sábado, 4 de mayo de 2013


CORREA Y LA PATADA ¿DONDE ESTA LA DIPLOMACIA?

Por: Miguel Godos Curay

Presidente Correa lanzó ultimatum a la Cancillería Peruana:No retirará a
su Embajador.
Con su  habitual retórica tremebunda en pos de aplausos a lo Chávez el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, lanzó ayer el ultimátum  a la Cancillería peruana. Sí  su embajador en Perú, Rodrigo Riofrío Machuca, no vuelve a Lima como representante del país, no permitirá que el embajador peruano lo haga a Quito. "Vamos a defender la verdad" y, "si el embajador Rodrigo Riofrío no puede regresar a Lima, con el dolor del alma, el embajador peruano, Javier León, no podrá regresar a Quito". A Correa se le fue la lengua y  demostrando su afecto por el Perú coreó algunos versos de “La Flor de la canela”.
El incidente producido en un supermercado de Magdalena tuvo como protagonistas  a Cecilia Castro y su hija, al Embajador Riofrío y a su sobrina. De las agresiones verbales derramando lisura, pasaron a los forcejeos, finalmente, el asunto acabó a patada limpia en el frontis del establecimiento. Eso fue lo que registraron las cámaras de los celulares de transeúntes que a esa hora se desplazaban por el lugar. Horas después el pleito callejonero de viejas insolentes mostrado por la televisión con rebote en las primeras planas de los diarios se convirtió en un incidente diplomático. El asunto  digno de análisis resume los incidentes del siguiente modo.

Nuestras compatriotas se ofuscaron en la cola lo que provocó los desencajados comentaros a viva voz del diplomático. La reacción inmediata fue un sonoro lapo al diplomático. La reacción del Embajador Riofrío rebasó los límites de la corrección y recordó probablemente su afición al fútbol  pues repartió patada limpia. Hasta aquí los hechos, injustificables desde todo punto de vista, se han convertido en fuente de comentarios y opiniones de políticos y de peroratas patrióticas de todo tipo que se deslizan a través de internet.  
En realidad la permanencia en Lima del Embajador Rodrigo Riofrío, en un distrito que lo considera no grato e indeseable  resulta muy incómoda. La ministra de la Mujer, Ana Jara señaló que “no existe ningún argumento” que justifique la violencia contra la mujer. Por su parte el presidente del Consejo de Ministros Juan Jiménez Mayor a su turnó abonó el pedido para que el Embajador Rodrigo Riofrío abandone el país y no regrese. Ministros que no desaprovechan una ocasión para robar cámaras y obtener alguna notoriedad provocan discursos de confrontación que encajan  con aquella puntillosa afirmación de nuestras abuelas que dice “palabra y piedra suelta no tienen vuelta”.

Las relaciones entre el Ecuador y Perú van por buen camino. Los progresos alcanzados a todo nivel no justifican un enfriamiento de las buenas relaciones por un vulgar accidente doméstico producto del desentendimiento. La persistencia del Presidente Correa, sin duda, deja en una posición desde todo punto de vista indeseable a su representante diplomático. Correa, con ese remolón de triunfalismo mide su porción de ganancia política. Esperamos que nuestra Cancillería no sucumba a esa retórica altisonante pero hueca. La diplomacia no aconseja el maltrato, la amenaza, el abuso y los excesos.
No quisiéramos  que “patadita” Riofrío se convierta en el esperpento de los caricaturistas y el hazmerreír de los maledicentes comentarios de la prensa experta en estirar como chiclet la censura y el señalamiento  ni  que su foja de servicios se vea estropeada por un incidente tan violento el que la buena educación  aconseja en todo momento evitar. Ya suficientes dolores de cabeza enfrenta Riofrío Machuca, tan machucado esta semana que pasó por su escandalosa e inesperada  conducta. Correa se calla, Riofrío se va..tralalá.   

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