jueves, 9 de diciembre de 2021

AREQUIPA Y PIURA


Por: Miguel Godos Curay

Arequipa tiene la dureza del sillar la piedra volcánica. Piura tiene la arena caprichosa y volátil del desierto. El arequipeño es carnívoro y fecular. El piurano es ictiófago y aficionado al recado de sarandaja  y tostado. Zarandaja en el diccionario es cosa menuda y sin valor. Un tazón de caldo de lomos al pie del Misti se lleva de encuentro al caldo de pata de toro y sancochado piurano. Nuestra afición a los frejoles se llama arveja, chileno, frejol de palo y frejol blanco. El arequipeño disfruta las  habas verdes y la papa en todas sus formas: chuño, seca, sancochada y dorada para acompañar los antojos. El piurano y el arequipeño disfrutan del ají. En Piura el ají es imprescindible en el cebiche. Sean los diminutos ajís monos, de mesa, o el aromático limo. En Arequipa manda a la hora del papeo el señor rocoto.

Nuestro pan requiere manteca, en el sur es ázimo y sabe a trigo. Bebida tradicional en Piura es la chicha de jora y el clarito en poto. En Arequipa la chicha de guiñapo (maíz negro) en jarro de vidrio y en vaso enorme hasta los portales. Allá mantienen viva la tradición chichera en el menaje de siempre. En Piura, la jora y el clarito se sirven en balde de plástico. Una genuina profanación contra las lagenarias y la jarra de barro de nuestros abuelos. Allá mandan con señorío los batanes de piedra y los fogones. Aquí la modernidad nos hizo voltear la esquina y olvidar nuestras viejas tradiciones y técnicas culinarias. La cocina de leños obtiene grados kelvin de temperatura que no alcanzan las hornillas a gas modernas. El calor y la cocción marcan la diferencia en la degustación de los sabores.

En cortesía podemos competir las primeras horas de la mañana. Cualquier vecino que asea su fachada saluda cortésmente. Al igual en la Piura del campo y la ciudad solo los mayores saludan con el  Buenos días de Dios. Los adictos al celular no saludan y pasan de largo con sus audífonos ruidosos. Piura supera en ruido a Arequipa por el comercio ambulatorio, la pervertida costumbre de los cláxones libres en donde se les ocurre a los conductores y ese afán de incumplir las disposiciones de tránsito.

Ni en los sueños de opio aparece en Arequipa el ruidoso mototaxi y el riesgosos servicio de la moto lineal. Sí existe el delivery que transporta platos calientes raudo por la ciudad. La migración foránea en Piura es una oleada indetenible. En Arequipa un problema que crece pues no está permitida la ocupación de la vía pública y el desorden. Lo que no significa que no existan pobres de solemnidad que aguardan en los beateríos desayuno y sopa caliente. La mayor parte de los mendigos son ancianos. No piden la gente les da.

La confesión en las primeras horas de la mañana es una práctica cotidiana en el atrio de la catedral en donde se han acondicionado separadores que protegen al confesor y al confesado. El flujo de feligreses es continuo desde las seis de la mañana. La catedral, uno de los lugares más concurridos en el día, permanece impecable. Corteses vigilantes le recuerdan al instante que debe permanecer con la cabeza descubierta en la visita. El sillar está presente en los muros seculares y en las baldosas de una ciudad sin ruido.

Un rincón concurrido son las librerías y las dulcerías. En Piura faltan librerías, sólo contamos Crisol, San Pablo y Libún,  poco a poco gracias a Houdini Guerrero, se incrementa el número de lectores. En Arequipa es posible ser atendido por una gentil conductora de taxi que se ha ganado el respeto de los varones del gremio. En los parabrisas es posible apreciar la identidad del conductor, el número de placa del vehículo, el tarifario  y la ruta que cubre. Si usted lo solicita le otorgan formal comprobante por Internet. En Piura, se cobra a como caiga el cliente, una carrera de taxi puede convertirse en un asalto a mano armada. Nunca sabes quién te conduce y el conductor se viste como quiere mostrando las pobrezas. En Arequipa es obligación un traje decente e impecable. Estando plenamente identificadas las empresas que brindan el servicio la confianza se sustenta en el buen trato y el respeto al usuario. En Piura nos queda mucho por aprender y en buena hora. No se trata de una racionalidad imposible.

Las áreas verdes permanecen bien cuidadas y en su protección se ejercita la vigilancia de los vecinos. En Arequipa es notorio el aseo en Piura nos gana el abandono y la basura por todas partes. Al filo de las carreteras, a inmediaciones de los sectores populosos de la ciudad. En los establecimientos comerciales allá se ha restringido para siempre el uso del plástico y el tecnoport. En Piura es parte del paisaje, la negligencia, el abandono y la incultura ciudadana. El vigor de nuestra economía no activa aún el civismo, el respeto y el cuidado por el espacio en el que vivimos. Allá se obstinan por la seguridad, aquí crece la criminalidad y el delito. Muertos cotidianos en Piura, Sullana y Talara es un indicador de inseguridad colectiva que debemos atenuar.

San Miguel de Piura se fundó en 1532, Arequipa ocho años después en 1540. Como anota López Albujar: “En Piura, repito, ha faltado la piedra, la piedra bajo todos sus aspectos. Por falta de ella no ha tenido quien la labre y esculpa, quien la emplee en el palacio o en la estatua. Sus pequeños escultores no han pasado de la talla y el repujo. Toda su habilidad escultórica la emplearon en la madera, en el cuero y el metal. De sus manos salieron únicamente imágenes, retablos y uno que otro santo de iglesia o arcón; todo esto frío, enfático, servil, ripioso sin asomo de grandeza ni gracia comunicativa.”  No es menos elocuente el escritor.

Arequipa se nutre de un regionalismo y una adhesión natural al liberalismo. Advertía Francisco Mostajo que las baldosas de sillar en tiempos de montonera se convertían en trincheras de lucha. En la blanca ciudad bien puede entonarse un sentido yaraví o Blanca Ciudad vals del piurano Rafael Otero López, sentidas notas escritas sin que el poeta hubiera pisado la tierra del Misti. Ciudad Blanca, es considerado el sentimental himno de Arequipa escrito por un bardo de la tierra caliente de Piura.

martes, 2 de noviembre de 2021

SOMOS LIBROS, LEÁMOSLOS SIEMPRE

Por: Miguel Godos Curay


Las ferias del libro son un espontáneo y valioso estímulo para la cultura, el arte y la creatividad. Este es el mérito de la feria “Somos libros leámoslos siempre” realizada por la Municipalidad de 26 de Octubre el pasado 27 y 28 de octubre. Esta primera experiencia resultó un concurrido encuentro de escritores y su producción editorial. Hubo libros al alcance de todos los bolsillos, genuinos ejemplares de colección y obras de lectura obligada para quienes se adentran en un conocimiento sistemático de la cultura piurana. Fehacientemente quedó demostrado Piura, no es ajeno a los libros. A pesar de los pesares la actividad editorial no se detuvo en tiempos de pandemia.  

Los libros, tienen contados lectores pero son muchos los que los buscan para conjurar su soledad. Otros se deleitan con tópicos variados y satisfacen su interés por las buenas letras, la narrativa, el conocimiento e ideas abundantes para emprender y ocupar su tiempo. Los libros como productos culturales atraen a grandes y chicos, a viejos y jóvenes. Abundan entre ellos los que se pertrechan de material de lectura porque la televisión e Internet no motivan cautivadoramente su interés y atención.

