viernes, 7 de julio de 2023

REPENSANDO EL FUTURO 39 AÑOS DESPUÉS

Por: Miguel Godos Curay

De los sesenta y dos  años de existencia de la Universidad Nacional de Piura creada por Ley 13531 el 3 de marzo de 1961. La Facultad de Ciencias Sociales y Educación,  creada el 26 de mayo de 1984, conmemora 39 años de actividad académica y formativa. En los aniversarios de bodas 39 años corresponden a las Bodas de Ágata. La  ágata es una variedad de cuarzo. Según los manuales  mineros “es una roca dura resistente a los reactivos químicos” Su nombre depende de su forma y  color predominante. La ágata azul es la más conocida y sus yacimientos se encuentran en los Estados Unidos, Brasil, Uruguay, Argentina, India y Madagascar. Es muy cotizada entre los árabes pues se le considera una garantía mágica de la longevidad y la llevan incrustada en sus anillos. De modo que analógicamente podemos vislumbrar en esta propicia ocasión larga vida para nuestra facultad resistente a todas las formas de reactividad. Reactividad según el DRAE significa: “Que produce reacción”. En psicología “es la alteración del comportamiento o conducta de los sujetos cuando presumen son observados”.

La Facultad de Ciencias Sociales y Educación nació junto con la Facultad de Ciencias desde entonces ha experimentado un crecimiento vertiginoso con sus cinco escuelas: Escuela Profesional de Historia y Geografía, Escuela Profesional de Lengua y Literatura, Escuela Profesional de Educación Inicial, Escuela Profesional de Educación Primaria y la Escuela Profesional de Ciencias de la Comunicación.

Tenemos la plena convicción que estos 39 años cumplidos son hitos de profundos cambios en nuestra forma de pensar y hacer. La mayor parte de los genios inteligentes se fueron en tiempo temprano. Descartes a los 53, Shakespeare a los 52, Montesquieu a los 66, Sócrates  a los 71, Vallejo a los 46, Valdelomar a los 31, Basadre a los 77, Valcarcel a los 96, Mariátegui a los 35 y Heraud a los 21 siendo una joven promesa.

Nuestro escenario natural es de profundos cambios. Hoy enfrentamos los impactos severos del cambio climático. Mientras contemplamos el cielo amenazados por las lluvias y las indefensas defensas en el cauce del río Piura. En Colombia se raciona el agua por la amenaza de la  sequía. Los responsables de las decisiones políticas en nuestra región buscan la salida al mar de este “rio loco” como llamaba al río Piura el geógrafo Gonzalo Reparaz. El año pasado vaciamos al océano el equivalente a cuatro veces la capacidad portante del reservorio de Poechos, reducida su capacidad  en un 46% lo que equivale a 404.8 millones de M3. Mil 619.2 millones de  metros cúbicos de agua fueron arrojados al mar. No tenemos reservorios  para almacenar agua a lo largo del cauce, ni un intento de evacuación delas aguas al desierto que permita expandir los algarrobales y hatos de cabras.

En Piura, dice López Albujar la cabra es la vaca del pobre. En el año 1962 Piura producía 6 mil litros de leche de cabra con las que su nutría a los niños de las familias pobres. En Belisario, en la margen izquierda de la carretera a Chiclayo aún se consume leche de cabra que preservan en botellas enterradas en la arena húmeda que las mantiene siempre frescas. El beneficio de un caprino provee de carne a una familia entera con carne deliciosa para el seco o  los piqueos. La leche en polvo Klim en lata llegó con la International Petroleum Company a Talara. Las natillas, quesillos y quesos –el postre piurano por excelencia- se elaboraban con leche de cabra. Considerada el mejor lácteo porque en  su composición química es la que mejor se aproxima a la leche materna. Piura se nutría de la leche de los hatos de cabras de Congorá.

Permítanme ahora una reflexión sobre el futuro. La formación que brinda las Facultad de Ciencias Sociales y Educación es una valiosa tarea académica sujeta perennemente a la innovación. Es también, al mismo tiempo, una tarea prospectiva, pues activa la capacidad inteligente de anticipar futuros. Este esfuerzo cognitivo no es casual requiere de la apropiación espacial de nuestro territorio. Piura, en efecto, no es un territorio pequeño. La Piura invertebrada necesita conectarse mejor con sus provincias de la sierra como Ayabaca, Huancabamba y Morropón. Hoy la energía eléctrica e incluso Internet llegan a los lugares distantes y apartados. La sierra es nuestro principal proveedor de granos y menestras. Pero el grueso de la producción se comercializa en Chiclayo en donde son mejores los precios.

