Por:
Miguel Godos Curay
Piura no tiene una adecuada política de manejo de los residuos sólios |
Piura,
produce diariamente 400 toneladas de desperdicios sólidos. La basura se acumula
a lo largo de las carreteras, en los accesos urbanos y a inmediaciones de los
establecimientos escolares. Los sectores críticos son las inmediaciones del Mercado Central, la
periferia urbana, la antigua zona industrial y el cauce del río Piura en donde
los obreros municipales arrojan todo tipo de desperdicios. Pese al crecimiento
explosivo de la población la limpieza
pública sigue siendo un serio problema de la ciudad. El relleno sanitario, no
opera como tal. La basura se acumula y la desperdigan recicladores que
aprovechan cartones, plásticos, vidrios y hojalata. La improvisación se
anticipó a un serio problema de salud pública.
Hasta
el momento las municipalidades de Piura, 26 de octubre, y de Castilla no han
tratado este problema técnicamente. Los vecinos tampoco se muestran satisfechos
por los servicios que brindan sus municipios. Por su parte los gobiernos
locales argumentan que los vecinos de los asentamientos humanos no son
puntuales en los pagos de sus tributos. A contrapelo los diagnósticos revelan
que en los últimos años las recicladoras son un próspero negocio.
Es
de advertir que la selección de los desperdicios se realiza en condiciones
precarias por familias enteras que pululan por el relleno sanitario. Junto a
ellas pequeñas plantas artesanales prensan a tornillo plásticos, cartón y
hojalata. No existe tampoco una celda para el tratamiento de los residuos hospitalarios los que son
abandonados a la intemperie peligrosamente.
Otro
aspecto crítico es la aparición de nuevas urbanizaciones alrededor del relleno
sanitario, al este de la ciudad, a lo largo de la carretera Piura-Chulucanas.
Los desperdicios fermentados son una amenaza para la salud de la población por
la proliferación de moscas y roedores alimentados con los desperdicios. Los residuos
orgánicos son comercializados en las chancherías ubicadas a lo largo de la
vía. La carne porcina de alto riesgo finalmente es comercializada en los centros de abastos de Piura y
Castilla.
El
manejo de los desperdicios sólidos en los distritos de Piura, 26 de Octubre y
Castilla sigue siendo precario. A duras penas se logra evacuar un 40% de los
desperdicios producidos. Los municipios tampoco han mostrado interés por enfrentar
el problema. En materia de educación sanitaria poco nada se ha hecho. Los
pobladores, por lo general, consideran absolutamente normal arrojar
desperdicios a la vía pública.
Cualquier
poblador que consuma una golosina, una fruta, acaba arrojando cáscaras y basura
por las ventanas de los buses. O en la puerta de sus casas. Para el piurano lo
que no sirve se arroja en la calle sin remordimientos de ninguna clase.
Igualmente, infame, es el trato a los árboles y jardines. Utilizados como
urinarios y letrinas o como excretas de sus animales domésticos.
La
limpieza en cualquier ciudad civilizada es una señal de buena educación y
calidad de vida. Al piurano poco le importa el aseo. Prueba de ello son las
concurridas cebicherías expuestas al polvo contaminado y la suciedad. Sin duda,
la ciudad tiene sus atractivos paisajísticos pero estos son desmejorados por el
desaseo y la inmundicia.
En
ciudades como Chiclayo y Trujillo, el aseo es parte del atractivo turístico.
Por eso los visitantes ingresan a los restaurantes por pulcras cocinas en donde
se observa cómo se manipulan los ingredientes y cómo es que se realiza su
cocción. En Piura, no. Con pretextos tan desconcertantes como el que dice:
“Prohibido entrar al laboratorio” o “la cocinera no está acostumbrada a que la
miren pues la vayan a ojear”. La realidad, es otra. La antihigiene, el desorden
y la suciedad acumulada, juegan en contra.
¿Qué
hacer? Hay quienes creen y pretenden que
el moho, la suciedad y el desorden son un atractivo turístico. En realidad no
lo son. Ya en el mundo nadie disfruta exponiéndose a consumir productos de
sospechosa calidad. O que se expendan en
desmejoradas condiciones. En cualquier rincón del mundo el orden, el aseo, el
buen trato son atributos de buena calidad. Lamentablemente en Piura nuestras
autoridades aún se han percatado de esas viejas y en apariencia irrenunciables
malas prácticas. ¿En Aseo? Seguimos sacando cero.
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