sábado, 28 de septiembre de 2024

LA EXTRAORDINARIA HISTORIA DE COLÁN

Por: Miguel Godos Curay

Colán, en algún recodo de su historia tuvo mayor población que Paita. El agua estaba cerca y posibilitaba la vida y el esplendor del comercio. Balsas y botes con las velas desplegadas daban vida a la bahía esmeralda. Cachemas, toyos y rayas son parte de una vieja crónica irrepetible y de un hato de recuerdos con sabor a brisa y sal. El “suco” de Colán rojo y sabroso es hoy parte de una leyenda. Los aparejos y artes de pesca son el testimonio de una vieja tradición marinera. Pocos conocen  que con Isabel Barreto de Mendaña, nacida en Lima en 1567, hija de portugueses. Casada en 1586 con Álvaro de Mendaña; adelantado de las Islas Salomón. Ella con muchas solteras de Colán partieron desde Paita el 16 de junio de 1595 hacia las Islas Salomón en busca de porvenir lo que  no era usual en ese tiempo. Le acompañaban tres de sus hermanos: Lorenzo, Luis y Diego y un sinfín  de peripecias.

Isabel Barreto de Mendaña partió de Paita a la Polinesia en 1595

Al morir su esposo el  18 de octubre de 1595 prosiguió con la expedición ocupando la gobernación de las tierras  recién descubiertas. Abandonando las Islas Salomón se dirigió a Manila. En mayo de 1596 se casó con Fernando de Castro, Caballero de la Orden de Santiago y sobrino del gobernador de Filipinas Gómez Pérez Dasmariñas. Posteriormente se dirigió en el navío San Jerónimo  a Acapulco (México)  en donde fue  “encomendera” de Guanaco y su marido fue propuesto como Gobernador de Filipinas. En 1607 ambos solicitaron permiso para retornar a España, retornando años después al Perú en donde Fernando de Castro fue designado gobernador de Castrovirreyna cargo que ocupó entre 1612 al 1620. Isabel Barretó murió en esta ciudad el  3 de septiembre de 1612 a los 45 años y después de haber dado prueba de un talante indomable. En su testamento firmado el 15 de julio dispuso que sus restos sean sepultados en el convento de Santa Clara en Lima, donde estaba profesa monja su hermana Petronila Barreto de Castro.  De no haberse cumplido su disposición testamentaria sus retos reposan aún en Castrovirreyna (Huancavelica). Isabel Barreto es considerada la primera mujer almirante de España.

Los mejores marineros de los que se tiene noticia eran de Colán sabían de memoria el calendario lunar de las mareas y la dirección de los vientos para navegar. Otras veces cultivaban sus huertas y cuatro o cinco meses al año extraían brea  en Amotape para calafatear navíos y mantener el fuego  que daba luz a los faros. No es extraño que con tal experiencia comerciaban sal y pescado salado en el golfo de Guayaquil. Pocos conocen que sacos con los más dulces camotes de Colán, fueron la despensa durante el destierro y el exilio del presidente don José de La Mar. La Mar fue depuesto por Gamarra en Piura el 7 de junio de 1829 y embarcado rumbo a Costa Rica la madrugada del 9. A Punta Arenas, Costa Rica llegó el 23 de junio y se dirigió inmediatamente a Cartago donde fijó residencia y murió el 11 de octubre de 1830  a los 54 años. Refieren las crónicas que los boniatos que trajo  consigo su excelencia fueron la semilla de los más sabrosos  camotes que s pudo saborear desde entonces.

Iglesia de San Lucas de Colán. La chirimía y el tamboril acompañan la danza tradicional
de el caballito en la festividad de Santiago Apóstol

Para el historiador José Antonio del Busto Duthurburu uno de los más valiosos tesoros de Colán es su Iglesia edificada sobre la explanada de la huaca en la que se veneraba el ídolo tutelar de la comunidad: el ñaupaquene.  La huaca se podía observar desde mar afuera, las terrazas y la rampa había sido labrada  con deleznables piedras amarillas porosas. Advierte del Busto que el altar mayor: “Es barroco, tallado con prolijidad, dorado sin excesoy policromado con gusto gracias a rojos y azules. El primer golpe de vista es imborrable y evoca el año 1700, unos más unos menos, pero siempre por allí. El tabernáculo se da entre los bultos de San Pedro y de San Pablo, y la hrnacina central se abre sobre él luce trilobulada en gracioso angelamiento. Hoy está allí la Virgen de la Merced, pero antaño debió pertenecer a la Virgen del Rosario. A cada lado del nicho central hay uno menor y vacío, marcando la separación  gruesas y doradas  columnas salomónicas”. Afirma del Busto que “Colán, nada más que por su retablo máximo, ocupa un sitial de honor en la  Historia del Arte Colonial Peruano”.

