Por: Miguel Godos Curay
Transporte urbano la piedra en el zapato de la ciudad |
Esta campaña electoral no
tiene brillo. La falta de propuestas de solución a viejos e impostergables
problemas aplana la contienda. Los propios candidatos no exhiben atributos de
un liderazgo coherente y eficaz para el hacer, son más parecer y apariencia
engañosa. Las encuestas miden la temperatura de las preferencias pero también
la indiferencia colectiva. No sucedía lo mismo cuando los municipios era un
concurso de honorables sin cobro de dieta. Hoy no los aspirantes no sueltan la
teta hasta el final de la gestión. Nuestros municipios padecen falta de transparencia. Programas sociales
como el Vaso de Leche engordan a proveedores y desnutren a los beneficiarios.
Los servicios a la ciudad son deficitarios.
Mercado Modelo. ¿Modelo de lo que no debe ser un centro de abastos en la ciudad? |
El transporte urbano lejos
de ser mejor se obstina en ser peor. Buses atiborrados de pasajeros apretujados
y una incontrolable legión de pedigüeños
que abordan las unidades no son un indicador de bienestar sino de una
descarnada precariedad. La comodidad no existe, la irrespetuosidad y el
desorden conspiran para que el servicio no se eficiente. Y son los municipios
donde se urden mafiosas concesiones y la incompetencia. No existe la
representación de los usuarios. Ni canales de participación que permitan acoger
quejas y sugerencias. Mientras en todas partes es obligatorio el boletaje. En
Piura nadie da una explicación satisfactoria. Los vecinos viven en carne propia
la decepción por lo mal que se conduce a la ciudad. Una ciudad desordenada
víalmente, en donde no es posible una ola verde en los semáforos para facilitar
el desplazamiento fluido de las unidades de transporte urbano. No es indicio de
un crecimiento conveniente hacia el futuro. La ciudad crece pero no desarrolla
ajena al orden.
La nueva avenida Sánchez
Cerro lejos de ser un paso fluido de conexión de la ciudad. Muestra
incongruencias en el diseño. Y el Gobierno regional y el Municipio juegan a la
yan.ken.po en una responsabilidad crucial y onerosa para la ciudad. Como
siempre se pretende supeditar la nueva vía al desorden y la creciente
informalidad a la que nadie pone un límite. El orden funciona y provoca buenos
resultados cuando los transportistas respetan los paraderos y no se
detienen donde se les ocurre. Lo mismo
sucede con los usuarios y sus malas
prácticas mal acostumbrados al respeto de normas elementales. Igualmente a la
aplicación de procedimientos de amonestación y sanción al desorden. La adopción
del boletaje es una necesidad. El respeto a los usuarios es una obligación no
una imposición de la autoridad. Aún los empresarios no asumen los elevados
costos de la deseconomía del mal servicio. Hoy la avenida Sánchez Cerro es un
examen de eficiencia para el Municipio y el Gobierno Regional.
El tugurio urbano, la
invasión de predios que trafican inescrupulosos y que negocian a la vera de las
nuevas vías. Demuestra la falta de planificación y ordenamiento urbano. El
recojo de desperdicios acumulados por toneladas es producto de la podredumbre
municipal. Cámaras de seguridad inutilizadas no son garantía de seguridad y bienestar ciudadano. En Piura el
examen de éxito o indicador del fracaso de una gestión municipal es el gran centro de abastos de la ciudad. Un
centro de abastos Inseguro, desordenado, hacinado e ingobernable es una nota
desaprobatoria para cualquier gestión edilicia. El negociado y renegociado de
los puestos adjudicados que son potestad
municipal desnaturaliza de cuerpo entero a la administración.
No existe ahí un eficiente
sistema de recaudación y recuperación de la propiedad municipal. Iniciativas
como la del nuevo mercado de pescado en construcción es un impulso de los propios actores por la mejora.
No es que las cosas no se puedan hacer bien sino que existe un engordadero
siniestro de mafias enquistadas en la administración edilicia. Favorece el
descontrol la informalidad creciente y extendida en todo el centro de abastos.
El expendio de productos en el suelo expuestos a la contaminación, la invasión
de las vías, la lotización de las calles y el laxo control del municipio no son
sino el cáncer provocador del desorden y el desgobierno.
Sumemos a ellos la inseguridad.
