sábado, 12 de noviembre de 2016

SER DOCENTE UNIVERSITARIO EN EL PERU

En la Plaza 2 de Mayo, momentos previos a la concentración
de docentes universitarios del Perú. ( Foto Mariela Barrentos)
Por: Miguel Godos Curay

Ser docente universitario en el Perú duele en el alma porque dejas la vida  y tus sueños, gota a gota, en las aulas,pero estás ahí con tu laptop sin software licenciado como lo exige la SUNEDU pues lo poco que ganas no alcanza para más, sólo para copias fotostáticas y comprar un libro porque tienes el deber de nutrir tu ciencia en las librerías del suelo, en convenio de buena fe con quien  con avaricia te reserva un texto raro para el profe de la UNP.

Ser docente universitario en el Perú te desgarra la conciencia pues para el rito salvaje del ascenso – algunos- llevan  la contabilidad de los colegas muertos cada día, cada mes, cada año   de males irremediables: derrame de cuerpo entero, infarto de desilusión, parkinson   de  rabia incontenible, la angustia que te provoca en el seguro social y ese  turno para tu mal que nunca llega.

Pero estas ahí soñando con un Perú nuevo, nutriéndote de menú de 6 soles y marchando por las calles “porque los docentes universitarios en el Perú luchando están enseñando”, así envejecemos, pobres entre los pobres, porque en el Perú se puede ganar mucho más con uniforme, en un curso breve para imponer el orden,pues nosotros  no existimos para los altos funcionarios del gobierno,presumimos  somos el desorden químicamente puro para los que  quieren liquidar y hacer letra muerta  de la autonomía universitaria.

Así estamos en esta salchiapapas de los Derechos Humanos. En esta hamburguesa de carne de maestro universitario. Se homologan  los jueces corruptos al gusto del gobierno,  no  los docentes universitarios, en el Perú, inelegibles para los funcionarios del Sunedu. En este Perú  los docentes universitarios se mueren de injusticia cotidiana instalada como cáncer en este Perú de carne y hueso. Pero ahí estamos bebiendo café de carretilla, debatiendo las angustias de esta patria que nos Impide llegar a la Plaza de Armas de Lima, menos a las rejas del Congreso que legisla con letra muerta, estos cuantos años que nos queda  por vivir, oyendo al cholo Berrocal  pues somos del pueblo y para el pueblo. La letra muerta de la constitución política del Perú.

Pero ahí estamos en la trinchera de la idea con un maletín de siete soles, con un cuaderno de notas que nunca se acaba y un lapicero Lucas de tres por un sol. Somos docentes universitarios del Perú, un hormiguero humano de obreros de la inteligencia  que nadie oye, un bandada de pajaritos contentos de solo verse junto a los enhiestos árboles que rodean el Estadio Nacional, pero ahí estamos agradeciendo a Dios peruano por inventar la avena con maca, la papa rellena, el choclo con queso, el pan con palta, el chaufa con pollo,el café con leche, la rodaja de piña, la sandía redonda como sonrisa en la carretilla bienaventurada del Señor.

Ahí estamos con el reclamo hecho grito exigiendo homologación mientras PPK Apecacostumbrado, a no oir,  y el Ministro Saavedra alma de jebe y sus asesores autores Intelectuales del acojudamiento colectivo. Ahí estamos en la trinchera, sin más armas que los sueños desbocados, ni más escudo que la fotografía colorida que nos hicieron en la marcha hacia el Parque Universitario. Ahí estamos con el desayuno concentrado de los universitarios de Huacho, Pan con salchicha, avena con leche y pólvora para el reclamo. Ahí estamos gritando por las calles: “La universidad no se vende, la autonomía se defiende …..”

Ahí estamos desencantados porque el Tío Donald Sam eligió a Trump para el gobierno de aquella gran nación en donde la libertad es un  monumento, ahí estamos soñando con un repechaje  que abra la compuertas de la justicia para la selección peruana y nuestros sueños, consolándonos como los adobes  solidarios porque la libertad, en el Perú, es un departamento. Lima, 10 de Noviembre del 2016.