miércoles, 10 de octubre de 2007

EL SEÑOR DE LAS ALTURAS


Por Miguel Godos Curay

El Señor Cautivo de Ayabaca tiene un parecido extraordinario al Jesús de Nazaret que existe en el santuario barroco de Santa Prisca en Taxco (México). El Nazareno de Prisca es una estatua de tamaño natural vestida con terciopelo carmesí. Al resplandor de las velas se perciben los refulgentes brocados y los hilos dorados de los bordados. Ante la imagen llegan los indígenas con sus ofrendas, prenden sus velas y se hincan con unción. Como ante el Cristo negro de Esquipulas (Guatemala) los devotos nunca le dan la espalda al señor.

Entre las devociones a Cristo llagado hay una secular identidad en Ayabaca (Perú), México y Guatemala. Tras la conquista, señala Nathan Wachtel, los antiguos dioses mueren en todas partes para dar paso al nacimiento del Dios cristiano. Pero este Dios cristiano comparte el sufrimiento bajo la forma de Cristo lacerado, doloroso y cautivo como el indio conquistado y oprimido bajo el peso del tributo y la esclavitud. El indio sufre. Cristo sufre.

El Cautivo según los viejos ayabaquinos es hechura de ángeles. Otros dicen que fue hecho por escultores de la Escuela Quiteña. Una hipótesis poco probable pues se trata de una imagen elaborada con maguey y tela encolada, técnica que dominan a la perfección los santeros cuzqueños que restituyen la cabeza y brazos de los santos derribados por las hondas benditas en su marcha diligente al Cuzco para la fiesta de Corpus. La imagen tiene un curioso artificio que permite que un espejo colocado en el paladar refleje la luz sobre los ojos de vidrio provocando la fulminante mirada que sonroja a los devotos.

La cabellera que luce el señor es una ofrenda de las vírgenes de las comunidades vecinas que cuidan desde niñas su cabellera para entregarla al Cautivito como un acto de amor. Lo bucles azabaches son pigmentados con corteza de nogal con técnicas precolombinas. Colocada la cabellera luenga vienen la corona y las potencias de oro y pedrería. Las manos tumefactas impresionan pues muestran las venas como ríos incontenibles. En cada uno de los dedos se colocan “chavines”, anillos de oro, esclavinas que los fieles agradecidos la entregan como testimonio de gratitud.

El Cautivo reposa en una hornacina que permite que los fieles puedan admirarlo y que el Cautivo pueda contemplar a los miles de adoradores y adoradoras que de rodillas llegan a su altar. El rostro moreno es producto de velaciones inmemoriales hace siglos. Antes los fieles colocaban sobre su manto milagros (ex votos) que testimonian el confiado entusiasmo místico. Hoy permanece en el santuario protegido por los ayabaquinos que con unción portan el sudario y anualmente lo visten para la adoración.

Dicen las leyendas que durante la guerra con Chile se le vio cabalgar sobre la cima del cerro campanario dando ánimo a la resistencia. Otros confiesan que su silueta se divisa por los caminos. Su devoción es realmente impresionante. Según refieren ante su efigie bendita se inclinó reverente Juan Pablo II. Al Cautivito lo adoran todos. Los camioneros, los comerciantes, los pescadores y los colonos de San Lorenzo que todos años esperan los provea de agua. Si llueve dicen “es el cordonazo del Cautivo”. Otros con discreción repiten que al señor recurren también los narcos. Incluso refieren, a media voz, que alguna vez los traficantes ocultaron bajo una cruz hueca ocho kilos de cocaína. Pero el señor se molestó y la droga quedó desperdigada por los caminos y los blasfemos capturados por la policía. Usted puede pedirle a él por la salud, por sus hijos, por sus negocios, por sus necesidades apremiantes. Últimamente, los ruegos al Cautivo tienen un curiosa demanda votiva: ¿Agricultura o minería Señor?.

1 comentario:

Richard Chavez dijo...

Como usted dice: “su imagen cuelga en los espejos retrovisores de los taxis”, “tatuajes de delicuentes”, “no hay barrio populoso en Piura que no tenga su hermandad de devotos”, “el peregrinaje es un desborde de religiosidad popular“ etc. Me pregunto ¿porqué el Señor Cautivo no está en una casa de Los cocos del Chipe, o en el mundo pituco-pedante-pretencioso de Piura? Ojala pueda responderme esta pregunta, puesto que me la he formulado sin lograr éxitos.
Yo voy por segundo año consecutivo, y sé que es milagroso.
Richard Chávez
www.richardchavez.blogspot.com