domingo, 25 de mayo de 2014

ETICA Y POLITICA.LA AGENDA PENDIENTE

Por: Miguel Godos Curay
La presión de algunos medios favorece la corrupción.

Una de las razones de la desconfianza ciudadana en los candidatos es, en apariencia, su natural propensión al embuste y la mentira. Como bien se advierte en la boca del mentiroso lo cierto se hace dudoso. El circo electoral es un mar de promesas y escasas propuestas. La sinuosa trayectoria de unos en el ejercicio del poder y su deplorable conducta pública, en otros, son argumento suficiente para los señalamientos ciudadanos.
 
El ejercicio de la política sin los ingredientes de la ética y la moral es un verdadero asalto a la confianza ciudadana. La ética, del griego ethos, es preceptiva, establece normas de conducta humana. Moral viene del latín moris, es la conducta arreglada a las buenas costumbres. Es fácil por ello advertir en la persona moral su capacidad de ponderar la bondad o maldad de sus acciones. El inmoral transgrede deliberadamente la moral a sabiendas del daño que acarrea. El amoral, es un incipiente moral. No distingue el bien del mal, por lo tanto, es una genuina amenaza para la sociedad por su inescrupulosa actitud frente a la vida.

El honesto ejercicio de la política no es una utopía inalcanzable en un escenario en donde los corruptos pululan por doquier y en donde se afirma que el latrocinio se ha democratizado. La inmoralidad pública tiene un desmesurado impacto en la economía nacional. Un estudio de Alfonso W Quiroz revela que el costo de la corrupción en el Perú entre los años 1820 al 2000 ha sido estructural y consistentemente alto o muy alto. Si se estima que el crecimiento autosostenido del país requiere de una tasa media  anual del PBI entre el 5 y 8 por ciento en el largo plazo. El Perú a consecuencia de la corrupción sistemática y descontrolada perdió y distribuyó mal entre el 40 al 50 por ciento de sus posibilidades de desarrollo.

Como sostiene Raúl Chanamé Orbe “la inmoralidad nos ha hecho iguales, en un país de desiguales”. La crisis ética, este desequilibrio que socava a las instituciones tiene su origen en la ignorancia y el abandono de los principios morales. En la indiferencia ciudadana para ejercitar una activa fiscalización de la cosa pública. A la que se suman exacciones toleradas como la tantas veces repetidas: “roba pero hace obra”, “roba pero la reparte”, “tiene que aprovechar su último año de gestión”, “para mis amigos todo para los otros la ley”, “donde se remodelan plazas seguro que hay uñasas”.

La inmoralidad pública de políticos, funcionarios, gobernantes y excepcionalmente candidatos pulveriza la confianza ciudadana cuando se convierte en una forma de vida. Muchas veces, los procedimientos de control y  sanción resultas laxos. Hay  quienes pretenden acomodar las normas éticas a su “modo de ser” cuando son incapaces de acomodar su vida a los principios morales. Cuando el que ejercita el poder antepone el interés personal al interés público para obtener beneficio actúa contrariamente al deber. Sus resortes gatillan el egoísmo distante del altruismo que tiene como finalidad el bien común. Bien vale advertir que en muchos casos la legalidad de un acto no es garantía de la moralidad del mismo.

Hay quienes vulneran  la ética por ignorancia. Advertía Monseñor Oscar Cantuarias Pastor, con urticante reiteración, que un vicio muy piurano era el nepotismo. El obtener beneficios de la cosa pública para los familiares. Nepotismo viene del italiano nepote que significa sobrino y alude a la repartija de cargos y beneficios entre los allegados. En Piura, según Monseñor, prima el nepotismo de la sangre que favorece a los familiares. El último matiz en este extremo es el canje de beneficios. Tú contratas a los míos, yo contrato a los tuyos. Esto sucede en muchos municipios. El nepotismo del partido engorda a la militancia. Finalmente el nepotismo  del afecto favorece a los amigos. Vaya por donde vaya, repetía, usted se va a encontrar con menudos beneficios. Si se pudiese urdir una trama entre benefactores y beneficiarios nuestra administración pública quedaría convertida en una telaraña.  La tarjeta y el tarjetazo han quedado reducidos a la mínima expresión. Los sutiles procedimientos informáticos y la tecnología del moderno celular son los canales del nepotismo discreto. El indiscreto tiene nombre propio.

Vivimos un estado de anomia, una situación de ingobernabilidad y ausencia  de ley en donde la carencia de normas sociales nos empuja a la degradación. Sumemos a ello las influencias de medios de comunicación despojados de contenidos. ¿Qué hacer? Algunos quieren encontrar respuestas en la severa crisis de las familias y otros en el abandono de los valores en la escuela. En realidad, el hogar educa y la escuela enseña. Las funciones de una no pueden ser reemplazadas por las de la otra.

Los valores son patrimonio de la familia y como tal tienen que ser defendidos e inculcados.  La escuela nos conecta con las prácticas sociales y refuerza la confianza. La ciudadanía como atributo de pertenencia se inculca en el hogar. Como forma democrática de vida germina en la escuela y se proyecta al bien común. La ciudadanía activa se nutre en el debate y en el ejercicio de la crítica. En Grecia, ciudadanía, equivalía a ejercicio de la capacidad de persuadir o ser persuadidos. Por ello los debates son necesarios. La actividad  política requiere de los partidos encaminados a la construcción de consensos.

En la política la mentira es el cinismo químicamente puro. Como señala el Drae: “es la desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables”. Es también la impudencia (descaro), la obscenidad descarada. La mentira tiene variados matices. Podría tratarse de la suspicacia, la siembra de dudas sobre  algo o sobre alguien. Otras formas de mentir son la ocultación como  procedimiento de omisión de información y la falta de transparencia. La felonía, el falso afecto y la falsa lealtad. La intimidación, la siembra de miedo, temor y finalmente el chantaje. La contumacia, la persistencia en el error. La tergiversación, en esencia, la interpretación torcida de las cosas. La injuria es la lesión a la fama y el honor. El engaño es la mentira patológica en sus variadas formas. Podría tratarse de una mentira piadosa, sin embargo, horada la verdad. Finalmente, el perjurio que no es otra cosa que el falso juramento. La traición a la palabra empeñada.

De modo que la ética y la política no están en colisión ni controversia. La ética es el ingrediente imprescindible de un buen desempeño. La viveza y la astucia, la inteligencia para el mal, son el refugio de los pillos. No es cierto como afirman algunos avezados la ética y la moral han pasado de moda. La experiencia demuestra que un buen ciudadano, es buen padre, buen amigo, buen ciudadano, buena persona en la que se puede depositar la confianza pública. La ética es como la prueba ácida al oro. El oro genuino permanece indemne y es garantía de calidad. La persona carente de ética es como la mona cuando se viste de seda. La mona, mona se queda.

jueves, 8 de mayo de 2014

MAMA CONTIGO ES FÁCIL LA ARITMETICA


La maternidad es un don sub lime de Dios. (Foto Camila Borge)
Por: Miguel Godos Curay

Mi madre me parió cuando no había acabado su adolescencia pero me nutrió de amor para el resto de la vida. No hay palabras para expresarle la gigantesca gratitud del corazón. Ni poesía tan hermosa para decirle tú ternura nos estremece cada día. Ella se sobrepone a las borrascas del desafecto y como  las pruebas de su amor inextinguible, no tienen límites, todo se transforma con hermosura inagotable. Mamá, con la condecoración de abuela, no das tregua a la alegría y a la esperanza. Y en tu diálogo interior con Dios pides más para tus hijos que para ti misma. El afán de tejer la felicidad de tus críos no tiene tregua. Repartes, como el rocío matinal, gotitas de cariño a los que más quieres, todos los días.

En la noche, eres aquella estrella que titila extasiada en su sideral camino de esperanza. Palabra a palabra, deletreo tu nombre en el silabario de la soledad. Aún recuerdo el sonsonete escolar que abrió la mente infantil a la lectura. Eres esa hada madre que en todos los cuentos con su varita mágica de sinceridad conjura todos los miedos y convierte en héroes a sus hijos. Contigo la aritmética es tarea fácil. Multiplicar tus sentimientos nos llena el alma de compasión y de belleza. Un beso tuyo nos convierte en niños buenos y el corazón palpita al ritmo universal de la perfección celeste.

Ante tu amor es alfalfa reseca el discurso meloso de los políticos. El floro vacío de los demagogos tiene el sonido de un pedo ante tú grandeza. Una flatulencia pestilente de la inconciencia. Bla… bla….bla es el verbo de la farsa. Por salud, resulta siempre mejor oír el homenaje de las ranas. Las ranas tienen mamá y croan contentas en el agua. Dios escucha el homenaje de los niños pobres, aquellos que de pura emoción  rinden culto al amor en el arenal del desierto. Con su florcita roja en el pecho, hinchados de coraje, los churres cantan al sublime amor. “Salve oh madre la dicha sublime…” un coro angelical conmovido acompaña con dulzura el concierto.

