domingo, 12 de septiembre de 2010

PIURA: ¿QUE CIUDAD QUEREMOS?


Por: Miguel Godos Curay

Piura, nuestra querida Piura es una ciudad con la vida en un hilo. Recortada con tijera por niños traviesos y faltosos que se empecinan en poblarla de invasiones, vulnerando el derecho a la propiedad y fomentando la aparición de tugurios ahí en donde deben ubicarse áreas verdes. En tolerar, hasta el extremo del abuso, la publicidad ahí en donde antes había cielo limpio. El colmo de los colmos es la autoridad perdida. Las empresas que colocan armatostes son como los malos vecinos a quienes poco importan las ordenanzas ediles. No somos el lejano oeste porque estamos peor que esas películas de pistoleros donde siempre se impone la ley.

La ciudad, nuestra ciudad es un asco, un vaho de estercolero hediondo invade el desordenado y hacinado mercado pero nosotros acostumbrados a la mierda potable no lo percibimos. Los puteríos autorizados no están el kilómetro siete. Están en el centro de Piura y a menos de cien metros de un colegio estatal de niñas. Nuestra zona industrial no debe llamarse así sino zona “prostibular”. Y eso que hemos clamado a Dios en el Estadio Miguel Grau que perdone nuestros pecados y que de ahora en adelante seremos como los arrepentidos buenos aunque tenemos fama de pendejos.

Últimamente, somos atractivos para la inversión y con ritmo febril se construyen no uno sino cuatro centros comerciales gigantescos. Por supuesto hay nuevas demandas de servicios públicos. Habrá impactos deseables pero también indeseables. ¿Qué pasará con los desordenados mercados? ¿Soportarán el marketing de los agresivos vendedores? Frente a la UNP se ha destrozado la cinta asfáltica y el jirón Ayacucho es un nuevo embudo. De la vieja Piura sólo queda las cinco letras de su nombre. Somos una ciudad en donde sus antañonas y hermosas casonas han sido demolidas. Somos una ciudad molida, hecha polvo y en escombros por las obras públicas que se realizan en todos sus extremos. Las empresas telefónicas, las contratistas del agua potable y alcantarillado compiten en este concurso interminable de zanjas y huecos. Según nos dicen para mejorar. Nuevos pozos para almacenar agua hay en Micaela Bastidas, en Santa Rosa y Chiclayito. Habrá suministro de agua pero hay que administrarla bien con micro medición para que no haya desperdicio.

Los amantes del turismo de aventura deben venir a Piura y recorrer el tenebroso circuito entre el mercado, la Sánchez Cerro una avenida que no es avenida porque los propietarios de los establecimientos comerciales con inaudito afán de notoriedad arrancan los árboles de cuajo y el jirón Loreto convertido, durante las peligrosas noches, en un burdel callejero. Según los “expertos en seguridad” es el corredor favorito de los rateros, de la polución, la basura, el agua de alcantarilla y el comercio ambulatorio. Este año para el desfile del 28 de julio se escogió una avenida menos hedionda. Aquí entre claxones se respira aire inmundo cargado de plomo.

Piura cambia cuando se ilumina. Pero al mismo tiempo se hacen visibles sus linduras. Esos contrastes de la incapacidad para administrar una ciudad. En Piura, sólo en Piura y en sus provincias, se remodelan plazas de armas en buen estado por sumas cuantiosas para perforar presupuestos. Finalmente se altera el paisaje urbano y surgen empresas constructoras expertas en coludirse descaradamente con la autoridad para robar. Lo mismo sucede con los proveedores del vaso de leche. Las vacas corruptas tienen nombre propio. Todos lo saben y consienten. Nadie absolutamente nadie ha tenido el coraje moral de la denuncia por el temor fundado en la administración de justicia. Todo se amarra en una trenza inagotable de inmoralidad.