Piura tiene una extensión de 35,892 km², que representan el 3,1 por ciento del territorio nacional. Para que tengan un referente comparativo. Israel tiene 22,145 km², El Salvador 21,041 km². Las potencialidades económicas de Piura son enormes. Algunas veces hemos escuchado decir que “Piura es la California del Perú. Es mejor reafirmar que Piura es en el norte del Perú el primer exportador  frutícola de uvas, mangos, arándanos, banano orgánico entre otros productos como el limón y el espárrago. Sólo en la producción frutícola superamos las 15 mil hectáreas.  En la minería destaca por la producción de hidrocarburos, minerales no metálicos como los fosfatos, calizas, diatomitas y salmueras. Junto a las salmueras hay depósitos de litio el oro del siglo XXI utilizado en la fabricación de baterías de los autos eléctricos.

Una de las actividades económicas florecientes en Piura son los negocios inmobiliarios que se enriquecen con la venta de departamentos de 60 mts2. Cuando apareció San José, los lotes eran de 400 metros y se podían dividir con el crecimiento de la familia. Las posteriores urbanizaciones y asentamientos humanos disponen de lotes de 160 a  200 metros. En donde el piurano habita con perro, gato y perico. Sechura, antes de la invasión oportunista de la Comunidad Santo Domingo de Olmos y Mórrope, hasta hace poco, podía colocar cien habitantes por kilómetro cuadrado. Sechura ha crecido económicamente. Que los trabajadores de la empresa Miskimayo hayan recibido de utilidades 17 sueldos correspondientes al año pasado es un referente de bonanza económica. Otro es observar con detenimiento qué hacen con el efectivo que ganan. Compran camionetas, edificaciones en zonas residenciales y otros migran a Chiclayo y Trujillo que resulta muy atractivos para crecer.

Por la expansión de estos negocios la usurpación mafiosa se apoderó del tablazo de Paita en lo que se proyectó el futuro Aeropuerto de Piura. Piura, que es más extensa que un estado conocido. Podríamos decir que es un país a decir de Luis Felipe Angell Lamas, Sofocleto: “en donde el sol nunca se devalúa, la chicha nunca se evapora, la amistad nunca se extingue y a sus mujeres nunca se les olvida”.

No hay razón para vivir en ciudades que se hacinan al borde de las pistas, se acumula la basura y se deteriora irresponsablemente sus servicios públicos. Piura, produce diariamente 400 toneladas de desperdicios que urge reciclar. Toda la hermosura del paisaje se desploma por el negligente abandono de desperdicios. Para que tengan un referente de su riqueza. El primer pozo petrolero se perforó en el Perú en 1863, cuatro años después que los EE.UU. Este pozo se encontraba en la localidad de Zorritos, jurisdicción entonces de la provincia de Paita, en los predios de la Hacienda Máncora  arrendada por don José de Lama. 160 años después de este hito se realiza el suministro de gas domiciliario en Piura. En Piura los saltos de progreso demoran pero llegan. Recuerdo con puntualidad que cuando se instalaron en Piura los comercios con escaleras eléctricas, piuranos y piuranas, subían y bajaban por las escaleras arrobados como si ascendieran al cielo.

Nuestra población estimada es de un millón 800 mil habitantes. De este total aproximadamente 534  mil 600  son la población escolar de Piura. 82 mil en educación inicial, 241 mil  en primaria, 151 mil en la secundaria, 43 mil en educación superior universitaria y no universitaria, 10 mil 300 en otras modalidades educativas y alrededor de 7 mil 300 en educación ocupacional no escolarizada. De modo que el desafío del futuro está en educar a los nuevos ciudadanos. Este proceso formativo no es un acontecimiento casual sino una aproximación conceptual a la realidad de naturaleza dialéctica. Es probable que miremos como el entorno influye en las personas. La universidad brinda un bienestar subjetivo a los jóvenes estudiantes.  Aún no tenemos una dimensión precisa de los impactos cognitivos y emocionales en las personas.

El espacio físico mantiene una relación interdependiente con la universidad y la escuela, la comunidad que habita el ambiente y los contextos en los cuáles se despliega y se asume el proceso de apropiación. 

