MAMA: EL SILABARIO DE LA ALEGRIA
Por: Miguel Godos CurayMamá, con palabras no puedo expresar el enorme significado de tu vida. Y el sólo recordarte inunda de ternura y esperanza el corazón. Te graduaste en psicología antes de tiempo y descubriste con una sola mirada las tristezas de tus hijos y las fórmulas humanas para trocar las lágrimas en sonrisas. Zurciendo mis pantalones rotos, con ganas de abrigarme tejiste la media de mis sueños. Tú método de lectura contando cuentos e historias surtió efecto. Desde entonces el silabario de la alegría me acompaña siempre cuando abro un libro con la curiosidad ávida del pensamiento.
Contigo
la economía se hizo más humana y nos inmunizaste contra los paquetazos
dispuestos por el Fondo Monetario Internacional (FMI).Entonces aplicaste la
sensatez de tu cocina para navegantes con concentrados caldos de cabeza de
albacora, congrio y suco. Y nos hiciste fuertes. Multiplicaste los panes entre
tu numerosa prole y conjuraste con tu creatividad todas las necesidades
insalvables.
Ahora,
con satisfacción contemplas el poblado bosque de tus sueños. Las raíces de tu
humana creación hoy dan fruto. Con la serenidad de tu paciencia riegas cada
semilla. Y ahí donde la debilidad y la
flaqueza se estacionan tú esmero inocula esa dosis amorosa de energía que hace
a los tallos enhiestos y fuertes. Tu valentía no tiene límites y camina en
ascenso a la grandeza. Prefieres entregarte a los más débiles que procurarte el
descanso y el reposo. Infatigable, entregas la vida a cada instante por tus
hijos. El amor germina en cada brote y
de pura ternura la lluvia sintoniza con tus deseos.
Tu
amor resplandece como el tibio sol cada
mañana. Tu mirada se confunde con la
sonrisa de la luna que contempla a los labradores al caer la noche. Los niños
se sienten seguros con tu presencia contemplando el cielo. Tú amasas la harina nutritiva
con el ingrediente incomparable del esfuerzo humano. Tú compartes lo poco que
tienes porque así es tu corazón siempre equitativo. Tus oraciones las escucha
Dios como un recado bueno. Un artefacto no puede ser la medida de tu amor y el
más recóndito de tus sentimientos.
Tu
lección de dignidad inolvidable se llama “nunca olvides la humildad de tu origen”. Tu lealtad al Perú es transparente
como el cristal sin intereses. Una palabra tuya arrincona a los demagogos que todo lo prometen y nunca cumplen. Basta
una palabra tuya para construir cimientos a las escuelas. Tú eres también el
rostro de la patria. Tú convicción de justicia es un reclamo gigante por los
indefensos. Y en las escuelas en donde te recuerdan no hay día más feliz que el
consagrado a tu memoria.
Tú
significas la pureza creadora, fuente de
ternura. La abnegada entrega. Eres la primera educadora, el médico de cabecera
que alivia los males de sus hijos. A pesar que se levanta muy temprano para
movilizar al Perú nadie le reconoce esa tarea. Pese a la indiferencia sus
fatigas se prolongan todo el día. Una madre ausente es una estrella solitaria
que desde lo alto marca el rumbo de sus críos. Su presencia es alegría y
felicidad. Su ausencia es un recuerdo inolvidable en lo más profundo de la
conciencia. Las mamás son la energía más valiosa de un país, son una sintonía
de latidos de hijos agradecidos. Bien se ha dicho que la mano que mece la cuna
es la mano que gobierna el mundo. ¡Feliz
día mamá!
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