martes, 8 de diciembre de 2020

LA BIBLIOTECA QUE HABLA

 Por: Miguel Godos Curay



Nadie sabe cómo llegó el virus. De pronto. Todos cerraron las puertas de sus casas por temor al ingreso de la bestia invisible a sus hogares.  En los primeros días de encierro obligatorio todos se comunicaban por celulares. Los abuelos permanecían escondidos en sus alcobas. Las abuelas oraban con insistencia invocando la protección de Dios.  Las mascotas permanecían junto a sus dueños. Lorenzo, el viejo loro en lugar del cotidiano choclito fresco  se alimentaba con galleta y agua. El gato Félix ronroneaba tratando de dar una explicación de este inesperado cierra puertas. La radio anunció que la policía y el ejército se harían cargo del control de toda la ciudad. Mamá Dorita tuvo que racionar alimentos para enfrentar la cuarentena. Los mercados y bodegas estaban cerrados. Las pequeñas tiendas del barrio dejaron de vender a los vecinos. El silencio de la noche era roto por el ulular de las ambulancias y los patrulleros. Entonces los días empezaron a hacerse recontra largos y las noches cortas. Todos sentíamos temor por lo que podría suceder. El virus mata gente causaba serios estragos en la ciudad según la radio y la televisión. Muertos por docenas a diario.  Dejamos de ir a la Escuela pues se temía, los niños podrían ser infectados. Diariamente se daba cuenta de la expansión del mal. Los pocos que podían salir de casa debían hacerlo con mascarillas. El abuelo Jonás aprendió a comunicarse con los movimientos de sus cejas para afirmar o negar. Su viejo escarabajo quedó confinado a consecuencia de las severas disposiciones sanitarias.

Los mayores de la casa hablaban de una peste similar a las temibles plagas bíblicas. El tío Perico deploraba la suspensión de todos los encuentros de fútbol. Sabe Dios hasta cuándo. Todos estábamos amenazados. Grandes y chicos, viejos y jóvenes, los que trabajaban en las calles y los que acudían a las oficinas. Ningún vehículo podía salir. Sólo había movimiento de ambulancias llevando a los afectados por el virus a los hospitales. Para darnos cuenta del encierro empezamos a marcar con lápiz los días transcurridos sin ver la luz del día. Según el abuelo las pestes de su tiempo eran de otro tipo provocadas por las temibles ratas transmisoras de la bubónica. Otras fueron la viruela y el sarampión. Las medidas sanitarias dispuestas premiaban con cinco soles a los vecinos que mostraban y entregaban una rata muerta. En Mollendo, decía el abuelo, en un solo día se capturaron tres mil ratas. Los safaris   “mata ratas” fueron una forma de obtener ingresos.  En 1920 el gobierno de Leguía contrató sanitarios ingleses  para limpiar de roedores los puertos de la costa peruana. Los enfermos eran conducidos a Lazaretos de emergencia. Muchos no retornaron a sus hogares. El abuelo Jonás recuerda. Las epidemias eran consecuencia del comercio marítimo. Las ferias de comerciantes en el Pacífico multiplicaron el mal. En tiempos de Internet son una amenaza global. El virus apareció en Wuhan en la China y en horas sacudió el mundo.

 

En mis tiempos recordaba el abuelo Jonás. Mucho se hablaba y se cantaba en el norte el tondero de la gripe mata gente.

La gripe llegó a Chepén, ya llegó/

la gripe llegó a Chepén, ya llegó/

y está matando mucha gente/

y como muere tanto pobre/

y no muere la decente/

 Por qué será? /

y está matando mucha gente/

y como muere tanto pobre/

y no muere la decente/

Por qué será? /

Yo no soy de aquí, soy de más allá,/

yo no soy de aquí, soy de más allá.

Por eso, me andan diciendo/

árbol, préstame tu sombra/

para dormir ese sueño, /

si acaso viene tu dueño,/

pégame un grito que se oiga;/

árbol, préstame tu sombra/

para dormir ese sueño,/

si acaso viene tu dueño,/

pégame un grito que se oiga.