Antes los símbolos distintivos en Piura eran el bicolor nacional, la  bandera blanca del chicherío y la bandera roja del frito en Chulucanas. Podría ser  la bandera de los comuneros de Chalaco que el 28 de enero de 1883 tomaron Piura  como afrenta a los abusos de los hacendados  que se apropiaban abusivamente de los territorios comunales. Refieren los testimonios orales y escritos que lo hicieron con la bandera roja de la Comuna de París. Hoy no hay  villorrio que no tenga bandera y símbolos perversamente caprichosos. Miren las Plazas de Armas con media docena de mástiles. La bandera de Paita, mi provincia, parece un símbolo del Islam. La de Talara es granate. Esta profusión de simbolismos podría entenderse como un afán de identidad. Pero también  como expresión profusa de un extravío de la identidad.

Es cierto, este vínculo se encuentra
mediado por significados socialmente elaborados que el entorno transmite a los individuos y que éstos lo interpretan y reelaboran en este proceso de apropiación espacial. Son los colectivos sociales lo que transmiten y enervan categorías representativas que forman parte de la percepción de sí mismo y los demás. En el caso nuestro las aulas universitarias son un espacio de encuentro de jóvenes de las diversas provincias, con sus propias aspiraciones y maneras de ser y hacer. Creo que deberíamos asomarnos a estas construcciones afectivas y cognoscitivas que enriquecen ese cúmulo de aspiraciones que son parte del futuro de una región. Son parte de su bienestar y su visión del mundo. Esta es una gran posibilidad  de lograr aprendizajes que permanezcan en lo estudiantes con el paso del tiempo y  les ayuden a ser una personas mejor preparadas.

Una de las claves para generar un aprendizaje efectivo y eficiente es el poder discernir qué conocimiento es el relevante dentro de un curso. De modo general podemos orientar  un plan de estudios y observar cuales son los aprendizajes esperados al final del curso. Discutimos y debatimos sobre las competencias en muchos casos, este  es un proceso ineludible de apropiación de la realidad.  Nuestra primera tarea es distinguir entre los contenidos relevantes y reforzar en mayor medida los contenidos de menor relevancia. De esta manera podremos tener un aprendizaje efectivo, eficiente y sobre todo, un aprendizaje que permanezca en el estudiante con el paso del tiempo y les ayude a ser mejores personas.

Hoy vivimos con mayor intensidad la heterogeneidad de los estudiantes producto de  su diversidad de origen, cultural, diferencias de capacidad, social, religiosa y económica. Su opción de género en muchos casos. Se trata de personas que forman su personalidad y la asumen. No podemos permanecer indiferentes a sus interacciones significativas y a su desarrollo social y emocional. Necesitamos una búsqueda esencial a partir de la apropiación de la realidad. Muchas vemos no entendemos que los alumnos se nutren más de nuestras actitudes personales que de los discursos en las aulas. Si somos ordenados los estudiantes también lo son. Si somos puntuales aprenden a ser puntuales. Maestros que leen tienen alumnos lectores.

Como al inicio de esta reflexión advierte Anthony Giddens el cambio impredecible es parte de nuestra realidad:Hoy algunas de las tendencias que se suponía harían la vida más segura y predecible para nosotros, incluido el progreso de la ciencia y la tecnología tienen el efecto contrario. Por ejemplo el cambio climático global y sus riesgos inherentes son probablemente producto de nuestra agresión al medio ambiente. Nos enfrentamos a situaciones de riesgo que nadie en la historia ha tenido que afrontar -el calentamiento global sólo es una de ellas- Muchos de los riesgos e incertidumbres nuevos nos afectan independientemente de donde vivamos y de lo privilegiados o marginados que seamos”.[1] En este nadar contra la corriente el mayor desafío es apropiarnos de nuestro espacio. Es parte de nuestra tarea inmediata sobre todo cuando los responsables de las grandes decisiones se solazan en el océano de su ignorancia. Como advierte Agustín de Hipona: El presente de los hechos pasados ​​es memoria, el presente de los hechos presentes es visión, el presente de los hechos futuros es esperanza.

 
[1] Giddens Anthony, UN MUNDO DESBOCADO Los efectos de la globalización en nuestras vidas, Editorial Taurus, junio 1999.

 

  


 

No hay comentarios: