Iglesia de Sechura será restaurada gracias al aporte de la Compañía minera Miskimayo |
UN ESFUERZO PERDURABLE POR SECHURA
Por: Miguel Godos Curay
Ejercitando su política de responsabilidad social Compañía Minera Miskimayo ha destinado millón y medio de dólares, aproximadamente cuatro millones de soles, para la restauración integral de la Iglesia San Martín de Sechura. Los trabajos serán ejecutados por Orión bajo la supervisión del equipo técnico de Restauro. Orión ha concluido recientemente la restauración de lo que fue el monasterio San Agustín del Cuzco convertido hoy en el Hotel Marriot.
Como bien dijo Claudio Bastos, Presidente de Miskimayo el propósito de esta iniciativa es poner en valor la antigua iglesia pero sobretodo mantener viva la identidad y el alma de los sechuranos. Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, Arzobispo Metropolitano de Piura destacó el valor de la iniciativa que puede ser imitada por otras empresas para rescatar el patrimonio monumental de Piura. En Piura, la antigua Iglesia El Carmen y el santuario La Merced de Paita requieren de patrocinadores cuyo aporte contribuirá al rescate del patrimonio más valiososo de los pueblos.
En 1543 Cristóbal Vaca de Castro en las Ordenanzas de Tambos consigna a los pobladores de Sechura encomendados a Francisco Lucena y Miguel Ruiz quienes los obligaban a “mitar” , trabajar por turnos, en Poechos. Lucena y Ruiz recibían el tributo que pagaban los indígenas. Estos a su vez estaban obligados a proveer un fraile o cura doctrinero para que enseñara la religión católica. Cuando en 1572, visitó Sechura Bernardino de Loayza, encontró dos encomenderos: Gaspar Troche de Buitargo, quien tenía la encomienda compuesta por los pueblos de Sechura y La Muñuela, y Ruy López, la de Sechura y La Punta. El visitador recorrió con la cacica Isabel y los ancianos del lugar el trazo del pueblo y de su iglesia.
Teodoro Laynes (1918), párroco de Sechura, historia, que poco después de fundar la Villa de San Miguel de Tangarará, el fraile Miguel de Orenes de la Orden de la Merced, en compañía de otros españoles conquistaron “a los habitantes del primitivo Sechura, edificaron iglesia y establecieron una doctrina. Y que el pueblo de Sechura se fundó en lugar cercano al mar”. Este pueblo fue abandonado tras el maremoto y aluvión del verano de 1578. Refiere el Padre Laynes: “En la fecha (1918) se notan los vestigios ruinosos de su primera iglesia. Así mismo da cuenta de la visita pastoral de Santo Toribio Arzobispo de Lima, quien confirmó y celebró en esta iglesia y obró muchos milagros. La mesa del altar mayor, que denota antigüedad, y que es la misma del primer pueblo que existe actualmente, y sobre la cual se han forrado sus maderas de chapas de plata, es el altar que sirvió para las misas de Santo Toribio y San Francisco Solano”.
La actual iglesia de Sechura se erigió sobre los cimientos de la antigua. La misma se edificó en una sola nave y su forma reproduce una cruz latina, haciendo frontera con la plaza y la casa de los Temoche antigua familia oriunda de Sechura. En su interior las cofradías del Santísimo, El Carmen, Las Mercedes, San José y las Ánimas, constituidas en la segunda mitad del siglo XVI, tenían sus hornacinas para las capillas empotradas con alegorías simbólicas pintadas en las paredes que aún se pueden observar.
El Marqués de Castelfuerte Virrey del Perú, por Provisión librada el 13 de diciembre de 1729: “Ordena y manda se entreguen al licenciado Don Roque Rodríguez de Arenas cura y vicario del pueblo de Sechura en este corregimiento quatro mil pesos de ocho reales para que se gasten en la fábrica y ornamentos de la iglesia del dicho pueblo de los efectos de fábrica de iglesia y quarta parte de la renta de las encomiendas situadas en los repartimientos de dicha doctrina dándose por su parte la fianza acostumbrada de que dará cuenta con pago cada que se le mande por el Real Gobierno…” En 1740 se había concluido el casquete del templo, Jorge Juan y Antonio Ulloa, quienes llegaron a Sechura en el referido año anotan que Sechura “tiene 200 casas de caña y una iglesia muy capaz y decente de adobes”. Advierten que al hablar lo hacen en un tono que se comen el final de las palabras “como si les faltase la respiración para concluirlas”
En 1783, el Obispo Baltazar Jaime Martínez de Compañón y Bujanda, dispuso una partida para la construcción del altar mayor hasta su culminación. El retablo mayor, de estilo rococó, muy bien trabajado, fue empezado a construirse tras la visita pastoral del Obispo Martínez, el 28 de marzo de 1783, siendo párroco el cura don Pedro Antonio Román de Mesones. Sus medidas son 13 metros de altura por 8 metros de ancho y tiene aproximadamente 200 piezas de madera. Posee tres calles y tres cuerpos. Al centro, sobre la hornacina de la Virgen de la Asunción está la de la Santísima Trinidad, a sus costados, otras siete hornacinas albergan a diferentes santos vinculados a la religiosidad de los sechuranos. En la parte superior se puede notar el monograma IHS de los jesuitas. El retablo se le atribuye a Juan Inocencio Heredia, el mismo que construyó el de la catedral de Trujillo.
