sábado, 27 de febrero de 2010

¿ARBOL DE LA MOSTAZA O ALGARROBO DE PROSPERIDAD?



Por: Miguel Godos Curay
Piura es con justicia la capital de las microfinanzas en el Perú. Con tres cajas municipales vigorosamente sostenidas en la calidad de un buen servicio bien podemos convertirnos en la capital de los emprendimientos. Pocos recuerdan, por aquello de que nadie es profeta en su tierra, que la tesis de Gabriel Gallo Olmos escrita en 1978 dio origen a las Cajas Municipales. Gallo fue acogido por el entonces alcalde César Cárdenas Bustillos. La providente presencia de los piuranos Jorge Abásolo Adrianzén y de Javier Silva Ruete en el Ministerio de Economía y Finanzas hicieron realidad el decreto Ley 23039 que en mayo de 1980 creó las Cajas Municipales. Después vino la cooperación técnica alemana, la GTZ y Klaus Peter Zeitinger, cuya severa disciplina impidió que las cajas fueran objeto del manoseo político. Así vacunadas contra el populismo crecieron en salud.

Tal como lo recordó Richard Webb, en el homenaje de la Caja Municipal de Paita, el Perú es una genial incubadora de iniciativas extraordinarias. Fue lo que sucedió en un primer momento con las cooperativas entre el 50 y 60 y con las mutuales entre el 60 y el 80. El cooperativismo que es bueno y permite expandir oportunidades entre los pobres y posteriormente las mutuales se envilecieron cuando políticos oportunistas y sinvergüenzas dilapidaron sus fondos. Fue lo que sucedió con la Cooperativa Santa Elisa que se la repartieron como botín los apristas y Patria Roja. Hoy las cajas que gozan de buena salud financiera tienen que ser protegidas por un adecuado control lejos de los apetitos políticos de quienes creen que el crédito fácil genera rédito electoral.

Urge que las cajas municipales cuyas agencias abundan como las farmacias en lo espacios urbanos se proyecten a los sectores rurales en donde existen muchos nichos de oportunidad que no han sido atendidos hasta el momento. Para ello tienen que diseñarse adecuados servicios de seguros que cubran este segmento del mercado del crédito. Si bien el microcrédito fue como esa semilla de mostaza bíblica que siendo una iniciativa diminuta se ha convertido en un árbol de copa enorme y segura en donde columpian sus nidos las aves. El microcrédito que brindan las cajas municipales de Piura, Paita y Sullana es como una semilla de algarrobo que ha convertido a las CMAC en un frondoso algarrobo de buenas raíces, sólido y fuerte en el que anidan con confianza los chilalos.

Aquellas avecillas que según los alfares de Simbilá son los mensajeros de Dios. En efecto, según el mito tallán, después de diluvio universal Dios se compadeció y envió al chilalo que enseñó a los hombres a construir sus moradas de barro pero también les enseñó el arte de la elaboración de ollas para que tengan oficio de que vivir. De modo que entre un grano de mostaza y una pepita de algarrobo hay una riqueza simbólica extraordinaria y asombrosa.

Tal como la ha señalado el Rector de la UNP dotor José Rodríguez Lichtenhedlt en el marco celebratorio del cincuentenario de la UNP, una de las actividades que debe dar relieve a este acontecimiento debe ser una cita planetaria de instituciones que impulsan las microfinanzas. Un evento en donde pequeños empresarios de Bangladesh, de Sullana de Paita o de Piura pueden intercambiar sus experiencias. Pero no sólo eso mujeres empresarias de Guatemala, Loja, Recife, Oaxaca, pescadores ceutas y pescadores sechuranos puedan mostrar el secreto de su éxito para rebatir la pobreza. Pienso que podríamos invitar especialmente al doctor Klaus Peter Zaitinger, el padrino de esta criatura que ya camina con sus propios pies que es el movimiento de las cajas municipales y en las que el sueño de Gallo Olmos y su indeclinable pasión le han dado vida. Bien vale recordarle, en piurano, que más vale ser envidiado que ser envidioso. Y que si en Piura la envidia fuera tiña muchos tiñosos habría. Pero dejemos a los tiñosos en su rascadera. Organicemos este encuentro que demuestre que en Piura las semillas germinan y dan fruto en el propicio territorio de la UNP que cumple medio siglo de existencia.
Foto: Gabriel Gallo Olmos, Universidad Santo Toribio de Mogorvejo.

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