ENTRE EL OPTIMISMO Y LA CAUTELA
El
presidente Humala comunica mal y cuando se le señalan sus personales
desentendimientos se los imputa a sus eventuales opositores. Tras anunciar que
la crisis llegó al Perú, lo que se anticipó hace meses, hoy para enderezar el
entuerto sostiene que la economía peruana es sólida. La verdad oronda y lironda
es la desaceleración de la economía china
y la caída de precios de los metales.
El superávit comercial de Perú sería de apenas 309 millones de dólares en el
presente año, y de 571 millones de
dólares en el 2014, afirmó el banco Scotiabank. Durante el primer semestre del
2013, del 12% de la caída en el valor de las exportaciones, 4% corresponde a
los menores volúmenes exportados (harina de pescado, café y oro). Sólo el 4% corresponde
a la caída de precios de los
minerales.
Esto
significa reducción del canon minero y menos entusiasmo en los anuncios
presidenciales. Los tiempos de crisis no son buenos para las promesas
delirantes sino de un cauteloso optimismo respecto a la marcha de la economía.
Aunque la tendencia de la inversión no se va a detener conviene estar preparado
frente a las vulnerabilidades. El entorno internacional de menor liquidez y
extremo cuidado frente a los riesgos.
Este
escenario obliga a un ahorro y a una
estricta disciplina en el gasto. Los gobiernos regionales y los municipios ya
han empezado a sentir en carne propia y a regañadientes el recorte de sus
ingresos. Lo que no se condice con el manoseo político pre electoral de los
presupuestos. Otro lastre no superado es la corrupción, los sueldos por encima
del promedio de algunos funcionarios que se presume calificados y los pocos
resultados a la vista en inversión pública. Sumemos a ello el descrédito y el
desgaste político.
Se
estima que América Latina, sin incluir a Brasil, tendrá un crecimiento estimado
del 4%. Según el FMI el mundo en desarrollo
tendrá un crecimiento del 4.5%.
El gobierno estimaba con insistencia que íbamos a crecer un 6.5 % lo que
no va a suceder teniendo en cuenta el contexto de la economía internacional. Si lo que quiso decir el
presidente Humala es que las estimaciones no se iban a cumplir. Sus
declaraciones lejos de anunciar una desaceleración de la economía peruana anunciaron
un terremoto en la economía peruana.
Humala
el pasado julio en entrevista con el presidente del Banco Mundial Yong Kim
dijo: “Sabiendo que hoy día tenemos una
crisis económica a nivel mundial, el Perú toma sus previsiones, y es cada día
más cuidadoso con las inversiones y proyectos que hace, a fin de no crear
sobresaltos en la población y generar más confianza, que es lo que necesita el
pueblo peruano y las inversiones”. Sin embargo en sus declaraciones recientes
primaron los hilos invisibles de la insensatez lo que le acarreó duras críticas
de sus opositores.
Las
Reservas Internacionales Netas (RIN) del Perú al 13 de agosto se situaron en 67,955 millones de dólares,
cifra mayor en 3,963 millones a las registradas en el mismo periodo del año
2012 lo que blinda la economía. Las reservas según el BCR representan más del
33% del PBI peruano. Monto que cubre 19 meses de importaciones y es el
equivalente a seis veces lo adeudado a corto plazo. El riesgo país se redujo de 179 a 177 puntos básicos (EMBIG
Perú). El riesgo país mide el grado de peligro para las inversiones extranjeras
en el país.
El
corifeo Humala y el Premier Luis Castilla
no han planteado con claridad qué hacer
para enfrentar los efectos de la crisis en especial con nuestro superávit
comercial. La crisis a la larga nos toca a todos. Adrián Armas, gerente de
Estudios Económicos del BCR ha señalado que aunque se nos haga la boca agua no
podemos esperar “tasas de crecimiento espectaculares”. En el caso de la Región
Piura esperemos que la tan anunciada remodelación de la Refinería de
Talara no siga siendo, como parece, la
mecida del año.
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