domingo, 7 de septiembre de 2008

¿CUANDO SE NOS FUE EL AMOR POR LA VIDA?


Por: Miguel Godos Curay

No podría ser tan tremebundo el espectáculo. Una ciudad ganada por el abandono, la desidia, la indiferencia, la falta de civismo. Llena de rencor gratuito y de violencia brutal, demencial e inhumana. A un extremo con una ceguera insoportable nuestras autoridades y al otro extremo una sociedad incapaz de organizarse y de dar una respuesta enérgica a esta espiral de desembozado salvajismo.

No es raro en Piura que un delincuente en moto lineal le arrebate su cartera a una ama de casa o una mochila a un escolar indefenso en cualquier callejón de Piura. No nos conmueve el acto criminal de una bala disparada por una bestia que arrebata la vida a un niño inocente. O que una criatura, un niño de los que prefieren los ojos de Dios, se convierta en víctima de una mente enferma y perversa. O que un regidor elegido por el pueblo masacre a su mujer de un modo brutal. No nos llama la atención, tampoco, que los sindicalizados de construcción civil en una provincia vecina tengan como mentor de reivindicaciones a una comerciante de drogas al menudeo. Y que el perfil psicológico del conductor de una moto líneal es el de un transgresor de las leyes al que no importa lo que ocurra a sus eventuales pasajeros.

No nos llama la atención que en le mercado los kilos tengan 800 gramos o que los profesores, para sacarle la vuelta al esfuerzo se repartan, cachuelo tras cachuelo, en horas pedagógicas de 45, 30 y hasta veinte minutos. Esa incapacidad de respuesta nuestra permite que en los municipios se malverse. Se instituya el nepotismo o que los familiares directos del congresista se conviertan en protagonistas interminables de cohechos y latrocinios con nombre propio en municipios de la costa y de la sierra.

No nos conmueven los muros sucios por la publicidad de bailes populares en los colegios en donde se educan a nuestros niños. No nos llama la atención que esos armadores pesqueros de Becará, Letirá y hasta el mismo Sechura, con camioneta cuatro por cuatro, tengan entre sus hijos a los niños más desnutridos de la región, según los estudios, sin reparar que los niños desnutridos poco aprenden y no responden porque no saben.

No nos conmueven los desperdicios que cubren con una costra inmunda la ciudad. Los miles de huecos y a contrapelo ese imparable no hacer nada de los regidores electos que cobran puntualmente sus dietas. No hay nada que nos estremezca la conciencia y acabe con esa actitud poco afortunada de dejar que las páginas de los diarios se pueblen de miserias humanas. Nos saturamos de malas noticias y crímenes sin preguntarnos por amor a Dios . ¿Qué de bueno hacen los piuranos que merezca ser titular en las primeras planas de algún diario?.

¡Piuranos ya es hora de acabar con la indiferencia!. Hay que acabar con ese pacto infame de hablar a media voz sobre nuestros problemas. No es suficiente mirarnos unos a otros como las urracas sospechosas de sus decisiones por elegir mal a nuestros gobernantes. No nos avergüenza ni siquiera que el ex alcalde de la vecina Loja venga a decirnos en nuestra cara pelada que vivimos así porque nos falta autoridad y decisión y que en su ciudad natal y en su vecino país, a nadie en su sano juicio, se le ocurriría usar motos lineales, menos mototaxis y mucho menos apretujadas busetas (combis) porque son indignas de la condición humana. No hemos entendido que somos personas y nosotros mismos admitimos el trato impropio de los animales.

Ahí están las universidades, según los diarios, distribuidoras de “cartones” que no muestran la capacidad intelectual humana de quienes los usan para la ostentación. Hemos incorporado, como si nada, la microempresa de venta de carne humana en el jirón Loreto con el inminente riesgo de la peste rosa por toda la ciudad. La ingobernabilidad y la falta de autoridad pueden ser motivo para una salsa de Oscar de León. Es la madrugada y estoy meditando, en el velatorio de San Sebastián ante los restos de una madre que fue todo amor para sus hijas y me sorprendo de responderme:¿ Cuándo se nos fue el amor por la vida a los piuranos?

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