viernes, 2 de noviembre de 2012


¿PIURANOS Y EN SALUD MENTAL COMO ESTAMOS?
Por: Miguel Godos Curay

Hno José Briceño, Vicepresdiente Regional Maximiliano Ruiz,
psiquiatra Glauco Valdivieso aunciando el Congreso Interncional
de Salud mental y Psiquiatría
Piura será sede el  15, 16 y 17 de noviembre próximo  del Primer Congreso Internacional de Salud Mental y Psiquiatría, promovido por el Centro de Reposo San Juan de Dios. El congreso tiene como lema: “Alianzas estratégicas para afrontar los retos en el siglo XXI” y el mismo busca involucrar y sensibilizar a las autoridades, instituciones y público en general, en la imperante necesidad de cuidar el estado de la salud mental. Según indicó el Psiquiatra Glauco Valdivieso,  se abordarán problemas sociales muy frecuentes hoy en día, como la violencia familiar, el bullying en los colegios, trastornos por déficit de atención e hiperactividad en niños, depresión infantil y del adolescente, trastornos alimenticios, esquizofrenia y trastorno bipolar en adultos, demencias y adicciones. Un aspecto poco conocido es el referido a la judicialidad del tratamiento involuntario y hospitalización de pacientes psiquiátricos, psiquiatría forense, entre otros.
El  CREMPT atiende anualmente un promedio anual de 4 mil 200 personas, de ellos el 35% corresponden a trastornos sicóticos que tienen que ver con la perturbación profunda de la mente. Se trata de aquellas personas enajenadas y abandonadas que vemos deambular por las calles.  Hay un incremento de casos de depresión, con 18%. De las conductas depresivas sobreviene como desenlace final el suicidio. El 80% de los suicidas padece depresión. Preocupante  es que los cuadros depresivos registrados en Piura  afectan desde adultos desempleados hasta niños sometidos al stress escolar y a un irracional afán de competencia. El 11% de los casos tratados corresponden a trastornos depresivos bipolares.

En gran proporción la salud mental de los piuranos  depende  de la infelicidad que  provoca la pobreza, la contaminación, insalubridad, discriminación, inseguridad ciudadana, criminalidad, la violencia familiar, el consumo de drogas, el desorden urbano y el tráfico congestionado, los gritos utilizados como procedimiento  de autoridad y el maltrato, la mentira esgrimida por los políticos, la frustración ante la desatención de las demandas ciudadanas entre otras causas afectan la salud mental. Frente a ello la respuesta de la sociedad es de total indiferencia. La única  respuesta visible es la de los tranquilizadores de conciencia institucionales. En esencia la procesión va por dentro.
Veamos algunos indicadores. Informes de la División de Investigación Criminal de Piura revelan que hasta mayo se denunciaron seis casos de violación sexual a menores  y estudiantes mujeres entre los 14 y 22 años. Estas brutales agresiones fueron perpetradas por mototaxistas y las inocentes víctimas abordaron estos vehículos en los terminales  de Paita y Sullana y a inmediaciones del mercado.  Los casos no denunciados suman más. Igual sucede con el entorno familiar de los menores y el incremento de los casos de incesto. Otras estadísticas preocupantes son las de menores que abandonan su hogar. Algunas de estas adolescentes inician una convivencia precoz argumentando incomprensión en el hogar. Sin embargo, la solución tiene un costo social grave por el abandono o por el proxenetismo al que pueden ser inducidas las menores. El incremento del número de trabajadoras sexuales  en el jirón Loreto y otros establecimientos demuestra a todas luces  los serios problemas sociales que enfrenta Piura.

En Piura a la fecha se han registrado en lo que va del año no menos de una decena de suicidios algunos por decepción amorosa y otros por problemas familiares. Uno de los suicidios  registrado el pasado 14 de mayo lo realizó  un vigilante que con arma de fuego se disparó en la sien delante de sus hijos. Casos como estos  ocurren en Piura que de aldea tranquila se ha convertido en una urbe violenta. La mayor parte de los homicidios registrados en Piura están asociados al consumo de alcohol y drogas y los mismos tiene como móvil criminal la venganza y el robo. El promedio mensual de denuncias de asalto a mano armada suma los 45. Los delincuentes se desplazan en mototaxis, motos lineales y portan armas de fuego. De cada diez piuranos seis sostienen que ha sido víctima de robo  o sustracción de efectos personales. De cada diez mujeres que buscan trabajo siete señalan haber sido insinuadas de chantaje sexual para la obtención de empleo en instituciones públicas y privadas.
De acuerdo a las estadísticas  del  Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público actualmente Piura y Lambayeque comparten el primer lugar a nivel nacional en ocurrencia de delitos. Se precisa que cada veinte minutos se produce un hecho delictivo en Piura. Preocupante es que los actores de estos hechos son adolescentes y menores de edad, en grupos o asociados a adultos. La Comisaría de Mujeres de Piura hasta mayo registró 357 denuncias de violencia familiar. Las víctimas son menores de edad, mujeres y ancianos.  Los casos van en aumento y nuestras autoridades no asumen el problema en su raíz. No se trata de reprimir  en la lógica de responder con violencia  a la violencia delictiva. El problema está en las familias y la propia sociedad  en donde tienen que identificarse las causas de esta descomposición social que socava los cimientos de la sociedad. La respuesta que buscamos es parte de las  reflexiones de este Primer Congreso Internacional de Salud mental y Psiquiatría. ¿Cómo está nuestra salud mental y la de quienes  nos gobiernan? Me entendieron.

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