lunes, 2 de julio de 2007

UNA ENTREVISTA AL CAUTIVO DE AYABACA


Por Miguel Godos Curay
AYABACA.-Ha viajado toda la noche. Lo ha hecho a pie desde las alturas cordilleranas de Ayabaca cubierto con su ponchito moro y su alforjita al hombro. Camina atravesando la madrugada fresca por el “shulay” el rocío fresco de la serranía, se guarece bajo los arrayanes e higuerones. En la noche frente al resplandor de las estrellas se perfila la silueta de su rostro sudoroso y llagado, la cabellera le cae sobre los hombros. Cabellera negra y crespa, negra como la noche y el pigmento del sarmentoso nogal.

Espera al amanecer para iniciar el descenso de Montero a Paimas. Los ojos le brillan como dos luciérnagas, las gotas de sudor y de sangre manan de sus sienes y como ríos desbocados se dispersan por la aguileña nariz. Suda a chorros como la noche en que la pasó en el huerto y Judas lo vendió con un beso y treinta monedas. Le sacaron el alma, lo maltrataron sin piedad y las costras dolorosas de sus pies duelen pero el resiste y soporta. Soporta que le peguen y le rompan el alma porque como él dice “si tu hermano te pega en una mejilla dale la otra. Es el Cautivo de Ayavaca, el señor de los señores que va camino hacia Sullana para reencontrarse con sus fieles devotos, con los peregrinos que le han ofrecido cambiar su vida y le aguardan. El cautivito lindo se va a Sullana ahí en donde los sicarios pueden matarte en la propia Plaza de Armas. Ahí en donde los ruidosos mototaxistas lo esperan para darle la bienvenida.

Toda la noche caminó el Señor por el valle. Le acompañan los cantos de ese juglar pueblerino llamado Pablito Maldonado, el ciego que refiere todos sus milagros. Ahí va a reencontrarse con todas las madres que le entregan a sus hijos. A sentir que está con su pueblo aquel que coloca su efigie bendita en todos los chicheríos y ramadas. Ahí descubrirá que su imagen está en todos los ticos y camiones que suben a Ayabaca. En todas las lápidas de los cementerios porque todos lo quieren. Ten cuidado Señor te puedes encontrar con los sicarios que matan dirigentes campesinos y con los narcotraficantes que con sus botellones de latex de opio marchan a la frontera.

Cuídate señor de los políticos y los coronelotes oportunistas que te hicieron General de la Guardia Republicana tu no necesitas ser general de nadie. No les hagas caso. Escucha los sones de los corazones serranos que repiten las plegarias y los ruegos por la salud y por el hambre. Fertiliza los vientres, multiplica panes y llena de chicha los cántaros de los cholos que hace tiempo no festejan una buena cosecha. Desoye a los que traicionaron la confianza del pueblo, a los ladrones y a los nacotraficantes.

Oye a esas madres que te imploran, a las putitas que te ofrecen cambiar su vida, a los mariquitas que con sus pecados a flor de labios te piden perdón. Ellos son humanos como nosotros y debe dolerles el corazón. Escucha a esas viejas que te piden trabajo, a los enfermos que te piden salud. A los que abandonaron tu rebaño y ahora no te conocen y se pasan de largo. Escúchanos a nosotros que no somos congresistas y que a veces nos pasamos insomnes las noches de largo porque no sabemos qué hacer en este Perú que se nos va de las manos. No te asomes Señor ante los tronos de los poderosos porque querrán hacerte congresista o Alcalde. Te van a preguntar a qué sindicato perteneces y tu vas a responder que no tienes sindicato y siquiera donde caerte muerto entonces te dirán que eres un hombre peligroso porque el que no está con ellos está contra ellos.

Entonces aprovechando la soledad de la noche magnetófono en mano te preguntamos :

-¿Señor a qué has venido a Sullana?-
El Cautivo recogiendo las manos y contemplando con sus ojos el cielo, habló: “ Mis hijos me necesitan. Mis hijos imploran la paz de Dios y yo se las estoy trayendo nuevamente. Mis hijos: las mujeres, los hombres y los niños que sufren me están llamando y no los puedo desatender. Los hombres tienen hambre de Dios y yo los vengo a saciar. Mis hijos necesitan aliento. Mis hijos quieren trabajo y no le encuentran, buscan el conocimiento y los malos maestros abandonan las escuelas. Mis hijos quieren agua potable. Mis hijos quieren irrigan el Alto Piura y nos los escuchan. Mis hijos quieren hospitales dignos porque la salud se ha convertido en mercancía. Mis hijos no son oídos por el gobierno. Mis hijos están hartos de los alcaldes que no informan de su gestión y de los funcionarios ociosos.”