En 1854 el párroco de Sechura Marino Mego describe el templo del siguiente modo: “La forma de la iglesia es de mucha suntuosidad por los lienzos que cierran el área del pavimento las doce columnas áticos del centro sobre cuyas bases parten los alquitrabes para recibir las bóvedas de su techumbre en una palabra una catedral en un desierto y más dos torres laterales cuya elevación disputan a la más alta de la capital de la república con catorce tribunas buenas puesto y mejores errajes. En el año 1814 por la violencia de un terremoto la cúpula mayor sufrió graves daños y algunas paredes se cuartearon lo mismos que las torres para cuyo reparo mandó el Ilustrísimo Señor Obispo Doctor don Thomas Dieguez de Florencial con la renta proveniente de las obvenciones del Curato. El histórico templo de Sechura soportó los terremotos de 1814 y 1912. También las fuertes y prolongadas lluvias de 1791,1854, 1871, 1891, 1925, 1983, 1985 lo que motivó acciones de emergencia para su conservación hasta hoy.
Institución fundamental en la vida de Sechura son las cofradías. Según Ricardo Temoche en Sechura son de varias clases: Sacramentales, De naturales, abiertas, religiosas. De socorro, cerradas, masculinas, mixtas y femeninas. Lo que confirma la gran existencia de festividades y la afirmación de que en Sechura los días del año son insuficientes para la realización de novenas. Este templo fue saqueado por Cochrane para sufragar la campaña libertaria. Igual oblación forzosa dispuso Bolívar en 1826. Sin embargo, se mantiene en pie como heredad de los sechuranos. La iniciativa de Miskimayo permitirá que propios y extraños admiren el esplendor de su pasado.
Como bien dijo Claudio Bastos, Presidente de Miskimayo el propósito de esta iniciativa es poner en valor la antigua iglesia pero sobretodo mantener viva la identidad y el alma de los sechuranos. Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, Arzobispo Metropolitano de Piura destacó el valor de la iniciativa que puede ser imitada por otras empresas para rescatar el patrimonio monumental de Piura. En Piura, la antigua Iglesia El Carmen y el santuario La Merced de Paita requieren de patrocinadores cuyo aporte contribuirá al rescate del patrimonio más valiososo de los pueblos.
En 1543 Cristóbal Vaca de Castro en las Ordenanzas de Tambos consigna a los pobladores de Sechura encomendados a Francisco Lucena y Miguel Ruiz quienes los obligaban a “mitar” , trabajar por turnos, en Poechos. Lucena y Ruiz recibían el tributo que pagaban los indígenas. Estos a su vez estaban obligados a proveer un fraile o cura doctrinero para que enseñara la religión católica. Cuando en 1572, visitó Sechura Bernardino de Loayza, encontró dos encomenderos: Gaspar Troche de Buitargo, quien tenía la encomienda compuesta por los pueblos de Sechura y La Muñuela, y Ruy López, la de Sechura y La Punta. El visitador recorrió con la cacica Isabel y los ancianos del lugar el trazo del pueblo y de su iglesia.
Teodoro Laynes (1918), párroco de Sechura, historia, que poco después de fundar la Villa de San Miguel de Tangarará, el fraile Miguel de Orenes de la Orden de la Merced, en compañía de otros españoles conquistaron “a los habitantes del primitivo Sechura, edificaron iglesia y establecieron una doctrina. Y que el pueblo de Sechura se fundó en lugar cercano al mar”. Este pueblo fue abandonado tras el maremoto y aluvión del verano de 1578. Refiere el Padre Laynes: “En la fecha (1918) se notan los vestigios ruinosos de su primera iglesia. Así mismo da cuenta de la visita pastoral de Santo Toribio Arzobispo de Lima, quien confirmó y celebró en esta iglesia y obró muchos milagros. La mesa del altar mayor, que denota antigüedad, y que es la misma del primer pueblo que existe actualmente, y sobre la cual se han forrado sus maderas de chapas de plata, es el altar que sirvió para las misas de Santo Toribio y San Francisco Solano”.
