domingo, 28 de septiembre de 2025

A PROPÓSITO DEL DIA DEL PERIODISTA

Por: Miguel Godos Curay

Antonio Ricardo, el impresor turinés, trajo la imprenta  de México a Lima en 1581. Con el apoyo de los jesuitas la instaló en el Colegio de San Pablo. Sin embargo, no pudo operar por no contar con la licencia real. La Audiencia de Lima le otorgó la licencia el 13 de febrero de 1584. El primer impreso fue la Pragmática de los Diez Días del Año que disponía la adopción del calendario gregoriano. Francisco Antonio Evaristo Cabello y Mesa que firmaba con él seudónimo de Jaime Bausate y Mesa llegó a Lima en 1789 y se dedicó a tramitar la licencia de lo que llamó “Diario Curioso, Erudito, Económico y Comercial” el que apareció el 1º de octubre de 1790. Por Decreto Supremo N.º 2521 de 1953 se declaró esta fecha como Día del Periodista Peruano. El despotismo ilustrado inaugurado por Carlos III favoreció la publicación que esperaba despertar en los limeños el hábito de la lectura.

Dos siglos después la prensa peruana enfrenta el severo impacto de las redes sociales y la severa crisis de la prensa impresa por la caída del mercado publicitario. Los anunciadores en lugar de pagar por centímetros columna y spots de treinta segundos prefieren poblar de anuncios las redes sociales sin necesidad de facturación declarada y con descarada elusión fiscal que evade la Sunat. Se usa y se abusa de las redes sociales vaciando los bolsillos de perentorios candidatos y se ofertan eventuales productos que acaban como estafas.

Los tirajes de los diarios están en el suelo. Tras la desaparición de El Tiempo 108 años después de su aparición. Ahora aparece como semanario dominical con tiraje escaso. La Hora languidece. Como indicaron trabajadores liquidados forzosamente se vendió hasta la artesanía Chulucanas  de su decoración regional. Hoy se remate el local del jirón Ayacucho. Correo el matutino de la sucesión Banchero-Agois fue comprada  por el grupo El Comercio. De las redacciones regionales no queda nada. El diario vende diariamente según los distribuidores agónicos tirajes de menos de 300 ejemplares. Según los canillitas se entera de las noticias por el celular.

Las noticias de las redes sociales acusan una deplorable sintaxis, faltas de ortografía y deplorable redacción. La manipulación, el chantaje, la indiscreta vinculación con los gobiernos locales y regional lo convierte en lo peor del ejercicio del periodismo. Oficinas de imagen sobrepobladas y la irrupción de sospechosas modelos y bailarinas de cumbia para dar cuenta maquilladas de obras inconclusas no son evidencia de buen periodismo. Se informa mal, el cebo para atraer a esas pandillas de seudo periodistas vinculadas a instituciones no gremiales avergüenza a los periodistas colegiados. La persistente diferencia entre “periodistas” y “comunicadores” profundiza marcadas diferencias. Contados con las manos son los pertenecientes a redacciones.

Hoy la mayor parte de comunicadores han recibido formación de periodistas teóricos que nunca han pisado una redacción. Tampoco tienen producción periodística visibles. Son incapaces de sostener una entrevista. Tampoco leen y no escriben sino para llenar su recibo engorda bolsillo en dependencias públicas. Los periodistas liquidados en los medios locales, algunos muy experimentados editores, se han convertido en burócratas del gobierno regional y gobiernos locales. No hay más.

Otros son los consagrados a la producción audiovisual. Algunos con éxito otros se dedican al diseño gráfico y producción editorial. Pese a que existen nuevas oportunidades laborales en comunicación en salud distante de las lubricadas relaciones públicas, las relaciones comunitarias para el fomento de la inversión, educación tributaria y promoción y divulgación cultural. Las dependencias públicas  están pobladas  de legiones políticas partidarias que acaban sobre poblando oficinas y pese a su inutilidad radical no pueden ser despedidos. Actualmente existen acreditadas ante Sunedu 45 Facultades y Escuelas de Comunicación Social y Periodismo en universidades públicas y privadas que contrastan con la cantidad de comunicadores titulados y periodistas sin empleo. Como señalan los currículos de los docentes pocos son los que tienen experiencia en el ejercicio de la profesión o desempeño en algún medio. Tampoco escriben o investigan. Muchos enseñan lo que nunca ejercitaron profesionalmente.