-¿Señor nos vas perdonar?-El Cautivo cogiendo su barbilla llena de costras respondió:“Mi reino es el reino del amor. Mi padre me ha enviado para incendiar de amor la tierra y cuanto anhelo penetrar en vuestros corazones y en vuestra vida para que sientan lo que es realmente el amor de Dios. Hoy parecen haberse olvidado que Dios los ama. Por ejemplo, parece no importarles los no nacidos a consecuencia de los abortos, los niños abandonados, las madres maltratadas y los abusos contra mis hijos indefensos. ”

-¿Señor eres acaso sindicalista?-Entonces sonriendo el Cautivo habló con majestad divina: “Aquí llaman sindicalista a todo el que defiende sus derechos. Ustedes se han olvidado de la justicia y de la inmensidad del amor de Dios. El fuego con que incendio vuestros corazones es la llama del amor. La caridad el amor mío nace del perdón. Yo traigo el perdón y mi cuerpo es el pan del amor y la vida eterna“.

¿Qué les dirías a los jóvenes universitarios?“Que estudien con afán pensando en el futuro. Les recordaría que el tiempo perdido ya no retorna y que sus padres esperan mucho de ellos. Les recomendaría que en las fiestas de promoción no beban alcohol. Les pediría que en la vida sean siempre íntegros en la verdad. La verdad los hará libres.”

¿ Cómo ves el futuro del Perú?“Con mucha preocupación porque si siguen como están no hay futuro. Dios quiere mucho al Perú le ha dotado de edenal belleza y de valiosos recursos naturales que ustedes se obstinan en mal emplear.”

¿Te interesan las próximas elecciones?“Son un asunto terrenal. Mi reino no es de este mundo. En ese asunto tienen absoluta libertad. Ustedes son los que eligen y después se quejan.”

-¿Señor y como ves a los periodistas?-.“-Ni fu ni fa. Algunos se deleitan con las malas noticias. Otros andan peleados con el castellano. Algunos son más enredados que ovillo de pita. Hace tiempo que no encuentro primicias pero en cambio mucho sebo de culebra. A mi por ejemplo me tienen olvidado. Tampoco se dedican al cultivo de géneros como el reportaje y la crónica que tanto me gustan.”

-¿Tienes preferencias Señor?-
“- Por supuesto yo no leo la prensa chicha ni tengo tiempo para Magali son los favoritos del infierno. Me gustan los diarios con noticias que levantan el ánimo a mi hijos con buenas y ejemplares acciones. Tampoco me gustan los diarios que publican largos textos que nadie lee y yo tampoco. Leo los diarios de la mañana los que los ángeles me llevan hasta mi altar-.”

-¿Llegan los periódicos hasta Ayabaca?-“-Si llegan aunque un poco tarde.-”

-¿Señor qué recomendarías a los periodistas jóvenes?-
“ -Que se consagren a la verdad. Que vivan con sentido apostólico su profesión y que se entreguen a ella. Que entiendan que es un servicio a los demás. Les recomendaría que no se sientan grandes con los pequeños ni pequeños ante los grandes y poderosos. Necesitamos periodistas íntegros que proclamen su verdad-”

-¿Y a los magistrados que les dirías?¨-No deben olvidarse que con la vara que miden serán medidos y que hay muchos cautivos en las cárceles que anhelan justicia.-”

¿Qué llevas en tu alforja Señor?-“Llevo agua fresca en mi limeta y algunos bocadillos para unos niños que me pidieron les llevara. También tengo chifles-”

¿ No tienes celular?
“Las tarifas son en dólares y no lo necesito. Yo hablo directamente a vuestros corazones lo que sucede es que ustedes tienen las pilas bajas y no me quieren escuchar.”

¿ Señor y dónde se encuentra Juan Pablo II?“ -Mi amado hijo se encuentra recorriendo las celestes mansiones de mi padre. Tiene un bien merecido descanso y les envía a todos ustedes muchísimas bendiciones-“.

Antes de despedirnos le pedimos al Señor envíe su bendición a todos nuestros lectores en especial a los que lean estas líneas a lo que accedió con bendita gentileza.. El tiempo transcurrió sin que lo notemos. El señor Cautivo reanudó su caminata. En la noche las estrellas guiaban sus pasos. Es el tiempo de Dios. La eternidad misma como diría San Agustín. (Piura,03 de junio del 2005)

2 comentarios:

Killer dijo...

Estuvo bueno hasta que llegamos a la entrevista, ahi declino un poco. Muy emotivo, muy bonito, me llego al corazón.

Unknown dijo...

Muy alentador me inclino ante sus pies