Más adelante anotará: “Se sale, pues, de la Iglesia de Colán con sentimiento raro. Por un lado es alegre  por el hallazgo de esculturas y retablos fuera de lo común, valiosísimos, dañados y mutilados, pero salvables más por otro invade al saliente visitante la tristeza producida por la incuria, la malversación en obras frívolas, la ignorancia de quienes pueden hacer algo y no tienen ojos para ver”. En conclusión el patrimonio cultural de Colán tiene que preservarse como un legado parte de un rico pasado vislumbrando porvenir.

Pero que noticias encontramos de Colán en el siglo XIX. De lo que da cuenta el médico y naturalista francés René Lesson en febrero de 1823. La población de Colán se encarga de la provisión de agua a Paita la que se conduce en cantaros dispuestos en balsas y se comercia diariamente. Los aguateros se proveen por  la facilidad del agua que mana de un puquio y la proximidad al río Chira. El dinamismo de la provisión de agua sostiene la economía diaria. Algunos comerciantes disponen de algunos negros que ocupan en el comercio de la sal y el beneficio de pescado. La falta de agua en Tacalá y Catacaos permite que algunos vecinos  migren y arrienden tierras para cultivo en Colán.

Danzante de el caballito en San Lucas de Colán

taño el repartimiento de Colán tuvo varios encomenderos por disposición del propio Pizarro entre ellos Andrés Durand muerto en 1549. Ese mismo año Baltasar de Carvajal figura con el repartimiento del Valle de Colán y el pueblo de pescadores de Yasila. En la relación de lenguas indígenas confeccionada por el Obispo Martínez de Compañón en 1783 figuran como idiomas distintos, el Sechura, el Colán y el Catacaos.

El Plan mandado a registrar por el Obispo Baltazar Jaime Martínez de Compañón contiene, 43 voces castellanas traducidas a las ocho lenguas que hablan los indios de la costa, sierra y montaña del Obispado de Trujillo (1783).  Aparecen el quechua, el sechura, el colán, la lengua de Catacaos con sus propios términos. Lo que evidencia la existencia de un lengua y habla propia, probablemente, extinguida con el paso del tiempo pero que puede ser punto de partida para investigaciones lingüísticas. El sabio trujillano Jorge Zevallos Quiñones, en 1947, reprodujo la tabla del obispo indicando que la lengua de Sechura era muy diferente de las que se hablaba en Catacaos y Colán. Estas lenguas, advierte el filólogo Carlos Arrizabalaga, desaparecieron durante las guerras de la independencia y la de Sechura, probablemente en la generación posterior, pues  ya no se hablaban a mediados del siglo XIX.

El Obispo de Trujillo Baltazar Jaime Martínez de Compañón

Parte de este repertorio hemos transcrito 21 para ilustración de los oyentes:

Lengua

castellana

(1783)

Lengua

Quichua

Lengua de Sechura en la Provincia de Piura

Lengua  de Colán en la Provincia de Piura

Lengua de Catacaos en la Provincia de Piura

Dios

Dios

Dioos

Tios

Thios

Hombre

Ccari

Succla

Yatadlam

Aszat

Mujer

Huammi

Cuctum

Pirn

Pichin

Alma

Alma

Almachi

Alma

Alma

Cuerpo

Veu

Cuerpocchi

Cuerpo

Cuerpo

Corazón

Sanco

Chusiupunma

Nessinim

Niesenichin

Carne

Aicha

Colt

Carne

Ccolt

Hueso

Tullu

Buño

Dladlapiram

Lalapechen

Padre

Yaya

Tachi

Mam

Patixi

Madre

Mama

Niña

Nun

Nichin

Hijo

Churi

Nosni

Hicum

Ycuchim

Hija

Vuanna

Nosni

Hicum

Ycuchim capuc

Hermano

Vauqui

Sicanni

Puam

Puachim

Hermana

Pana

Bapueni

Purum

Puruchim

Comer

Micui

Unuc

Agua

Aguachim

Beber

Vpiai

Tutuc

Cum

Conecue

Reír

Acci

Busuc

Chanar

Chanac

Llorar

Huaccai

Nic

Nar

Naracnacquirutin

Morir

Huanui

Lactuc

Dlacati

Lacatu

Gozo

Cusicui

Otmuc

Chagasin

Gozo

Dolor

Nanacui

Punuc

Masin

Masin

 

