Por: Miguel Godos Curay
![]() |
Multitudinaria marcha de GZ en Lima como respuesta a la impotencia del Ejecutivo frente a la agresión criminal y la violencia en el país. |
La contundente marcha de los jóvenes universitarios limeños de San Marcos, Villarreal, UNI, la Cantuta y la Pontificia Universidad Católica con la secuela de una desproporcionada represión policial fueron el detonante para la crisis política. Fue el desenlace que mandó a Dina Boluarte a su casa. Se suman a ello las declaraciones del entonces Ministro de Transportes y Comunicaciones (MTC) César Sandoval emplazando al Cardenal Castillo Mattasoglio en defensa del gobierno.
El Cardenal Castillo en declaraciones
a la prensa y refiriéndose a los jóvenes que tomaron las calles en señal de
protesta, fue muy preciso frente a las desafortunadas declaraciones de los voceros
del gobierno. “Aquí no hay terroristas, aquí hay personas con derechos, con
dignidad. Y nuestros jóvenes, por más que sean llamados Generación Z, tienen
mucho que decirle a la humanidad (…) Vamos a decir esperanza con Z”, dijo el
cardenal peruano al referirse a esta bulliciosa y violenta toma de las calles de
la capital
La Generación Z o “Gen Z”, versión
peruana, está conformada por miles de jóvenes universitarios que desafían al
poder político con sostenidas marchas de protesta dirigidas contra los visibles
rostros de la corrupción política en el país. El gobierno no acierta en sus
acciones y decisiones frente al crimen organizado. Se muestra por el contrario,
indiferente e impotente frente a la arremetida de la extorsión criminal y la
delincuencia. La Gen Z está conformada por jóvenes nacidos entre el 1995-2010
convertidos en protagonistas de marchas que toman las calles en diversos
rincones del planeta. Es tal su unánime presencia que arrincona a los políticos
corruptos que acaban arrinconados por las legítimas demandas ciudadanas.
En Nepal, la “Gen Z” logró derrocar,
el 9 de septiembre, al primer ministro K.P. Sharma Oli, en menos de 48 horas,
aunque con un alto precio: incendios y saqueos, y más de 70 muertos. En Lima,
bastaron tres días de protestas para responder a los señalamientos de
terrorismo de la presidenta. El repentino relevo presidencial es una
consecuencia, con plazo indeterminado, si prosigue la indiferencia en las decisiones
del congreso y el Ejecutivo. Las aguas, en aparente calma, de no cambiar la
conducción política del país vislumbra una respuesta política contundente a nivel
nacional. Ni los gobiernos locales, regionales y el propio Ejecutivo se libran
de esta respuesta ciudadana.
En el país no se han resuelto los
escándalos que responsabilizan a Boluarte por el uso excesivo de la fuerza, el enriquecimiento
ilícito, el favorecimiento indebido, nepotismo y redes de corrupción a todo
nivel. Otro punto de controversia es la reforma del sistema de pensiones que
obliga a los jóvenes mayores de 18 años a afiliarse a una administradora de
fondo de pensiones (AFP). Así como el exigir a los trabajadores independientes aportes
obligatorios desde el 2028. La reforma, la Ley Nº32123 aún está pendiente. El
desempleo juvenil es una cifra creciente en las estadísticas y la falta de
oportunidades una respuesta ineficaz. Urge al gobierno colocar candados al
nepotismo político en los municipios, gobiernos regionales y otras dependencias
públicas en donde se debe asignar por ley cuotas laborales a los más
calificados egresados de las universidades públicas.
En el escenario nacional. La gota que
derramó el vaso fue el ataque armado, el último miércoles 8 de octubre, a los
integrantes de Agua Marina, popular conjunto musical sechurano que brindaba un
concierto en Chorrillos. Cuatro de sus integrantes fueron alcanzados por la ráfaga
de metralla de una Uzi arma de guerra. Las facciones congresales que apoyaban a
Boluarte le dieron la espalda y votaron unánimemente por la vacancia por “Incapacidad
moral permanente” una figura jurídica reciente
que no deje indemnes a los partidos que la dejaron sin respaldo. Al
final de acuerdo al mandato constitucional llevó al Presidente del Congreso
José Jerí Oré a Palacio de Gobierno. Jerí Oré no escapa a esta serial de
acusaciones por conducta impropia.
Es de advertir que la Gen Z conformada
por nativos digitales es una potente red de redes no despolitizada que opera en
permanente comunicación. Ahí nadie manda pues todos tienen capacidad de
convocatoria. Frente a la caída de los
tirajes de los diarios y la acomedida y graciosa concesión de la radio y
televisión con el gobierno son un potente medio de opinión y crítica. Los
jóvenes de la Gen Z sin la acostumbrada mermelada de los medios digitales
sumisos han redefinido su participación en la esfera pública. No tienen interés
ni son adeptos de los partidos tradicionales, detestan la militancia rígida,
repudian las militancias y señalan en
todo lugar las incongruencias políticas. Sus explicaciones ideológicas no se
inclinan ni a la izquierda ni a la derecha. Ni tienen disposición para seguir
candidatos ni viven de la obediencia política. La desobediencia radical es su
razón de ser. Sus canales de expresión son muy espontáneos y claros en señalar
las fracturas de una sociedad corrupta ante la que se invisibilizan los
problemas.
Se trata de una novedosa forma de comunicarse
y expresarse. Son jóvenes que han descubierto el poder de la tecnología en sus
manos y les permite empoderarse frente a los múltiples rostros de la
insolvencia moral, la corrupción, la manipulación ideológica y el viejo orden
de repartijas y conveniencias. Frente a los viejas y anquilosadas formas de uso
y abuso del poder oponen la denuncia certera y sin censuras utilizando las
dinámicas de las redes sociales hasta que las manzanas podridas caigan. La
indignación rabiosa de ayer se ha convertido en un inocultable emplazamiento
público de los administradores del poder.
Desde esta perspectiva el joven que
utiliza su dispositivo para divulgar contenidos risibles es un tonto útil frente
a aquel que sintoniza sus reclamos y reorienta sus demandas y emociones a un cambio
urgente y necesario. El cuestionamiento y la rebeldía brotan en las redes a
través de la imagen y la palabra. Esta forma de comunicar es creativa y vigorosa.
Dura y fuerte como una potente pedrada pero muy sensible como la flor de loto
diría Lennon. Los Z se expanden por el mundo. Son una reacción incontenible con
grandes movilizaciones en Kenia, Indonesia, Nepal, Filipinas y, Madagascar, uno
de los países más pobres de África. Aquí tomó las calles como reacción ante los
constantes cortes de agua y luz, que afectaban a poblaciones enteras y sobre todo
a los jóvenes. Piura y el Perú no son la excepción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario