martes, 4 de septiembre de 2012

GUIDO CORAJE, GUIDO ESPERANZA

Guido Raffo Varona, histórico propulsor de la irrigación del Alto Piura

Por: Miguel Godos Curay

En julio de 1982 los piuranos recordaban con euforia el 450° aniversario de la fundación de San Miguel de Tangarará con solemnidad apoteósica. El anuncio del arribo del Presidente Belaunde fue motivo para la gran marcha de peregrinaje de los altopiuranos exigiendo la irrigación del Alto Piura. Hubo marcha y represión. Los cuatro mil agricultores fueron contenidos en el 50. Hubo bombas lacrimógenas y disparos. Con el entonces regidor Rolando Ramos Novoa en un escarabajo de la Municipalidad de Piura llegamos al 50. Todo era conmoción las picanteras con los ojos cubiertos de lágrimas mostraban los casquillos de las balas. El agricultor Manuel Bruno Suárez impactado por un proyectil de las fuerzas del orden resultó muerto en la protesta.

Fue una marcha conmovedora de agricultores enflaquecidos por la sequía. Aquel día Guido Raffo lloró por esa causa justa. Manuel Bruno Suárez fue el primer mártir. Un campesino pobre, puro coraje, puño en alto entregó su vida por un sueño irrepetible. Las aguas del río Huancabamba conjurando la sed de las feraces tierras del Alto Piura. El gobierno no entiende que queremos agua para hacer producir la tierra. No fueron suficientes los argumentos de la doctora Raquel Guerra y los del propio del alcalde Nacho Távara ante un gobierno insensible. Así fue la lucha con hitos dejados por los hombres. En todo este trecho se quedaron las energías de Guido Raffo Varona líder insomne que tocó enésimas veces las puertas del Ministerio de Agricultura y el propio Palacio de Gobierno exigiendo lo que por justicia y derecho nos corresponde. No estamos pidiendo caridad. Es nuestro derecho. Líder inconforme, terco de justicia hasta en la médula.

Así Guido se quedó rengo y sus dedos asomando por sus sandalias llevaban el polvo bendito de su tierra. Con él conversé muchas veces hasta que su cabeza de profeta se cubrió de canas. Recorrió sin tregua pueblos polvorientos explicando el proyecto y se hizo querer. Los niños le seguían para regalarle checos y hojas de cuaderno en las que dibujaban el paisaje de sus sueños. Otras veces Guido hombre con sus labios resecos alimentaba con oraciones su esperanza. Hombres como él son irrepetibles. Tejedores de sueños ya no hay en la tierra donde la boca se les hace agua a los traficantes de tierras.

Guido Raffo amó a la tierra como a su propia vida. En su nombre hay que levantar los potos llenos de chicha pletóricos de salud por el coraje y la energía que mueve los recuerdos. Así los siento recorriendo las calles de Chulucanas. Así los siento las noches que se descarga la lluvia. Así lo siento comiendo zarandajas con caballa. Así lo siento mirando el rostro de los chulucanos tristes porque se fue el hombre que amasó el barro de la esperanza. Las manos de Guido serán siempre benditas como las gotas del rocío. Hombres y mujeres no se sientan tristes con su ausencia.

Daniel Turley, el padre Daniel, el hermano Daniel, san Daniel de Chulucanas. Dígale a Dios que abra las puertas del cielo y que los ángeles coloquen arcos de flores y que truenen los cohetes porque Guido acabadas sus fatigas encontró reposo. Que todos los cumananeros se inspiren al majar el arpa e invocar la tierra. Todos los pajaritos repitan en sus trinos la vida de este hombre que creyó que la justicia tarda pero llega.

Todas las aguas lo recuerden siempre como el abecedario de la vida. Todos los políticos lo imiten porque Guido abrió las puertas del gobierno con la voz de un hombre humilde y se adhirió al partido de los pobres. Aquel que tiene como símbolo el coraje y por el que en su belleza natural se pelean todas las flores. Aquí lo veo viajando a Lima a defender sus sueños con su cayado en las manos. Padre Guido biznieto del aire y de los vientos. Guido hombre. Gigante ante la adversidad. Corazón de hombre que no da tregua. Hombre con alma de niño. Abejorro rebelde que zumba en las conciencias de los sinvergüenzas que desnaturalizan los proyectos con sus inmorales ambiciones. Aquí te siento Guido recorriendo las aguas del río la Gallega. Recorriendo los meandros del Ñácara.

Guido tu estatura no necesita de monumentos para que se honre tu memoria. Tú eres ya un monumento en la conciencia de los que te recuerdan. Tu sólo nombre es un rascacielos de la generosidad humana. Cuando se escriba la historia del Alto Piura colocaré una limeta con las aguas del Huancabamba sobre tu tumba. Y entonces las cenizas venerables de tus huesos sentirán la frescura del agua en las recónditas profundidades de tu alma. No más decretos, no más cuentos, no más palabras. Que los niños planten árboles, que los jóvenes multipliquen el algarrobal verde en tu memoria. Que los viejos preparen la tierra, que las abuelas caven hoyos para colocar la semilla. Guido cerró sus ojos como un niño y su sueño se hizo verde. Verde de esperanza.

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