¿PIURANOS Y
EN SALUD MENTAL COMO ESTAMOS?
Por: Miguel
Godos CurayHno José Briceño, Vicepresdiente Regional Maximiliano Ruiz, psiquiatra Glauco Valdivieso aunciando el Congreso Interncional de Salud mental y Psiquiatría |
Piura será sede el 15, 16 y 17 de noviembre próximo del Primer Congreso Internacional de Salud
Mental y Psiquiatría, promovido por el Centro de Reposo San Juan de Dios. El
congreso tiene como lema: “Alianzas estratégicas para afrontar los retos en el
siglo XXI” y el mismo busca involucrar y sensibilizar a las autoridades,
instituciones y público en general, en la imperante necesidad de cuidar el
estado de la salud mental. Según indicó el Psiquiatra Glauco Valdivieso, se abordarán problemas sociales muy frecuentes
hoy en día, como la violencia familiar, el bullying en los colegios, trastornos
por déficit de atención e hiperactividad en niños, depresión infantil y del
adolescente, trastornos alimenticios, esquizofrenia y trastorno bipolar en
adultos, demencias y adicciones. Un aspecto poco conocido es el referido a la
judicialidad del tratamiento involuntario y hospitalización de pacientes
psiquiátricos, psiquiatría forense, entre otros.
El CREMPT atiende anualmente un promedio anual de
4 mil 200 personas, de ellos el 35% corresponden a trastornos sicóticos que
tienen que ver con la perturbación profunda de la mente. Se trata de aquellas
personas enajenadas y abandonadas que vemos deambular por las calles. Hay un incremento de casos de depresión, con
18%. De las conductas depresivas sobreviene como desenlace final el suicidio.
El 80% de los suicidas padece depresión. Preocupante es que los cuadros depresivos registrados en
Piura afectan desde adultos desempleados
hasta niños sometidos al stress escolar y a un irracional afán de competencia.
El 11% de los casos tratados corresponden a trastornos depresivos bipolares.
En gran proporción la
salud mental de los piuranos
depende de la infelicidad
que provoca la pobreza, la
contaminación, insalubridad, discriminación, inseguridad ciudadana,
criminalidad, la violencia familiar, el consumo de drogas, el desorden urbano y
el tráfico congestionado, los gritos utilizados como procedimiento de autoridad y el maltrato, la mentira
esgrimida por los políticos, la frustración ante la desatención de las demandas
ciudadanas entre otras causas afectan la salud mental. Frente a ello la
respuesta de la sociedad es de total indiferencia. La única respuesta visible es la de los
tranquilizadores de conciencia institucionales. En esencia la procesión va por
dentro.
Veamos algunos
indicadores. Informes de la División de Investigación Criminal de Piura revelan
que hasta mayo se denunciaron seis casos de violación sexual a menores y estudiantes mujeres entre los 14 y 22 años.
Estas brutales agresiones fueron perpetradas por mototaxistas y las inocentes víctimas
abordaron estos vehículos en los terminales
de Paita y Sullana y a inmediaciones del mercado. Los casos no denunciados suman más. Igual
sucede con el entorno familiar de los menores y el incremento de los casos de
incesto. Otras estadísticas preocupantes son las de menores que abandonan su
hogar. Algunas de estas adolescentes inician una convivencia precoz argumentando
incomprensión en el hogar. Sin embargo, la solución tiene un costo social grave
por el abandono o por el proxenetismo al que pueden ser inducidas las menores.
El incremento del número de trabajadoras sexuales en el jirón Loreto y otros establecimientos
demuestra a todas luces los serios
problemas sociales que enfrenta Piura.
En Piura a la fecha se
han registrado en lo que va del año no menos de una decena de suicidios algunos
por decepción amorosa y otros por problemas familiares. Uno de los suicidios registrado el pasado 14 de mayo lo
realizó un vigilante que con arma de
fuego se disparó en la sien delante de sus hijos. Casos como estos ocurren en Piura que de aldea tranquila se ha
convertido en una urbe violenta. La mayor parte de los homicidios registrados
en Piura están asociados al consumo de alcohol y drogas y los mismos tiene como
móvil criminal la venganza y el robo. El promedio mensual de denuncias de
asalto a mano armada suma los 45. Los delincuentes se desplazan en mototaxis,
motos lineales y portan armas de fuego. De cada diez piuranos seis sostienen
que ha sido víctima de robo o
sustracción de efectos personales. De cada diez mujeres que buscan trabajo
siete señalan haber sido insinuadas de chantaje sexual para la obtención de
empleo en instituciones públicas y privadas.
De acuerdo a las
estadísticas del Observatorio de Criminalidad del Ministerio
Público actualmente Piura y Lambayeque comparten el primer lugar a nivel
nacional en ocurrencia de delitos. Se precisa que cada veinte minutos se
produce un hecho delictivo en Piura. Preocupante es que los actores de estos hechos
son adolescentes y menores de edad, en grupos o asociados a adultos. La
Comisaría de Mujeres de Piura hasta mayo registró 357 denuncias de violencia
familiar. Las víctimas son menores de edad, mujeres y ancianos. Los casos van en aumento y nuestras
autoridades no asumen el problema en su raíz. No se trata de reprimir en la lógica de responder con violencia a la violencia delictiva. El problema está en
las familias y la propia sociedad en
donde tienen que identificarse las causas de esta descomposición social que
socava los cimientos de la sociedad. La respuesta que buscamos es parte de las reflexiones de este Primer Congreso
Internacional de Salud mental y Psiquiatría. ¿Cómo está nuestra salud mental y
la de quienes nos gobiernan? Me entendieron.
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