Las ediciones populares son accesibles. Libros hay para todos los bolsillos. El editor Houdini Guerrero de Sietevientos demostró que la producción local no es escasa, Piura si tiene lectores. Houdini es un gestor incansable. No hay rincón de Piura que no visite promoviendo la lectura. Tan presto está en Piura como al día siguiente en Morropón, en Chiclayo o en algún villorrio de Sullana. Houdini, nombre de mago y extraordinarias habilidades intelectuales abre desinteresadamente surcos literarios en los lugares que visita. Sietevientos, su editorial, es también el atributo poderoso del San Pedro de siete aristas, cactus de las alturas cargado de mescalina combustible para los vuelos chamánicos en las cósmicas lagunas de Las Huaringas.   

En la feria  no faltó la presencia de escritoras y poetas con producción edita. Destacan entre ellas: Libertad Orozco Zapata, Jany Chira Valdiviezo, Silvia Mendoza Gálvez, Lilian Hougthon Hidalgo, María Vásquez Vélez, Liset Noelia Mendieta Leiva, Carina Rivera Carrasco, Yolanda Alvarado Choquehuanca, Elizabeth Carrasco Rivera que hicieron conocer su producción literaria. Los que disfrutan con las historietas encontraron las ediciones de Luscor, Luis Córdova Rumiche, primicias gráficas sobre la vida de Grau y la narrativa local.

Coloridos formatos deslumbran a los lectores. Los concurrentes a la feria disfrutaron de las presentaciones de Sigifredo Burneo Sánchez, Rafael Gutarra Luján, Miguel Godos Curay, Houdini Guerrero Torres, Jaime Rosillo,  Javier Vílchez Juárez, Jonathan Gonzáles Córdova, José Lalupú Valladolid, Jack Soto Cresto, Alexis Paiba Benites, Paúl Cardoza Nizama, Adolfo Flores Facundo y Walter Pintado Pasapera. No faltaron libros de temas históricos, economía, agricultura, demografía y otros estudios sociales producto de la actividad académica universitaria.

Las ferias son decisión y buena voluntad, a lo que se suma como un vivo impulso la publicidad de los medios. Esta propuesta municipal demuestra que la cultura permite devolver la confianza a los gestores promotores del teatro, cultivo de la música, organización de conferencias, animan a los artistas y organizan a las madres de familia. Realmente, en este océano de indiferencia, se puede contar con los dedos de la mano a los gobiernos locales y regionales que apuestan por la cultura y los libros. La cultura, no olvidemos, es un territorio firme para el civismo y la educación popular.

Editar libros es una contribución abierta al fomento de la lectura. Leer es un placer inequívoco. Personalmente, nos satisface hablar sobre lo que escribimos, nos cautivan los deslumbrados auditorios después de las extenuantes clases virtuales. El “face to face”, el cara a cara, es irremplazable cuando se comparten conocimientos y experiencias. Es una especie de reencuentro humano comunicativo y motivador. Por eso, ojalá surjan más iniciativas como esta. Arrinconar la modorra y el mal gusto es una insuperable obligación.  

Las ferias del libro son un espacio de promoción de la lectura y encuentro de lectores, en donde se confiere valor a las creaciones literarias y al conocimiento que aportan los libros. Lima este año fue sede de cuatro ferias “Surco sobre letras 2021” en el Parque de la Amistad de Surco. Otra fue la “42° versión de la Feria del Libro Ricardo Palma” organizada por la Cámara Peruana de Libro y la Municipalidad de Miraflores y se realiza en el Parque Kennedy.  El Parque de la Exposición fue escenario de la “Sexta Feria Metropolitana de Libro Lima-Lee”. En la sede de la Alianza Francesa de Miraflores se realizó la Cuarta edición de “La Independiente: Feria de editoriales peruanas” pone a disposición de los lectores a autores peruanos.

Prioridad en una feria es el acceso al libro y la formación de lectores y promotores de lectura para fomentar el desarrollo personal y comunitario. Culturalmente prestigian a las ciudades donde se realizan y congregan a los autores y editores.  Educativamente, fomentan la lectura dentro y fuera de la escuela. Una de las más grandes es la Feria Internacional del Libro de Bogotá que reúne expositores de la industria editorial de Iberoamérica y todo el mundo. La feria se realiza anualmente en Bogotá, capital de Colombia. Este año se presentó una versión virtual de la feria pero el ánimo de los editores y los lectores se mantiene a tope.

sábado, 30 de octubre de 2021

TIEMPO DE VELACIONES

Por: Miguel Godos Curay

La muerte de Colón, oleo de Ignacio Merino Muñoz (1817-1876)

La señora muerte es parte de esa invisible prolongación familiar. Nos acompaña siempre. Como dice el poeta del prerrenacimiento: “Nuestras vidas son los ríos/ que va a dar a la mar/ que es el morir…”  En el imaginario popular tiene una categoría extraordinaria. Cuando alguien muere se coloca un vaso con agua en un rincón de su casa y el mismo se evapora misteriosamente. El rito dura nueve días de rezos y plegarias por el descanso de su alma.

En Santo Domingo (Morropón) al filo de la madrugada y frente al resplandor de las velas, en pleno velorio, se entona la Salve de las vacas que recuerda el pasaje bíblico del mendigo Lázaro que ansiaba saciarse con las migajas del espléndido banquete del rico epulón. Muerto el mendigo fue llevado por los ángeles ante Abraham. El rico en su triste final invocaba a Abraham  envíe a Lázaro para que moje su dedo en agua y le refresque en su indecible tormento. En la sierra de Piura las exequias y el acompañamiento se realiza en medio de una ofrenda de granos arrojados a lo largo del camino.

Nuestros caminos están poblados de cruces, peanas y recordatorios de veneración a animas prodigiosas producto de percances carreteros o en lugares inhóspitos en donde el destino arrebató una vida. La memoria reconstruye los escenarios trágicos, historias y provocadores recuerdos que comparten los viajeros y trajinantes. En esta legión de desgracias puras están una racha de accidentes.

En La Huaca (Paita) se venera año a año a las “ánimas descarriladas”. Un 12 de enero de 1886, entre las haciendas “La Chira” y “Valdivia” se descarriló un tren que cubría la ruta Paita-Sullana conduciendo tropas. Entrada la noche, el tren por no atropellar a un toro que descansaba entre los rieles salió fuera de la vía. Cuatro oficiales y dieciocho soldados perecieron en el acto y otros 46 quedaron malheridos gravemente. Desde entonces se recuerda a las inocentes víctimas en una capilla erigida en su memoria.

El itinerario de la muerte reúne percances de todo tipo: suicidios con finales conmovedores como la del aplicado estudiante de leyes al que le llegó la falsa noticia de la muerte de su prometida. Presa de dolor y desolación se produjo el suicidio del enamorado hasta el tuétano dejando en la infinita soledad a la consorte. Últimamente se ha incrementado la estadística de suicidas adolescentes aturdidos por las reprimendas y los bajos rendimientos en las clases virtuales. El aislamiento angustia, perturba y enajena. El deterioro de la salud mental en menores no es un juego.

En Piura, los muertos “penan” y son objeto de  la piedad popular. Para muchos las benditas ánimas del purgatorio por la excepcionalidad  de su condición brindan protección a quien ofrece ruegos por su descanso eterno.   Las penas son parte de las variadas formas en las que se hace sentir el más allá. Ruidos, apariciones, movimientos extraños, alcobas inhabitables  y pesadillas insuperables son parte de ese caos de sensaciones tan piuranas. El antídoto para todas ellas es la oración, la aspersión de agua bendita por todos los rincones y oficios religiosos por las ánimas olvidadas.  

