lunes, 6 de septiembre de 2010

¿DEBATE O CUENTA CUENTOS?



Por: Miguel Godos Curay

No es casual la alianza entre la Cámara de Comercio de Piura, los medios de comunicación social y la Universidad Nacional de Piura para promover el debate de las propuestas de los candidatos a la Municipalidad y el Gobierno Regional. Si hay un ingrediente novedoso en la contienda electoral es la confrontación de las propuestas para que el ciudadano informado decida, según su parecer, la mejor opción. Como advierte Paulo Freire: “lo que el pueblo rechaza es el discurserío sectario, las consignas envejecidas, y lo que no siempre nos resulta fácil es darnos cuenta que no se puede, en términos críticos, esperar un gobierno popular de un candidato de un partido autoritario y elitista”. Es importante que los ciudadanos adviertan que una elección es fundamentalmente una delegación de poder político para hacer realidad un sueño posible que nos permita convivir en equidad y dignidad.

Una ciudad es una totalidad y sus problemas tienen que ser abordados más allá de la Plaza de Armas y del centro, sin olvidar, la periferia. Hay que entender que no tiene sentido una elección sin vigilancia y el manejo transparente y limpio de los presupuestos municipales. Lo que hemos venido observando es pura cosmética urbana, remodelación de plazas cuando hay urgentes necesidades que atender. Por arriba flores y por abajo temblores. Un soplarse la pluma sobre asuntos carnudos, ineludibles y dramáticos como la administración del mercado y el transporte urbano. La inseguridad ciudadana, en Piura, es probable sea la consecuencia inmediata y compulsiva de la desatención de la periferia urbana. En donde los servicios son insuficientes, en donde existe un déficit de servicios básicos.

La ciudad podemos situarla en zonas felices y zonas infelices. La infelicidad creciente está ahí en donde el gobierno local no llega. Y en donde las oportunidades laborales para los jóvenes son negadas. Aún los responsables de las decisiones políticas creen que los problemas de seguridad ciudadana se resuelven comprando patrulleros y balas con cero de inversión municipal en los colegios de las zonas pobres. El día que el gobierno local invierta en un colegio desatendido y olvidado. Disminuirán los niveles de frustración y esa rabia interior que anida en un joven pandillero.

Los debates públicos de candidatos no son jarabe de lengua cuando los ciudadanos se informan y analizan las propuestas. No se trata de que tal o cual candidato, convenza o no, sino que su discurso y compromiso sea coherente. Que lo que dice corresponda a lo que hace. Etimológicamente “hablar” viene del latín “fabulari”, y quiere decir “contar fábulas”, contar historias. En castellano antiguo se decía “fablar”.En portugués, se dice “falar” pues tiene la misma raíz latina. En francés, “parler”, y en italiano “parlare”, porque proceden de “parábola”, cuyo significado es el de cuento o comparación con sentido pedagógico. El que habla fabula y cuenta.

Hasta en inglés, el verbo “to talk” viene de “tale” que puede interpretarse como fábula o historia. Y el “cuento” del candidato tiene que aproximarse a la realidad para ser creíble. Hay cuentos increíbles no porque refieran escenarios maravillosos sino porque resultan vacíos y cascarudos. Mucho ruido y pocas nueces. Hay quienes presentan programas que no lo son. Son mucho de maña política y poca preocupación por los pobres.

La democracia es una opción legítima que no sólo se puede interpretar como un votar para escoger al que va gobernar sino un pacto de convivencia que permita pedirle cuentas al que gobierna tantas veces como sea necesario para demostrar la transparencia de una gestión. Sin transparencia no es posible construir consensos entre posiciones conflictivas diferentes. El gobernante debe tener la suficiente capacidad ética y moral para transformar la enemistad política en amistad y avanzar. La confrontación desgasta, debilita y perturba.

Fritjop Capra (1996) hablaba de la necesidad de una urgente “alfabetización ecológica” de los gobiernos locales que permitiera hacer de una gestión un esfuerzo por construir, nutrir y educar de tal manera que las comunidades sean sustentables. Y no una comunidad de pedigüeños que merodea por los despachos municipales. Nuestros gobiernos municipales son percibidos por los ciudadanos como más de lo mismo. La mayor parte de ellos socavados por la corrupción enquistada en los programas “Vaso de Leche”, en la ejecución de obras públicas en donde la simulación de procesos de otorgamiento de la buena pro está a la orden del día. Muchas veces, una obra pública acaba costando dos veces más que el costo real por los mecanismos de la repartija y el robo descarado. Hay que innovar y ensayar redes de vigilancia ciudadana que permitan que las cosas se hagan bien. Ahí en donde producen atascos decisionales y en donde existe obstinación por no rendir cuentas. Es probable que anide la corrupción que se opone a la democracia.

Pese a sus visibles altibajos, limitaciones e imperfecciones la democracia es una oportunidad de cambio y desarrollo social. Un candidato podría ser ignorante en aspectos técnicos lo que no impide que su gestión sea intachable y moralmente impecable. En muchos casos la técnica es empleada para pulverizar presupuestos y desviar fondos públicos. Lo que significa que el propio sistema crea dificultades a las prácticas democratizantes. De ahí la importancia que la sociedad civil y el propio mercado representado por los empresarios y la universidad participen en la búsqueda de soluciones a los problemas que enfrenta la ciudad.

Piura necesita con urgencia de gestiones municipales innovadoras que reconstruyan la credibilidad ciudadana. Necesita de gestiones por encima de los cotidianos reproches por el mal estado de las vías públicas, deplorable calidad de los servicios públicos y desorden en el que está sumergida la ciudad. Gestiones edilicias que soporten el cuestionamiento de fuera hacia adentro y de abajo hacia arriba en el seno de la corporación municipal. Este debate democrático iniciado en Piura, inaugura con energía cívica el deseo de un aire fresco en la conducción de la cosa pública. A ello deben sumarse la vigilancia de la sociedad y el surgimiento de iniciativas que permitan mejorar la calidad de vida de todos los piuranos.

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