Otros complementan sus estudios con una nueva licenciatura en Derecho, Educación, Turismo y Archivología.  La crisis de la prensa deja sin espacio laboral a los comunicadores con una sólida formación académica y humanística. Las dependencias de Relaciones Públicas e Imagen Corporativa prefieren contratar a diseñadores gráficos para reducir sus costos. Pocos recurren a los profesionales idóneos que ponderan el ejercicio profesional ético y responsable. Muchos prefieren a populares youtubers mediocres y escasos de cultura. O políticos incondicionales que participaron en la campaña.

El propio Congreso de la República no cuenta con periodistas y comunicadores experimentados. La mayoría de ellos son improvisados estudiantes de derecho con poco conocimiento del idioma. Los resultados saltan a la vista. Los más son expertos en el “copia y pega” en la reproducción incontable número de veces de notas de prensa de archivo. Otros se dedican a adquirir boletas para las liquidaciones de gastos de los congresales. El panorama es desolador. Otros se apoltronan por sus vínculos políticos.

Los diarios en pie se cuentan con los dedos. Ya no existen los reportajes, las entrevistas reveladoras, el ejercicio activo del periodismo de opinión en la publicación de artículos. Preocupantes son las amenazas del Ejecutivo a la prensa libre. No se descarta la interceptación de comunicaciones de periodistas y reporteros. A ello se suman muchas notas elaboradas con auxilio de la IA sin pies ni cabeza. Otras descontextualizadas, y algunas sorprendentes por la hiper perfección de las frases utilizadas. El periodismo de investigación no existe. Y la mayor parte de los periodistas reconocidos por sus investigaciones sucumbieron a la corrupción fomentada por Ongs internacionales vinculadas a la gran corrupción de empresas del sector construcción que medran millonariamente de algunos estados.

Como advierte Otto Morales Benites, periodista y político colombiano, el código moral la guía insoslayable de los periodistas que pretenden influencia pública y tan aplicable para el hombre que gobierna y legisla o hace cumplir la ley, como en el que se entretiene en negocios particulares se ha abandonado. Ya no existen estos parámetros de rigor de la prensa libre y eso representa un derrumbamiento colectivo. El periodista ético y responsable fue siempre el paradigma cívico, el espejo en el cual se miran los ciudadanos en una especie de pedagogía comunitaria. Hoy se ha pervertido esta misión a tal extremo que los improvisados repiten: “¿Para qué sirve la ética? A mí me interesa el billete en el bolsillo” responden muchos.  Es así como se construyen hoy modelos de éxito con soportes de barro.

La ética busca el bien moral. Todos tenemos un conocimiento espontáneo del bien y podemos vincularlo con valores como la justicia, la verdad y la honestidad. El bien común en su sentido pleno es el bien que todos queremos en la escuela, la universidad y la propia sociedad. Por extensión en la conducción del Estado. El bien moral se subordina a la recta razón. El mal es la carencia de bien. O la privación de una perfección debida. En el ejercicio de su profesión el periodista en cada momento de su actividad profesional se confronta con hechos verificados los comprende, los analiza reflexivamente para decidir libremente los que debe comunicar públicamente ponderando las consecuencias.

Por eso, la conciencia confronta la obligación con la inexcusable omisión tendenciosa. Es posible enfrentar conflictos éticos. La deontología periodística es por ello el ejercicio de la moralidad, el honor, la honestidad, el deber y la obligación de la conciencia en el ejercicio de la profesión. No tienen ética los amorales que viven subordinados a la ley de la jungla, los inmorales, los deliberadamente transgresores de la moral. 