Las tumbas del soldado desconocido en la carretera a Morropón, la de “La turquita”, una gitana fallecida de tránsito por Chulucanas. En Piura existe un altar, a espaldas del Colegio San Miguel en la avenida Cushing, en memoria de Angélica Flores Castillo, La Chabaquita. Una mujer víctima de la violencia de su conviviente fallecida en 1948 con una legión numerosa de devotos agradecidos, En Sullana, la peana de Juan de Dios,en el Canal Cieneguillo. Lugar concurrido por conductores y comerciantes que colocan velas y flores.

El 1 de noviembre los feligreses recuerdan a los párvulos y ángeles. Los padres del pequeño fallecido reparten miel y panecillos entre los niños de la edad del ausente. El rito se cumple en el atrio de la iglesia. Ofrenda similar son los tradicionales “angelitos”, coloridos dulces tradicionales elaborados con piña y camote que se comparten en la fecha.  El día 2 dedicado a los difuntos la ofrenda propiciatoria son las tradicionales roscas o panes de muerto en memorial de los adultos fallecidos.

Hasta antes de la pandemia parte de esta viva tradición son las “velaciones” en la que familias enteras concurrían a venerar a sus muertos acompañándolos a la luz de velas o bombillos eléctricos. Las velas de cera ardiendo simbolizan el curso de la vida. El esplendor y el ocaso. La existencia y la muerte. En las caletas del litoral y villorrios se acostumbra en plenas velaciones compartir café de olleta con galletas de agua y  comida preparada para la ocasión entre familiares y amigos. A todo ello se suman ramos y coronas de flores, vivas o de satén, oraciones y responsos. En esta festividad tradicional Piura entera se volcaba a los camposantos. En tiempos de pandemia y por las restricciones sanitarias las familias se reúnen al calor del hogar.

La muerte es el final de la existencia.  Para el filósofo José Luis Aranguren (1909-1996) existe una muerte apropiada que es constitutivamente parte de la vida. Pero también existe la muerte indeseable e inesperada que te sorprende en los sinuosos meandros de la existencia. La muerte es una preocupación, ocupación anterior, al cruzar la última esquina de la existencia. Muerte absurda es la que no tiene sentido. Desemboca en la pregunta radical de Sartre: ¿cuándo el hombre muere qué es lo que muere? El hombre para las cosas o las cosas mueren para el hombre. La muerte entendida como un hecho bruto que acaba conmigo y todas las posibilidades de ser.

Advierte Aranguren, citando a San Pablo: Ninguno muere para sí mismo, morimos para el Señor. Dios nos tiene enteros, porque morimos ante Dios y hacia Dios, la muerte tiene sentido. De ordinario vivimos disfrutando de la película de nuestra existencia sin remitirnos nunca hacia el final. Vivimos eludiendo a la muerte como posibilidad. Reprimimos el pensamiento final mediante el artificio de la juventud eterna y los relativos progresos de la ciencia para la prolongación de la existencia. En este extremo como diría Lorca en los romances de Antoñito el Camborio: Acuérdate de la Virgen porque te vas a morir.

Existe toda una parafernalia en torno a la muerte. Los muertos nunca salen por la puerta principal de una clínica o establecimiento de salud. Siempre se les retira por las puertas traseras. En Piura, por ejemplo, se suele  despedir al muerto del que fue su hogar o de los lugares en los que transcurrió su vida. Los cargadores del féretro realizan tres solemnes venias.  La despedida es entendida como un adiós postrero para que ya no regrese. Nuestros abuelos en su testamento indicaban su preferencia en la mortaja. La sarga y cordón de San Francisco, la casulla mercedaria o el hábito carmelita. Hoy es una práctica extendida el  maquillaje y embellecimiento del cadáver como si estuviera vivo. Existe un rito laboral entre peinadores y maquilladores al iniciar su oficio el de utilizar por primera vez sus herramientas   en un cadáver NN porque protege la menuda tarea personal en el gremio.

A Epicuro se atribuye la frase que dice: “Yo y mi muerte somos incompatibles. Cuando la muerte venga hacia mí, yo ya no estaré. Y mientras viva, la muerte no está en mí”. Otra forma de eludir a la muerte tan extendida entre médicos es la de fabricar mentiras piadosas al moribundo. A lo más se consigue aliviar los dolores y evitar que el moribundo sea consciente de su inminente muerte. Otra práctica perversa es la de atontar y adormecer al moribundo. El resultado es una enajenación frente el final de la vida.

Nuestras abuelas eran conscientes de la preparación del moribundo para bien morir. Morir en casa rodeado de la familia con el oportuno auxilio espiritual   para tranquilidad de  quien  parte.  Una muerte cristiana digna confiada en la resurrección. El final del proceso fisiológico de la vida es un acto humano ineludible. La muerte no se puede entender si no es en función de la vida. Y como acto final es un retorno a las mismas fuentes de la vida.

sábado, 16 de octubre de 2021

LA INCERTIDUMBRE DE LA VIRTUALIDAD

Por: Miguel Godos Curay

La virtualidad es una condición necesaria para la formación universitaria en tiempos de pandemia pero no es suficiente. No reemplaza los laboratorios, las bibliotecas y la comunicación directa. Aún no superamos, por ejemplo, esa sensación desmotivadora y provocadora del no tener la plena certeza si hablas, en plena clase, ante sillas vacías o ante celulares conectados que nadie escucha. Resulta imposible la comunicación humana con todos sus ingredientes: el lenguaje gestual, las interrogantes personales con énfasis que puedes interpretar, la corrección gramatical sin estos abrumadores desencantos de la escritura en el chat. La desconfianza en las evaluaciones y los resultados obtenidos. Las técnicas aprendidas de la piratería virtual, el uso sutil de las redes aplasta cualquier esfuerzo de comprensión y observación de la madurez intelectual de nuestros estudiantes en su mayoría practicantes de la copia unánime.

Lo sucedido en las aulas virtuales universitarias se multiplica en los estudiantes de primaria y secundaria. En pleno desarrollo de las clases virtuales optan por cualquier cosa menos entender. La virtualidad se torna presión insoportable en los pequeños y tiene severos impactos en su conducta y salud mental. Los niños son hoy altamente irritables y violentos. Otros han aprendido a provocar la sensación de presencia cuando realmente están ausentes todo el tiempo. Las destrezas comunicativas desarrolladas ayer se han perdido irremediablemente.

Muchos padres de familia deploran -al momento del almuerzo- lo que los críos hacen con el dispositivo celular en la mesa. Los riesgos de la sobre estimulación sensorial son patentes, aunque muchos creen que entregar un celular a un niño despierta sus destrezas tecnológicas ignoran el elevado contenido de violencia, procacidad y pornografía deslizándose en las redes no tan fáciles de bloquear. Los contenidos neutros no existen. La mentira se desliza sibilina sin que nadie detenga su pervertido efecto. La cortesía ha sido desplazada, los buenos hábitos se han transformado en costumbre anticuada y no es cierto.

No hay una medida confiable ni investigaciones serias sobre dos años de virtualidad. En realidad, los estudiantes han aprendido poco, casi nada. El mundo rural está al aire, desatendido, expuesto a la ausencia de señal y de maestros. En los jóvenes se han multiplicado las faltas de ortografía. No se crea que los celulares entregados a estudiantes de escasos recursos son una herramienta pedagógica. La mayor parte de los equipos, con contadas excepciones, son utilizados para colgarse a Netflix en interminables sesiones al momento de las clases virtuales son un sueño profundo. Los indicadores de lectura se han venido por los suelos. Tampoco se ha utilizado la bibliografía virtual colocada para consulta y lectura. Nuestros estudiantes tienen poco afecto por el leer.

