con cafecito caliente. Ella alimenta a la tribu. Se ocupa de las tareas de sus hijos. Y cuando todos duermen los abriga a todos. Y cuando los hijos están enfermos no duerme velando el sueño de los débiles. ¿Qué le han hecho estas madres a sus hijos para que las leyes no tengan nombre propio? Ojalá algún día se acuerden de mamá.

¿Qué olvido tan imperdonable de estos hijos que cuando usan el poder se olvidan de su madre? Dicen que la mano que mece la cuna gobierna el mundo. En este país la mano que mueve la cuna. Es la mano que moviliza al país entero y nadie le reconoce ningún mérito. El amor de mamá no vale un ciento, un millar o un millón de ollas arroceras. El amor de mamá engrandece a la patria. Pero la patria se olvida de ella porque los que legislan perdieron la memoria.

Tanta madre anciana olvidada por este país que crece todos los días pero que a ratos se le encoge el corazón. ¿Señor Ministro de Salud tiene Ud. Una respuesta? ¿Señor Ministro de Economía Ud. que todos los día mide el pulso de la economía ha sentido alguna vez el latido del corazón de mamá? Maestros y maestras del Perú que hoy repiten poesías alusivas al día de la madre. Y que los niños aprenden de memoria. Enseñen a todos de una vez por todas que el día de la madre dura todo el año y que no hay fecha ni horario, ni calendario para decirle a este reina sin corona: ¡Mamita te quiero mucho! Y esa vieja linda convertida en una pasa de puro amor se sonreirá feliz y seguirá siendo ese ángel que zurce la media de los sueños de sus hijos con abnegación.

Y cuando mamita se va al cielo nos consume un profundo dolor en el alma y en corazón. Entonces nos arrepentimos de no haberle dicho lo que hoy se desborda de nuestros labios. Entonces se convierte en esa estrella solitaria que nos ilumina desde el cielo. Y su presencia de ángel nos acompaña siempre. Madre es una palabra sublime. Una condecoración ante la que son latón de adorno todos estos humanos inventos para nutrir la vanidad de aquellos que buscan la notoriedad en el pecho pero tienen insondable vacío en la inteligencia.

Una madre es un ruego a Dios a cada instante en donde decir: ¡mama!, ¡mamita!, ¡mamacita! ¡viejita! . Es como oír los dulces trinos en los verdes campos. Una madre es la exaltación de la vida. Es la energía que transmite movimiento al universo. Una caricia de madre es una bendición que no señala el rumbo en la vida. Un ruego de madre es un desafío a la soberbia del hijo que extravía los caminos. Una oración de madre es un pedido a Dios cara a cara y un recado a la eternidad en cada palabra.

“Mi madre es una rosa, mi padre es un clavel (aunque se marchita todos los días) yo soy un hijo agradecido que no sé cómo responder” a esta dicha de disfrutar de su presencia y de su confianza. Mi madre tiene una sonrisa que conjura la tristeza y el desencanto  y nos nutre de ganas de vivir. Es un acto de justicia reconocer a nuestras madres y elevar una oración por las que están ausentes pero se acercan a nosotros para recordarnos que la sustancia de su amor, es eterno. “Mamá…en los surcos que abren tus arrugas déjame plantar la semilla del amor”. Amén.

domingo, 6 de mayo de 2012

ITINERARIO DE LOS ALUNADOS


Por: Miguel Godos Curay
Luna,luna, luna si te atraparan los gitanos. (Foto O'globo)

La luna en perigeo fue anoche un espectáculo deslumbrante, sin embargo, muchos de los repentinos observadores amanecieron con un inusual dolor de cuello o pescuezo. En puridad semántica dolor de la cerviz que según el diccionario de la Real Academia “es la parte dorsal del cuello, que en el hombre y en la mayoría de los mamíferos consta de siete vértebras, de varios músculos y de la piel”. Sucede que entre los piuranos es una inveterada costumbre el ir mirando el suelo, no sólo para eludir los huecos que abundan en toda la ciudad. Sino por la alucinada esperanza de encontrarnos una moneda de a sol por la calle. Nuestros abuelos deliraban por las pesetas gordas y los centavos. Y cuando el mercado se encontraba a inmediaciones de la Plaza de Armas, chicos y grandes, cernían en canastillas la arena con ese consolador deseo.