La actual iglesia de Sechura se erigió sobre los cimientos de la antigua. La misma se edificó en una sola nave y su forma reproduce una cruz latina, haciendo frontera con la plaza y la casa de los Temoche antigua familia oriunda de Sechura. En su interior las cofradías del Santísimo, El Carmen, Las Mercedes, San José y las Ánimas, constituidas en la segunda mitad del siglo XVI, tenían sus hornacinas para las capillas empotradas con alegorías simbólicas pintadas en las paredes que aún se pueden observar.
El Marqués de Castelfuerte Virrey del Perú, por Provisión librada el 13 de diciembre de 1729: “Ordena y manda se entreguen al licenciado Don Roque Rodríguez de Arenas cura y vicario del pueblo de Sechura en este corregimiento quatro mil pesos de ocho reales para que se gasten en la fábrica y ornamentos de la iglesia del dicho pueblo de los efectos de fábrica de iglesia y quarta parte de la renta de las encomiendas situadas en los repartimientos de dicha doctrina dándose por su parte la fianza acostumbrada de que dará cuenta con pago cada que se le mande por el Real Gobierno…” En 1740 se había concluido el casquete del templo, Jorge Juan y Antonio Ulloa, quienes llegaron a Sechura en el referido año anotan que Sechura “tiene 200 casas de caña y una iglesia muy capaz y decente de adobes”. Advierten que al hablar lo hacen en un tono que se comen el final de las palabras “como si les faltase la respiración para concluirlas”
En 1783, el Obispo Baltazar Jaime Martínez de Compañón y Bujanda, dispuso una partida para la construcción del altar mayor hasta su culminación. El retablo mayor, de estilo rococó, muy bien trabajado, fue empezado a construirse tras la visita pastoral del Obispo Martínez, el 28 de marzo de 1783, siendo párroco el cura don Pedro Antonio Román de Mesones. Sus medidas son 13 metros de altura por 8 metros de ancho y tiene aproximadamente 200 piezas de madera. Posee tres calles y tres cuerpos. Al centro, sobre la hornacina de la Virgen de la Asunción está la de la Santísima Trinidad, a sus costados, otras siete hornacinas albergan a diferentes santos vinculados a la religiosidad de los sechuranos. En la parte superior se puede notar el monograma IHS de los jesuitas. El retablo se le atribuye a Juan Inocencio Heredia, el mismo que construyó el de la catedral de Trujillo.
En 1854 el párroco de Sechura Marino Mego describe el templo del siguiente modo: “La forma de la iglesia es de mucha suntuosidad por los lienzos que cierran el área del pavimento las doce columnas áticos del centro sobre cuyas bases parten los alquitrabes para recibir las bóvedas de su techumbre en una palabra una catedral en un desierto y más dos torres laterales cuya elevación disputan a la más alta de la capital de la república con catorce tribunas buenas puesto y mejores errajes. En el año 1814 por la violencia de un terremoto la cúpula mayor sufrió graves daños y algunas paredes se cuartearon lo mismos que las torres para cuyo reparo mandó el Ilustrísimo Señor Obispo Doctor don Thomas Dieguez de Florencial con la renta proveniente de las obvenciones del Curato. El histórico templo de Sechura soportó los terremotos de 1814 y 1912. También las fuertes y prolongadas lluvias de 1791,1854, 1871, 1891, 1925, 1983, 1985 lo que motivó acciones de emergencia para su conservación hasta hoy.
Institución fundamental en la vida de Sechura son las cofradías. Según Ricardo Temoche en Sechura son de varias clases: Sacramentales, De naturales, abiertas, religiosas. De socorro, cerradas, masculinas, mixtas y femeninas. Lo que confirma la gran existencia de festividades y la afirmación de que en Sechura los días del año son insuficientes para la realización de novenas. Este templo fue saqueado por Cochrane para sufragar la campaña libertaria. Igual oblación forzosa dispuso Bolívar en 1826. Sin embargo, se mantiene en pie como heredad de los sechuranos. La iniciativa de Miskimayo permitirá que propios y extraños admiren el esplendor de su pasado.
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