sábado, 11 de febrero de 2012

MAL DE MALES: LAS INCONGRUENCIAS SECTORIALES


Por: Miguel Godos Curay

Como dicen en Paita el Ministerio de la Producción y el Instituto del Mar del Perú hacen agua. Las incongruencias de Produce a las que se suma el nepotismo en Imarpe son una seria amenaza para la pesquería peruana. Los investigadores serios y honestos han sido desplazados por las vacas sagradas de la influencia y el poder. Mientras tanto, el sector pesquero, enfrenta una severa crisis producto de la improvisación e incertidumbre sectorial.

Mientras el presidente Humala convoca a las inversiones. El Ministerio de la Producción amenaza con liquidar al sector pesquero. Hoy paralizado y con amenaza de desempleo para miles de familias. Esfuerzos de ordenamiento que demandaron la adopción del sistema de cuotas de pesca y el respeto estricto del Código de Conducta para la Pesca Responsable de la FAO se han echado por la borda. Es el caso de la merluza sometida a un estricto plan de recuperación cuyos resultados eran ya visibles. Tras las drásticas medidas la flota se redujo de 50 a 29 embarcaciones.

Para el 2012, tras arduas reuniones de trabajo se acordó una cuota global de 40 mil toneladas. El argumento técnico: la biomasa había mostrado signos de recuperación. Sin embargo, días después la comisión multisectorial de recuperación se disolvió unilateralmente por la repentina decisión de Produce. Finalmente sólo se autorizaron 8 mil 600 toneladas para el 2012. El dispositivo en mención, añade nuevas exigencias. Un talla mínima de 28 centímetros. El incumplimiento de la medida da lugar a multas y a la prohibición de pesca hasta el 2013. Esta súbita decisión política trae por los suelos los estudios y monitoreos científicos del propio Imarpe y pone en el tapete el peligroso juego de las decisiones políticas sobre los argumentos técnicos. Mientras tanto la biomasa de merluza a consecuencia de las anomalías oceanográficas se desplaza al Ecuador. Curiosamente para que otros se beneficien.

En Paita las actividades extractivas se encuentran paralizadas. A vísperas del inicio del año escolar se vislumbra una ola de desempleo que afecta a 8 mil familias. Paita vive y se nutre de la pesca. La merluza es el “pan” de cada día. La otra cara de la moneda es el Ministro Urquizo Maggia dedicado al protagonismo mercachifle de la distribución del jurel que los propios empresarios pesqueros le entregaron. La inexperiencia sectorial es un drama con visos de tragedia en donde los más afectados son los empresarios, los propios pescadores y sus familias.

Quienes conocen los vaivenes de Produce denuncian que la incompetencia viene causando estragos en el sector. No sólo se enfrenta hoy la crisis de la pota por la no evolución de la flota, la crisis del jurel por permitir la captura de 8 mil toneladas más, crisis en la anguila y crisis en la merluza. El esfuerzo pesquero programado se vino por los suelos. La quiebra del sector pesquero en esta situación es más que previsible.

El tiro de gracia a un rubro significativo de la economía es realmente preocupante. De los informes científicos de Imarpe hemos retrocedido a los recados políticos y al pervertido afán de acabar con la pesquería peruana. El comercio mundial exige el uso racional y sostenido de los recursos además de la eficiencia y competitividad. El sector pesquero peruano encierra un enorme potencial pero corresponde al Estado definir con seriedad políticas y aprovechar los recursos no sólo para el mundo sino para beneficio de todos los peruanos

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