DESIGUALDAD
Y ESTACIONAMIENTO MORAL
Joseph Stiglitz |
El Premio Nobel de Economía
Joseph Stiglitz, acaba de lanzar una seria advertencia sobre la marcha de la
economía mundial en el Forum Económico Mundial de Davos. Son los propios países
los que crean las desigualdades, los
políticos y los gobiernos acondicionan los mercados para favorecer a los ricos.
La desigualdad deja sin oportunidades a los que se esfuerzan por mejorar sus
condiciones de vida, la desigualdad
alimenta un círculo vicioso excluyente que no permite que los pequeños
productores mejoren sus precios o que se expandan oportunidades de progreso
para quienes incursionan en la economía. La desigualdad no es solamente
económica, también es política, educativa y social. Las grandes empresas siguen
gozando de beneficios que se proscriben a las pequeñas empresas.
Algunos como el sociólogo
Salvador Giner (Barcelona 1934) advierten en el origen de la desigualdad un
estancamiento moral. El progreso moral sostenido en la dignidad de la persona se
ha estacionado frente al pacifismo, el ecologismo, feminismo, la impotencia
frente a la creciente criminalidad y el narcotráfico. No resulta extraño en
este escenario que el Ministro de Finanzas japonés Taro Aso formule un llamado
abierto a la tercera edad para que se den prisa y mueran pronto para así
aliviar la carga fiscal y los gastos médicos del gobierno. Japón tiene
actualmente una población de 128
millones de habitantes de los cuales una cuarta parte tiene en promedio una
edad mayor a los 60 años.Un punto de controversia es el crecimiento de la actividad delictiva y criminal. América Latina ha tenido progresos notables en la economía, la expansión del empleo, sin embargo, junto a esta mejora ha crecido la delincuencia que arrebata los pocos ingresos a los que trabajan o los convierte en víctimas de las organizaciones criminales. A todo ello se añade una gran desconfianza en los mecanismos de represión de la inseguridad. Los ciudadanos tienen poca confianza en su policía y las instituciones policiales han realizado pocos esfuerzos por restituir la confianza perdida. Otro sector que causa desconfianza en la sociedad es la criminalidad de cuello y corbata que desvía fondos públicos en beneficios personales, incremento del patrimonio y en variadas formas de malversación. Un riesgo en apariencia imperceptible es el que un segmento de la sociedad considere el hurto y el robo como una forma de sobrevivencia y acceso a la propiedad privada.
El paso de las economías de baja productividad a economías de alta productividad muestra contrastes de desigualdad. Por ejemplo, las mujeres desarrollando mayor esfuerzo y trabajo siguen siendo menos remuneradas que los varones. En Piura, Paita y Sullana, han alcanzado niveles de pleno empleo sin embargo la remuneración recibida se diluye en el pago de alimentación, transporte y alojamiento. Una pequeña porción de los salarios se redistribuye en el sustento familiar. De cada diez mujeres por lo menos ocho declara haber sido víctima de acoso sexual o agresión en su centro laboral. Otro tanto sostiene que mantener una actitud de respuesta agresiva en sus centros laborales les permite preservarlo.
Un tema preocupante es la creciente desocupación en jóvenes los que finalmente son absorbidos por el pandillaje, el consumo de drogas, la delincuencia. Los que crean su propio empleo recalan en la informalidad. El comercio informal despliega un gran mercado que contrasta con el número de jóvenes desempleados similar al de los “Ninis” brasileños. “Nini” es el que ni estudia, ni trabaja. Nuevos sectores que generan empleo son los restaurants, la agricultura frutícola y la minería en el corredor Tambogrande, Las Lomas, Suyo y Sapillica. Otros con el producto de sus performances laborales adquieren una mototaxi y se dedican al servicio público cumpliendo una etapa de informalidad o de instalación para finalmente formalizarse.
En este escenario la educación es una posibilidad de acceso a mejores condiciones de vida y subsistencia. El debate está planteado entre la educación pública y la educación privada. Muchos afirman que la educación privada, por ser pagada, es mejor que la pública. Sin embargo, hay que advertir que no todo lo privado es bueno ni todo lo público es malo. Otro caso patético es el de los estudiantes que por los progresivos incrementos de los costos educativos en establecimientos privados migran a los públicos sin la mínima consideración de cubrir parte de los mismos por ser estos públicos. La competencia entre los privados adquiere inusitada vigencia. Sin embargo no hay una preocupación por la acción, intención y el resultado final obtenido. Pocos conocen que muchos docentes de escuelas públicas son docentes de escuelas privadas. ¿Dónde está la diferencia? Huelgan la distancias es la misma diferencia entre mandar y obedecer. Obedecer es siempre más sencillo pero al duro precio de hipotecar la propia libertad.
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