Cantando con vehemencia el abuelo Jonás entonaba viva voz el tondero norteño. Los grandes ojos  le brillaban  y la abuela Matilde  no dejaba de decirle:

 -Cállate viejo loco. Te puede llevar la gripe-

Entonces don Jonás sacaba su pañuelo intentando los pasos del viejo tondero.  Los norteños tenemos la fiesta en la sangre, repetía.

 -Cállate viejo loco este es un asunto serio-

Según el relato del abuelo Jonás. La gripe no dejó cholito con vida en Chepén. En las viejas casonas de Trujillo las abuelas se protegían con colgajos de alcanfor en el pecho. Sólo se salvaron los que acudieron a insólitos remedios caseros. Parches de eucalipto y mentol.  Los más, portaban en su pecho detentes bordados con sus devociones para conjurar la peste. Los síntomas eran una fiebre delirante y una tos con una congestión terrible. Muchos morían presa de las fiebres y la tos incontenible. Como temían que la gripe se contagie a los perros. Se les colocaba en el cuello un collar de limones para protegerlos. Los navegantes afirmaban que la gripe venía de Shangai y otros del norte desde Buenaventura y Cartagena.

Otra epidemia contagiosa, -repetía con certeza don Jonás- fue la de la viruela loca la que sólo se pudo detener con la inoculación del suero antivírico. Se prohibieron los viajes. Según el abuelo Jonás: -Durante el siglo XX murieron 300 millones de personas a causa de la viruela. El mal sólo se pudo detener utilizando el humor de los enfermos en personas sanas con lo que se inmunizaban al reaccionar las defensas del cuerpo. Fue el médico Edward Jenner quien encontró la vacuna contra la viruela. ¡No hay otra alternativa el Covid 19 sólo podrá detenerse con una vacuna que nos proteja a todos! Pero, siendo un mal que afecta a todo el planeta, será necesario disponer de millones de millones de dosis de vacunas.  La ciencia y la experiencia son la única salvación de la humanidad. Enfatizó el abuelo. En tiempos de pandemia las vacunas son costosas. Se proveen los que más tienen.  Por eso la Organización Mundial de la Salud se esfuerza por los que menos tienen. La salud del planeta es un bien inapreciable. Una buena noticia dio el electo presidente de los Estados Unidos Joe Baiden quien anunció el retorno de los EE.UU a la membresía de la OMS. Todos los científicos del planeta están abocados en la lucha contra el Covid 19. Hoy 8 de diciembre se inició la vacunación en el Reino Unido. Inyecciones de Pfizer Inc. y BioNTech SE, se aplicaron al personal del hogar de ancianos y hospitalizados y ambulatorios mayores de 80 años. Los más vulnerables son los primeros en ser vacunados.

-¿Abuelo Jonás la vacuna contra el Covid detendrá esta amenaza? Preguntó Luchín ante la mirada curiosa de Alicia su hermanita. Alicia tenía sus enormes ojos abiertos atenta a las palabras de respuesta del abuelo.

- La ciencia ha encontrado un antídoto para proteger a la humanidad. Por eso los gobiernos han dispuesto equipos de frío para preservar las primeras vacunas. Un lote inicial de 800.000 dosis, suficiente para vacunar a 400.000 personas, se entregó hoy desde el sitio de fabricación en Bélgica, pocos días después de que el Reino Unido se convirtiera en el primer país occidental  en autorizar la vacuna para enfrentar la emergencia sanitaria-

- Abuelo ¿por qué  no podemos ver al virus? Preguntó Alicia.

- Los virus son proteínas que se contagian en las diminutas gotas de saliva. Otros viajan en el aire hasta que encuentran una forma de contagio en las personas. Por eso es necesario el uso de mascarillas para protegernos. La mascarilla puede causar incomodidad pero hoy es una urgente necesidad. Quienes la usan inadecuadamente se exponen innecesariamente  al contagio-

- Abuelo, ya entiendo porque hay que usar la mascarilla protectora. Repitió la niña con su ágil razonamiento.

- Si mi querida Alicita, tienes que proteger tu salud para que puedas concurrir a la escuela- La ronda de preguntas prosiguió esta vez fue Luchín quien  expresó su curiosidad.