La misma sensación vacía y desencajada provoca el cuantificar los logros efectivos de las jornadas de trabajo virtual en el sector público. En realidad, no hay logros ni resultados. Sucede lo mismo en diversos sectores estratégicos del Estado. Educación, salud, gobiernos locales, gobiernos regionales enfrentan los impactos laborales indeseables consecuencia de la pandemia. Las páginas virtuales en infinidad de ocasiones provocan desconcierto pues no funcionan. Y los reclamos no tienen respuesta.

Hace poco en plena misa un sacerdote advertía los riesgos de la misa virtual pues no existe la plena seguridad de la presencia de los feligreses y su participación en la celebración. La tecnología es útil -en tanto en cuanto- cumple con el propósito de aproximar las lejanías pero se corre el riesgo de las malas prácticas reiteradas como la de encender el aparatito, colgar algunos “likes” para dar la sensación de presencia en plena ausencia. Sin contar el colorido simbolismo a lo largo de la transmisión virtual de la santa misa.

Otro aspecto insuperable es el impacto en la salud de los docentes y en los propios estudiantes de las largas sesiones de clases presenciales o no. Por eso, el retorno a clases anunciado por el Ministro de Salud Cevallos Flores es una buena noticia condicionada a la mejor disposición de las autoridades académicas de cada universidad. Sin duda, el adelanto tecnológico provocado por la pandemia tiene escasos resultados pues apremia el fracaso consumado. Los logros serán percibidos con mayor nitidez con el paso del tiempo y en la confrontación con la propia realidad. Quienes nos hemos convertido en reos de nocturnidad preparando clases hemos sentido en carne propia el deterioro de la salud visual, el adormecimiento de las extremidades por la deficiente circulación, súbitos dolores en las articulaciones, la angustia y la insatisfacción creciente que provoca al final de cuentas la incertidumbre legítima por los buenos o malos resultados.

viernes, 10 de septiembre de 2021

LA PIURA EN LA QUE CREO

Por: Miguel Godos Curay         

 

                                          Miguel Godos, muelle fiscal de Paita

CREO en la grandeza superior de mi tierra, en sus entrañas preserva la riqueza mineral: oro, hierro y cobre, fósforo y petróleo,

CREO en su fervor cristiano y en la añeja veneración del Cristo Cautivo de Ayabaca, el Señor de Chocán y en la Madre de las Mercedes devoción heredada de mis mayores,

CREO en San Miguel de Tangarará, la primera ciudad fundada por Pizarro en las ubérrimas y cananeas orillas del Chira,

CREO en el martirio del Cacique de Amotape y los trece señores del valle del Chira para escarmiento quemados vivos en la hoguera,

CREO en la epopeya excelsa del Almirante Miguel Grau, faro de luz, guía y ejemplo de gigantesca estatura moral a los hijos de esta tierra,

CREO en la belleza esplendida de su mar turquesa en donde los hombres extraen   el pez de cada día,

CREO en la fecundidad de la tierra que alimenta a las familias que pueblan sus valles en la costa y en el ande,

CREO en la laboriosidad de sus mujeres diestras en el huso y el telar para convertir la lana de la esquila en ponchos y alforjas,

CREO en la argentina belleza de la luna de Paita y la radiante e inextinguible luz del  sol de Colán,

CREO en algarrobo enhiesto de la vida que pinta con su vitalidad el oasis verde del arenal,

CREO en el algarrobo de Piura delatando con sus raíces las miserias de la mala construcción en las obras públicas,

CREO en el río Piura, caprichoso y asombroso señor de las buenas cosechas y de las desgarradoras tragedias tras la inundación,

CREO en los hatos de cabras, la vaca del pobre, dispensadora de leche a los pobres e insumo imprescindible para las natillas delicia del paladar,

CREO en la dulzura del alfeñique y el bocadillo, en el quesillo con miel, la acuña y el gofio mágicos productos de la tierra generosa,

CREO en la chicha de jora para aplacar la sed de los caminantes y el clarito que acompaña los piqueos en el desborde de la amistad,

CREO en el chifle inseparable de la carne seca y el verde tamal junto al seco de cabrito cocido en olla de barro,

CREO en la inteligencia de sus hijos Ignacio Escudero, Luis Antonio Eguiguren y Luciano Castillo siempre leales a la justicia y a la ley

CREO en el requiebro saleroso del tondero desafiando el golpe de arpa, el cajón y las norteñas vihuelas,

CREO en el martirio de   Paredes Maceda,   Arroyo Mío  y  Ramos Plata que  ofrendaron su vida por la causa regional,

CREO en la sabiduría de Cayetano Heredia, Ronald Woodman Pollit y Arturo Mendoza Huertas   nacidos brillantes para las ciencias,

CREO en la ofrenda pictórica de sus pintores como Ignacio Merino, Luis Montero, Felipe Cossío del Pomar, Víctor Delfín y Rosendo Li,

CREO en la lira dorada de sus vates como Carlos Augusto Salaverry, Juan María Merino Vigil, Teodoro Garcés Negrón, José María Gahona, Alberto Alarcón, Sigifredo Burneo, Houdini Guerrero, y Marco Martos Carrera,

CREO en las poetas sensitivas Carlota Ramos de Santolaya, Elvira Castro de Quiroz y Luz Carmen Arrese.

CREO en la valentía justiciera de Vicente García y los comuneros de Santo Domingo y  Chalaco defendiendo con coraje sus tierras,

CREO en la pluma fértil de Miguel Gutiérrez Correa, cronista del asombro y la epopeya de sal de la Piura irredenta,

CREO en el piajeno, equino forjador de caminos, civilizador  provinciano en la Piura de dunas y arenales. Señor de las caravanas inmensas de barricas de petróleo,

CREO en la honradez, el sacrificio y la entrega de nuestros abuelos forjadores fervorosos de la educación y el progreso,

CREO en los maestros  formadores  de la conciencia de nuestros niños  en los villorrios olvidados de la sierra,

CREO en los mártires petroleros como Alejandro Taboada y Pedro Miguel Arrese cuya antorcha de lucha no se extingue,

CREO en los cientos de piuranos muertos en la pandemia sin el calor vital del amor, el afecto  familiar y el adiós prometido,

CREO venceremos al mal. Nos sacudiremos de la peste mortal con incondicional disciplina, con coraje y solidaria entrega,

CREO en la cortesía, la amabilidad y el respeto valores de unidad en nuestras familias solidarias y siempre generosas,

CREO en los proyectos ambiciosos de Isaías Garrido para unir Paita con el Marañón con el tren de progreso,

CREO en la inversión que no despoja ni envenena la tierra. CREO en la inversión que activa la economía multiplicando el empleo y honrando al fisco con sus obligaciones,

CREO en la universidad que forma a los piuranos del futuro con dignidad, con decencia y con ciencia por encima de la procacidad,

CREO en el Atlético Grau, de Meleque Suárez, Chochas Zapata y Juan Seminario que llenaban al unísono ¡gol! los estadios,

CREO en el numen incandescente de Miguel Correa, Pedro Miguel Arrese, Rafael Otero, Adrián Flores, Guillermo Riofrío, Miguel Ciccia  y el Mote Ramírez semillas de añoranza y de piuranidad,

CREO en la agonía amante de Manolita Sáenz en la afiebrada tarde del puerto de Paita,

CREO en Simón Rodríguez el maestro que forjó al Libertador para un continente y vino a entregar sus cenizas en el pueblo de Amotape,

CREO en el café de Canchaque conjurador de sueños, bálsamo de la inspiración y el recuerdo,

CREO en el guarapo, la pócima, la primera, el aguardiente, la cachaza, el vinillo y el resaque del zumo etílico de la caña,