El insuperable riesgo frente a la posibilidad de siniestros por los centenares
de telarañas de las conexiones eléctricas clandestinas, la inseguridad en los
pasillos. La invasión de los espacios destinados al flujo de los concurrentes. El tráfico de puestos
corrompe y alienta la venta de espacios destinados al flujo de los
consumidores. Nuestro principal centro de abastos es una bomba de tiempo. Durante la gestión del
Alcalde Aguilar Santisteban. El entonces regidor Reusens Campodonico realizó,
con estudiantes de economía de la UNP, un censo de comerciantes que desnudó en cifras la informalidad alimentada por comerciantes con puesto fijo
que tenían puestos satélites en los exteriores. Algunas tiendas desde su
inicial adjudicación habían experimentado hasta no menos de cinco traspasos por
montos elevados sin que el Municipio intervenga ni se entere.
Hoy hasta los aires del
principal centro de abastos están lotizados sin atenderse las advertencias del
ingeniero Julio Kuroiwa frente a un inminente colapso de las estructuras. El
colmo del descarnado diagnóstico fue el que la base de datos del estudio y la
información necesaria para la corrección y el cambio fue sustraída por una mano negra dentro de la administración
municipal. Existe un descontrol inimaginable. E desafío es ordenar. Es la única
forma de mejorar la recaudación municipal y mejorar servicios deplorables como
la limpieza y el aseo. Hoy es un gran mercadillo similar al de Aguas Verdes.
Desordenado y sucio.
Lo mismo acontece en la
Biblioteca Municipal Ignacio Escudero, Centro Coordinador de Bibliotecas y
núcleo de la actividad cultural de la comuna que necesita de inversión para
incrementar sus colecciones y proseguir con el proceso de digitalización y
servicios especiales a invidentes. La biblioteca complementa la
educación escolar y la creciente demanda de los jóvenes estudiantes
universitarios. Hasta el espacio verde del actual local es una tentación para
la burocracia que se traga los ambientes
disponibles. Lo propio sucede con otros ambientes destinados a la promoción del arte como la
pinacoteca en donde el hacinamiento es visible.
Hay una atención
negligente e indiferente al espacio
verde. Es más numerosa la cantidad de algarrobos talados que los sembrados por
la comuna. Los pocos ficus a lo largo de las avenidas Loreto y Sánchez Cerro
han sido arrancados de cuajo por los propietarios de negocios que ocupan
indebidamente la calle para la venta de celulares. Entre los espacios
abandonados y deforestados están el Parque Miguel Cortés y la propia Plaza de
Armas cuyas baldosas lucen desencajadas
y desprendidas. La plaza antigua la que todos recuerdan por su umbría frescura
de algarrobos y tamarindos tenía un soporte de recoche (ladrillo requemado)
sobre el que descansaban las losas de cemento antideslizante. En equívoco
sentido de modernidad se abandonó el viejo piso perdiendo fisonomía. Las losas
resbaladizas que recalientan el suelo y dejan sin la posibilidad de respiro a
la tierra viva.
Piura, tiene poco espacios verdes y los pocos que hay están poblados de basura amontonada por los malos vecinos y los parroquianos que convierten a los árboles en letrinas. Nuestros corredores verdes son sucios e inmundos y no faltan los alcaldes que amenazan con continuar con esa siembra salvaje de cemento. Las plazas de armas de nuestras ciudades son más una demostración de lo que no se debe hacer en los espacios urbanos destinados al solaz y recreación. Piura ha perdido su atractivo urbano por las innumerables remodelaciones de parques y plazas en donde la huachafería se instala impunemente.
Piura, tiene poco espacios verdes y los pocos que hay están poblados de basura amontonada por los malos vecinos y los parroquianos que convierten a los árboles en letrinas. Nuestros corredores verdes son sucios e inmundos y no faltan los alcaldes que amenazan con continuar con esa siembra salvaje de cemento. Las plazas de armas de nuestras ciudades son más una demostración de lo que no se debe hacer en los espacios urbanos destinados al solaz y recreación. Piura ha perdido su atractivo urbano por las innumerables remodelaciones de parques y plazas en donde la huachafería se instala impunemente.
Faltan pocos días para un
proceso electoral a todas luces deslucido ganado por la indiferencia ciudadana.
En un proceso electoral se busca
elegir los mejores cuadros ciudadanos
cuando esta posibilidad se frustra puede ocurrir que se elija al menos
pernicioso entre los peores. Lo que tiene un imprevisible y elevado costo para
la ciudad. Es falso afirmar que los electores viven desinformados. Se informan
y no es fácil seducirlos con engañifas y cantos de sirenas destempladas. No nos
sorprendan los resultados. Hay quienes buscan servir a su ciudad y quienes
buscan servirse de su ciudad y devoran presupuestos. Por eso no es mucho pedir
un voto reflexivo y responsable.
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