Reiteradamente, repetimos, entre los futuros comunicadores que el ejercicio de esta profesión es una mezcla de pasión, ilusión, estremecimiento y entusiasmo por comunicar la verdad con entusiasmo y optimismo. Pocas veces se entiende que los medios pueden ser expresión de la intolerancia y la vulgaridad. Informar y formar, educar y entretener son tareas de responsabilidad. Decía Montaigne, refiriéndose al periodismo, las palabras pertenecen la mitad al que habla y la otra mitad al que las escucha. Definitivamente los medios no son escuelas, ni los oyentes y lectores, alumnos. Nuestra misión es despertar la curiosidad y recoger la diversidad de las opiniones. Para ello es imprescindible la libertad. Sin la libertad de prensa y expresión los medios se asfixian. El periodismo es y será siempre decencia y docencia. Verdad y honestidad.

 

lunes, 22 de septiembre de 2025

AL MAESTRO AQUINO CON CARIÑO

 Por: Miguel Godos Curay


Fue en el año 1982 en compañía de Luis Felipe Angell de Lama, Sofocleto, visitamos el taller de don Félix Aquino Valverde  y doña Margarita Ipanaqué Chunga. Estaba la familia reunida en la casa taller. Teófilo pintor, Eddy joyero, Oscar, Manuel, Juan de Dios, Luis Alfredo dedicados a la escultura y pintura. Las primorosas bordadoras Carmen y Nemesia daban vida con sus manos a los atuendos de los santos de vestir. Con el talento en las manos que crean los Aquino han consagrado su vida al arte pictórico, a la fina talla y escultura de venerados Cautivos e imaginería expresiones del fervor popular. Oscar reconocido recientemente como Maestro del Perú por la Derrama Magisterial. El año 2023 El Comercio lo premió como ganador nacional de la primera versión del reconocimiento a los “peruanos que suman”.

La impresión de don Sofo fue un recado inolvidable para los que llamó gestores de las genuinas expresiones del arte popular en el norte del Perú. Estos son los artistas genuinos invisibilizados por los extravíos de la modernidad. Los artistas populares se mantienen en pie con su propio esfuerzo en sus talleres en lugares remotos e inolvidables del Perú profundo. Y muchas veces sin el reconocimiento oficial pues los alcaldes prefieren la estridencia de la cumbia. El artista crea y recrea. Oscar hace poco dejó las aulas del centenario Colegio San Miguel. Hoy está en el Instituto de Arte y Cultura de la Universidad Nacional de Piura donde una legión numerosa de universitarios concurre a sus talleres.

Los hermanos Aquino viven consagrados al arte. Teófilo es un reconocido pintor y escultor. Eddy se dedicó a la joyería como sus antepasados. Oscar destaca por sus esculturas que han dado la vuelta al mundo. Sus creaciones han sido entregadas a Enrique Iglesias del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), al Nobel Mario Vargas Llosa y  Daisaku Ikeda el líder del movimiento Soka Gakai.

Los artistas que preservan la tradición cultural no cuentan con el apoyo oficial. Al igual que los escritores viven arrinconados por la ignorancia fortuita de gobernantes torpes para contemplar la belleza y leer la producción literaria de poetas y escritores. Los compositores de piezas para las bandas tradicionales han partido y no hay como ayer esa pasión para, nota a nota, escribir partituras.  Por eso las bibliotecas municipales no reciben la atención que merecen ni se fomenta la lectura que despierta la identidad de los estudiantes.

Ya es hora de despertar las inteligencias consumidas por el tedio y la modorra. Como decía un apasionado bibliófilo nuestros escritores despliegan toda su artillería retórica y verbal para exaltar bandoleros. Nunca las inteligencias, nunca los artistas que son el legado más valioso del humanismo y de la propia identidad. Ser lector y escritor en el Perú es una tarea que requiere un esfuerzo de búsqueda, de lectura compartida y conversación larga y amena.  Hoy muchos municipios se han dedicado a las demoliciones y colocación de placas con nombres de autoridades por vanidad.