- Abuelo, es posible conocer ¿dónde apareció este mal incontrolable?-

-Las enfermedades hoy se propagan a consecuencia de grandes cantidades de personas que se desplazan de un lugar a otro. Otros dicen es consecuencia del comercio mundial. Otros, el mal trato a la naturaleza-

-Abuelo Jonás: ¿Quién preserva la salud en el mundo?

- Buena pregunta.  A nivel nacional el Ministerio de Salud de cada país.  A nivel continental la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y a nivel mundial la Organización Mundial de la Salud (OMS) que es un organismo dependiente de las Naciones Unidas-

- Abuelo dijo Alicita: ¿Quiénes conforman estos organismos?

- En todos estos organismos hay médicos profesionales, científicos, equipos de investigadores al frente de grandes laboratorios dedicados a la preservación de la salud humana-

- ¿Cómo aprendiste todo esto abuelo?  Dijo, a boca de jarro, Luchín.

- Querido Luchín uno aprende mucho en la escuela de la vida. Leyendo diariamente los periódicos. Escuchando los noticieros en las radios. Visitando los portales de los organismos de la salud en Internet. Hoy hay mucha información disponible en Internet. También como tú mucho aprendí de mis abuelos y ellos también aprendieron de sus antepasados-

- Abuelo Jonás, no hay duda todos los abuelos son sabios y tienen mucho que enseñar.

- Son una biblioteca que vierte conocimiento de boca a oreja-

-Tú lo has dicho, Luchín. Son como bibliotecas que atesoran valiosos conocimientos para compartir con sus nietos-

- Sí abuelo la maestra Emma dijo en la Escuela que cuando se mueren los ancianitos de las comunidades amazónicas es como si se incendiaran las bibliotecas que guardan el conocimiento y la sabiduría  de los pueblos. La maestra tiene mucha razón. Los abuelos son fuentes de conocimiento y sabiduría que hay que escuchar.

LA COCINA DE LA SANTA TIERRA CONJURA LOS MALES

Doña Dorita diariamente se las ingeniaba, recetario en mano, para preparar exquisitos platos del norte. Sus favoritos. Chifles, seco de chabelo, majado de yuca y tamales verdes. Cuando no. Conservaba la tradición gastronómica de Piura y Chiclayo la tierra de sus ancestros. Con mucha habilidad utilizaba papas, camotes y frijoles. En sus maceteros tenia tomates y rabanitos que se mantenían frescos con la humedad de la neblina limeña. Pocas veces, como ahora, todos estaban reunidos en la mesa. Mamá Dorita, la abuela Matilde, el abuelo Jonás, el tío Perico, Alicita y Luchín. Papá Rafael trabajaba en Huancayo pero se comunicaba a diario con mamá. Antes llegaba los fines de semana, pero iniciada la pandemia tuvo que quedarse hasta que se levantaran las medidas sanitarias. Félix el gato estaba también presente y participaba de la conversación de la sobremesa. La abuela Matilde  bendecía la mesa antes de almorzar. Es una buena costumbre ser agradecidos repetía doña Matilde extendiendo sus manos sarmentosas y amables. Doña Matilde sorprendía a todos con sus postres. Cocaditas y mazamorras, arepas y mazapanes, rosquillas y panecillos de manteca sumamente deliciosos. Otras ocasiones nos sorprendía con la hierba  luisa, menta y manzanilla que el abuelo Jonás llamaba “aguas de vieja”. Entonces doña Matilde repetía que eran sanas bebidas tradicionales. El abuelo Jonás tomaba tacitas de café retinto que animaban su lucidez. Según su teoría Dios hizo el café para que los santos no se duerman en plena oración.

La abuela Matilde pasada la merienda. Nos entretenía con sus historias inagotables. Gracias a ella nos enteramos que Santa Rosa de Lima conversaba con los mosquitos  de su huerta y ante la voz dulce de la limeña se conmovían con sus cantos de oración. Santa Rosa era muy hermosa y generosa con los pobres. Sus cantos al niño Dios eran dulces villancicos para adormitar a Jesucito.  El abuelo Jonás decía que entre las santas del mundo Santa Rosa fue la primera que sabía bailar marinera. La abuela Matilde respondía eufóricamente. ¿De dónde salieron tus ocurrencias?

Reunidos ante la abuela incluyendo al abuelo Jonás escuchamos este relato: Había una vez un grillito que después de su jornada de trabajo se dedicaba a su habilidad natural por la música. Entonces interpretaba alegres canciones que todos escuchaban  felices   por su tono feliz y  marcar  con puntualidad las estaciones del año. El señor grillo era el músico de la comarca.  Pero en cierta ocasión un soberbio león al verlo pasar soltó una carcajada y burlándose a quijada batiente le dijo: - Tan chiquito y con barbas-  El señor grillo que no estaba acostumbrado a la descortesía inmediatamente le respondió: -Señor león, son pocas pero largas-.

La respuesta  del pequeño músico fue considerada como un agravio por el soberbio león quién retó a duelo al pequeño grillo:

-Diminuto grillo mes has ofendido mejor te hubiese quedado en silencio ahora tendré que darte una lección de escarmiento en la playa del río. Molestosa criatura busca quien te defienda lo propio haré yo. No en vano soy el rey de los campos- Tras su estruendoso rugido el león se marchó celebrando su hazaña.  Por eso buscó a sus amigos al burro, el cerdo  y al zorro quienes también eran parte de la  chanza.

El grillito hizo  lo propio y con sus silbidos convocó a todos sus amiguitos. Presurosos concurrieron en  nubes los mosquitos. Las luciérnagas indicaron que si la contienda  se demoraba iluminarían con su potente luz  la noche. A este pequeño ejército se sumaron las temibles guaylaques. Las abejitas silvestres que con su potente zumbido hicieron notar su presencia.

Todos al unísono dieron su respaldo al señor grillo: -amiguito a su llamado nos haremos presentes en el lugar de la contienda-  Reafirmando su amistad con el grillo repitieron a viva voz:

- ¡Los pequeños unidos jamás serán vencidos…ra…ra…ra..!- 

Y fue así como el grillo se presentó en el campo de batalla. El león y su pandilla empezaron a burlarse:

- Dónde estás molestoso grillo para arrancarte tus barbas-

-Ven si eres macho-

El grillo con paso firme y seguro se hizo presente. Y con su silbido característico convocó a sus compañeros.

 Justo en el momento en que el león, el asno, el cerdo y el zorro se burlaban sarcásticamente diciendo:

-       Ven grillo para hacerte puré-

-       De un pisotón aprenderás a respetar a los poderosos-  dijo el león.

El astuto grillo justo cuando estaban frente a frente, cantó con todas su energía su cric..cric..cric característico.

En un santiamén se hicieron presentes los mosquitos que dificultaron la visión de los altaneros.  De pronto la artillería de las guaylaques se hizo presente y empezaron en enjambre a picotear al león, el asno, el cerdo y el zorro que como nunca recibieron temibles picaduras. Mientras otro contingente anunciaba con un sonoro zumbido su disposición para otro ataque. Al león y sus compinches no les quedó otro camino que huir despavoridamente. Al retirarse del campo de batalla el león perdió la guerra. Y profiriendo   quejidos. Ayy..ay..ay-ayayai. Se marchó.

Entonces el señor grillo y sus amiguitos marcharon por el campo repitiendo a viva voz:

-Los pequeños unidos jamás serán vencidos-

La abuela Matilde en tono sentencioso,  remarcó : Por eso nunca se burlen de nadie por pequeño y humilde que sea. La desunión y la división son temibles asechanzas para los que menos tienen. Una familia unida hasta en los tiempos difíciles sale adelante. La solidaridad, el que todos puedan compartir lo que tienen, es una virtud en tiempos de pandemia. Ayúdate que Dios te ayudará era la frase favorita de la abuela Matilde.   

Luchín y Alicita comentaban como quedaría el león y su pandilla de tanto picotón. Y colorin colorado esta historia se ha acabado repitió el abuelo Jonás. La abuela Matilde recordó a los niños que antes de ir a acostarse debían cepillarse los dientes y lavarse las manos. El lavado de manos no le gusta al virus Covid 19 – repetía- este energúmeno prefiere a los niños y adultos sucios que no usan la mascarilla. Por eso se contagian y enferman.