Los piuranos no tenemos la costumbre de contemplar el cielo y las estrellas. Y cuando lo hacemos nos cuenta levantar la cabeza. Pese a que uno de los versos del himno patrio advierte que el peruano oprimido “la humillada cerviz levantó”. En Piura levantar la cerviz cuesta y duele. Es tal la mala práctica que hasta en la propia escuela la mirada esquiva de los malos alumnos se concentra en el suelo. Y como dicen los abuelos los mentirosos nunca miran a los ojos y dan la cara. Mirar de frente y mirar hacia lo alto y elevado no es una costumbre nuestra.

Los que miran el cielo adquieren la costumbre de asomarse a la belleza del espacio sideral. Aprenden con naturalidad la geometría celeste. Los que no se reconcentran en el moho hediondo de su ombligo o en la tierra acumulada en las uñas de sus pies. Hace algunos meses una delegación universitaria americana se desplazaba a Paita para conocer el encanto de su apacible bahía. La sorpresa del conductor se produjo cuando le pidieron detener el vehículo para contemplar el cielo. En las megalópolis lo rascacielos ocultan la bóveda celeste. En cambio nosotros tenemos cielo estrellado para rato. Sin embargo, no nos gusta contemplarlo. Lo hace Alberto Gómez Dextre (Algodex) con una pasión contagiosa. Pero ni por asomo los profesores de geografía y los geómetras. Así no surge la ciencia ni la curiosidad se despierta.

La luna. La famosa luna de Paita y el sol de Colán que inmortalizó el veneciano Carletti están presentes en la vida de los piuranos. Las viejas parteras cuando no existía el ecógrafo monitoreaban al feto siguiendo los movimientos lunares. Nuestros abuelos no se cortaban el pelo a la entrada de la luna. Y si querían procrear varones, con calendario Bristol en la mano marcaban las noches de luna nueva. Los epilépticos y los tronados eran preparados para los percances de las noches de luna llena. A los perros y perras “alunadas” se les colgaba un espejo en el cuello para evitar la furia erótica de la luna. Las fracturas, las heridas y cicatrices se reblandecen estas noches iluminadas. En la sierra de Piura las trancas de higuerón y los guayaquiles que se emplean en las construcciones resultan eternos si son cortados en noches de luna llena nunca en cuartos. La luna también provoca nostalgia y tristeza repentina. Entonces las madres expertas en males de amor consuelan a sus hijas con estas mágicas palabras: “Es la luna mi hijita ya le pasara”. Lo cierto es que las consecuencia de los efluvios lunares se acaban a los nueves meses.

Una tarea pendiente de los piuranos es contemplar el cielo y caminar para apropiarse de su aire y de su suelo. Una profesora becaria en Israel comentaba con admiración que la mayor parte de los niños en las escuelas israelíes juegan diariamente a cultivar la tierra y se divierten plantando árboles y en los cementerios de maquinaria agrícola cada uno de ellos simula conducir su máquina para abrir surcos. El juego que es preparación para la vida es tomado en serio y tiene un valor pedagógico extraordinario. En cambio, nuestros niños siguen jugando a policías y ladrones. Cuando no al papá y a la mamá. Nunca plantan un árbol y en los colegios privados los amonestan severamente cuando juegan con la tierra “porque se ensucian”. De modo que no hay argumento para quejarnos porque finalmente desprecian su ciudad y su propia tierra. Sí usted que me lee tiene el deseo de cambiar el curso de la historia. Empiece por mirar la luna y levante la cerviz aunque le duela las primeras veces.

sábado, 5 de mayo de 2012

ELEGIA PARA UN PELICANO MUERTO

Por: Miguel Godos Curay

Palicanos en la reserva natural de Paracas.
A los pelicanos poco o nada les importa la renuncia de la viceministra de pesquería Patricia Majluf y sus asesores. Si les importa el alimento, el cambio climático, la contaminación de los océanos, la muerte de los delfines. El hambre del pelicano es como el de los humanos. Después de recorrer kilómetros sin un cardumen de anchoveta a la vista no es ninguna cobardía venir a morir a la playa de inanición y sin fuerzas. Los pelicanos, según los bestiarios medioevales, tenían el hábito de rasgarse el pecho para que los críos se alimenten y beban de su sangre. Por eso en la antigua tradición cristiana Cristo era simbolizado por el pelicano bueno que alimenta a los que más ama con su cuerpo y con su sangre.

