viernes, 28 de diciembre de 2018

¡SOMOS LIMPIOS, SEÁMOSLO SIEMPRE!

Por. Miguel Godos Curay

Piura produce diariamente 400 toneladas de  basura. Parte de los
desperdicios se reciclan. Los que no se recogen se acumulan.
La pasada nochebuena tuvo un mal día. Toneladas de basura abandonadas en toda la ciudad nos golpearon con la contumaz vocación por el desaseo de nuestras autoridades. Basura hay en todas partes. A inmediaciones de establecimientos escolares, en los centros de abastos, en los barrios populosos, en los bordes de las carreteras, en los accesos a las ciudades. No hay rincón piurano en donde el poblador no arroje basura. Las islas del aseo y el orden son escasas pero las hay. El aseo esplendido del Campus de la Universidad de Piura es sorprendente. La buena práctica se inculcó con el ejemplo. A un alumno aficionado al hurto de papel higiénico. El bueno don Rafael Estartús lo sorprendió  con un “lleva este rollo para tu casa”. Con tal lección humana la responsabilidad brota de raíz como la muela del juicio para toda la vida. Nadie arroja un papel y si lo hiciera alguien lo recogerá para decirle esto se le cayó. Las responsables de la limpieza son señoras esforzadas en las aulas y fuera de ellas. Siempre nos enseñaron a ser limpios e impecables.

Piura tiene encantos pero más son los desencantos. El plástico se acumula irresponsablemente en todas partes. Nadie lo recoge. La flamante avenida Sánchez Cerro -recién inaugurada- se ha convertido en el espacio favorito para el abandono de desperdicios de sus vecinos, de los que viven al frente y cada noche y mañana y a la hora que se les ocurre arrojan bolsas con desperdicios a lo largo de treinta cuadras. Igual sucede en los nuevos centros comerciales de servicios higiénicos impecables. Los implacables son los que arrojan – como en su casa- todo por los suelos.

El desaseo y las malas prácticas  son atributos de niños, jóvenes y viejos. De hombres y mujeres. De humildes pero también de pitucas presumidas. Necesitamos una cruzada cívica por el aseo, la cortesía, el respeto, por el paisaje limpio, por el amor a la tierra, por el sembrar árboles y no talarlos con métodos brutales y salvajes. Resulta sorprendente como en la urbanización Santa Isabel  ayer jardines hoy están sellados con cemento y se asfixia a los árboles sin la menor contemplación. Este espejismo de progreso causa espanto y desolación. ¿Cómo amar a Piura sin disfrutar de sus umbríos algarrobos? ¿Cómo amar a una ciudad sin admirarla y sentirla en la belleza de su paisaje? ¿Cómo vivir humanamente limpios y dignos?

Piura, diría el poeta Juan Luis Velásquez  “que soledad sin soledad siquiera. ¿Qué trincheras tan alta sin altura?” Las papeleras son excedidas por las descargas de basura. Los carritos acumuladores colocados con buena intención dejan de serlo cuando repletos nadie recoge los desperdicios mal olientes. Y los improvisados recicladores en pos de desperdicios orgánicos para las chancherías arrojan todo y sin retorno a los depósitos. Hay basura de elevado riesgo biológico de hospitales y clínicas que algunas veces se abandona negligentemente.  En Piura operan BA Servicios Ambientales SAC  (08),  Arpe (09), Beraca (10) con instalaciones de disposición de residuos peligrosos. Pero el peligro mayor son los piuranos irresponsables.

Piura produce diariamente -por el vigor del consumo- 400 toneladas diarias de basura. A duras penas se puede recoger entre el 30% y 40%: la que no se recoge se acumula en la vieja zona industrial, en los caminos. Toneladas de valvas de conchas de abanico han arrojado a lo largo del camino al balneario  Chullyachi las procesadoras industriales. La playa limpia se ensucia cuando los eventuales visitantes abandonan descartables, botellas de vidrio y plástico. Como no hay servicios higiénicos  hacen sus necesidades a todo aire entre el cielo y el mar. Igual sucede con los desperdicios de los expendedores de comida. Todo queda ahí estropeando el paisaje. La negligencia se repite en todas partes. En Ignacio Escudero que padece el vaho del mosto fermentado y las humaredas de la caña ardiendo. En los balnearios de Paita donde no se detiene la colecta de plástico. Igual sucede con la vía que atraviesa Rinconada Llícuar y Bellavista, el ayer  camino limpio es un basural que  crece. No están libres de estas malas prácticas culturales los acogedores escenarios, los centros de abastos, los restaurants, las aglomeraciones de ambulantes y todos los espacios concurridos. La basura estropea a Talara, Paita y Sullana convertida en una perla negra de la suciedad y el moho. La gestión edil que fenece ha desplegado esfuerzos pero el mal persiste.