En 1718 el cacicazgo de Colán comprendía varios ayllus –sostiene la historiadora doña María Rostworowski- Colán, Camacho, Malacas, Nizama y Vitonera eran las parcialidades. Leguía y Martínez (1914) distingue entre Colán la antigua cercana al mar, La Capilla, o el nuevo Colán o San Lucas creado tras la destrucción del pueblo viejo, a consecuencia de dos incendios que lo arrasaron. El traslado del pueblo de pescadores a un asentamiento cerca de las chacras y sementeras guarda relación con el cambio de actividad económica.

Un episodio histórico es el acontecido el 10 de agosto de 1615, día de San Lorenzo en el que la apacible vida de Colán, fue amenazada por la presencia del corsario holandés Joris van Spilbergen quien después de asolar Huarmey se dirigió con el mismo propósito a Paita y Colán. Para entonces el Corregidor  Juan  de Andrade Colmenero, con gente de Piura y de Loja preparó la defensa del puerto. Como los piratas  no encontraron nada de importancia incendiaron el pueblo de Colán. Pero no se movieron de Paita. Sin contar con el coraje de la valerosa encomendera de Colán, doña Paula Piraldo de Andrade Herrera y Colmenero, que defendió con coraje el puerto rechazando al corsario.

Don Luis Antonio de Oviedo y Herrera Conde de la Granja le dedica épicos versos en el canto LXXXIX de su Poema a Santa Rosa de Lima:

 

“Sigo al Pyrata a Payta, que me llama

desde Colán su ilustre Encomendera

Doña Paula Piraldo, cuya Fama

Al puerto preservó de arder Hoguera,

en la ocasión: y sus elogios clama

con tal ponderación pluma extranjera.

que el Perú defraudara de esta gloria,

Si a la mía no honrara su Memoria.”

 

Personaje renombrado de Colán fue don Luis Yuncherre, un próspero comerciante de Colán que tenía hatos de cabras, comerciaba sal con Guayaquil por lo que pagaba fletes de balseros. Don Luis comerciaba de igual a igual con españoles. También vendía y compraba toyo seco y botijas de vino. Era tal su prosperidad económica que había adquirido siete casas en Paita las que tenía en arriendo. Al morir legó en su testamento 200 pesos al convento de La Merced de Paita y 600 pesos para la fábrica de la iglesia de Colán por haber sido mayordomo de las cofradías de Nuestra Señora de la Veracruz, Ánimas del Purgatorio y el Santísimo Sacramento. Según la costumbre tenía varias mujeres, tres de ellas fuera de Colán. Y durante las festividades vestía con elegancia a la usanza española. Sobre este personaje María Rostworowski  publicó valiosos documentos que obran en el Archivo Departamental de Piura.

MOROS Y CRISTIANOS UNA ANTIGUA CELEBRACIÓN MEDIEVAL

Otro aspecto relevante en la vida de Colán es la de ser en el Perú  uno de los contados  escenarios de la tradicional representación de Moros y Cristianos. Se trata de una antigua danza ritual del siglo XVI que sólo se conserva en Huamantanga, localidad a 3,300 metros de altura a 113 kilómetros al noreste de Lima; en la Comunidad de Anduy (Canta, Lima), en Pampacocha (Canta, Lima),en Cañete, en  Virú (Trujillo) y  en Colán.

La danza data del siglo XVI en España y se celebra actualmente en las serranías andaluzas y algunos pueblos de Aragón. Atravesando el Atlántico Moros y Cristianos  aún se celebra en Puebla (México), Guatemala, Paraguay, Cabo Verde en Brasil  y  Perú. La estudiosa Milena Cáceres Valderrama acopió y recogió valiosos testimonios de los movimientos y parlamentos de la danza. La historia original se remonta a la conquista del reino moro de Granada por los Reyes Católicos. Estos acontecimientos sirvieron de inspiración al joven Lope de Vega, que a fines del siglo XVI sentó las bases de la comedia española teatralizando el enfrentamiento de la cristiana Castilla y Granada el último reducto de la España árabe. Dando cuenta del doloroso exilio y apremios de  Boabdil el último soberano moro.

