jueves, 7 de febrero de 2013


130 AÑOS DE LA TOMA DE PIURA POR LOS CHALACOS
Por: Miguel Godos Curay

Barricada de la Comuna de París
La Comuna de París es un extraño acontecimiento histórico. Duró solamente 73 días pero sus impactos en la política fueron inmensos. La Comuna marca el tránsito de liquidación sangrienta del Segundo Imperio y el advenimiento de la III República. La instrucción judicial y la represión de sus líderes fue drástica y brutal debido a la sospecha  de que había sido conducida por la Asociación Internacional de Trabajadores. Según Sartori fue la primera tentativa de organización de un gobierno proletario. Su fracaso marcó el desplome de la utopía marxista.
Las montoneras fueron en Piura un episodio de violencia política  de las comunidades campesinas contra el gamonalismo local y regional. Una crisis de confianza en las instituciones y líderes de la república acompañó este proceso que también tuvo un desenlace sangriento. Hildebrando Castro Pozo señala lo siguiente. “Ya hace algunos años, ‘1883’ cuando ciertos hacendados extendieron el dominio de sus fundos hacia tierras de comunidades, en lo que fueron apoyados por las autoridades políticas y judiciales del Departamento; los comuneros de Frías y Santo Domingo, capitaneados por los de la Comunidad de Chalaco, se sublevaron protestando de lo que ellos llamaron, “ parcialidad injusta a favor de los blancos”. Avanzaron en son de guerra hasta la Capital del Departamento, que tomaron sin resistencia; y cuando las autoridades quisieron rescatarla, hubo que hacerlo a sangre y fuego, y tomando las calles palmo a palmo. En la acción no se dejó perdonar ningún serrano comunero; pues sintiéndose acorralados por el número , se vieron los sobrevivientes en la dura necesidad de defenderse dentro de una casa, y allí prefirieron morir, entre las llamas del incendio que ordenó practicar la autoridad atacante, antes que rendirse e implorar la clemencia del vencedor” 

Vicente Rázuri, cronista memorioso en sus “Estampas Piuranas refiere “En el año 1882 , cuando el ejército chileno ocupaba la República, Seminario, secundando en Piura la protesta del General Lizardo Montero, se levantó en armas contra el invasor  ocupando Piura como Prefecto y Comandante General. Fue entonces que ocurrió una de las tragedias más dolorosas de la Historia de Piura…”  Los hechos nos remiten  a lo ocurrido 28 de Enero de 1883.
Benjamín Urbina un testigo de los acontecimientos señaló “¡Algunos propietarios de fundos  en las haciendas limítrofes a la sierra de Piura, pretendieron extender sus latifundios hacia las comarcas de Santo Domingo y Chalaco, llevando sus pretensiones de dominio hasta la  Quebrada de Huachari. “Los Chalacos, cuyo extenso territorio pertenecía entonces a la provincia de Ayabaca, y que tenían bajo su dominio un campo muy poblado, constituían una Gran Comunidad; tenían pequeñas propiedades que heredaban de sus mayores y sentíanse, desde luego, amos y señores de este vasto territorio que ocupaban y donde pacentaban sus ganados entonces muy numerosos.

“Uno de los perjudicados, era Vicente García hombre díscolo valiente y prestigioso entre la gente del campo. Los comuneros en más de una ocasión, encabezados por García, bajaron hasta la hacienda de Morropón, buscando la manera de procurarse un arreglo con los hacendados, no pudiendo conseguir nada a pesar de la intervención amistosa de don Juan Seminario León, que actuaba como representante de los reclamantes. Este señor aconsejó a los comuneros marchar sobre Piura y hacer un reclamo a las autoridades superiores. Fue así cómo, organizados en número de 100, y armados con fusiles de toda clase, marcharon con Seminario y León y Vicente García a la cabeza, en busca de un arreglo, que deberían conseguir ya fuera por la justicia que les abonaba ; o imponerlo por la fuerza si era necesario”.
“Serían las 5 de la madrugada del día 28 de enero, 1883, cuando fue despertada la población por un largo tropel que había entrado por La Tina y que tomando por la calle Arequipa (Antes Playón)  con bullicios de rebelión y a las voces de “Viva la comunidad, vivan los chalacos ( aunque hay quien asegura, que también decían viva la comuna) se dirigían hasta la altura de la calle El Callao, yéndose unos a la Plaza de Armas, y otros a la Prefectura. Estos últimos, al pasar por el establecimiento del señor Federico Ramos situado en la esquina del Callao y Libertad, hicieron un “alto” y rompiendo las puertas penetraron al interior, entregándose desenfrenadamente “más que al saqueo, a la bebida de espléndidos licores” que allí habían. Los de la Plaza participaron también del botín, en gran escala, y, cuando el licor había surtido sus efectos, a las 7 de la mañana, las tropas del Coronel don Fernando Seminario, Prefecto del Departamento,  invadían la ciudad por diferentes sectores, cumpliendo así el plan secreto ideado por el Coronel Seminario que consistía tomar a los invasores en una ratonera”.

La licorería de Ramos fue rociada con kerosene y los chalacos que allí celebraban la toma de la ciudad fueron quemados vivos tras una dura resistencia. Durante semanas por orden del Prefecto fueron fusilados en el patio de la municipalidad los  comuneros sobrevivientes de Chalaco. Los  muertos según el Historiador Miguel Maticorena Estrada llegaron a los 150 y unos pocos soldados del gobierno. La persecución a los comunistas de Chalaco y Santo Domingo duró algunos años. Una historia de pólvora, bravura y amor a la tierra.                                     

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