Paisaje lunar en la titilante noche paiteña |
EL OTOÑO DE LOS ARTISTAS
Por: Miguel Godos Curay
El antiguo local de la Aduana de
Paita estaba lleno y eso que a las 9.00 de la noche Perú jugaba con Chile. La mayor parte
de los asistentes eran inquietos y ruidosos jóvenes convocados para la XXXVI Expo promovida por la Asociación Artística Paita en homenaje
al 152 aniversario de creación de la provincia.
Los jóvenes recorrieron la muestra, escucharon las explicaciones, interrogaron
a los artistas y se mantuvieron en pie
hasta el cierre. Todos ellos provistos con sus celulares fotografiaron todo,
otros siguieron las secuencias de la muestra. Que esto suceda en Paita es un
signo de esperanza en la plena significación del arte, la creación literaria y
la búsqueda de la identidad cultural. Estos jóvenes que mañana serán ciudadanos
es probable cambien el rumbo de la historia y conquisten para Paita una apuesta
sincera por la educación, la cultura y el arte en sus múltiples
manifestaciones.
“Porque arte tenemos, lo hacemos”
es el lema dela Expo XXXVI que se realiza en el antiguo local de la Aduana de
Paita. La muestra motivadora y estimulante tiene que ser visitada por propios y
extraños. Los artistas allí congregados son socios activos de la Asociación Artística
Paita. Entre los pintores están Claudio Jabo, Juanita Herrera, Milagros
Chapilliquén, Alexander Fernández, Fernando Espinoza, Anthony Fiestas,
Stevenson Reforme, Iván Farías, Joao Aponte, Jorge Yamunaqué, Juan Carlos
Fernández, Segundo Aponte, Pablo Imán, Rolando Puchulán, Fernando Marón y Edwin
Mauricio. En música incursionan Betto Cruz y Casimiro Querevalú. Entre los
poetas están Sara Zeta, Mary Godos, Lucero Gutiérrez, Alex Ayala, Richard
Chuna, Roque Córdova, Pierre Codarlupo, Jorge Montero, Juan Manuel Mendoza, Jorge
Hidalgo y Pablo Medina. Todos ellos se nutren del combustible de la pasión por la
cultura y el arte. Este impulso cultural conmovedor merece todo el apoyo porque
tiene gran aliento.
Muchos de los artistas de la
asociación son jóvenes soñadores con
pies en la tierra cuya apuesta es construir una Paita en donde la cultura y la educación
tengan espacio y permitan mejorar las condiciones de vida de todos los pobladores.
Contra lo que pudiese pensarse hay una búsqueda de la identidad y la revalorización
de cada uno de estos rincones de Paita
en donde brota la historia y el recuerdo. La muestra es tan deliciosa como los
sabrosos cebiches del muelle fiscal.
Esta noche de otoño revitaliza
las energías del puerto en cuyos callejones queda aún el vaho alucinado y misterioso
del ensueño. Muy cerca el mar risueño, el paisaje espléndido y el deseo de unir
esfuerzos por un mar limpio para los niños. Espacios para el deporte, en donde
el aseo urbano y la limpieza transformen los muladares en áreas verdes. Resulta
contradictorio que Paita y Talara, provincias que son ejes de la economía de la
región dispongan diariamente de cuatro horas de agua potable teniendo
cerca al río Chira. La sed de Paita y de Talara es también una sed de justicia y reparación
frente al capricho y a la postergación
de las legítimas aspiraciones del desarrollo.
El arte y la creación son caminos
que conducen a la perfección y a la belleza. Ahí donde los artistas hablan con
voz propia es posible conquistar mejores condiciones de vida. Ahí donde se
apoltrona el conformismo la vena artística abre los cauces de la creación. Ahí
en donde se estaciona el catecismo dogmático de los políticos los artistas
mueven energías y desbordan las fronteras de la sospecha y la traición. Ahí
donde se crucifican las aspiraciones y las esperanzas. Los artistas revolotean
incansablemente como el aleteo de las
gaviotas al morir del verano y el asomo de las consteladas noches del otoño.
Anteanoche estuve en Paita, como no sentir
la sal de su brisa, el trajín de su puerto y el titilar de las luces que
se pierden en este inolvidable mar.
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