domingo, 13 de enero de 2013


EL AGUA REGIA DEL PERIODISMO
Por: Miguel Godos Curay

Entrevista con Luis Alberto Sánchez.Observan don José H. Estrada Morales,
doctor Noe Zapata, José Aguilar Santisteban , Antonio Coronel y Luis Alva Castro
La entrevista es la prueba de fuego para cualquier estudiante de periodismo. El buen entrevistador requiere cultura, conocimiento del entrevistado e inteligencia para formular seriamente sus preguntas. La repregunta abre las compuertas de la curiosidad de los oyentes o lo de que los lectores quieren conocer. Rosa Montero advierte que el entrevistador requiere de una dosis de humildad como para renunciar a la vanidad exhibicionista de quien busca lucirse entrevistando.  Una buena entrevista requiere de una formulación lógica para huir del aburrimiento y despertar el interés periodístico. Las entrevistas prefabricadas causan empacho y aburrimiento.
Un entrevistador de la televisión en blanco y negro fue Alfonso Tealdo. Tealdo recomendaba preguntas para calentar cuerpo, preguntas discretas y finalmente las preguntas indiscretas que mordían la yugular y extraían del entrevistado la sustancia noticiosa irrepetible. El buen entrevistador sabe usar correctamente el lenguaje. Huye de la vulgaridad y la grosería. César Hildebrandt es uno de los escasos cultores de la buena entrevista periodística y televisiva. Su estilo incisivo y puntual lo convirtió en un entrevistador esquivo de los libretos y de la pasmosa sensualidad del poder  que institucionalizaron Montesinos y Fujimori. Las sonrientes geishas  y los incondicionales sabían que vendían su credibilidad por trece monedas falsas. Sus rollos preparados por el SIN se repetían impunemente para manipular a la opinión pública.

Martín Caparros advierte que la pepa de la entrevista se desliza a media entrevista cuando el periodista muestra sin remilgos que conoce, domina el tema y está informado sobre su interlocutor. El buen periodista muestra simpatía y empatía al mismo tiempo y conduce sin procaz vulgaridad ese diálogo nutritivo del que se extrae la información de primera fuente. El refrito y el chicharrón no tienen espacio ni lugar en una deliciosa entrevista. De la entrevista rehúyen los políticos como el gato del agua. En la entrevista se solaza la inteligencia. El lenguaje se hace preciso para redondear una respuesta. Sabe entrevistar el que sabe escuchar. Hay una mala práctica chapucera del que se confía al magnetófono y no anota. Finalmente de la entrevista queda el aire, el sonido que fue y que ahora es ausencia.
La entrevista ping-pong es la más adecuada para un medio como la radio. En  donde el oyente hace lecturas personales de los silencios y vacilaciones del entrevistado. El intercambio de gritos es como el ladrido de los perros rabiosos. El eufemismo es una salida decorosa cuando el entrevistado no da para más. La arrogancia intelectual es falsa modestia. Una entrevista no debe llegar al extremo de una discusión de mercado. Ni tiene porque caer en un derrame de bilis en donde el entrevistador desciende al nivel del entrevistado. La elegancia se muestra en saber conducir cortésmente al entrevistado cuando se va por las ramas.

La entrevista se aprende en la práctica diaria ordenando las ideas. Formulando cuestionarios que se ajustan al momento. Usando el lenguaje correctamente. Conociendo  el tópico que se trata y utilizando con oportunidad la repregunta. La entrevista no se improvisa se ordena en torno al interés periodístico. Una entrevista sin interés es puro hueso sin carne. Pura cáscara. Una entrevista complaciente que se ajusta a un acuerdo previo es una engañifa con sabor a comedia. Es un disco rayado que reproduce a saltos la conversación de dos loras. Una entrevista confronta la verdad con la realidad misma.
El género entrevista es como el agua regia que prueba el oro. Demuestra el talante y madurez periodística. Una entrevista viva es la que todos recuerdan por la forma como fue hecha. Al final de la entrevista queda en los labios el sabor de la noticia. El testimonio inusual de la paciencia y la agudeza.  A la buena entrevista no le falta la válvula de escape del humor  en medio de las tensiones y las controversias.  La sonrisa nos recuerda que somos seres humanos capaces de reírnos de nosotros mismos. Una bocanada de aire fresco nos viene bien a todos. A los que preguntan pero también a los que responden. Dicen que la entrevista tiene el esplendor de un gol periodístico. Tiene la energía y emoción de la preparación y el entrenamiento. Es producto del atletismo del cerebro.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                               

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