Estas representaciones teatrales en los atrios de las iglesias eran el complemento de las predicaciones de los curas doctrineros abordando la conversión de los moros, en  las poblaciones originarias de América. Cáceres Valderrama,  identifica en la danza: I) Momentos iniciales –objetivo, presagio y arenga- II) Centrales –la arenga, el reto y la guerra- y III) al final –victoria o derrota, enojo del rey-apoteosis del vencedor-bautizo de los moros sometidos- culminando con un festejo general. El caballo durante la  representación nos recuerda que se trata de una fiesta caballeresca. En la victoria resplandece la devoción a la Virgen y el triunfo de María qque no desoye a la cristiandad. Es probable, como señala el antropólogo mexicano Arturo Warman, que la representación de moros y cristianos haya dado origen a Moctezuma o danza de la conquista que se representaba durante la colonia en el atrio de la Iglesia de Amotape.

Los romances son poemas épico-líricos breves que se cantan acompañados de algún instrumento (chirimía o tamboril), en el marco de danzas corales, reuniones recreativas o de trabajo comunitario. La forma métrica del Romancero Castellano es una tirada de versos de dieciséis sílabas con asonancia monorrima, es decir, la misma versificación que los cantares de gesta medievales. Los romances más viejos datan, por lo general, del siglo XV; a lo más, alguno se remonta al siglo XIV. Los temas conservados desde el siglo VIII hasta el siglo XII incluyen al rey Rodrigo, a Carlomagno y sus Doce Pares, al Cid Campeador, al rey Alfonso VII y al rey Luis VII de Francia.

La Fiesta de Moros y Cristianos o La Danza de Moros y Cristianos o La Invención de Moros y Cristianos o La Relación de Moros y Cristianos, apelativos con el que se les conoce, aparecen en la Alta Edad Media, hacia el siglo XII. Las danzas de palos o juegos de cañas son bailes rústicos que se ejecutaban con unos palos en la mano simulando espadas, con las cuales unos y otros hacen un ruido concertado al compás del instrumento. Las danzas de espadas y palos, así como los juegos de cañas, aparecen relacionados con las comparsas de la danza de moros y cristianos.

Según  el medievalista don Ramón Menéndez Pidal: “El trasmisor es, a la vez, repetidor y autor, porque al recitar el romance lo siente suyo y, lejos de tomarlo en forma pasiva, lo incorpora a su propia imaginación y lo reproduce añadiendo un matiz propio. Por eso Menéndez Pidal denomina Autor-Legión al creador de la «Poesía Tradicional».” Mejor dicho los versos de los parlamentos se rehacen en cada repetición.

La Danza de Moros y Cristianos se festeja en el pueblo de San Lucas de Colán, de la provincia de Paita, en el departamento de Piura, los días 24, 25, 26 y 27 de octubre de cada año en honor de la Virgen de las Mercedes. El tercer día por la tarde tiene lugar la representación, según el documentado testimonio de Rogger Ravines.

En la obra aparecen los siguientes personajes:

Moros

Cristianos

Barba Roja, Rey Moro

(Primer Capitán de Nizama

Bernardo del Carpio,Emperador Cristiano

Primer Capitán de Colán

Mustafá Rey Moro

(Primer Capitán de Camacho)

Segismundo, Emperador Cristiano

(Primer Capitán de Huaura

Solimán, Embajador

(Segundo Capitán de Nizama)

Segismundo II, Embajador

(Segundo Capitán de Colán)

Sortibrán, Embajador

(Segundo Capitán de Camacho)

Regner, Embajador

(Segundo Capitán de Huaura)

                                                    Arzobispo

 

Cuarenta a sesenta personajes secundarios o «compañeros» conforman la tropa de los cuatro capitanes. Refiere el autor el argumento de la obra: La batalla se inicia cuando Barba Roja envía a Solimán a la tienda de Bernardo del Carpio. Entonces los capitanes moros y cristianos se encaminan hacia el centro de la plaza iniciándose pequeños diálogos entre Bernardo del Carpio y Barba Roja, Segismundo y Mustafá. Se produce un choque cuerpo a cuerpo entre los cuatro capitanes, quedando derrotados los moros. La lucha se generaliza entre las cuatro caballerías. Derrotados, los moros se rinden. Barba Roja y Mustafá piden ser bautizados, siguiéndoles su tropa. En el Bautizo, Bernardo del Carpio, padrino de Barba Roja, le impone el nombre de José Mercedes, mientras que Mustafá, ahijado de Segismundo, recibe el de Manuel del Sacramento. [...]

