SOBRE
PACTO POLÍTICO Y VERBOS TRANSITIVOS
Por: Miguel
Godos Curay
El Pacto Político por la
Gobernabilidad: Avances y limitaciones en su implementación. En su sustancia
declarativa es una colección de verbos transitivos aquellos que se
construyen con complemento directo. Entre los que se enumeran varias veces están los verbos siguientes: Mejorar
(4 veces), promover (4 veces),
fortalecer (4 veces), diseñar ( 2 veces), gestionar, reducir, emitir, implementar,
continuar, respetar, anular, impulsar, revisar,
ratificar, garantizar. En buen romance
hay que mejorar lo que no está bien. Y hay que promover, impulsar una
cosa o un proceso procurando su logro en donde no lo hay. Se fortalece lo que
necesita fuerza y vigor. Diseñar es hacer un diseño, elaborar un esquema con
dirección y sentido. Anular es dejar sin efecto un acuerdo.
Las propuestas de las 96
organizaciones participantes se circunscriben a los ejes: sociales, productivo
económico, ambiental, de gobernabilidad, transparencia y seguridad ciudadana. Implementar
estas medidas. Es decir ponerlas en funcionamiento, aplicar métodos, medidas,
etc., para llevar algo a cabo. Es la tarea inmediata. El riesgo mayor de las
declaraciones es convertirse en discursos vacíos y para que esto no suceda hay
que meterle diente al asunto. Otro aspecto fundamental es la cohesión
institucional, la capacidad de respuesta ciudadana más allá de la retórica que
se desliza en estos documentos en donde la pelota pasa al Estado para que
finalmente resuelva los mil y un problemas. Lo que probablemente no suceda.
Gobernabilidad es la cualidad de gobernable. Gobernanza es
el arte o manera de gobernar. En este escenario fluye la democracia entendida
como el consenso de una comunidad de ciudadanos frente a necesidades y
problemas comunes. Todo ello dependerá también de las prácticas democráticas en
el seno de las instituciones. Un tema crucial para Piura sigue siendo la
inseguridad ciudadana que afecta la vida de las familias intranquilizadas por
el incremento de la actividad delictiva y el crimen organizado bajo la forma de
sicariato. Sumemos a ello los robos y asaltos a mano armada que afectan las tradicionales
operaciones bancarias. Los piuranos, pese a la posibilidad de bancarizar sus
operaciones, siguen, a consecuencia de la informalidad trasladando grandes cantidades
de dinero en condiciones de riesgo extremado.
Otro aspecto preocupante es
la debilidad de los ciudadanos individual o grupalmente para exigir inversiones
públicas que respondan a necesidades y
demandas objetivas y no al retorcido afán cosmético y dispendioso que se
practica en algunos municipios. Lo sucedido en Piura con la avenida Bolognesi es
sólo uno de los tantos casos en los que se muestra las inadecuadas
políticas de ordenamiento urbano y el
despilfarro descarado de recursos. Los ciudadanos y vecinos señalan a la
interrogante: ¿Cómo quedará la avenida después de las obras municipales? Peor y otros que había mejores cosas que
hacer.
Crítico es también el
cumplimiento de las promesas electorales de alcaldes y el propio presidente regional.
Todos coinciden en señalar que “no cumplen porque mienten para ganar las
elecciones”. El descontento tiene sus bemoles en cada una de nuestras
provincias. A un segundo año de gestión la expectativa generalizada ha
adquirido el rostro del desencanto y el fracaso anunciado. Todo ello confirmado
con la incapacidad de ejecutar el presupuesto de inversiones y el maquillaje
publicitario para provocar la sensación de logro. Contrariamente la decepción
crece.
Un aspecto importante de la
economía regional es el empleo. Las
provincias de Paita y Sullana han experimentado un crecimiento por encima del
promedio nacional. Está demostrado que ahí donde se moviliza la demanda laboral
decrece el delito. Piura ha experimentado también un explosivo crecimiento de
su oferta formativa en universidades privadas e institutos tecnológicos. Sin
embargo, la mayor demanda de las empresas no es de profesionales liberales sino
de técnicos calificados en actividades como manejo de maquinaria pesada,
soldadura, mecánica, riego por goteo, panificación y confecciones. Rubros como
el de la gastronomía van finalmente a saturar el mercado laboral. Piura ya no
quiere chefs sino nutricionistas.
Otro de los sectores
sensibles de la sociedad es la organización vecinal y el movimiento barrial. Lo
que contribuiría a un abordaje objetivo de los problemas urgentes de la
población. En Piura de los históricos dirigentes eternizados en los cargos
hemos pasado a la invisibilidad de las organizaciones sociales. Los sindicatos,
la fuerza laboral, sólo aparecen al desborde de los conflictos frente a las
demandas insatisfechas. Aglutinar sindicatos como ayer no sólo resulta complicado
sino un verdadero rompecabezas.
En materia de salud no
existe claridad para definir si lo que Piura necesita una adecuada política de
salud preventiva y un hospital de alta complejidad. O repotenciar la vieja infraestructura
hospitalaria representada por los hospitales Jorge Reátegui y Cayetano Heredia.
Piura sigue creciendo. Las demandas de nuevos servicios de agua, energía y de
servicios de transporte son empujados por la presión de los negocios inmobiliarios
que no reparan ni en la desaparición del relleno sanitario para dar lugar a una
descarada especulación de nuevas urbanizaciones y edificios.
La sospecha mayor de los
ciudadanos es la del inicio prematuro de las campañas electorales y cuando esto
acontece la aparición pública de alcaldes y autoridades regionales está
supeditada a la ganancia pública de rédito y aprovechamiento. Entonces surge el
descrédito, la mentira, la farsa construida, el cuento que finalmente convierten a los candidatos en bules para el tiro al blanco de la
inconformidad pública que en los
favoritos para la próxima contienda electoral.
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