CREO en el pan nuestro entrañable de los hornos de Cotos, Suárez, Navarro,Cruz, Álvarez y Vallejos maestros de la masa geniales inventores de las cachangas, los chumbeques, las tortas de viento y las galletas de agua,

CREO en los cronistas de esta tierra Carlos Robles Rázuri, Jorge Moscol Urbina José H. Estrada Morales y Juan Alvarado Chuyes que nos legaron la piuranidad esencial,

CREO en la carcajada sonora   compañía inseparable del chiste sechurano y en la devoción salvífica del Catacao,

CREO en el agua bendita de las fuentes arrancadas del mar del santuario mercedario de Paita,

CREO en la riqueza del desierto de  Sechura: fosfatos, calizas, diatomitas, salmueras, gas y petróleo y el capital espiritual que cimienta su santuario,

CREO en los churres, los mangos verdes con sal, las raspadillas de tamarindo y el dulce de ciruela,

CREO en un futuro con dignidad en calidad de vida para todos sus hijos por encima de los potentados inmobiliarios, la rapiña y los traficantes de tierras,

CREO en el maravilloso poder de la palabra escrita, en los libros y en las bibliotecas tal como soñó Carmen Checa de Silva hija de esta tierra,

CREO en la farmacia de la esquina con el remedio efectivo y discreto para todos los males, creo en las recetas inolvidables de la abuela irreductibles a la cosmetología publicitaria,

CREO en la eficaz herbolaria de Sabina Guerrero con recetas milenarias. Las plantas nos acompañan desde el origen de la tierra,

CREO en el perro, el gato y el perico, las mascotas del refugio familiar más dúctiles que el celular bloquea conciencias,

CREO en la tabla de sumar, restar y multiplicar, en el silabario Mantilla y la contabilidad con pepas de tamarindo que deslumbró nuestros infantiles cerebros,

CREO en los ángeles custodios tal como aprendimos en el catecismo dominical y en el poder de la oración al empezar el día,

CREO en la alegría y el destello de felicidad de la familia reunida. CREO en Piura, CREO en su gente, CREO en el poder del bien sobre el mal, CREO en la verdad por encima del engaño y las mentiras. CREO en el aseo vecinal, en plantar un árbol para refrescar el hogar, CREO en la limonada el sano néctar superior de esta tierra generosa.

CREO en Piura como el mejor lugar para vivir. CREO en mí mismo como parte de esta proeza de conducir a Piura hacia el progreso sin temor a las tinieblas,

CREO en la docencia y la decencia para conducir la cosa pública. Atesoro a mi familia y a mis libros. La vida dura tan poco y se escurre como agua entre los dedos. Piura tiene todo en lo que CREO.  ¿Para qué quiero más?

 

jueves, 5 de agosto de 2021

CON LA TINTA EN LA SANGRE

Por: Miguel Godos Curay

Buen periodista, zahorí memorioso hurgando en el pasado. Por su curiosidad genealógica me encargó los apuntes de Chabela Ramos sobre los Seminario de Piura y mandó a recoger en plena pandemia las copias del texto por un leal y robusto jardinero. Siempre con un fino sentido del humor. Oportuno en el detalle. Gracias a él incursioné como reportero de calle en el noticiero Hechos y en América Televisión. Rolando y Luchy acariciaron su vocación por la tinta en la redacción de Correo. Gracias al incondicional afecto de Renán Estrada vivimos un fecundo ejercicio del periodismo. Con Segundo Infante y un buen café retinto, la conversación se tornaba interminable. A Rolando le apasionaba el periodismo con garra otras ocasiones era estratega de misiones imposibles en la caza de primicias.

El año pasado me envió de sus archivos personales mis reportes para América Televisión del robo del siglo en Piura y otras primicias registradas en las inundaciones de 1982. Estuvimos en primera fila y los registros sirvieron para mover la solidaridad del mundo. Rolando fue el protagonista principal de esta proeza. Se registraron en video las escenas de esos momentos duros recorriendo, entre el lodo y enormes lagunas, los arrasados barrios pobres de La Arena. Los churres refugiados entre dunas. Madres insomnes paraban las ollas con la ayuda aún escasa.  Mostrar al mundo la destrucción de los logros de una región que asomaba al progreso y la prosperidad fue una calamidad enorme.

Siempre puntilloso sin llegar a la mordacidad fue un entrevistador con la agudeza en la punta de la lengua en el set de América. La sal y pimienta de las contiendas electorales.  Un estratega de coberturas informativas durante la visita de Juan Pablo II a Piura, él dirigió el equipo para la cobertura periodística extraordinaria de la visita de su santidad. En Correo, en cuya dirección estuvieron el cronista de esta nota, Teddy Montúfar y Rolando, todos egresados de la Udep se hizo buen periodismo a decir de Carlos Soria. Periodismo sabroso como un seco de cabrito.

Con este nuevo impulso académico se abrieron las redacciones a jóvenes egresados de las aulas universitarias que compartían sus tareas con periodistas experimentados. El aula viva se replicó en Correo y El Tiempo. Y el periodismo piurano de pura cepa fue acogido en diarios como La Industria de Chiclayo, Trujillo y Chimbote. También en capitalinos como El Comercio, La República y Expreso. Rolando, ejerció la docencia en la Udep  y ocasionalmente en  los programas de titulación de  Comunicación Social en la UNP junto con Luz María Helguero.

Siempre preciso, oportuno, inteligente y caustico con los demagogos  en clase era muy ameno y sabía cautivar la atención de los oyentes. Una clase nutrida con buenos libros es buena por la información que vierte, pero un acontecimiento que pone en tensión  y relieve la deontología y la ética frente al quehacer periodístico tiene un mayor peso específico por la experiencia que aporta y las lecciones que deja.

Rolando fue una insobornable pasión por el periodismo y por su familia. Aún recuerdo a los Rodrich-Portugal en el Departamento del edificio de Atlas en donde emprendida mi aventura por la sierra de Piura los visité en un cálido ambiente de hogar y amena tertulia. Luchy en sus menesteres académicos y Rolando en el periodismo de trinchera con los dedos húmedos de tinta. Tras recibir la posta de Juan Silva Vidaurre  en la Gerencia de América Televisión emprendió genuinas mejoras en la televisión alentando la producción local.

La música fue su pasión en sus años juveniles e incursionó en algunas bandas rockeras de los setenta. Así lo recuerdan Koko Zavala y Miguel Almeida. Rolando escribió el prólogo de su libro Historia del Rock en Piura (2003). “Es una historia que nos devuelve como en el túnel del tiempo, a los años juveniles”. Rolando fue baterista de Aroma   y después de Terremoto. El “Turco”  Rodrich dejó una huella inolvidable en esa Piura que se fue.