En efecto, las placas inaugurales solo buscan perennizar los nombres de innombrables pigmeos políticos e ingenieros de obras deficientes para el olvido colectivo. Esta práctica egocéntrica antepone el interés personal y desventurado prestigio sobre el bien común.  La huachafería de la autopromoción, está en todas partes y es tal la cantidad de placas que con todas ellas se podrían tapizar los accesos del cementerio metropolitano. Producto de este desatino es también la tala brutal y salvaje de más de 700 algarrobos para encementar sardineles estrechos en donde los pocos sobrevivientes de esta masacre ecológica duras penas se podrán mantener en pie. Las plantas requieren aire no sólo para sus follajes sino para la raíz que cubre la tierra. Las raíces cumplen la función de anclaje y absorción de aguas y nutrientes. Facilitan la respiración de las raíces hoy acogotadas por el cemento. ¿Intervendrá la Fiscalía Provincial Especializada en Materia Ambiental de Piura?

Conocen los artistas de la estatura de Oscar Aquino que le esencia de su existencia es enseñar el arte a las nuevas generaciones. El arte vislumbra eternidad, los denuestos se sepultan en la fosa del olvido. Quien brilla con luz propia merece la gratitud de su pueblo. A pesar de los pesares: la cultura, la lectura y el arte se mantienen en pie. El mejor monumento de una ciudad son las bibliotecas, las galerías de arte en donde resplandece la inteligencia y el saber. Bien se dice que las bibliotecas y los museos son islas en el profundo mar de la ignorancia.

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sábado, 13 de septiembre de 2025

LAS ANGUSTIAS DE LA CIUDAD DE DIOS


Por: Miguel Godos Curay

Las ciudades como sus habitantes tienen personalidad. Una ciudad es un espejo que refleja el modo de ser de sus vecinos. Cada rincón tiene una nota distintiva que la hace diferente de otras. Hay ciudades que agonizan efímeras, urbes de vida corta pobladas por fantasmas que ayer le dieron sustancia a su existencia.  Otras quedaron postergadas para siempre, olvidadas en los litigios familiares por herencias que se reparten como botín de filibusteros que todo se lo comen a pedazos.

Otros desprecian el pasado y festinan la destrucción de las viejas casonas que se caen a pedazos. Otras son rincones apacibles, silenciosos donde moran lo sueños y los deseos. Otras temen la arremetida y los arrebatos de la caprichosa modernidad aún recuerdo se enlosetó el ayuntamiento con baldosas que hoy están hechos añicos.

Hasta los tristes árboles de la plaza principal languidecen heridos de muerte. Hoy son el gimnasio decrépito de las ardillas donde se reproducen cada 40 días. Las nuevas camadas sin tener que comer en los árboles lánguidos buscan las manos de los visitantes en pos de galletas y no mueren. Se han tornado en ardillas sociales por las urgencias del hambre. De la última remodelación estofada y estafada sólo quedan las visibles huellas de la mala factura de los trabajos.

Las pilastras de la plaza se han llenado de placas conmemorativas del bicentenario de la libertad de la patria. Aún queda el inocultable recuerdo de los yerros de la improvisación y la huachafería. La libertad, marmórea escultura observa la ciudad con curiosidad estupenda. Le impresiona el vaivén del cabildo convertido en una tramitadora interminable. En el sopor de la tarde su presencia es obligatoria en todos los registros fotográficos.

Sus ojos son testigos del infortunio e inolvidables recuerdos. La Pola como la llaman. Es un misterioso  recuerdo de Policarpa Salavarrieta la patriota colombiana. La Pola en tiempos de montoneras vio desfilar las turbas de la comuna y horas más vio sacar los chicharrones humanos de la más criminal tragedia. A balazos se mataron los hermanos. Y las madres y las viudas concurrían a la plaza rosario en mano rezando por los muertos invocando le guarden turno al Prefecto Fernando Seminario Echeandía en el infierno. Aquel enero de 1883 la hacienda se enfrentó con la comuna.

