CORREA Y LA PATADA
¿DONDE ESTA LA DIPLOMACIA?
Por: Miguel Godos
Curay
Presidente Correa lanzó ultimatum a la Cancillería Peruana:No retirará a su Embajador. |
Con
su habitual retórica tremebunda en pos
de aplausos a lo Chávez el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, lanzó ayer el
ultimátum a la Cancillería peruana. Sí su embajador en Perú, Rodrigo Riofrío Machuca,
no vuelve a Lima como representante del país, no permitirá que el embajador
peruano lo haga a Quito. "Vamos a defender la verdad" y, "si el
embajador Rodrigo Riofrío no puede regresar a Lima, con el dolor del alma, el
embajador peruano, Javier León, no podrá regresar a Quito". A Correa se le
fue la lengua y demostrando su afecto
por el Perú coreó algunos versos de “La Flor de la canela”.
El
incidente producido en un supermercado de Magdalena tuvo como
protagonistas a Cecilia Castro y su hija,
al Embajador Riofrío y a su sobrina. De las agresiones verbales derramando
lisura, pasaron a los forcejeos, finalmente, el asunto acabó a patada limpia en
el frontis del establecimiento. Eso fue lo que registraron las cámaras de los
celulares de transeúntes que a esa hora se desplazaban por el lugar. Horas
después el pleito callejonero de viejas insolentes mostrado por la televisión
con rebote en las primeras planas de los diarios se convirtió en un incidente
diplomático. El asunto digno de análisis
resume los incidentes del siguiente modo.
Nuestras
compatriotas se ofuscaron en la cola lo que provocó los desencajados comentaros
a viva voz del diplomático. La reacción inmediata fue un sonoro lapo al
diplomático. La reacción del Embajador Riofrío rebasó los límites de la
corrección y recordó probablemente su afición al fútbol pues repartió patada limpia. Hasta aquí los
hechos, injustificables desde todo punto de vista, se han convertido en fuente
de comentarios y opiniones de políticos y de peroratas patrióticas de todo tipo
que se deslizan a través de internet.
En
realidad la permanencia en Lima del Embajador Rodrigo Riofrío, en un distrito
que lo considera no grato e indeseable
resulta muy incómoda. La ministra de la Mujer, Ana Jara señaló que “no
existe ningún argumento” que justifique la violencia contra la mujer. Por su
parte el presidente del Consejo de Ministros Juan Jiménez Mayor a su turnó
abonó el pedido para que el Embajador Rodrigo Riofrío abandone el país y no
regrese. Ministros que no desaprovechan una ocasión para robar cámaras y
obtener alguna notoriedad provocan discursos de confrontación que encajan con aquella puntillosa afirmación de nuestras
abuelas que dice “palabra y piedra suelta no tienen vuelta”.
Las
relaciones entre el Ecuador y Perú van por buen camino. Los progresos
alcanzados a todo nivel no justifican un enfriamiento de las buenas relaciones por
un vulgar accidente doméstico producto del desentendimiento. La persistencia
del Presidente Correa, sin duda, deja en una posición desde todo punto de vista
indeseable a su representante diplomático. Correa, con ese remolón de triunfalismo
mide su porción de ganancia política. Esperamos que nuestra Cancillería no
sucumba a esa retórica altisonante pero hueca. La diplomacia no aconseja el
maltrato, la amenaza, el abuso y los excesos.
No
quisiéramos que “patadita” Riofrío se
convierta en el esperpento de los caricaturistas y el hazmerreír de los maledicentes
comentarios de la prensa experta en estirar como chiclet la censura y el señalamiento
ni que su foja de servicios se vea estropeada por
un incidente tan violento el que la buena educación aconseja en todo momento evitar. Ya
suficientes dolores de cabeza enfrenta Riofrío Machuca, tan machucado esta
semana que pasó por su escandalosa e inesperada conducta. Correa se calla, Riofrío se va..tralalá.
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