viernes, 13 de enero de 2012

LOS MEONES: LA INCOLORA FAZ DEL IMPERIO



Por: Miguel Godos Curay


El video de 39 segundos que muestra a un grupo de marines norteamericanos orinando los cadáveres de combatientes talibanes en Kabul no deja de ser un grotesco y brutal testimonio del refinado salvajismo del imperio. Por ello no nos extrañe la homofobia y la exacerbación del racismo, la agresión a los inmigrantes y toda clase de abusos que se perpetran con impunidad en América. Nuevamente tendría que coincidir con el poeta Rufo Cárcamo. Si en el Perú la libertad es un departamento allá en el norte un monumento. Cuando se desprecian los Derechos Humanos hablar de libertad es un ejercicio retórico. Un enjuagatorio de menta para disimular el mal aliento.

Noam Chomsky en sus certeros análisis advierte que los primeros terroristas en el planeta son precisamente los que se precian de luchar contra esta lacra hasta las últimas consecuencias. Nada ha cambiado en el imperio. Sus terribles prácticas están a la orden del día. El espionaje y el derribar democracias enclenques es su entretenimiento menudo. El imperio sufre también de delirio de persecución, de frustraciones y del desmoronamiento de la institución familiar. Mientras tanto, la angustia por disponer de petróleo y gas y la voracidad por las escasas reservas de agua planetarias lo obligan a no reparar en los atropellos inhumanos para imponer razones de Estado que son sinrazones.

En el país del Tío Sam las diferencias entre ricos y pobres son cada día aplastantes. Una de las conclusiones del informe del Pew Research Center sobre las actitudes y tendencias predominantes en el país, citado por la BBC, advierte que la conflictividad social crece cada día. El 66% de un total de 2 mil 408 encuestados, indicó, que existen conflictos “fuertes” entre los diversos sectores de la sociedad americana. Todos coinciden en afirmar que hoy existen más conflictos que hace dos años. La gente percibe que el leit motiv “desigualdad” se ha expandido a toda la sociedad americana. El tema está en el discurso cotidiano y es patente en la vida nacional. Los activistas del movimiento Occupy Wall Street consideran que el conflicto de clases captura una creciente porción de la opinión pública nacional.

Los contrastes sociales son hoy muy perceptibles. Las diferencias de ingresos son tópico en las aulas universitarias y en los centros de pensamiento. Estas protestas focalizadas son el caldo de cultivo de las intenciones políticas que desean capturar republicanos y demócratas. El propio Presidente Obama en un discurso pronunciado en Kansas en el diciembre pasado dijo: “Este no es otro debate político. Es un tema clave de nuestro tiempo. Es un tema crucial para la clase media y para quienes deseen ingresar a ella. Está en juego la certeza de si este país será el país donde la gente trabajadora y honesta, pueda educar a sus hijos, generar ahorros modestos, obtener una casa y asegurar una decente jubilación”. El periodista George Packer, analista de la revista Foreign Affairs, sostiene: “Como un gas incoloro, la desigualdad se desparrama por todas partes y socava la democracia”.

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