domingo, 22 de octubre de 2023

CON PAITA Y EL COLEGIO EN EL CORAZÓN


Por: Miguel Godos Curay

Hace poco y después  de cincuenta años nos reunimos los ahora viejos integrantes de la promoción 1973 del Colegio San Francisco de Paita. El reencuentro frente al vetusto primer local del colegio en la calle Junín en la Plaza Bolognesi fue una emotiva  y deslumbrante evocación del pasado. De gratos recuerdos pero también de trayectorias, ausencias y numerosos momentos inolvidables. Como todo lo que toca a Paita nos reencontramos con el mar en el balneario tradicional de El Toril frente a las viejas  edificaciones de la planta industrial de producción de atún enlatado y congelado. El viejo malecón, la mirada al puerto transformado por la ingeniería y el comercio internacional.

Todo un hato de recuerdos se concentró en la esquina de la plaza a un costado del Hotel Miramar con sus torretas misteriosas en donde de noche en  noche, durante el plenilunio asoman fantasmas y añoranzas. Acudimos de rincones lejanos para desandar el camino y rencontrarnos con el pasado. Fuimos al nuevo colegio arrinconado por el comercio del mercado y el transporte a las caletas vecinas. Ahí nos reunimos con una asombrosa vitalidad para constatar  en una contabilidad gozosa los que aún viven. En el  memorial de la ausencia evocamos a los ausentes sin retorno. Como corresponde a los paiteños compartimos pescado y delicias en la mesa. Con ají, con poco ají y sin ají.

La vida entreteje con recuerdos cada momento del ayer los inolvidables maestros que  nos abrieron los ojos  al futuro. Nuevamente como ayer repensamos el futuro de Paita entre una incipiente explotación minera de no metálicos, la ambición voraz por el yacimiento de gas en La Tortuga y la reconversión de la actividad extractiva olímpica en la que toda se agota y apuntar al desarrollo de una acuicultura y marisquería sostenibles que permitan cultivar recursos y cosecharlos. La preservación de los recursos hidrobiológicos es necesaria. El potenciar el desarrollo del turismo una necesidad urgente  que genere empleo y buen trato a los visitantes eventuales que se pueden multiplicar.

En los muros del colegio quedó como testigo de nuestro paso por las aulas una placa  con los nombres  de cada uno de los integrantes de la Promoción Estudiantes Unidos de 1973. Un gesto noble que atrapa recuerdos para las nuevas generaciones. Una iniciativa de proximidad a la tierra y al ayer con el aplomo del camino recorrido. Confesamos que fueron momentos gratos de alegría y de recuerdo. Cada capítulo de la historia fue motivo de celebración y mucho cariño. Hubo conexiones por celular con los lejanos. 

Paita, necesita un vigoroso impulso a la educación y el deporte en el que siempre mantuvo un sitial. En fútbol, baloncesto, judo y vóley siempre  se animó la competencia. La educación definitivamente no puede permanecer desencajada del desarrollo local. El futuro tiene que pensarse  en función del progreso en condiciones  de seguridad para las nuevas inversiones. Los paiteños siempre hemos vivido a las orillas del mar. Sabemos que la brisa fresca corroe el metal y si no se adoptan medidas de protección el orín carcome todo. Por eso las antiguas casonas son de quincha y  madera en donde los viejos pisos  se protegían con petróleo. Las mismas edificaciones de concreto requieren tecnología de protección. De lo contrario todo se desploma.

Paita requiere más áreas verdes que permitan evitar el desplome de los cerros. Las raíces en las faldas evitan la degradación de los suelos. El orden en todo momento es una obligación de los que gobiernan y administran la provincia. Es el momento en que la responsabilidad social  de las empresas se traduzca en aporte y apuesta eficiente por la educación, el deporte y la calidad de vida de niños, jóvenes y madres. Dotar de bibliotecas, laboratorios, implementos deportivos y computadoras  es un estímulo para  saltos de mejora. Es una apuesta por el progreso y desarrollo.

Paita tiene potencialidades en la pesca pero también en la agricultura soporte de la seguridad alimentaria. Urge una mejor administración del agua escasa pero con una demanda creciente por la expansión poblacional. Las viejas casonas de Paita vieja urgen protección, la mayor parte de ellas  en cualquier momento se desploman por el paso de los años y la poca identidad de los gobernantes. Paita ha crecido enormemente así lo refleja el intenso comercio y las numerosas empresas de transporte. Una nueva ciudad crece en El Tablazo y  también se pueblan balnearios y playas de recreo.

Una amenaza para la inversión y el desarrollo local es la delincuencia y el narcotráfico. La actividad delictiva trastorna la tranquilidad y afecta la seguridad ciudadana. El pasado mayo en contenedores de espárragos se incautó 58 kilos de cocaína en paquetes cuyo destino era Bélgica en un barco con bandera liberiana, los paquetes estaban envueltos con la bandera nazi. Según Jaime Antezana Rivera, experto en narcotráfico y terrorismo, Paita es el primer puerto  nacional en incautaciones de droga. La droga se produce en el Perú, se embarca en Chile y con almacenes sellados, se desplaza por puertos peruanos. El cargamento más grande se incautó en 1995 en  Paita: 3 toneladas 342 kilos de cocaína en una embarcación pesquera con destino a un cartel mexicano. La carga pertenecía al clan de los López Paredes. La DEA  (Drug Enforcement Administration) agencia  antidrogas de los Estados Unidos advierte que el comercio de drogas y actividades conexas tiene proporciones preocupantes.

El rencuentro fue también una emotiva evocación de los inolvidables profesores como Ruperto Arca Sosa, José Martínez Távara, José Martínez Talledo (Vicerrector de la UNI),  Antonio Carrión Leyton, Martha Cosme de García, Olinda Rosas de Piminchumo, Jorge Isla Poémape, Manuel Landa Agurto,Tulio Maticorena Montejo, Wilson Meléndez Seijas, Felipe Farfán Zapata, Marzio de Spirito Paca. Paiteños, trujillanos y un italiano nos formaron en las aulas del San Francisco. Nos quedan en la memoria los versos de las estrofas del himno del Colegio. Un grato recuerdo por los compañeros fallecidos Félix Pinday Vilela, Roberto Soto Burgos, Eberth Chanavá Abad, Aldo Dimas Saavedra que  nos adelantaron en la partida. El anecdotario se mantiene indeleble pese al paso de los años. Nuestra profunda gratitud a los gestores de este inolvidable rencuentro Kelo Rumiche, Mere Periche, Julio Yarlequé, Chale Olivares llenos de amables detalles. Todo pasa y nada queda, sólo recuerdos de la inextinguible amistad, pues como diría el poeta. Lo nuestro es pasar haciendo caminos sobre la mar.

Miguel Godos en la clase del recuerdo
En el almuerzo en el Cerro Azul de Paita.

 

No hay comentarios: