viernes, 26 de septiembre de 2008

SOBRE LOS SUIZOS Y EL PERU


Por: Miguel Godos Curay

Es ineludible hablar de los suizos en el Perú sin mencionar a empresarios pioneros como George Grünberg, el propietario de la hidroeléctrica de Curumuy.Grünberg, gracias a su tenacidad y apuesta por el Perú, ha creado empresas de prestigio como Construcciones Metálicas Unión y Otto Kunz una procesadora de productos cárnicos de prestigio continental y mundial. A estas inversiones se suman sus plantaciones de limón, algodón mango y pimiento en Piura. Grünberg concurrió al aeropuerto y fue testigo de excepción el 17 de diciembre del 2002 cuando la Universidad Nacional de Piura le confirió el doctorado Honoris Causa a Mario Vargas Llosa.

Otro suizo y piurano memorable fue Kurt Beer. No sabemos si más piurano que suizo o más suizo que piurano. Aquí desarrollo proyectos ambiciosos como un parque que llevara el nombre del héroe nacional suizo Guillermo Tell. Finalmente el alcalde de Piura José Aguilar, en tributo a ese sueño hizo realidad el Parque Kurt Beer.

Con el geógrafo Fernando Villiger, tenemos que repetir la misma analogía es tan suizo como peruano. Ama al Perú porque lo conoce y lo ha recorrido, detalle a detalle, tarea que no han emprendido con pasión muchos académicos y estudiosos. Villiger, nació el 20 de junio de 1939 en Suiza y se graduó de geógrafo profesional en la Universidad Federal de Zurich. Llegó en 1968 enviado por el gobierno suizo como profesor del Colegio Pestalozzi. Desde entonces se enamoró del Perú al que en el lenguaje peruanista de Juan José Vega le cogió verdadero “camote”.

El Perú, como decía Arnold Toynbbe, es una locura geológica. Su paisaje combina playas de ensueño que hay que preservar, pero también desiertos de muerte con una insospechada riqueza como el de Sechura que guarda viejos sedimentos marinos que son fosfato de alta solubilidad. Selvas tropicales de riqueza biológica insospechada. Sólo en un árbol de Tambopata hay más variedades de insectos que en cualquier país de Europa. Pero no sólo eso, el Perú andino es maravillosamente deslumbrante en sus cordilleras, en su pasado y en sus posibilidades.

Todos estos paisajes han sido recorridos por el profesor Villiger. Ha recorrido la extensa faja costera, los andes y la selva los que ha estudiado con verdadera pasión, pero no se ha quedado con ese conocimiento en la mochila sino que lo ha divulgado y ha contribuido a divulgar el de otros investigadores y estudiosos durante 29 años en el Boletín de Lima. El Boletín de Lima, es en efecto, una de las más extraordinarias revistas culturales y científicas existentes en el Perú desde la publicación del Mercurio Peruano (1791-1794) producto de la ilustración en el Perú.

El Boletín de Lima, desde su aparición en 1979, es una fuente de consulta obligada sobre variados aspectos de nuestra historia, geografía, la flora, fauna, antropología y etnología. Sin descuidar la economía, la artesanía, la planificación y la ecología. Es un esfuerzo de divulgación científica inapreciable. Particularmente tendría que destacar en él, la metodología para la publicación de artículos científicos. Un territorio aún pantanoso en la universidad peruana en donde se divulgan poco las investigaciones y se incurre en el facilismo y la práctica insana de la apropiación intelectual.

Villiger, nos ha enseñado también que la geografía es una ciencia de la tierra pero también del hombre. El nos ha trazado un “mapa” del conocimiento del Perú y lo peruano. A las observaciones de Humboldt, el aporte del sabio Antonio Raimondi y de otros estudiosos como Isaías Bowmann, el benemérito Rector de la Universidad Jhon Hopkins que estudió los Andes del Sur del Perú. El de Steiman sobre la geología peruana, el de la flora peruana de Augusto Weberbauer, los estudios de Pulgar Vidal, Chuman Murphy sobre el guano y los ya pioneros de José Carlos Mariátegui y Víctor Andrés Beláunde habría que sumar los de investigación y divulgación de Villiger cuya presencia en la Universidad Nacional de Piura es siempre grata y motivadora.

Villiger, es un viajero incansable. Nos recuerda a Celestino Mutis (1732-1808) el científico gaditano estudioso de la quina que se afincó en Colombia. No sólo estudió la botánica sino que también incursionó en los estudios lingüísticos y recogió antiguas palabras aborígenes. El Perú debe enorme gratitud a muchos ciudadanos suizos como Johan Jacob Tschudi (1818-1889). Tschudi fue también un gran peruanista que estudió nuestro paisaje y territorio. Como bien ha señalado Rogger Ravines a su contribución científica se suman los estudios sobre el quechua y su valentía, para denunciar, hace más de un siglo, el robo del patrimonio arqueológico peruano y su amenaza para la identidad del país. No puedes faltar en esta relación Marguerite Dellenbach quien como asistente del Museo de Etnografía de Ginebra realizó estudios y colecciones etnográficas en la Amazonía Peruana.

A decir de Fernando Villiger: Suiza, su patria natal, es un pequeño país de montañas donde las glaciaciones dejaron huellas, con bosques y praderas, gargantas y valles con un progreso insuperable. Paisaje que siempre hemos admirado en las coloridas páginas de los calendarios. Nuestra primera memoria sobre Suiza está en aquellos relojes suizos que nos acompañaron con un tic- tac puntual en los días de nuestra infancia. En la Cruz Roja, una institución humanitaria, con presencia planetaria y también en esa lealtad inconfundible de un hombre que con mucho esfuerzo mantiene viva esa pasión por divulgar estudios sobre el Perú.

Este es un esfuerzo de periodismo científico que se nutre en las reservas del conocimiento y el amor. Toda información científica es ingrediente fundamental de la educación política que permite que los yacimientos intelectuales de una nación sean fuente viva de progreso y desarrollo. El profesor Villiger nos ha dado una inolvidable lección para repensar el Perú.

Foto: Miguel Godos y Fernando Villiger

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