EL AGUA REGIA DEL PERIODISMO
Por: Miguel Godos CurayEntrevista con Luis Alberto Sánchez.Observan don José H. Estrada Morales, doctor Noe Zapata, José Aguilar Santisteban , Antonio Coronel y Luis Alva Castro |
Martín
Caparros advierte que la pepa de la entrevista se desliza a media entrevista cuando
el periodista muestra sin remilgos que conoce, domina el tema y está informado
sobre su interlocutor. El buen periodista muestra simpatía y empatía al mismo
tiempo y conduce sin procaz vulgaridad ese diálogo nutritivo del que se extrae
la información de primera fuente. El refrito y el chicharrón no tienen espacio
ni lugar en una deliciosa entrevista. De la entrevista rehúyen los políticos
como el gato del agua. En la entrevista se solaza la inteligencia. El lenguaje
se hace preciso para redondear una respuesta. Sabe entrevistar el que sabe
escuchar. Hay una mala práctica chapucera del que se confía al magnetófono y no
anota. Finalmente de la entrevista queda el aire, el sonido que fue y que ahora
es ausencia.
La
entrevista ping-pong es la más adecuada para un medio como la radio. En donde el oyente hace lecturas personales de
los silencios y vacilaciones del entrevistado. El intercambio de gritos es como
el ladrido de los perros rabiosos. El eufemismo es una salida decorosa cuando
el entrevistado no da para más. La arrogancia intelectual es falsa modestia. Una
entrevista no debe llegar al extremo de una discusión de mercado. Ni tiene
porque caer en un derrame de bilis en donde el entrevistador desciende al nivel
del entrevistado. La elegancia se muestra en saber conducir cortésmente al
entrevistado cuando se va por las ramas.
La
entrevista se aprende en la práctica diaria ordenando las ideas. Formulando cuestionarios
que se ajustan al momento. Usando el lenguaje correctamente. Conociendo el tópico que se trata y utilizando con
oportunidad la repregunta. La entrevista no se improvisa se ordena en torno al
interés periodístico. Una entrevista sin interés es puro hueso sin carne. Pura
cáscara. Una entrevista complaciente que se ajusta a un acuerdo previo es una
engañifa con sabor a comedia. Es un disco rayado que reproduce a saltos la
conversación de dos loras. Una entrevista confronta la verdad con la realidad
misma.
El
género entrevista es como el agua regia que prueba el oro. Demuestra el talante
y madurez periodística. Una entrevista viva es la que todos recuerdan por la
forma como fue hecha. Al final de la entrevista queda en los labios el sabor de
la noticia. El testimonio inusual de la paciencia y la agudeza. A la buena entrevista no le falta la válvula
de escape del humor en medio de las
tensiones y las controversias. La
sonrisa nos recuerda que somos seres humanos capaces de reírnos de nosotros
mismos. Una bocanada de aire fresco nos viene bien a todos. A los que preguntan
pero también a los que responden. Dicen que la entrevista tiene el esplendor de
un gol periodístico. Tiene la energía y emoción de la preparación y el
entrenamiento. Es producto del atletismo del cerebro.
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