sábado, 2 de enero de 2010

ARREGLA MI CALLE: UNA VALIOSA EXPERIENCIA


Por: Miguel Godos Curay

¿Es posible ejercitar ciudadanía y hacer política real utilizando Internet?. La respuesta a esta interrogante la dieron un grupo de ciudadanos ingleses convictos en la eficacia de la frase: “La mejor forma de decir es hacer”. Es mejor movilizarse que quedarse quietos por la indiferencia. Si hacemos uso del Internet para el chateo improductivo caemos en el círculo vicioso y estúpido de no usar adecuadamente una herramienta comunicativa de masas cuya potencia, muchas veces, ignoramos y desconocemos.

Mientras algunos cucufatos digitales nos hartan con sus mensajes apocalípticos y con episodios sangrientos de Mel Gibson recordándonos la pasión de Cristo, la aparición de la Virgen de Fátima y el mapa celeste oculto en el manto de Nuestra Señora de Guadalupe. Los mitos y las cadenas tontas se han apropiado de la red. Otros han descubierto la posibilidad de utilizar el conocimiento para empoderar a las personas y fortalecer redes abiertas y públicas con acciones y servicios concretos. Estos activistas consideran que informar no es suficiente, se requiere de acciones concretas. Muchos pacientes diabéticos, por ejemplo, reciben orientación de otros diabéticos por la web. Otros orientan a otros como realizar un trámite para la jubilación. Mucho conocimiento útil se comparte. El inútil se desecha. ¿Por qué perder el tiempo?.

Tom Steinberg director de una asociación británica denominada “My Society” (Mi Sociedad) desarrolla sitios web que permitan mejorar la calidad de vida democrática de los ciudadanos con acciones concretas. Entre las numerosas aplicaciones que ha creado está el blog: "Fix my Street"(que significa “Arregla mi calle”). Un sitio web que permite a los vecinos denunciar, de manera simple y puntual, los problemas locales, en su calle, en su barrio. Desde deficiencias en el transporte, autos abandonados, seguridad, pandillaje, limpieza, alumbrado público defectuoso o ausente y todas las demandas que se le puedan ocurrir a cualquier vecino como el cese del maltrato infantil de un mal vecino.

En esta página las quejas de los vecinos aparecen documentadas. Cada denuncia sustentada con fotos o documentos escaneados es enviada por correo electrónico al área municipal correspondiente. Hasta el momento “Arregla mi calle” ha tratado más de 50 mil problemas. Del total fueron abordados y resueltos más de la mitad de ellos. Esta experiencia es totalmente distinta y distante que la de algunas voluntariosas ONGs que organizan encuentros y reuniones donde sobran y empalagan los coloridos power points. Los discursos vacíos, las opiniones copiadas en otros eventos internacionales que no dejan de ser más de lo mismo y que finalmente no dicen nada al ciudadano de a pie. Reuniones de “pajeros” profesionales que no tienen otra función que la de "dar una ilusión de participación".

Finalmente lo que consiguen es impedir la participación real de las mayorías porque finalmente se asocian con los grupos de poder a quienes finalmente ofertan ayuda para que no pierdan "el control de la situación". El colmo es que son expertos en vigilancia pública. Sin embargo nunca explican quien vigila sus presupuestos y gastos. ¿Quién vigila a los vigilantes?.

Participación real en la era del conocimiento es usar la imaginación para fortalecer la democracia. Si las buenas prácticas no se enseñan y se muestran la gobernabilidad se debilita. Hay que enfrentar el autoritarismo reciclado, hay que contribuir a que los ciudadanos apunten a miras amplias que a los pobres beneficios individuales. Hay que procurar que los ciudadanos se involucren en política y que tengan agallas para reclamar en cualquiera de lo espacios con los que se relacionan. En la escuela, el barrio, en el club deportivo o frente a las actitudes discriminatorias. Hay muchas maneras de hacer política y democracia en línea.

Es probable que nuestras autoridades se conviertan en visibles, accesibles y transparentes cuando atiendan los pedidos de sus vecinos a través del Internet. La herramienta se ha expandido por toda la ciudad y cualquier vecino o vecina con un hijo tecnológicamente informado puede enviar un correo electrónico a su alcaldesa o a su presidente regional.
Como lo demuestran los activistas ciudadanos en todo el mundo, no es necesario pedirle permiso a nadie para auto-organizarse, mucho menos para exigir una solución eficaz a un problema local. El derecho a ser oídos es un derecho ciudadano desde siempre. El derecho a expresarnos libremente, el derecho a ser escuchados, el derecho a exigir transparencia e información no se pueden conculcar. También tenemos al piteo cuando no somos oídos y el derecho a buscar soluciones prácticas a nuestros problemas con la suma de nuestros conocimientos personales.

La democracia en línea no busca solamente que las autoridades hablen a la gente o que éstas les hablen a las autoridades, sino que los ciudadanos puedan hablarse entre ellos y organizarse como una potente fuerza ciudadana. ¿Será imposible que nuestras autoridades respondan a los ciudadanos a través Internet?. En Piura, en cada barrio, hay una cabina de Internet a la que recurren jovencitos y adolescentes para chatear o intercambiar fotografías. Acaso no podrían hacer lo mismo vecinos y vecinas para decir a sus autoridades lo que sienten y ser escuchados.
(Gráfico: Piajeno de Luis Córdova Rumiche)

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