Hoy los pelicanos están de duelo y sus cuerpos famélicos se amontonan en las playas. Algunos tienen sus alas recubiertas de petróleo. Otros tienen los ojos y la lengua reseca como naufrago que llega a entregar su último hálito a la playa. Entonces abren los ojos para morir junto con el sol del ocaso. Un pelicano triste es un alma solitaria sin consolación. En sus ojos húmedos por las lágrimas se esfuman los recuerdos vaporosos de aquellas pescas abundantes en la costa del litoral. Tiempos aquellos en los que la anchoveta abundaba y en donde la familia feliz tenía que comer. Hoy no. El hambre nos consume y lo poco que se puede comer no es el bocado apetecible.

Mamá pelicana con sus críos marchó a tiempo hacia las islas. Papá pelicano a duras penas intenta subsistir. Volar tan alto no le sirvió para otear cardúmenes. El extenuante ejercicio lo dejó sin fuerzas y sin ganas de batir sus alas como en los mejores tiempos. Y en este vuelo supremo sólo habitan en su memoria el recuerdo de su familia, el palidecer de la tarde, la alegría de los pescadores en los muelles. Entonces felices cada tarde recorrían la bahía y contemplaban al caer la noche como las luciérnagas de neón iluminaban la ciudad. Hoy no. La debilidad no le permite siquiera planear en el aire. Un manojo de huesos como una cometa rota no se puede en el aire sostener. Morir en la playa es un rito silencioso. Primero el sopor inmisericorde. Después como una pesada carga el alma se desprende del cuerpo. En ese mismo instante desaparece el hambre. Y con alas invisibles se puede volar a la inmensidad del cielo.

El cielo de los pelicanos es hermoso. Todo poblado de recuerdos y de familias innumerables. Ahí no hay hambre ni dolor. Es un mundo maravilloso donde todos los pelicanos lucen su más hermoso plumaje y en donde nadie se pelea por la comida porque ya no es necesaria y además es abundante. Ahí nos existen ministerios corruptos, ni políticos capituleros. Es un mundo diferente en donde todos los pelicanos del mundo tienen la posibilidad de soñar y hacer de sus vuelos una estación feliz de la presencia de los que más quieren. Un cartel que dice “¡Pelicanos del mundo uníos!” abre las puertas del cielo. Que contraste con la tierra. En donde el lema favorito es el siguiente: “¡Los pelicanos unidos jamás serán vencidos!”

Ser pelicano en el Perú es un oficio de difuntos por la contaminación de los ecosistemas y porque las leyes no se respetan. Ser pelicano en el Perú cuesta sangre sudor y lágrimas. Ser pelicano en el Perú es tener el coraje de enfrentar el cambio climático hasta entregar la vida. Ser pelicano en el Perú es asumir la defensa de los niños que no han tenido la posibilidad de conocer la riqueza de su mar y de contemplar su variada fauna. Ser pelicano en el Perú es tener la valentía para decirle a las empresas voraces que la vida es primero en toda actividad extractiva. Ser pelicano en el Perú es tener agallas para decirle a los vende patria que lo que hoy entregan con impunidad más tarde será la angustia de sus predecesores. Ser pelicano en el Perú es soñar con una patria libre en donde no falte el pez y el pan. Ser pelicano en el Perú es tener la esperanza en una educación que permita a todos los niños de este gran país volar hasta alcanzar sus sueños. Ser pelicano en el Perú es luchar con garra contra el hambre y la desnutrición. Ser pelicano en el Perú es tener la levedad de un poema y la esperanza de una oración que se eleva hasta lo más alto. Ser pelicano en el Perú es amar a este país con toda el alma.