El próximo Gobernador Regional el médico, Servando García Correa, por personal vocación debe emprender serias políticas en defensa de la vida, el cuerpo y la salud de nuestras poblaciones. El mejor atractivo turístico de una ciudad es el aseo. La limpieza es la nota distintiva de Loja. La limpieza cívica de los lojanos es parte de su cultura e identidad. De su respeto a la naturaleza, al paisaje, al orden, a la educación. En América Latina las ciudades limpias son urbes educadas en donde el buen trato es norma cotidiana. Las ciudades sucias y poco aseadas abundan en donde campea la delincuencia, la malversación, el mal uso de los fondos públicos. Ahí en donde gobierna la coima abunda la basura.

Los impactos de los Residuos Sólidos Domiciliarios (RSD) y Residuos Sólidos Urbanos (RSU) son más severos en donde los pobladores muestran una actitud indolente frente a su entorno. El promedio regional de generación per cápita de Residuos Sólidos Domiciliarios (RSD) y de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) es de 0,6 kg/hab/día y 0,9 kg/hab/día, respectivamente. La disposición final de los RSD se ha convertido en un serio problema por cuanto los rellenos sanitarios ya saturados obligan al abandono irresponsable e incineración a cielo abierto afectando el ambiente.

Conforme a las estadísticas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el Perú los RSD Generación per cápita (kg/hab/día)  se estiman en 0.47 y los RSU 0.75. En el país sólo el 57.2% de  los municipios cuenta con planes de manejo de residuos sólidos. Sólo el 55.7% realiza  la recolección diaria, el 43.5% dos a cinco veces por semana y el 0.8% una vez por semana. El 43.5% realiza una total disposición adecuada y el 56.5 % una total disposición inadecuada. El costo de la recolección US$/ Ton  es de 15.02 y la disposición final en el mismo rango 5.98. La forma de cobranza es a través del Impuesto Predial 85.1%, junto con el recibo de agua potable y alcantarillado 0.2%, cuenta periódica del usuario 14.7%. La tasa de reciclaje es del 14.7%. El reciclaje de los RSU es realizado por un activo sector informal que recupera cartones, hojalata, vidrio y plástico. En América Latina se estima en 4 millones a los recicladores urbanos.

El Perú produce diariamente 23 mil toneladas de basura y sólo se logra reciclar el 15%. Según la ONG Ciudad Saludable el 55% de nuestros desperdicios es materia orgánica y sólo el 29% es aprovechable (cartón, hojalata, vidrio, plástico). En el Perú sólo existen 12 rellenos sanitarios, el 90% de la basura se arroja a botaderos informales de los que existen mil 850 y son una seria amenaza ambiental.  Según el Ministerio del Ambiente (MINAM) en el 2016 se produjeron 7’005,576 toneladas de residuos  municipales urbanos de los cuales el 18.7% son productos reciclables (papel, cartón, vidrio, plástico, tetrapak, metales, residuos eléctricos y electrónicos. En Lima y Callao cada poblador genera en su domicilio 870 gramos de residuos sólidos al día. La segregación (separación) de los contenidos de la basura facilita se procesamiento y atenúa los impactos indeseables que desbordan a nuestras ciudades.

Frente al serio problema tenemos un enorme desafío a partir de la educación ambiental, vigilancia ciudadana, mejora  de los servicios a la población, e incentivos al sector privado que aliente y fomente el manejo adecuado de los RSD (Residuos Sólidos Domiciliarios) y RSU (Residuos Sólidos Urbanos). Con el argumento del cambio de autoridades es bastante probable que el problema se acentúe. No hay tiempo que perder. Si entendiéramos que el aseo urbano y la limpieza son el sello indeleble de la personalidad y el mejor atractivo de una ciudad.

sábado, 22 de diciembre de 2018

NAVIDAD EN LA MEMORIA


Por: Miguel Godos Curay
Una nochebuena inolvidable con Octavio Zapata

Una inolvidable Nochebuena fue la que pasé con Octavio Zapata. Ninguna pollería quiso atendernos y la única que respondió a mi pedido atiborrada de gente me envió a la cocina y ahí me fui con ese inolvidable amigo tan humano, tan inteligente, tan olvidado y cubierto de olvido y de andrajos. Octavio usó con elegancia los cubiertos y comió hasta saciarse. Esa noche se estremeció el alma y cuando  conté a mis hijos lo sucedido me dijeron -¿cuántos Octavios habrán en la tierra que no tienen que comer?. Me quedé absorto por el razonamiento. En otra ocasión cuando se produjo el linchamiento de un abigeo en Loma Negra los presuntos victimarios estaban en la carceleta  del Palacio de Justicia. Pedí a los vigilantes de la policía que permitieran ingresar y lo hice con mi hija de apenas cinco años. Mientras entrevistaba a los detenidos. La niña peguntó al más viejo de los detenidos si tenía niños. Y si los niños iban a la escuela.  Si comían o no comían. Me quedé mudo. Al salir caminando a la redacción del diario. La niña me dijo –Esas personas son buenas y no mienten. Son pobres nadie los quiere escuchar - . Entonces con ese combustible humano empecé una batalla periodística por los detenidos. Siento aún la estrechez de la celda.