He buscado en el cajón de sastre de mis recuerdos muchas escenas siempre gratas de Rolando, su itinerario académico en la Universidad de Navarra y tantas experiencias acopiadas como un tesoro de gratitud y afecto por su profesión y sus amigos. En América Televisión y en diario Correo quedan indelebles sus recuerdos. Su ausencia duele porque extrañaremos sus columnas dominicales en Correo en Facebook. Preciso en el detalle y puntual en el comentario. Una ética cimentada en principios y sin claudicaciones. Y una certera visión sobre el futuro del periodismo en el vértigo de la tecnología. Nosotros los de ayer ya no somos los mismos diría el poeta. Pero ahí estamos como la enredadera atrapada en los recuerdos de nuestro inolvidable paso por las aulas universitarias. Un buen café para disipar las horas. Un libro en la cabecera para acompañar los sueños del abuelo querendón. Dimensión de la evocación y el sueño eterno. Un recado del corazón para Ruth, Luchy, Coco, Carlos y Rodrigo.  Rolando, descansa en paz

lunes, 21 de junio de 2021

LA AMENAZA TOTALITARIA


Velasco y Fidel.
Por: Lucio Apuleyo

Estimado Miguel: Advierte Hannah Arendt. En el territorio de las ideologías la amenaza mayor del totalitarismo no es solamente violentar el orden político y legal sino la construcción de un entramado jurídico para mantenerse y perpetuarse en el poder. En apariencia denuncian la injusticia, en realidad apuntan a la confrontación y violencia contra la propiedad, las instituciones y la propia moral considerada atributo burgués. Su artillería pesada violenta la legalidad con el propósito altruista de fabricar un hombre nuevo a precio de la supresión progresiva de libertades y derechos ciudadanos. Así, por ejemplo, miran con malos ojos la educación privada y a toda costa buscan trabarla e impedirla. Para ellos la religión como a Marx es el opio del pueblo una adormidera consoladora que distrae al ciudadano del caustico propósito político de acabar con lo que consideran un sistema caduco que hay que sacudir  para que caiga y acabar con lo que consideran ceguera cívica. En Chile, tras las multitudinarias protestas y la demanda de una nueva Constitución se siniestró los santuarios de Nuestra Señora  de la Asunción, uno de los más antiguos, y el de San Francisco de Borja saqueado y consumido por las llamas como divertimiento de la turba. La vesania criminal no tiene límites.

¿Es justo este sistema Lucio Apuleyo?   ¡Ojos a la vista! Para la izquierda rabiosa el mayor mal es la propiedad privada  por lo que urge expropiarla y repartirla creando nuevos privilegios. El entramado, es movido por operadores políticos inescrupulosos y tontos útiles entrenados en la agitación de las masas. Expertos en manipular procesos electorales. Entrenados en perforar procesos democráticos al estilo Maduro. Una mesnada irresponsable mal intencionada para destruir la economía de un país. De la dictadura militar Velasquista arrebata tierras, empresas y diarios. El camino culebrero es una nueva dictadura. El cuesta abajo de la incipiente economía ya afectada por la pandemia y los servicios fundamentales deficitarios. Los pobres según la teoría consumen sin cubrir los costos del progreso civilizado. Chávez repartió populistamente edificios en construcción a sus hordas. Hoy lo que se observa son ruinas canibalizadas y desmanteladas. Mercados y negocios reducidos a la nada. Miseria en todas partes. Privilegios para los adictos al régimen y sus soplones.

Un gran peligro se cierne sobre el país. Miguel, esta lección no es reciente. Los ahorros, las pequeñas propiedades adquiridas con mucho esfuerzo son las uvas verdes de la zorra. Arrebatar los ahorros previsionales de las AFP se les hace la boca agua.  Lo que demandó mucho esfuerzo irrita y divierte a los que no aportan nada sin entender que el esfuerzo representa la libertad personal. No es extraño por ello que los modelos sigan siendo Cuba, Argentina y Venezuela. El pantano del socialismo. En donde los presuntos logros se caen al suelo por insostenibles. No es extraño que tras al déficit de médicos por la pandemia se anuncie un contingente de médicos isleños cuyo objetivo primordial es cimentar un aparato de propaganda para sostener este incierto proyecto político. Las puntadas brutales están ya dadas. El monigote ingenuo e ignorante convoca plazas y promete lo que no tiene.

No estamos exagerando Miguel. El comportamiento de la economía anticipa lo que se viene. Sucede como en todo el continente la mayor debilidad, no nos extrañe, mirar con desencanto a ciudadanos educados e informados a quienes se ilusiona con el reparto de la torta.  Para lo que nunca trabajaron y nunca se esforzaron llegó el momento del corte de la yunza de las desilusiones y perversiones para traerse abajo el país. La ignorancia se nutre con mayor ignorancia. Hay quienes piensan y están persuadidos, el camino más corto para la sociedad de bienestar, es la expropiación, el robo legal y manifiesto. El cambiar la Constitución, es el procedimiento inmediato para acabar con el orden constitucional, el respeto a las libertades ciudadanas y perpetuarse en el poder. Este nuevo orden incluye el propósito inmediato de liquidación de los diferentes. En el nuevo país  prometido son una amenaza para la sociedad los maricones (homosexuales, lesbianas y transexuales). Por eso con ese arbitrario y blandengue esquema moral los condenan a muerte.  No son ajenas a las limpiezas ideológicas estos arrebatos permitidos y consentidos en los que la sociedad se hace añicos. Siembra la exclusión y la persecución se convierte en el deporte de los turiferarios del régimen.

Miguel, suma todas las frustraciones colectivas de un país y la consecuencia inmediata es un terremoto social que provoca el desplome de la economía. Es una decisión ciudadana contradictoria el elegir en un proceso electoral el mal menor. Hamlet en la duda tenía el camino allanado. Nosotros vivimos con angustia de pichón sumergido con violencia en el fracaso y la desilusión. Es la consecuencia de la aventura democrática de las últimas décadas. El vacío de la conciencia es producto de esa educación al margen de los  valores fundamentales. El desoír las lecciones de  la historia y  buscar sustitutos a los modelos de éxito en donde las personas, valen por lo que saben y no por lo que tienen, destacan por sus esfuerzos y méritos. El día en el que el ingreso a las universidades se convierta en un festival masivo de la ineptitud no tiene sentido el cultivo de la inteligencia. Por supuesto las incapacidades desbordan a las capacidades. Campo fértil para el vértigo político de hacer de la universidad pública parte del denuesto ideológico a espaldas de la realidad nacional.

Miguel, mi advertencia es la de mirarse en el espejo de lo que sucede hoy en Venezuela, Argentina y Bolivia. No sólo se vendrán abajo nuestras instituciones y se apelará a las variadas y calenturientas versiones del nacionalismo para justificar la injustificable. Al estilo de las proverbiales dictaduras el papel aguanta todo. Otras ocasiones se apelará al nacionalismo contra ogros y enemigos imaginarios. Y cuando los desencantos inunden las redes se bloquearán contenidos y se racionará el acceso a Internet. La estrechez de la mente, las limitaciones intelectuales, el fiasco, la frustración se abren paso y con su fuerza corrosiva son una amenaza para sus propiedades, sus bienes, los libros que atesora que finalmente se huelen por no saber leer. La salud es otro tema sensible por sus inocultables déficits y carencias. Mucho ruido y pocas nueces. Ya es practica corriente la ingesta de cloro. La educación es un bocado y botín apetecible. Las propiedades de la iglesia están vísperas de desaparecer porque los que no creen juegan a la demolición del fervor popular. Por supuesto que no faltarán los curitas ingenuos dispuestos a construir este remedo de patria libre en el despojo.

Miguel abre los ojos a la historia reciente: la dictadura de Velasco. Por arriba flores y por abajo temblores. El socialismo de Velasco tuvo el costo irreversible de una deuda impagable con propósitos defensivos, la destrucción de la economía, el hundimiento de la agricultura y una reforma de la educación con sobrecarga ideológica nos condujo a la peor de las miserias: la ignorancia. De la reforma de la educación sólo queda el uniforme gris. Después nada. El terrorismo es la prolongación de este mar de incertidumbre. No nos vengan a maquillar de encanto a quienes sin patriotismo y en la peor de las impunidades hundieron al país al caos y la miseria. La mezcla de uniformes con cocaína no está del todo investigada aún flotan en el escenario nacional fortunas hechas de la nada. Cuantiosas inversiones improductivas nos endeudaron hasta el tuétano. Vivir en democracia cuesta sangre, sudor y lágrimas. No deseamos a nuestros hijos y nietos vivir en el paraíso de los desencantos con ganas de irse del país.

Estimado Miguel la migración forzosa y la miseria ambulante no son una moda efímera sino la consecuencia de un régimen enquistado en el  poder. La lección de Venezuela, ejemplo indeseable para todo el continente, no se acaba. Ver hombres, mujeres y niños caminando con sus trastos al filo de las carreteras mendigando con hambre es indigno para todo ser humano. Ver a jovencitas prostituyéndose y jóvenes empujados al delito. Es un crimen sin nombre.  Un indecible retroceso frente a la Caracas de antaño   un modelo de prosperidad y bonanza. El modelo totalitario permanece y es de lo peor. No nos miremos en este espejo.  Y démonos cuenta que crédulos de esta salvaje utopía quieren conquistar el poder. Perú y la promesa de la vida peruana, vislumbrada por Basadre, se mantienen  en pie. De los ciudadanos responsables  depende el futuro. En Grecia se distinguía la ciudadanía activa de los idiotás. Los que se desentendían de la vida política. Idiotás es el ciudadano privado y egoísta que no se ocupa de los asuntos públicos. De modo que urge una sana rebeldía frente a esta idiotez colectiva y perniciosa.  La democracia platónica, como forma pura de gobierno, se opone a la tiranía y a la demagogia, formas impuras, precisamente el camino  directo al fracaso de un país. Miguel: Permanece en contacto, ahora estoy en Quito. No dejes de escribirme. Lucio Apuleyo.

domingo, 9 de mayo de 2021

EL AFECTO A MAMÁ

 


Por: Miguel Godos Curay

El afecto a mamá no es contagio. Nunca lo fue ni lo será. La ternura de mamá es reencuentro con la vida y mirada de asombro frente a su hijo. Es cariño a borbotones. Nada tiene que ver con las peroratas ministeriales y los trucos publicitarios para vender más. En tiempos de pandemia se concentra el amor de mamá en cada oración, en cada gesto humano noble, en el compartir el bocado humilde y en el derribar esa soledad que tanto lacera con desolación a los abuelos. Su oración mental por los presentes y los ausentes toca con sus dedos las inmensidades de Dios. Los recuerdos pueblan cada instante por el que se desliza su memoria y su alegría. Cuando puede, indaga por todos, porque las canas y el tiempo dan forma a sus recuerdos. Otras ocasiones llora porque me cayó una pajita en el ojo. Hoy sigue la misa por Internet así son los caprichos de la modernidad pero ganas no le faltan de acudir a la Iglesia.

Ella se contenta hilando recuerdos en la rueca de sus sueños. Se inventa tareas para no perder el tiempo. Y le preocupan, porque aprendió economía en la vida, los precios del mercado. Su coraje humano no le teme a los virus. No son acaso más letales los que arrebatan el pan a los pobres y los que se enriquecen con el dolor ajeno. Las sanguijuelas son una especie abundante. Unos sanan otros enferman. Unos aman la vida otros son aliados de la muerte. Una legión de madres y abuelas sostiene al Perú. Ellas proveen alimentos, cuidan a los enfermos y alivian las tristezas de los que están solos. Madres y abuelas son la esperanza  del Perú. Son los cimientos de esta gran nación.

No nos vengan los señores ministros con sus fórmulas inoportunas, sus imprevisiones de ayer son el dolor de hoy. La salud en el Perú es aún una tarea pendiente de los políticos gobernantes. En los momentos más duros de la pandemia la elemental dignidad de los pacientes agónicos se va por el sumidero. Así de cruda es la historia, voltean el colchón y al carrusel de la muerte no hay quien lo pare. Los sepultureros saben que la contabilidad mortuoria expande los bolsillos. Una madre llora en la puerta de un hospital. Vive en carne propia el dolor de la carencia. La vida tiene un precio enorme y se nos va como agua entre los dedos.

Así están estas viejas amorosas inmunizadas contra la indiferencia. Ignoradas por los candidatos y excluidas por el gobierno. Ellas sostienen su fe en Dios. Hoy creer en el gobierno es una blasfemia. Un confiar en el festín inmundo de quienes ignoran el bien común. Esas madres ocultan sus dolores para dar fortaleza a sus hijos. Su vocación humana es la sustancia del Perú esencial aún en pie. Con ingenio inventan platos nutritivos y zurcen los trapos viejos para devolverlos a la utilidad cotidiana. Se solazan con los felinos con los que a menudo conversan sobre lo que no dicen los periódicos. Rezan a solas en el rincón más solitario del hogar.

De sus menudos ahorros compra el pan y de lo que quedó de la merienda surge un potaje misterioso lleno de delicias. Como a pesar de los años aprendió a leer. Busca en los libros solitarios un viejo texto que le fascinó antaño. O encuentra entre las páginas algún recorte con alguna receta provocadora. Con ese portento silencioso trae un plátano y un pan en medio de la tarde, una naranja, una lima o una perfumada guayaba que compró a la caserita que siempre la visita. Mi abuela se inventa tareas todos los días. A todos nos sorprende con su sutileza para los antojos: mazapanes, alfajores y arepas. Mientras sus manos sarmentosas amasan el fermento, las delicias van tomando cuerpo.

La vida es la continuidad familiar. Es la historia del tronco común que sostiene las ramas frondosas donde se renuevan las familias. Abuelos, nietos, hijos, sobrinos, tíos, primos, parientes y cercanos. La familia reunida siempre fue una fiesta congregada en el buen comer, el buen beber y el buen bailar. Bodas y bautizos, cumpleaños y logros familiares para celebrar eran el gran motivo de la reunión obligatoria. Otras ocasiones, como ayer, el punto de encuentro era la muerte de uno de los integrantes de la tribu. Siendo la muerte ausencia y dolor, la presencia era el reencuentro con el vínculo familiar. En el dolor no estábamos solos.

La abuela, la madre vieja presidiendo con autoridad la mesa familiar, disponiendo la distribución de los potajes y sacando a lucir sus manteles bordados parte de la tradición familiar. Todos comen por igual y la abuela siempre avisada delos olvidos perentorios guarda en su plato la porción de carne saca de apuro al que llegó tarde, un invitado inesperado un amigo de la familia. Siempre fue así la abuela para distribuir en ocasiones especiales el pastel de fuente, los tamales, la mazamorrita. Las delicias preservadas el premio mayor de la culinaria peruana.

En el día de las madres se lucía   con su enorme flor blanca en el lado del corazón. Y para que puedan comer las madres jóvenes se encargaba de los críos. Todo respondía a esa sutil lógica de la familia en la que nada se guarda y con espontaneidad se celebraba ese reencuentro con la mama vieja aguardando la llamada de los hijos lejanos y ella sin poder disimular sus afectos repartía bendiciones a los confines de la tierra. El moderno celular acerca a los ausentes, hace legibles los mensajes y acorta las distancias. Después no fomenta el web-veo. El webeo conjugado en todos los tiempos.

La madre es el soporte de las familias. Es la perennidad patente y el cariño envolvente. Es una caricia y una sonrisa. Una fotografía en la que se detienen los momentos.  En el misal de la abuela recadero de los mensajes a mano de los nietos y los conserva como ese vivo testimonio de la familia y la heredad. Ahí estamos en el álbum de la abuela: niños, jóvenes y ya adultos en alguna ocasión para la posteridad. Aún la recuerdo. Se hizo abuela por querernos y cuidarnos, por velar nuestro sueño se llamaba Rosa, la tía Rosa con su cabellera de plata sus uñas cuidadas para la costura menuda. ¿Cuántas veces zurció mis medias de hilo? ¿Cuántas veces cosió mi uniforme colegial y leyó mis primeros escritos de mi nombre?

