jueves, 4 de julio de 2024

ROQUE CARRIÓN Y LA PIURA QUE SE VA

Roque Eduardo Carrión Wam (Lima, Perú 1942-  Valencia, Venezuela 2024.

 Por: Miguel Godos Curay

Siempre fue ameno y grato conversar con Roque Carrión Wam. Un jurista zahorí sumergido en la filosofía del Derecho, la lógica jurídica y los fundamentos filosóficos de los Derechos Humanos. Un acopio de su producción jurídica es el rescate de un esfuerzo vigoroso de estudios de derecho. Sanmarquino hasta el tuétano como Miguel Maticorena. Fue profesor en la UNMSM y en la Universidad de Carabobo en Valencia (Venezuela). Bibliófilo empedernido, apasionado del tópico piurano atesoraba en su biblioteca ejemplares irrepetibles y desconocidos. Al recorrer la ciudad repetía: “Piura tiene los mismos huecos y calles estrechas de hace medio siglo”. Roque fue testigo de mis personales esfuerzos para designar con los nombres de los Doctores Honoris Causa piuranos  Marco Martos y Miguel Gutiérrez a dos pabellones de las aulas recientes en la UNP. Ahí están. En algún momento se deslizó la posibilidad de depositar las cenizas de Miguel Gutiérrez junto a los frondosos y sarmentosos algarrobos frente a la Biblioteca Central del Campus de la UNP. Lastimosamente esos seis añejos algarrobos registrados en la escritura de doña Albina Vignolo y sucesión  en la compraventa  de la ex hacienda Miraflores por la UNP fueron talados impunemente. Ahí están los muñones en pie de ese ritual salvaje y negligente.

Roque, esperaba de las universidades de Piura la producción bibliográfica y científica reciente. Pues los frutos de la inteligencia son tan exquisitos como los mangos. Saben mejor cuando están maduros y hay que sazonarlos con sal, como acostumbran los churres, cuando están verdes. Las vocingleras mangueras anunciaban ayer a viva voz las delicias de Chulucanas. En la Piura de ayer se saboreaban gofios, acuñas, maíz tostado molido y azucarado llamado “mashca”.En ocasiones especiales bocadillos, alfeñiques, membrillos, colasiones y calaveras. Las pequeñas industrias familiares surcaban los callejones al norte en la tradicional mangachería y al sur de la ciudad. Hoy las mangueras pudorosas  están ausentes, las que quedan son las armas de batalla de la Compañía de Bomberos que ni el Municipio, ni el Gobierno Regional quieren reponer.

Uno de sus fervores premonitorios fue el rescate de la memoria gráfica de Piura en base a la valiosa colección fotográfica de don Arturo Davies Guaylupo. “Existen datos concretos, reales para hacer de Piura un Centro literario, un centro turístico, una historia fotográfica de Piura, de propiedad de Arturo Davies Guaylupo. Creo que Piura tiene un tesoro cultural por explotar y organizar. Quiero proponer la creación de una fundación de la literatura piurana considerando que se tienen dos escritores que han escrito sobre Piura como Mario Vargas Llosa Premio Nobel de la Literatura 2010 y Miguel Gutiérrez Correa”.

Una noche  de pastas, amigos y recuerdos junto con Miguel Gutiérrez convocada por Roque en el jirón Cusco fue un itinerario vehemente por  la Piura de antaño. Un  hato de recuerdos personales de personajes de novela. Las habilidades adivinatorias de la alumna Alfageme, los secretos culinarios del cocinero Gilberto y de personajes apasionantes del linaje de los Seminario. O esa montonera  llamada Rosa Ruidías que se prendó y disputó en afrenta a balazos el afecto de la flor más hermosa de Pambarumbe. Miguel tenía entre manos convertir  en producción televisiva Hombres de Caminos y esa historia de amor sazonada con pólvora en la sierra piurana. El tema contaba ya con la aprobación de Michelle Alexander guionista y directora de televisión. Esa memorable noche fue la última que tuvimos con Miguel y Roque Carrión.

Una de las propuestas a las universidades existentes en Piura fue la de publicar las fotografías de Arturo Davies Guaylupo, con esta iniciativa se inicia esta fundación. Además estamos abrumados de admiración porque en esta tierra hay 67 poetisas que publican su producción poética por amor al arte es un fenómeno interesante de estudiar y de investigar. También propuso una  edición histórico crítica de «La violencia del tiempo» de  Miguel Gutiérrez. “Sino rescatamos nuestros valores no podemos tener  identidad cultural, de ahí la importancia de esta tarea y trabajo, hay que tener un programa de investigación sobre literatura norteña”, expresó.

Refiriéndose a  Miguel Gutiérrez, amigo de la infancia y el mundo colegial indicó “es un historiador del Perú”. Pocos conocen que su novela de novelas: “La violencia del tiempo” es una vivencia desnuda de los problemas de Piura. Así mismo, recordó que  siendo jóvenes Miguel le confesó: “yo comencé mi visión de la novela con Crimen y Castigo de Dostoievski, les recomiendo leer esta novela para saber cómo y por qué Gutiérrez asume esa perspectiva como novelista, de allí que “La violencia del tiempo” es una novela de tragedia, es una exploración novelística sobre los enigmas, las formas de conciencia y los modos de ser de una determinada familia de origen popular, pero que resultan inexplicables, si se desligan del contexto mayor de la sociedad  peruana”

 “Porque después de navegar aguas arriba del tiempo, se llega a comprender que la historia de los Villar -que son los personajes centrales de la novela- reproducen a nivel familiar el complejo drama de la historia entera del país, así  la herida y agravio padecido por los Villar  con sus secuelas de rencor y odio revelan una forma de ser de las familias y los hombres del Perú, eso es importante tener en cuenta porque es como si leyéramos a un historiador del Perú”.

Aquella noche memorable el Rector le entregó la Resolución Rectoral Nº 1783–R-2022 del 27 de setiembre de 2022 así como  la medalla  de la UNP y diploma, en reconocimiento a su trayectoria profesional y académica como abogado, y filósofo del Derecho con estudios en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y especializados en el École des Hautes Études en Sciences Sociales, París.

La noticia de su ausencia y súbita partida nos conmueve y estremece. Un ciudadano tan lleno de detalles, metódico y cuidadoso en la dieta de pronto, sin decir nada, partió. Las ausencias repentinas siempre dejan un insondable vacío. Nuestro pesar a Pepita, su hermana, a su numerosa legión  de amigos. Hace poco  se fue doña Irene, su madre,  una matriarca amorosa y solemne en sus decisiones. Es un recuerdo vivo y patente. Una humanidad sorprendente en su morada de la avenida Grau. Más de un siglo de existencia. Aún recuerdo a Roque de bigotes recortados, con saco y corbata. Señor de tirantes  de los que poco se ven pero que son necesarios cuando se afloja el cinturón por el paso de los años. Perfumado de lavanda. Todo un señor de gustos exquisitos en el comedor del Centro Piurano o algún otro rincón de sabores deliciosos. Dicen que al momento de la despedida le cantaron  bardos de Valencia “La Flor de la Canela” de Chabuca Granda, su canción favorita: “Déjame que te cuente, limeño  /Déjame que te diga la gloria/ Del ensueño que evoca la memoria...”. Adiós Roque…nos volveremos a reencontrar a la vuelta de la esquina.

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