lunes, 4 de mayo de 2009

GRIPE PORCINA Y ESTORNUDO ECONOMICO


Por: Miguel Godos Curay

Históricamente las enfermedades infecciosas han causado más muertes que las guerras. En el siglo XIV la Peste Negra arrasó con la población de Europa. Durante los siglos XVI y XVII un 60 a 90% de la población nativa de América, entre México y la Patagonia murió de Viruela, sarampión y gripe. Entre 1918 y 1919 una influenza de cerdos (“gripe española”) mató a 22 millones en todo el mundo. En el Perú en 1991 un brote de cólera causó 800 millones de dólares en restricciones comerciales y turismo perdido. Las lecciones recientes demuestran que una información inadecuada sobre el riesgo de brotes epidémicos tiene como consecuencia graves perjuicios comerciales y económicos.

El Banco Mundial estimó el año pasado que una pandemia de gripe generaría una caída de casi un 5 por ciento en el PBI mundial, con un costo cuantioso de 3 billones de dólares. Hace seis años, cuando apareció el brote de gripe aviar, se estimó que sólo la región asiática perdió 80 mil millones de dólares. En 2007, el Foro Económico Mundial publicó un informe sobre potenciales riesgos globales. En uno de sus escenarios visualizó qué pasaría si se juntaran una pandemia mundial y una crisis global de liquidez, similar a la que se vive en estos momentos. El resultado, afirmaba el documento, sería "una ofensiva contra la globalización que agravaría la caída en la demanda económica global".

Los estornudos de la epidemia de gripe porcina afectan negativamente las cotizaciones de los granos. La soja experimentó una baja en sus cotizaciones a un promedio de 13 dólares por tonelada, la mitad de su precio original debido a la reducción del consumo de carne de cerdo, lo que conllevaría una menor demanda de forrajes para el engorde. Pese a que, según la OMS, "ninguna persona fue contaminada por cerdos", y el virus se transmite de persona a persona. Nadie quiere comer chicharrones ni chuletas. Egipto en una media drástica dispuso esta semana el sacrificio "inmediato" de todos los porcinos del país.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que nos encontramos en la fase 5 del nivel de alerta mundial. En esta etapa la propagación del virus entre seres humanos se produce en al menos dos países en una región de la OMS. Si bien la mayoría de los países no serán afectados en esta etapa, la declaración de Fase 5 es una señal fuerte de que una pandemia es inminente. Económicamente se estremecen los mercados de acciones. Los volúmenes de operaciones podrían comenzar a caer, especialmente si la gripe porcina se propaga más en Estados Unidos. Las actividades económicas buscan un mayor movimiento hacia el uso de dinero efectivo. En el nivel 6 las caídas abruptas de los mercados son inminentes. Para algunos observadores una ocasión perfecta para disfrazar la gigantesca defraudación monetaria y financiera mundial, similar fue lo ocurrido en 1929. Una cresta de ola en la que se deslizan con suavidad los embaucadores.

El brote de gripe porcina a nivel mundial tiene un gran impacto en la economía global. Turistas y compañías de viajes han cancelado o postergado sus viajes por temor al contagio. Todos los productos cárnicos derivados del cerdo han caído de precios. China el principal consumidor mundial de carne de cerdo cerró sus puertas a las importaciones procedentes de California. México que ha sufrido las consecuencias de la recesión global tiene que soportar hoy el colapso de los servicios, principalmente el turismo, que aportaba al presupuesto de México poco más de 13 mil millones anuales, lo que equivale a un 8% del Producto Interno Bruto (PIB). El mismo temor se extiende a otros países latinoamericanos entre los que están el Perú, Ecuador, Bolivia y Chile.

El mercado interno, motor económico de la economía mejicana, está paralizado. En Ciudad de México, se han suspendido conciertos, se han cerrado salas de cine y se han prohibido todo tipo de eventos masivos incluso los tradicionales actos religiosos en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Y todas estas medidas provocan pérdidas económicas. Según Agustín Carstens, ministro de Finanzas de México. El que los mexicanos permanezcan en su casa desincentiva el consumo. Si la gente permanece varios días en su casa, gastará menos y la crisis interna se va a agudizar, aunque aclaró que los efectos negativos podrían ser "transitorios" y no estructurales. La economía global está tan interrelacionada que un estornudo en México tiene consecuencias en el resto del planeta.

Las pérdidas provocadas por la caída en las acciones de las aerolíneas, agencias de viajes y hoteles y son enormes. Los analistas financieros aseguran que los inversionistas están actuando con cautela ante las noticias para que n o cunda el pánico. El mundo está a la espera, dicen, de si se comprueban más casos en otros países y de cuán afectado se vea el sector turismo. La OMS viene desarrollando un estricto programa de vigilancia internacional. Sin embargo la mayor brecha del sistema son los niveles nacionales, donde son débiles la vigilancia local y las capacidades de laboratorios. Muchas veces las alertas son tomadas como simulacros que mueven recursos humanos y desnudan carencias. En otras ocasiones muestran que no estamos preparados y que hay que pedir a Dios que nos tenga, en buena hora, confesados.

No hay comentarios: