miércoles, 20 de mayo de 2009

LA ATARAXIA PIURANA


Por: Miguel Godos Curay

Últimamente el clima está cambiado. Los piuranos que procuran una siesta son desplazados por los que andan con las pilas bien cargadas dispuestos a no perder el día. La siesta, nuestra tradicional gimnasia, vive arrinconada en aquellos lugares en donde la santa paz aún tiene sitio como en Sechura o en el Bajo Piura en donde cualquier vecino -entre la una y las dos de la tarde- no se resiste a un pestañeo o a un sueñito con periódico en mano. Para unos es el calor para otro un descansito reparador pues inician la jornada a las 4.00 de la mañana.

Lo sueños de perro y las cabeceadas también se registran en la universidad. Curiosamente quienes más bostezan en las clases vespertinas son los jovencitos que practican el acostarse tarde. Otros se duermen embotados de ruido con los audífonos del walkman y recurren a los lentes oscuros como si fueran congresistas. No faltan los que viven en una flojera permanente acompañada siempre de una salvaje indiferencia por el hacer cosas. Lo propio de la juventud es el movimiento. La energía y el esfuerzo. Para esta nueva especie no lo es. Ellos y ellas preferirían dormir panza arriba en su casa o estar en un no hacer nada todo el día. Otros dominan la técnica de dormir con los ojos abiertos.

Esto implica una flojera invencible para leer y una incapacidad para anotar cuatro ideas en un cuaderno. Y como no saben tomar apuntes, finalmente y mecánicamente, se dedican a anotarlo todo sin orden ni concierto. El resultado es un producto sin pies ni cabeza que nada tiene que ver con la disciplina de los estudios universitarios que son esencialmente críticos y estimulantes de nuevos conocimientos. Cuando se lee inadecuadamente y por síncopes se empobrece el vocabulario y el aprendizaje práctico de la ortografía no surte efecto. No se valora el libro como producto cultural. Mucho menos el pensamiento analítico y causal. Algunos docentes confunden casual con causal. La casualidad es improvisación. La causalidad es elaboración, análisis y profundidad metódica. La causalidad es filosófica. La casualidad es hipertrófica.

El mejor uso del tiempo es la base de la disciplina universitaria. Por eso el desarrollo de una clase tiene tres componentes fundamentales: Un componente sintáctico y participativo (la enunciación lógica de un problema), un componente sintagmático (la búsqueda de la comprensión posible del problema en todas sus partes) y finalmente un componente paradigmático (aplicación de soluciones a los problemas planteados). Una clase monólogo en la que sólo habla el profesor es un fracaso como posibilidad de aprendizaje. Se engaña el docente y se en gañan sus alumnos.

Mucho se habla de la ataraxia piurana poco se dice de la ataraxia académica que ronda y habita en las universidades. Esa indiferencia activa tan nuestra a lo qué pasa y a lo que nos pasa. Esa resignación desdeñosa incapaz de sacudirse y sacarse el polvo. Para Ferrater Mora ataraxia: “es la impasibilidad del ánimo, la imperturbabilidad determinada por la suspensión del juicio en vista de la relatividad de todo conocimiento”. Para el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua es la imperturbabilidad y la serenidad. Pero una cosa e la serenidad que concentra las energías y los argumentos para disentir. Otra la mansedumbre floja y perezosa. Ese flotar en los océanos de la ignorancia jugando al muertito. O esa indiferencia concesiva con la inmoralidad.

Esto explica la inutilidad de las investigaciones universitarias realizadas, salvo contadas y heroicas excepciones. La mayor parte de estos esfuerzos monográficos abultados que a medio leer evalúan los tribunales académicos son más de lo mismo. Ataraxia más ataraxia. Ataraxia 1+ ataraxia 2 + ataraxia 3 cuyo resultado es una ataraxia mayor que la suma de sus partes. Un errático deambular por la inutilidad y la irrealidad. En la mayor parte de las universidades prestigiadas y prestigiosas las mejores tesis son visibles resultados en la realidad. No arrumacos de papel encuadernado para las estanterías. Otro tanto son los diplomas que no lo son repartidos como títulos nobiliarios al culminar los estudios post graduales para la foto. En realidad la investigación está ausente. Lo que sucede es que a veces la veleidad ignorante se enjabona con subjetivismo. La mentira injustificable presume la verdad justificable. En piurano aunque la mona se vista de seda mona se queda.

1 comentario:

EDWIN KAYE dijo...

Es muy cierto lo que usted dice en su articulo, la investigación en las universidades no se están fomentando, y las pocas investigaciones que se realizan, no llegan al común de los lectores.
Esta ATARAXIA PIURANA es más contagiosa que la gripe A (H1N1) y mortalmente cultural.