Aún la recuerdo al momento de su partida me quedé a su lado y empezó a transpirar mientras cerraba los ojos. Se fue como un ángel al que rezaba en voz alta el padre nuestro. Aún sueño con ella, aún siento sus caricias en mi cabeza y caer la tibia colcha sobre mis espaldas. Es una mamá que está cerca. No habita en el rincón de la soledad sino ahí en dónde  escribo y me mira, no la siento lejos, me habla en sueños con la misma ternura de la infancia. Ella es un símbolo inextinguible de mamá. En este día silencioso mi gratitud, ese cerrar los ojos para reencontrarnos con su recuerdo. Nuestro homenaje a todas las madres del Perú que con su silencio inundan de amor nuestros corazones. ¡Gracias mamá¡

 

 

lunes, 5 de abril de 2021

HOY NO SE VACUNA MAÑANA SÍ


Por: Miguel Godos  Curay

He perdido la cuenta de los amigos ausentes. La pandemia arrasa sin miramientos a ricos y pobres. Por el mismo camino se van lo que tienen y los que no tienen. Duelen los hospitales copados de pacientes infectados en pos de camas UCI. Duele la negligencia de quienes con cobardía grosera se divierten pues su vida no vale nada. El precio de la incierta aventura es el contagio de los más vulnerables en su casa. Brindan con la muerte en cada esquina en su ciega ignorancia de la tragedia. Son muchos y se nutren de su aparente resistencia al Covid19 pero cuando, contagio al galope, resbalan, ocupan camas que otros necesitan en los hospitales. La legión de miserables es numerosa son parte de ese contagio ambulatorio pues llevan la mascarilla de adorno. Hasta que muertos y bañados con lejía son el potaje nauseabundo de los gusanos.

Muchos de los que parten son capital humano valioso. Muchos hubiesen salvado su vida si el Estado irresponsable no mezquinara vacunas y de mentira en mentira alimenta la ilusión transitoria de protección de la tercera edad. Hemos llegado a extremos inimaginables paciente muerto deja cama libre, previa volteada del colchón, para otro grave. El virus arrasa vidas de ancianos, jóvenes y niños. Nunca fue el negocio tan próspero para las funerarias y el SIS.  Hoy se venden ataúdes como cajas de zapatos. Y los consocios de la muerte temen el cierre de carreteras porque quedan desabastecidos de cajones. Crecen las estadísticas letales mientras engordan las billeteras los entierra muertos.

La campaña electoral es una procesión de difuntos en esta realidad terrible. La pandemia despedaza la economía y hace añicos la educación. Estamos preocupados por el cómo se come el virus los pulmones de los contagiados mientras las enfermedades mentales crecen explosivamente. Es otro tipo de contagio que convierte a niños y jóvenes en adictos idiotas al celular y a los juegos terribles de la muerte. Las horas de ocio son capturadas por esa oferta brutal de la violencia en inimaginables proporciones.

Poco o nada informa la prensa de los esfuerzos generosos de la Iglesia católica en la distribución de equipos de provisión de oxígeno y ayuda a los más necesitados.  A la humana dedicación de los sacerdotes asistiendo espiritualmente a los pacientes. Nada se dice del estrés de médicos y enfermeras desarraigados de sus familias. Nada se dice, en este momento de angustia y zozobra planetaria del esfuerzo silencioso de la Iglesia insuflando ánimo y coraje a todos los creyentes. Hemos sentido a Dios protegiendo a quienes asisten a los más sufridos. Perú, es una nación con vocación cristiana y esa pretensión de arrancar de cuajo el curso de religión en la escuela es la siembra agnóstica de quien nos privó de una cuaresma visible y solidaria. La Iglesia cumple estrictamente con todos los protocolos sanitarios con mayor celo que algunas instituciones públicas a las que ya se les acabó el alcohol, el agua y el jabón hace tiempo.

Mucho más perverso es el funcionamiento de las mesas electorales. A las que en teoría se espera acudan los electores como almas en pena en un horario sin tener en cuenta los costos de desplazamiento y transporte. Los nueve protocolos dispuestos son ritos de incertidumbre en un océano de contagios. Los horarios establecidos son un engaña tontos. La realidad oronda y lironda, será mañana, la estadística de los contagios producidos en estos procedimientos tan torpes como el llenado de votos en unos cedulones no exentos de mocos y babas. Así estamos enardecidos por candidatos con propuestas cuadriculadas e indignación ciudadana.

Con estos anuncios tan alegres del gobierno y las vacunas demoradas para los adultos mayores asistimos a la más desproporcional negligencia del Estado en un genuino atentado contra la vida, el cuerpo y la salud. Por supuesto, vacunando a las Fuerzas Armadas, al personal de las clínicas privadas, a los efectivos policiales, a los bomberos y a los integrantes de algunos colegios profesionales vinculados a los servicios de salud se dora la píldora  pero no se resuelve la atención a los peruanos vulnerables. En esta cuenta se ignora a los educadores y docentes universitarios, a los obreros de limpieza pública. Los grandes olvidados de este film de terror.

La ciudadanía activa es arma efectiva frente a un Estado que navega al garete, de tumbo en tumbo, distraído en la entrega de un país despojado de  salud al nuevo electo gobernante. La población organizada puede y debe  detener esa pretensión incontrolada de privilegios con nombre propio y expendio de alcohol irresponsablemente. La expansión del delito urbano y la miseria que empujan la prostitución y el expendio de drogas incontroladamente.  Hemos retrocedido económicamente, multiplicando la pobreza sin adoptar políticas eficientes de generación de empleo y protección social incluyente. La distribución de vacunas es la desigualdad en carne viva.

No entendemos aún que la única vía para salir de la crisis es el ejercicio de la solidaridad, el fomento del empleo, no el reparto de bonos tras la alcancía fiscal rota. La carencia de alimentos, la falta de empleo crece. Crece el desencanto social de los jóvenes frente a ese modelo extractivista de acaparamiento y negociado de vacunas. La crisis es patética en el sector educación en donde los ayer estudiantes de colegios privados retornan a los establecimientos públicos por la incapacidad de pago de sus padres. Igual en las universidades en donde crece la deserción estudiantil de jóvenes obligados a trabajar para ayudar al sostenimiento de sus familias. Las universidades en América Latina y Perú no es una excepción concentran una población docente vulnerable mayor de 60 años. Universidades públicas y privadas pierden cada día docentes a los que no se puede remplazar en plena pandemia. No son suficientes los abultados obituarios.

Urge asumir nuevos desafíos políticos para enfrentar la pandemia. Resulta contradictorio sostener que el mejor control funciona en los  estados autoritarios como China, Corea, Cuba y Taiwán. Y resulta desordenadamente más relajado en países “democráticos” como los Estados Unidos, Brasil y  países de Europa en donde existe una abierta resistencia ciudadana a los mandatos onerosos como el uso de la mascarilla, distancia social, cuarentena y a las propias vacunas. Los movimientos anti-vacunas crecen todos los días como la adicción a la ivermectina. En China, el no usar mascarilla o vulnerar la cuarentena obligatoria es causa de pena capital. Frente a esta incapacidad del Estado para enfrentar la pandemia es necesario cimentar la cohesión y confianza social de los ciudadanos con credibilidad y autoridad. El cambio y recambio de los calendarios de vacunación al final de mandato. Es como el cartel que dice “Hoy no se fía mañana sí” de las tiendas de barrio. Simplemente hay que añadir esa promesa que dice: “Hoy no se vacuna mañana sí”. El mañana, por supuesto nunca llega. Sin credibilidad y sin autoridad la pachanga de la muerte no tiene cuando acabar. Y no hay quien la detenga.