martes, 1 de mayo de 2012


Tomás Borge, Miguel Godos y Presidente Alan García

EL SILENCIO DEL COMANDANTE

Por: Miguel Godos Curay

Tomás Borge Martínez (1930-2012), el último de los legendarios comandantes del sandinismo murió el pasado lunes en Managua. El 2007 el sandinismo le confió la Embajada de Nicaragua en el Perú. Borge se nutrió políticamente y se entrenó como guerrillero en Cuba pero su vocación de rebeldía es realmente histórica. A los doce años fue uno de los estudiantes que por dignidad no le extendió la mano a Somoza que visitaba la escuela. En 1955 entró en contacto con los movimientos patrióticos opositores a Somoza. Tras el asesinato del dictador por Rigoberto López Pérez fue encarcelado en septiembre de 1956. En 1961, junto a Carlos Fonseca Amador, Francisco Buitrago, Jorge Navarro, Silvio Mayorga, José Benito Escobar, Noel Guerrero y Germán Pomares, y excombatientes de Sandino, fundó el FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional) que asumió el ideario de Augusto Sandino.

Borge era un fogoso orador que subyugaba con su palabra y encandilaba a las masas con versos de Darío y propios en contraste con la parquedad de Daniel Ortega. El pequeño personaje de grandes orejas y cabello ralo se transformaba por el vigor de su palabra y entusiasmo. A sus esperados discursos por el 1 de mayo se conducía un podio hecho a su medida en donde con sonora voz y brincos se agigantaba con inflamada oratoria. Era un hombre de una personalidad combativa extraordinaria. Fue amigo personal de Che Guevara, Arafat, Gadafi y el propio Fidel Castro. Conocimos a Tomás en La Habana y posteriormente en Piura al presentar sus credenciales como Embajador de Nicargua. Era un conversador ameno, erudito y culto.. Su papel fue clave en 1979 en el derrocamiento de Anastasio Somoza Debayle como en el establecimiento de la junta y elección del gobierno Sandinista.

Su aparente dureza contrastaba con su fina sensibilidad de escritor y de poeta. Entre sus libros destaca “La paciente impaciencia” (1989) un testimonio autobiográfico por el que recibió el Premio Casa de las Américas, “La ceremonia esperada”, "Un grano de maíz", donde ataca a Estados Unidos y a la ONU por inmiscuirse en los asuntos internos de Nicaragua ; "Salinas, dilemas de modernidad" (1994), una biografía sobre el expresidente mexicano; y la novela "El amanecer dejó de ser una tentación". Amigo de Julio Cortázar, Gunter Grass y Eduardo Galeano administraba con fina ironía la paradoja. Su primera esposa fue asesinada en junio de 1979. Estuvo casado con la cantante y actriz peruana Marcela Pérez Silva, con la que tuvo tres hijos

Nacido en el seno de una familia pobre el 13 de agosto de 1930 en Matagalpa, al norte de la capital, Borges abandonó la universidad antes y se dedicó a la lucha patriótica contra Somoza que manejaba a Nicaragua como su hacienda. Uno de los roles ingratos que le tocó desempeñar fue de ministro de interior del gobierno sandinista. Todos recuerdan que en la fachada de la sede del ministerio hizo colocar la consigna “Centinela de la felicidad del pueblo”. Fue también vicesecretario del FSLN, Diputado y diplomático.

Como consecuencia de sus actividades en la guerrilla, en 1977 fue arrestado y permaneció nueve meses en prisión en Tipitapa. De aquí fue liberado en 1978 por la temeraria acción del sandinismo que ocupó el Palacio Nacional y tomó a los legisladores como rehenes. La acción ejecutada en agosto aceleró la ofensiva sandinista que detonó en enero de 1978 con el asesinato del periodista Pedro Joaquín Chamorro, ejecutado por sicarios somocistas. Tras la caída de Somoza dedicó toda su energía a la formación de la Junta de Gobierno Sandinista. Borge fue acusado de participar en una masacre de 37 presos políticos en junio de 1980, lo que siempre negó. Tras la derrota electoral sandinista en 1990, cesó como ministro y pasó a conformar el Directorio del Frente que hizo oposición política a la presidenta Violeta Chamorro. En el 1996 fue elegido diputado del Parlamento Centroamericano para un mandato de cinco años (1997-2002). En el II Congreso del FSLN, en 1998, fue reelegido como vicesecretario general y fue el único de los históricos líderes que se mantuvo en el gobierno. Coincidiendo con su partida el volcán Masaya inició inesperada actividad arrojando material inflamable. El fogoso volcán de la palabra quedó en silencio. El tumulto de la calle repitió la noticia: ¡Carajo murió Tomás!