Tengo con mi tribu una convención familiar para arremeter contra la vejez. Leo diarios y libros con una lámpara adosada a  mi cama. Un escritorio y estantes con muchos libros. Una PC para recorrer las primeras planas de los diarios del mundo. Una tv en la que accedo a CNN y  a Fox. Un botiquín de pastillas de todo color que deliberadamente olvido. Agua fresca, plumas de tinta líquida mi intensa pasión. Fichas por kilos. Y una campana de bronce  que utilizo para pedir auxilio cuando sobrevienen repentinos los calambres. Santiago mi nieto me sorprende diariamente recordándome que tome las pastillas. La última vez que tocaba la campanilla con los muslos acalambrados pidiendo auxilio. Santiago me sorprendió con esta interrogante: ¿Tu eres Papa Noel?  No pude contener la risa y sin más ni más se pintaron de navidad mis humanos percances.

La navidad para los peruanos tiene un profundo sentido cristiano y humano. He buscado en youtube ese villancico de Luis Aguilé que dice: Ven a mi casa esta navidad. Lo escucho con emoción evocando 60 navidades. Me siento como un niño con juguete nuevo. Recorro los callejones de Paita con personajes inolvidables. Recuerdo con mucha emoción a Monseñor Daniel Turley al “Padre Daniel” que recuerdan los campesinos de San Domingo de Morropón. A David Petraitis un agustino de Lituania al que llegué   a estimar como un hermano en mi estancia por la sierra. A Monseñor José Antonio Eguren Anselmi cuya indeleble amistad y sinceridad brota con espontaneidad con mucho cariño por Piura.
Viene a la mente en el recuerdo y el cariño el padre Ubaldo Ramos Cisneros entrañable amigo y hermano. La canonización de Monseñor Arnulfo Romero era su fervoroso deseo. Entonces Lucho Córdova pintó el rostro de Monseñor Romero en  un polo que Ubaldo lucía con convicción. Al padre José María Navarro Pascual generoso consejero. Evoco a mis hijos que pese a estar agotados por la celebración navideña a primeras horas me pidieron visitar la ermita de la UDEP. Ahí en donde una escultura de Julián Alangua (Bilbao 1916 - Lima 2013) que representa la huida de Egipto entregada por Don Álvaro del Portillo enternece. De este recorrido mañanero no me olvido. Mis hijos ya mayores atesoran recuerdos y les ruego que hagan el mismo itinerario con sus hijos entre los algarrobos y la verdura del Campus.

La navidad tiene un profundo sentido cristiano más allá de lo material opulento y vulgar. La ternura, el afecto, la amistad, la sinceridad, la lealtad humana no tienen precio. La amenaza mayor del materialismo es el hacernos creer que todo en la vida tiene precio. Esa sensación pervertida de primacía  de la materia sobre el espíritu. Entonces la ternura se convierte en el meretricio del afecto. Y el afecto en sometimiento incondicional al capricho ajeno. La amistad, la filiación se subordina al interés personal. La mentira atropella a la verdad y a la sinceridad genuina propia de las buenas personas. La lealtad natural vincula a los buenos con los buenos y se pierde cuando se convierte en el convite de los malos y podridos. Ahí todo se deforma monstruosamente. Un enlodar la conciencia con apetitos subalternos a costa de la felicidad perdida.

Pero ahí estamos. Nutriéndonos de afecto humano, de desprendimiento, de humildad de borrico junto a Jesús. De deseos de niño bueno en noche de pascua. De ilusiones para imaginar y construir un mundo nuevo. De alegría convertida en música. De ánimo para la madre que lo entrega todo por su crío. De  fidelidad de mascota que día y noche te acompaña y te mira como si leyera el pensamiento. El aire fresco de la madrugada agolpa las ideas y surgen las palabras. Pienso y repienso. Los sentimientos alimentan la vida de sentido al margen de los odios intestinos y las pesadumbres. El monólogo interior brota  mientras cae la lluvia. Anchos son los caminos y fatigosas las jornadas.

Los viejos arrullos de los pastores y pastoras que visitaban en cada barrio los nacimientos vienen a la memoria: “Arru-rrú mi niño / que parió la gata/ cinco borriquitos/ y una garrapata”. Mazamorras y chicha de maní para los pastores: ”Duérmase mi niño/ duérmase  en la hamaca/ ya viene la mazamorra/ y la leche tibia de la vaca”. En olla de barro hervía el aromático  cacao con canela y clavo y batido con molinillo  el chocolate estaba listo para la cena. “Este niño tiene sueño / muy pronto se va a dormir/ Tiene un ojito cerrado/ y el otro no puede abrir”. Antes del panetón fue el pastel de fuente preparado por las abuelas con harina de trigo, manteca, azúcar rubia y huevos. Dulce acompañante del pavo criollo. Los mayores brindaban con aguardiente, vinos dulces y anís del Bolo. Los miaditos del niño eran infaltables. La lluvia fresca nos acompaña esta noche y es nuestro vivo deseo que mis amigos, los amigos de mis amigos con sus buenos deseos construyan una  cadena interminable de paz y amor humano por encima de todas las cosas. Así derribamos  los muros y pretensiones del odio  y el rencor. ¿Entendiste  mi buen Jesús este deseo?