sábado, 9 de marzo de 2013


REFLEXIONES DE VIERNES SOBRE LA UNIVERSIDAD
Por: Miguel Godos Curay

El pasado viernes  se realizó en  la Universidad Nacional de Piura el Seminario Descentralizado Estudio y debate sobre la educación superior universitaria y no universitaria promovido por la Comisión de Educación, Juventud y Deporte del Congreso de la República. Una de las conclusiones de consenso fue la elección  de las autoridades universitarias (Rector, vicerrectores, decanos, etc) por sufragio universal. Según se propuso,  el proceso eleccionario podría ser realizado por la Oficina Nacional de Procesos Electorales) ONPE preservando la neutralidad.
El sufragio universal es una saludable práctica democrática, aplicable incluso a la elección de los mejores docentes de tal modo que los proclives a las malas prácticas quedan descalificados y fuera de lugar. La universidad necesita un vivo impulso a la meritocracia y producción intelectual. El objetivo de la jornada, advirtió el congresista Daniel Mora Zevallos, fue el escuchar a las autoridades universitarias, docentes y estudiantes respecto a una nueva ley universitaria.

En el diagnóstico se resumió los problemas de la universidad   peruana en los siguientes  aspectos: 1) Bajo nivel académico expresado en una enseñanza superficial despojada de una actitud crítica y de disciplina intelectual, realmente pocos son los universitarios que leen y confrontan sus conocimientos;  2) incertidumbre económica por la falta de recursos para mejorar la calidad formativa,  equipar laboratorios y bibliotecas, hay universidades con un atraso  de medio siglo; 3) la ausencia de investigación científica seria y profunda, abunda la investigación monográfica   plagada del corta y pega en donde muchas veces se elude el respeto a la propiedad intelectual y finalmente, 4) la desconexión total de la universidad con el sector empresarial. 
En el Perú hemos asistido  a un crecimiento explosivo de universidades privadas convertidas en negocios rentables. Pocas universidades han asumido el desafío de I + D. La mayor parte de su actividad se ha burocratizado por la falta de incentivos para la investigación. En cualquier centro de investigación universitario del planeta se trabajan las 24 horas. Concluida la jornada nuestras universidades son cementerios donde no se hace nada.

Tampoco existe claridad en la oferta formativa. En  el mundo la proporción  es de 8 técnicos por cada profesional, en cambio en el Perú existen 11 profesionales por cada técnico. Un técnico altamente calificado puede obtener remuneraciones equivalentes a cinco o seis veces lo que gana  cualquier profesional liberal como un abogado, un maestro o un contador. Actualmente existen ofertas profesionales de carreras con escasas posibilidades de retorno. Existen universidades privadas en las que la carrera de derecho se culmina en tres años. En estos casos es necesaria la intervención de la ANR.
Otro punto de la discusión fue la relación entre la educación primaria, la secundaria y la educación superior. La actual asimetría en el rendimiento académico en los estudiantes guarda relación con su procedencia geográfica. Los rendimientos son variables entre los estudiantes de la sierra con los de la costa. Si no se mejora la calidad de la educación primaria y secundaria difícilmente se pueden obtener mejores resultados en la universidad. La educación es una gran oportunidad para cambiar la vida  de un estudiante y su familia.  Sin embargo, hay que señalar que diplomas, otorgadas por algunas universidades, conducen al subempleo. En el Perú la buena calificación laboral depende del prestigio académico de la universidad que otorgó el diploma.

De ahí la responsabilidad social de la universidad en los impulsos del desarrollo y el progreso. No hay argumento para desconectar la  educación primaria y secundaria de la educación superior. Otro tema es el discurso demagógico de los políticos. Una cosa es lo que dicen y otra lo que hacen realmente en la provisión de presupuestos destinados a la universidad. Un desafío para la universidad peruana es la acreditación y una evaluación continuada y sostenida de la calidad de la educación impartida.
Esta es la única posibilidad de discriminar y distinguir entre universidades que cumplen los estándares exigidos y las que por el contrario no reúnen las condiciones para brindar aceptables servicios académicos. La universidad es un agente de cambio social pero muchas veces, se convierte en un repositorio de ideologías fracasadas y en una comunidad de intocables vacas sagradas que no soportarán las fuerzas tectónicas e innovadoras de Internet, los impulsos de la economía y la competitividad mundial.

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