Al finalizar el bautizo se cumple la procesión de Florida (Procesión del bautismo). Moros y Cristianos a pie giran por una vez alrededor de la plaza, después de lo cual montan sus caballos y vuelven a tomar su emplazamiento inicial en las mismas esquinas. Finaliza la representación cuando moros y cristianos galopan alrededor de la plaza arrojando los «parabienes», contenidos en los pequeños líos que portan en el brazo izquierdo. Como se observa, algunos personajes (Solimán, Bernardo y Arzobispo) son similares a los de El Cerco de Roma por el  Rey Desiderio de Luis Vélez de Guevara. Asimismo, vemos representadas en la pieza cuatro localidades con sus ejércitos: Nizama, Colán, Camacho y Huaura.

¿Cómo es que la danza de Moros y Cristianos reivindique a Barbarroja un pirata? Jeireddin Barbarroja fue uno de los más importantes corsarios musulmanes del siglo XVI. Fue responsable de una flota pirata que asoló el Mar Mediterráneo durante toda su vida. Junto con sus hermanos atacó los puertos más ricos del Mediterráneo siguiendo órdenes del Sultán Turco Souleiman o del Rey Francés Francisco I. Este corsario musulmán nació en Lesbos en 1475 y murió en 1518 combatiendo contra los españoles que trataban de reconquistar la ciudad de Tremecén, Argelia. Hoy se puede visitar su tumba en el cementerio de Besiktas de la capital turca.

Bernardo del Carpio fue un héroe legendario de la edad media española. Hijo del matrimonio de Ximena, infanta y hermana del rey Alfonso II de Asturias, y del Conde de Saldaña, Sancho Díaz. Según la Crónica General de España nació en el 794. Bernardo, es criado en la Corte bajo la protección de su tío el rey Alfonso II sin saber la suerte de sus padres: su padre prisionero en el Castillo de Luna en León y la madre encerrada en un convento. Dedicado a guerrear recupera el castillo del Carpio cerca a Salamanca el que devuelve al Rey Alfonso a cambio de la libertad de sus padres. Se historia que intervino con valentía y arrojo en la Segunda Batalla de Roncesvalles en el año 808 y junto con los pastores vascos  derrotaron a Roldán y a los Doce Pares de Francia.

BAÑOS DE ARENA PARA LOS PECADORES

La proximidad de Colán a La Bocana del Chira donde abundaba la zarzaparrilla lo convirtió en un balneario popular en donde los afectados por el mal gálico, mal venéreo se sumergían en los lodos curativos y posteriormente tomaban baños de arena caliente para sanarse. Por este motivo advierte Federico Blume Corbacho: “Los que se van a Piura, por lo general lo ocultan o lo disimulan, alegando negocios de algodón o de cueros de chivo. Los baños son allá de arena y nada tienen de aristocráticos ni de agradables. Un regreso de Piura no se luce ni se publica; es un secreto de familia”.

Federico Blume Corbacho (19.04.1863) fue hijo de Federico Blume y Othon, el ingeniero constructor del ferrocarril Paita-Piura. En 1879 editó en Paita el periodiquito “La Jaiba” en el que satirizaba las costumbres porteñas. A los 16, este año, fue testigo de la inmersión en la bahía de Paita del submarino fabricado por su padre. El primero de Sudamérica. Blume Othon lo ofreció al Gobierno de Prado, quien envió a Paita al Transporte “La Limeña” para llevar el aparato al Callao. La idea era fabricar un submarino más grande dotado de torpedos de potencia para perforar el casco de las naves chilenas. El proyecto se  abandonó tras la caída de Arica y la derrota del ejército del sur. Tenaz en sus proyectos, Blume puso en operación el submarino fabricado en Paita el que finalmente fue hundido frente al muelle de fleteros en el Callao. De aquí lo sacaron los chilenos. Parte del casco de este primer sumergible se conserva en Museo Naval de Talcahuano.

El viento danza cada tarde. El sol de Colán reverbera como una mandarina en el horizonte. La luna es de Paita pero el sol es de Colán. Los candiles de los botes están apagados. La Macaria moja sus pies en la orillas de La esmeralda. Las cuatrimotos remueven la arena. Se curan “picaduras” de rayas dice un cartel. Pero ni el ají, ni el limón conjuran la desolada tristeza del corazón.

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