Viceministra Majluf desoyó acuerdos y exacerbó conflicto social en Paita |
¡DE LAS TERQUEDADES MINISTERIALES LIBRANOS SEÑOR!
Por: Miguel Godos Curay
Patricia Majluf es una científica prestigiada dedicada al estudio de los lobos marinos y la anchoveta. Sin embargo, ha resultado ser una mala operadora política. La turbamulta desatada en Paita es la consecuencia de su negligente actitud de echar por la borda los acuerdos entre los merluceros de Paita la vicepresidenta Marisol Espinoza y el Premier Valdez. Mal aconsejada por sus asesores la viceministra hizo caso omiso a los resultados de la pesca exploratoria y en su enfado se llevó de encuentro las conclusiones del crucero científico Miguel Oliver realizado en el litoral del Ecuador por el gobierno español que permitió vislumbrar la biomasa de merluza en el norte del Perú y el sur del Ecuador. ¿Sabía la viceministra que la ciencia no tiene fronteras?
La economía de Paita se sustenta en la pesca. Cuando la pesca se activa la economía se mueve. Las familias pueden enviar a sus hijos a la escuela. Y el mercado se moviliza en distintas direcciones. Después de siete meses de paralización la situación es bastante angustiosa no sólo para los empresarios sino para los pescadores y fileteros ocupados por la extracción de la merluza. La desocupación es el detonante de serios problemas sociales como el incremento de la delincuencia y la pobreza. Cuando los pescadores se cruzan de brazos consumen sus magros recursos y sobreviven a duras penas.
El recurso merluza ha mostrado una visible recuperación. Desde el 2000 la adopción de drásticas medidas como el sistema de cuotas de pesca y la reducción de la flota han permitido que el recursos se recupere. Sin embargo, la viceministra Majluf vinculada a conocidas ongs persiste en medidas cuyo correlato final será la desaparición de una actividad industrial que viene haciendo grandes esfuerzos para subsistir. Tras el conflicto desatado en Paita nuevas demandas han salido a flote.
Paita, el primer productor de pesca para el consumo humano en el Perú y provincia tributaria del Chira sólo cuenta diariamente con cuatro horas de agua potable. Las empresas pesqueras acarrean agua desde El Arenal en cisternas hacia sus plantas con insoportables sobrecostos. A contrapelo las empresas productoras de biocombustibles obtienen agua instalando sorbetes en el Chira. Otro de los problemas que enfrenta a paiteños y sechuranos es la jurisdicción de La Tortuga. El conflicto irresuelto tiene como telón de fondo las concesiones gasíferas y petroleras.
Preocupante es el mercado de tierras desatado en el tablazo de Paita en donde no se respeta ni siquiera la reserva natural de áreas para proyectos visionarios como el Aeropuerto Internacional que la región reclama. Ni la Procuraduría del Estado, ni inteligencia tributaria intervienen para determinar cómo opera esta rapiña sobre bienes nacionales.
Lo acontecido en Paita fue advertido oportunamente por la Defensoría del Pueblo. Sucede que muchos funcionarios públicos, con una disemia feroz, son incapaces de interpretar las demandas de las poblaciones. El caso de la viceministra Majluf que hizo tabla rasa de las demandas de los pescadores paiteños es uno de los tantos casos emblemáticos de conflictos que finalmente estallan en la cara de quienes representan al Estado.
Paita, puerto apacible tiene un viejo historial de calma y de respeto. Lastimosamente los oídos sordos exacerban con indignación a quienes se sienten burlados por el incumplimiento de los acuerdos. Paita está hoy de luto. La tristeza se siente hasta en los pelicanos del muelle fiscal. Llora la mamita Meche. Lloran los hijos sobre la costra del padre muerto. Llora la cevichera disimulando sus lágrimas con zumo de limón. Llora Caín con uniforme sobre el cuerpo de Abel sobre el suelo. Lloran los niños que no fueron a la escuela. Lloran las madres consumidas por la angustia. Llora Paita. Llora la luna. Lloran la merluzas con lágrimas de fósforo. Llora Paita puesto de pie. ¡Señor Presidente que no se vuelva a repetir la injusticia y el abuso!
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