Piura celebra 480 años de fundación hispánica |
¿QUE
CELEBRAMOS PIURANOS?
Por: Miguel
Godos Curay
Los 480 años
de Piura son motivo de orgullo. San Miguel es la más antigua del Perú y tiene
el privilegio de haber sido fundada por Pizarro. No se piense que la fundación aconteció sin percances. No
fue así. Pizarro antes de debutar como
fundador de ciudades en nombre de la
corona. Lo hizo también como severo
escarmentador de indios alzados y levantiscos. Envió a la hoguera al valeroso cacique de Amoxtape y a otros
trece señores del Chira. Pocos conocen que con Pizarro viajaba el sarampión y
otros males que diezmaron a la población aborigen sin necesidad de hacer uso de
la pólvora y el acero. Las epidemias resultaron más eficaces que el arcabuz.
De Piura se
ha dicho mucho. Por ejemplo, que tenía sólo dos estaciones. El verano y la
estación del ferrocarril. Hoy con el cambio climático hablamos del invierno y
el infierno. El frío y el calor. Los impactos del cambio climático se sentirán
en sus balnearios en el filo costero en donde las olas arremeten con fuerza
contra todo lo construido. El avance es incontenible. El reforzar cimientos es
plata botada. Otra de las vulnerabilidades de Piura es su sistema de evacuación
de aguas pluviales.Aquí el agua
erosiona y busca su cauce natural.
Piura tiene
nuevas vocaciones productivas. Uva, mago, caña de azúcar son nuevos productos
que arrinconan al arroz y al algodón. El banano orgánico, el cacao, el café, la
panela y los zumos tropicales son productos que Piura coloca en los nichos de
oportunidad del comercio justo. Sin embargo, tiene que aprender a usar mejor el
agua, a preservar sus acuíferos y a proteger las forestas. Si con los diluvios
de 1983 Piura reforestó 250 mil hectáreas. Hoy la depredación destruye lo que la naturaleza preservó. Una
amenaza para las fuentes de agua es también la minería informal que envenena
torrentes y destruye todas las formas de vida a su paso.
Económicamente
Piura no está mal pero podría ir mejor si no se improvisara tanto en las
políticas públicas. Aquí las soluciones transitorias se convierten en eternas.
Así podríamos pasarnos toda la vida limpiando drenes sin soluciones duraderas a
viejos problemas. Un viejo sueño de los piuranos fue el ferrocarril de Paita al
Marañón. A este proyecto visionario José Santos Chocano dedicó unos sentidos versos.
Hoy Piura a través de la carretera interoceánica se conecta con
Yurimaguas. Mejor dicho el viejo sueño de unir las cuencas del Pacífico
con el Atlántico ya se hizo realidad. Sin embargo, a los piuranos se nos
ocurrió que esta autopista es una buena ocasión para vender raspadilla. No
hemos vislumbrado el corredor comercial que Brasil necesita para embarcar su
producción de soja con destino a Asia en Paita. Quienes mejor usan la
interoceánica, hasta hoy, son los narcotraficantes. Las interdicciones de la
DEA en Paita son más que una alerta de
los flujos y reflujos de la acumulación sucia.
Advertía el
escritor Miguel Gutiérrez, respecto a la composición de Piura antes de la
reforma agraria de Velasco, que lo predominante eran las alianzas matrimoniales
de los hacendados con los migrantes extranjeros: ingleses, alemanes, italianos
y españoles. Los cascabeles sonaban ahí en donde se sellaba una alianza
matrimonial. Indios, con legitimidad, se sentían los catacaos y los sechuras. Reacios
a abandonar sus costumbres y tradiciones religiosas. Las indias, recuerda
Gutiérrez usaban zarcillos de oro. Cuando no quintos de oro en cada lóbulo.
En Piura se
bebía chicha en tales volúmenes que los impuestos a las botijas y barriles
permitían dar mantenimiento a los puentes. Catacaos, se convirtió en un emporio
económico dedicado al tejido de finísimos sombreros de paja toquilla. La
materia prima venía del Ecuador. Indios e indias insomnes durante las noches de
luna tejían los sombreros más finos. Las cocinerías de Catacaos siempre
fueron el complemento en esa combinación
de chicha y piqueo. Las chicherías expandieron la democracia pueblerina y para
alejar a los blancos urdieron mitos como el de que la mejor chicha se cuela en
calzón de vieja y la bebida tiene mejor sabor cuando se masca el afrecho. Don
Manuel Quiroz, un fotógrafo ecuatoriano registró con curiosidad memorable todo
el proceso de elaboración del espumante
néctar.
Los
piuranos son un punto aparte por el
esplendor de su inteligencia. El primer peruano incorporado a la naciente
Academia Española de la Lengua fue piurano. Don Diego de Villegas y Quevedo
(Piura,1694-Cuzco, 1754) fue un humanista erudito. Piurano fue también Luis Antonio Eguiguren
(Piura, 1887-Lima,1967) su adhesión a la justicia y al derecho. Y su devoción
por la Universidad de San Marcos no tiene parangón. Podría anotar a Godofredo
García Baca (Chulucanas,1933-San Lorenzo, 2001) un luchador social victimado
alevosamente cuando enarbolaba la defensa de la tierra. Piurana es Carlota
Ramos de Santolaya
(Piura,1910-Piura,1994) Un mujer íntegra, poetisa, fina y sensitiva
cuyas conquistas en el parlamento merecen la gratitud cívica de los
piuranos. Piurano también Alejandro Sánchez Arteaga
(Castilla,1937-Lima1951) el niño héroe. Un estudiante de coraje que rescató en un siniestro a una criatura entre
las llamas a precio de su propia vida. O Felipe Cossío del Pomar
(Morropón,1888-Lima,1981). Un pintor que después de recorrer el mundo “quiso que su tumba estuviera ahí donde se
meció su cuna”.
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