La ciudad se desmorona en el olvido en la matraca histórica risible de fundir y confundir la fundación de San Miguel de Tangarará, Tangarara o Tangaralá como anotan los cronistas en 1532 con la fundación de San Miguel del Villar después de muchos trajines en 1588. No hay documento escrito que confirme el aserto se trata de un cálculo aproximado que ignora la plena vigencia de la Pragmática de los diez días del año adoptada en 1584 que dispone se debían omitir diez días (del 4 al 14 de octubre de 1582) para adoptar el calendario gregoriano. Con estos ajustes y desajustes la ciudad celebra dos fechas en una como si se tratara de una pirueta histórica. En realidad desconocen la historia.

La ciudad  y sus habitantes han olvidado la historia y su pasado. El alcalde de la cuadrilla ha convertido la ciudad en capital de la cumbia sanjuanera. Un híbrido colombo panameño con sanjuanito ecuatoriano que divierte a las masas en coros multitudinarios de letras tortuosas de infidelidades desbocadas, añoranzas furtivas, sed interminable por aguardiente de la caña. Es el nuevo gusto que compite con los coros que imploran el perdón y el diezmo obligatorio para los pastores y pasto para sus ovejas.  Católicos y evangélicos compiten por la fidelidad de sus prosélitos. Creyentes, creyentes torrejas y no creyentes son parte del rebaño de Dios.

Así andamos. Con un pie en el cielo y la otra pata en el infierno. Sucede lo mismo en la administración pública en donde se dilapidan los dineros públicos. Se roba descaradamente y se engaña impunemente. Si viniesen las lluvias diluviales en el próximo verano se desnudarían nuestras debilidades y flaquezas. El agua es vida en todo el planeta en la aldea en que vivimos es un tormento que inunda ciudades y vierte océanos inmundos de basura arrastrados por las aguas. Entonces vivimos del frejol de palo y las zarandajas. De los choclos del temporal y las sandías.

Nuestra ciudad con visos de pueblo ya no planta árboles los tala salvajemente por su adicción al cemento y el asfalto. Olvido de pronto que el suelo respira y que los árboles lo protegen. Se improvisa por la falta de seso e ignorancia. Los modelos producto de la copia y la falta de identidad creativa nos han llenado de losetas resbalosas, fierro, árboles talados sin sus bancas de madera para el refresco de los abuelos. Hoy las bancas empotradas de losetas queman los culos por los que nadie se sienta. 

La peor amenaza  de la modernidad  es el poco inteligente “copia y pega”. Los estudiantes  no piensan “copian y pegan” las tareas escolares, no leen como antes tampoco entienden lo que leen. Lo que los convierte en brutos potenciales y consumados. Igual sucede en las aulas universitarias  en donde docentes que no leen obligan a sus alumnos a leer. El resultado es un fiasco grosero en dónde los trabajos monográficos son “copia y pega” descomunales.

Otros con el pervertido auxilio de la IA inventan autores y endilgan hipótesis sin fundamento citan a autores inexistentes. Junto a la cibernética avanzada, existe otra subdesarrollada de softwares piratas que convierte las tesis monográficas en papelería inútil. Tesis de licenciatura y doctorales se copian  por cientos y por millares. Los artículos en revistas indexadas son un fiasco risible y repugnante. Pocos trabajos de investigación nacionales se incorporan a los rankings mundiales. La mayor parte de nuestros doctores tienen mala ortografía y sintaxis. Los buenos son pocos. Y los que hablan y escriben correctamente en inglés son como manzanitos solitarios.

Así andamos como cangrejos solitarios en el mundo de la ciencia. No hay producción editorial ni investigaciones serias que aporten significativamente a la ciencia. Los anaqueles universitarios de investigación están llenos de “huevadas” me dijo un conserje. “Eso no sirve para nada ni resuelve nada” prosiguió. Y estamos por creerle. La revolución para el cambio tiene que empezar en la raíz de la universidad que está en las aulas. El diálogo entre maestros y estudiantes convertidos en discípulos en el gobierno mismo de la universidad que no puede ser un refugio del festín de sus presupuestos. Tampoco es una cofradía de favorecidos por el resorte de la incompetencia. La universidad de los cangrejos inmorales no es otra cosa que el injustificado retroceso de la dignidad, la decencia y el decoro.