“Mi madre es una rosa, mi padre es un clavel y yo soy un capullito que acaba de nacer”. Repite el niño en su media lengua. El idioma del amor sintoniza perfecto. Y la madre de puro amor su ojos humedece. El espontáneo amor flota en el aire en cada trino. Las golondrinas escriben música en el pentagrama alambrado de la tarde. El trino alegre es melodía infinita, casi el himno de la creación, para tu vientre. Tus benditas manos acarician los rostros de los nietos. Madre que trabajas para alimentar tu prole. Tu esfuerzo embellece el paisaje de la ciudad. Madre que duermes junto a tus golosinas entrada la noche, Dios bendice tu fatiga con aliento de eternidad.

COMPETENCIA DE LADRONES Y MERMELADA
Por: Miguel Godos Curay

¿Por qué pierden credibilidad los diarios?
El otro día una de mis leales e incondicionales lectoras me transmitió sus naturales preocupaciones respecto a un artículo de un diario local en donde se afirmaba a rajatabla que la próxima contienda electoral es una competencia de ladrones. Le expliqué que eran opiniones personales expresadas con absoluta libertad. Sin embargo, me advirtió que en estos casos los poco avisados lectores asumen es la opinión del medio. Si consienten con ligereza en su tribuna un desaguisado de este tipo. Podemos presumir que lo asumen y abren la puerta de par en par a sus lectores. ¿Pueden los medios hacer puré de la democracia cuando proclaman defenderla?
El tema sirvió para un amplio debate en clase y las conclusiones fueron nutritivamente críticas. Unos opinaron, una afirmación de tal calibre muerde la credibilidad del medio cuyo ejercicio de la libre expresión es precisamente consecuencia de la democracia. Un aserto tan descabellado queda fijado en el imaginario popular. Otros dijeron, si bien nuestra democracia tiene sus defectos urge ejercitar la vigilancia ciudadana para que las a exacciones de los políticos y gobernantes no queden impunes. El control ciudadano se extiende también a los medios. Si los lectores consumimos medios, el producto que demandamos debe ser un producto de calidad.

Uno de los temas del debate fue la percepción ciudadana de los medios. Preocupa, por ejemplo, la ligereza con la que abordan los temas carnudos de la opinión pública. Y ¿cómo? una denuncia, de un día para otro, se convierte en publirreportaje, en avisos y suplementos. Mejor dicho hincan un día con denuncia para al otro día cobrar en publicidad. Unos, advirtieron, los diarios no tienen estatutos editoriales que establezcan con claridad los linderos éticos del medio. Muchos medios tienen ética de jebe, dúctil y maleable a los intereses de los anunciadores.
Existe también la sospecha fundada que lo que las empresas periodísticas no pagan bien a sus redactores. Por eso, ellos se encargan de cobrar lo que nos les pagan a sus entrevistados, a los políticos, alcaldes, funcionarios y candidatos denunciados. Las coimas, la mermelada, el cabildeo, la tentación perversa de la adulación pagada se ha convertido en la sangre de las redacciones. Los redactores y reporteros incorruptibles son especie rara. Entre los propios periodistas los que no aceptan coimas son tontos que no aprovechan esa descarada e irrepetible mordida. En realidad esa discutible conducta es una fibrosis cancerosa en donde la deontología periodística no se regenera y se pierde.

Frente a este conflicto los responsables de las redacciones no tienen ni idea de las sacadas de vuelta de sus redactores. En las páginas de política, policiales, judiciales, educación, sociales espectáculos y deporte. Algunos avezados redactores sostienen “en mi sección el que no se matricula no aparece”. Y entre los periodistas se llama “buen canelo” al personaje público que coimea con un monto mayor. Otros viven de los canjes y favores. La corrupción socava también los territorios de editores y jefes de secciones. Hay redacciones en donde jefes y  redactores se disputan los botines como perros de presa. Las dimensiones de la coima exceden la anécdota. Financian hasta departamentos imposibles de adquirir con un sueldo precario de redactor.
¿Qué hacer cuando falla la ética? La ética es como la buena educación se aprende en casa, en el hogar con una buena dosis de ejemplo, claridad de propósitos y consecuencia. En los centros de formación de comunicadores y periodistas se piensa, erróneamente, que la ética y la deontología son cursos de final de carrera. No es así. Una profesión de tanta responsabilidad requiere no sólo de una buena base humanística sino de sólidos principios y valores que no son un adorno en el proceso formativo.

La formación en valores acarrea la dificultad de buscar el correlato de la práctica cotidiana. La ética que se exige a los periodistas es la misma que debe exigirse a los propietarios de los medios tan dados a la evasión fiscal, a la reducción de costos y a mal pagar a los redactores de planta. Tras el propósito empresarial de reducir costos, sin duda, flota la tentación de pisotear los principios pues no se puede presumir de ética impecable cuando se atropellan derechos fundamentales. Si el empresario es incapaz de ver los derechos de los que tiene cerca cómo es que va a defender y preservar los derechos de la sociedad que no está tan lejos.