Como somos amantes de la inseguridad reubicamos poblaciones sobre territorios inundables cerca al centro de la ciudad. Somos una ciudad con estadio pero parecemos un estadio con ciudad. Nuestro deporte favorito ya no es el fútbol sino el amor a Dios. Las iglesias nos quedan chicas y llenamos a bote el estadio. Somos una provincia con dos tumores cancerosos producto de la irresponsable actividad minera informal aquella que usa cianuro y mercurio. La que contamina las fuentes de agua y la agricultura. Las Lomas y Tambogrande, se envenenan velozmente. Ningún candidato toca el tema. Mañana nuestras verduras tendrán alto contenido de veneno. Ahí donde no se permitió la minería formal la informal se destornilla de risa.

Cuando hablamos de ¿cómo enfrentar la inseguridad? estamos a punto de llamar a la Fuerza Armada porque a decir de los expertos ediles ya no tienen con quien pelear y que por lo menos debería estar espantando malandrines. Se habla de patrulleros, legiones de policías, cámaras filmadoras, las que probablemente como los semáforos no funcionen cuando más se les necesite. Se enfrentan las consecuencias y no las causas. Las causas son la escasa inversión municipal en los colegios de la periferia. Muchos no tienen ni agua potable. Ahí la frustración incuba y las drogas y el alcohol detonan el pandillaje. En muchos sectores de Piura el Municipio ahorraría muchos soles comprando y reciclando basura. En Curitiba (Brasil) el arquitecto Jaime Lerner reunió al municipio, la empresa privada y la sociedad civil y logró una ciudad limpia, ordenada y oxigenada con áreas verdes a partir de la basura acumulada. El serenazgo, nuestro serenazgo es un artificio municipal porque con funciones tan limitadas poco se puede hacer. Perseguir ambulantes no es seguridad ciudadana. Después de eso nada. Estamos igual de inseguros.

La ciudad es un verdadero dolor de cabeza para un alcalde y sus regidores. Sin ordenamiento territorial no es posible recuperar el río contaminado ni ordenar el crecimiento de la ciudad. Sin autoridad no es posible preservar el orden, el respeto, la calidad de vida y los valores cívicos que hacen que los ciudadanos sientan afecto por ciudad. Con regidores capaces una sesión de concejo deja de ser un convite de peleles engordados por la dieta y la corrupción. Cada gestión edil, pese a las promesas del primer día acaba convertida en una procesión de nuevos funcionarios que desplazan a los anteriores. Así la comuna se convierte en un ghetto de profesionales desplazados por los nuevos contratados que engordan la planilla y el gasto. Por supuesto que los que llegaron con la anterior gestión no se van. La planilla puja.

“Piura: La ciudad que queremos” se denomina el forum convocado por el Colegio de Arquitectos para el próximo 18, el que me han pedido moderar. El panel está conformado por los arquitectos Augusto Ortiz de Cevallos, César Rojas Tafur, el sociólogo Pablo Vega Centeno, la periodista Teo Zavala Palacios y el ingeniero Luis Zegarra Caminatti. Será una exposición de planteamientos técnicos para una ciudad que crece pero no desarrolla. Para una ciudad que todos queremos y soñamos. Una ciudad moderna, amable, segura, pacífica y con alta calidad de vida. La ciudad que queremos existe mientras pensemos en cada uno de nuestros niños los que extrañamente no aparecen en las propuestas electorales ganadas por la voracidad de votos.
(Plano de Piura, en Truxillo del Perú, del Obispo Martínez de Compañón)

1 comentario:

Salvemos Piura http://salvemospiura.blogspot.com dijo...

Estimado señor:
Le doy gracias al Arcángel Miguel, bajo cuya advocación se fundó nuestra ciudad, por haber encontrado un piurano, al menos uno, capaz de ver nuestra triste realidad. Ya pensaba que el sopor del calor, la inacción y el conformismo habían condenado para siempre a Piura y que sería necesaria una quinta refundación y reubicación; pero, al parecer, todavia existe un justo y eso hace renacer mis esperanzas.
Saludos,