Una página que reune los artículos periodísticos de Miguel Godos Curay. Siempre con una lectura polémica, fresca y deslumbrante de la realidad.
jueves, 3 de enero de 2008
EL GRITO DE LIBERTAD DE PIURA
Por: Miguel Godos Curay
Según el amanuense don José María Arellano el día 3 de Enero de 1821, a las 10 de la mañana se recibió el correo de Trujillo enviado por Torre Tagle conducido por Luis Ugarte quien entregó los pliegos dirigidos a los ayuntamientos de Piura, Paita, la Punta ( Sullana) y Querecotillo con la preventiva de que fueran abiertos en presencia del pueblo. Documentos similares fueron enviados al comandante militar José Valdez y al comandante general de la costa don Joaquín Germán. A pedido de José María Casariego jefe del batallón de línea que guarnecía la ciudad se pidió que tales documentos se enviaran al subdelegado interino don Pedro León, Presidente Municipal. Casariego, premunido de las proclamas, advirtió que la tropa no se plegaría al movimiento de Trujillo. Dispuso asimismo que cuatro piezas de artillería con piquetes de soldados se ubicaran en las bocacalles a órdenes de los sargentos Prada y Estrada.
Durante la noche la población era un avispero. Hubo conferencias en las casa de don Pedro León y José Carrasco. En la primera se produjo una discusión entre Manuel Dieguez y Casariego que proponía el escarmiento inmediato de cualquier sedición. Mientras tanto, pasadas las doce, jóvenes patriotas como José Manuel López, Buenaventura Raygada, José María Raygada, José Maria y Tomas Arellano empezaron a movilizarse en toda la población con el propósito de romper la incomunicación de los cuarteles ajenos a los pliegos. Uno de los primeros soldados en adherirse a la causa patriótica fue el maestro mayor de carpintería don Antonio Vilela quien, según las crónicas, se condujo con arrojo y entusiasmo al responder:¡No! al Comandante de Milicias Manuel Carrasco quien a boca de jarro en medio de la calle le dijo: “¡Cuidado, José Antonio, primero es tu rey”.
Al día siguiente, desde las ocho de la mañana la población se dirigió al Convento de San Francisco. A las once había un gentío considerable. A las doce el subdelegado Pedro de León abrió la sesión en presencia de los cabildantes y los brigadieres Germán y Casariego. Manuel Dieguez, fue de la idea que en la lectura de pliegos debería estar la tropa porque es parte del pueblo. La orden fue comunicada por el Marqués de Salinas Francisco Javier de Fernández y Paredes al cuartel el Carmen y al de la plaza por Miguel Gerónimo Seminario. La presencia de las tropas demoró pues no se definía si deberían concurrir armados. Finalmente lo hicieron desarmados arengados por el populacho.
Fue en esos momentos que el zapatero Mariano Mendiburo, intervino con voz estentórea para impedir de San Francisco la salida de Germán y Casariego. Los soldados finalmente ante el beneplácito popular concurrieron a la decisiva asamblea entusiasmados por el ciego Tomás Cortez. Contradictoria en este trance fue la actitud del Marqués de Salinas y del platero Francisco Madrid quienes dijeron en voz alta que morirían por el Rey. Don Francisco Javier de Fernández y Paredes, atesoró, en este momento tal impopularidad que posteriormente fue víctima de burlas y denuestos.
Por acuerdo patriótico de la asamblea se confirió el mando político de la provincia, con el rango de Gobernador, a don Miguel Jerónimo Seminario y Jaime quien pidió se le asociaran los alcaldes don José de Lama y Nazario García que conformaron la primera Junta de Gobierno de Piura libre. A la siete de la noche retornó el Comandante General de la Provincia el realista don José Valdez, pero vanos fueron sus intentos de promover un levantamiento y tuvo, con remilgos, que someterse a la voluntad de los patriotas. El único incidente registrado este día fue provocado por el acuartelado Macario Gómez excedido de tragos. El día 5 fue de total tranquilidad y sólo se hizo anunciar el bando para el solemne acto de jura de la Independencia al día siguiente. El día 6 fue recibido con salva de 21 cañonazos. El cortejo se concentró en la Plaza de la Restauración, hoy llamada Salaverry de ahí marchó a la Matriz ornada con una enorme escarapela de la patria. Por disposición de la Junta de Gobierno se hicieron presentes las guarniciones de Sechura, Paita y Tumbes. Fue así como en un ambiente de solemne fervor cívico se juró la Independencia de Piura un 6 de Enero de 1821.
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