sábado, 24 de noviembre de 2012


SOBRE PACTO POLÍTICO Y VERBOS TRANSITIVOS
Por: Miguel Godos Curay

El Pacto Político por la Gobernabilidad: Avances y limitaciones en su implementación. En su sustancia declarativa  es una colección  de verbos transitivos aquellos que se construyen con complemento directo. Entre los que se enumeran  varias veces están los verbos siguientes: Mejorar  (4 veces), promover (4 veces), fortalecer (4 veces), diseñar ( 2 veces), gestionar, reducir, emitir, implementar, continuar,  respetar, anular, impulsar, revisar, ratificar, garantizar. En buen romance  hay que mejorar lo que no está bien. Y hay que promover, impulsar una cosa o un proceso procurando su logro en donde no lo hay. Se fortalece lo que necesita fuerza y vigor. Diseñar es hacer un diseño, elaborar un esquema con dirección y sentido. Anular es dejar sin efecto un acuerdo.
Las propuestas de las 96 organizaciones participantes se circunscriben a los ejes: sociales, productivo económico, ambiental, de gobernabilidad, transparencia y seguridad ciudadana. Implementar estas medidas. Es decir ponerlas en funcionamiento, aplicar métodos, medidas, etc., para llevar algo a cabo. Es la tarea inmediata. El riesgo mayor de las declaraciones es convertirse en discursos vacíos y para que esto no suceda hay que meterle diente al asunto. Otro aspecto fundamental es la cohesión institucional, la capacidad de respuesta ciudadana más allá de la retórica que se desliza en estos documentos en donde la pelota pasa al Estado para que finalmente resuelva los mil y un problemas. Lo que probablemente no suceda.

Gobernabilidad  es la cualidad de gobernable. Gobernanza es el arte o manera de gobernar. En este escenario fluye la democracia entendida como el consenso de una comunidad de ciudadanos frente a necesidades y problemas comunes. Todo ello dependerá también de las prácticas democráticas en el seno de las instituciones. Un tema crucial para Piura sigue siendo la inseguridad ciudadana que afecta la vida de las familias intranquilizadas por el incremento de la actividad delictiva y el crimen organizado bajo la forma de sicariato. Sumemos a ello los robos y asaltos a mano armada que afectan las tradicionales operaciones bancarias. Los piuranos, pese a la posibilidad de bancarizar sus operaciones, siguen, a consecuencia de la informalidad trasladando grandes cantidades de dinero en condiciones de riesgo extremado.
Otro aspecto preocupante es la debilidad de los ciudadanos individual o grupalmente para exigir inversiones públicas que respondan a necesidades  y demandas objetivas y no al retorcido afán cosmético y dispendioso que se practica en algunos municipios. Lo sucedido en Piura con la avenida Bolognesi es sólo uno de los tantos casos en los que se muestra las inadecuadas políticas  de ordenamiento urbano y el despilfarro descarado de recursos. Los ciudadanos y vecinos señalan a la interrogante: ¿Cómo quedará la avenida después de las obras municipales?  Peor y otros que había mejores cosas que hacer.

Crítico es también el cumplimiento de las promesas electorales de alcaldes y el propio presidente regional. Todos coinciden en señalar que “no cumplen porque mienten para ganar las elecciones”. El descontento tiene sus bemoles en cada una de nuestras provincias. A un segundo año de gestión la expectativa generalizada ha adquirido el rostro del desencanto y el fracaso anunciado. Todo ello confirmado con la incapacidad de ejecutar el presupuesto de inversiones y el maquillaje publicitario para provocar la sensación de logro. Contrariamente la decepción crece.
Un aspecto importante de la economía regional  es el empleo. Las provincias de Paita y Sullana han experimentado un crecimiento por encima del promedio nacional. Está demostrado que ahí donde se moviliza la demanda laboral decrece el delito. Piura ha experimentado también un explosivo crecimiento de su oferta formativa en universidades privadas e institutos tecnológicos. Sin embargo, la mayor demanda de las empresas no es de profesionales liberales sino de técnicos calificados en actividades como manejo de maquinaria pesada, soldadura, mecánica, riego por goteo, panificación y confecciones. Rubros como el de la gastronomía van finalmente a saturar el mercado laboral. Piura ya no quiere chefs sino nutricionistas.

Otro de los sectores sensibles de la sociedad es la organización vecinal y el movimiento barrial. Lo que contribuiría a un abordaje objetivo de los problemas urgentes de la población. En Piura de los históricos dirigentes eternizados en los cargos hemos pasado a la invisibilidad de las organizaciones sociales. Los sindicatos, la fuerza laboral, sólo aparecen al desborde de los conflictos frente a las demandas insatisfechas. Aglutinar sindicatos como ayer no sólo resulta complicado sino un verdadero rompecabezas.
En materia de salud no existe claridad para definir si lo que Piura necesita una adecuada política de salud preventiva y un hospital de alta complejidad. O repotenciar la vieja infraestructura hospitalaria representada por los hospitales Jorge Reátegui y Cayetano Heredia. Piura sigue creciendo. Las demandas de nuevos servicios de agua, energía y de servicios de transporte son empujados por la presión de los negocios inmobiliarios que no reparan ni en la desaparición del relleno sanitario para dar lugar a una descarada especulación de nuevas urbanizaciones y edificios.

La sospecha mayor de los ciudadanos es la del inicio prematuro de las campañas electorales y cuando esto acontece la aparición pública de alcaldes y autoridades regionales está supeditada a la ganancia pública de rédito y aprovechamiento. Entonces surge el descrédito, la mentira, la farsa construida, el cuento que finalmente  convierten a los candidatos  en bules para el tiro al blanco de la inconformidad pública  que en los favoritos para la próxima contienda electoral.

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