Otra de las tardes de confinamiento en casa. El abuelo Jonás nos preguntó: ¿Saben ustedes por qué no se pierden los sechuranos?  Nos quedamos  sin respuesta. Los sechuranos son los pescadores de Piura. Recuerda el abuelo Jonás.-La primera vez que viajaron a Lima los sechuranos se las ingeniaron para no extraviarse en la capital y retornar sin contratiempo a la posada. Todos llevaban en sus bolsillos tizas de colores con las que marcaban las aceras de una manera curiosa para no perderse. Así recorrieron esquinas y cuadras, parques  y avenidas,  sin olvidar el camino de retorno dejando  su marca en las paredes. Así nunca se perdieron en la gran ciudad. Este fue el detalle del primer y el séptimo día de la estancia en Lima-

Evocaba el abuelo: -Juan Nunura, aún recuerda, el consejo de la abuela Jacinta de Sechura después de darnos la bendición al momento de partir de la agencia de transportes. Nos recomendó no olvidarse de llevar una tiza.  La abuela Jacinta, contaba, que siendo niña partía en busca de leña en el despoblado y para no perderse dejaba marcas en los chopos del camino. Durante las noches, miraba las estrellas ellas nos muestran el camino. Durante las mañanas el lugar por donde sale el sol y en donde se oculta para descansar. El sol sale por el este y se oculta en el oeste. Así nadie pierde su camino. Cuando uno sabe orientarse se siente seguro. En la noche, nos guían las estrellas. Recordaba la abuela que durante las noches del verano. Los churres se echaban en las dunas frescas para contemplar las estrellas. Descubrían las tres Marías y el lucero de la mañana-

-Igual sucede en la mar, explicaba el abuelo Jonás, durante las mañanas soplan los vientos terrales en dirección de la tierra hacia el mar y empezada la tarde empiezan las brisas o virazones del mar hacia la tierra. Abuelos y abuelas preservan sabios conocimientos que la vida les enseñó. Qué comer y no comer en pleno desierto. ¿Cómo encender una fogata para preparar los alimentos? En el desierto viven en absoluta libertad los burros cimarrones. Burro cimarrón es el que huye de la majada y se interna en el despoblado en busca de algarrobales y ya no regresan. Con su buen olfato cuando ya no tienen agua buscan con sus pezuñas las yucas de monte que conservan el agua y abrevian su sed.  Así subsisten.  Los trajinantes miran desde la lejanía las torres de la Iglesia San Martín de Tours de Sechura para navegar o caminar a la segura, advirtió, el abuelo Jonás-.

Según al abuelo Jonás: -Hubo un hombre sabio y bueno don Gonzalo de Reparaz Ruiz, un geógrafo portugués, que recorrió el Perú palmo a palmo. Refiere don Gonzalo, los niños de las escuelitas  de los alejados poblados del desierto ataban con un hilillo un rojo ají mono a una caña y de acuerdo a como se levantaba al soplar del viento podían calcular su velocidad en las tardes para luego  sacar sus cometas moscones de papel colorido compradas en los mercadillos de Sechura-

Luchín y Alicita preguntaron al unísono: Abuelo: ¿Dónde queda Sechura?  Don Jonás gesticulando con sus manos respondió: -Sechura, está en el norte del Perú, en la tierra de Piura. La riqueza de su subsuelo es mineral. Fosfatos, diatomeas, calizas y salmueras  se encuentran bajo la tierra-

Explicaba el abuelo. -Esta riqueza se formó hace millones de años cuando las hoy tierras emergidas eran lechos marinos- La abuela Matilde añadió su comentario: -En Sechura, se extrae también sal que se emplea en la conservación del pescado  y en la cocina-

-Según recuerda mi padre don Absalón dijo el abuelo Jonás:  -Los viejos sechuranos no desaprovecharon esta riqueza y cuando erigieron su Iglesia acopiaron miles de huevos de las aves guaneras que anidaban en las islas para elaborar con cal la argamasa que da un aspecto imponente a su santuario-  El abuelo recuerda al bisabuelo Absalón muy amigo de la historiadora y antropóloga franco-alemana Anne Marie Hocquenghem-

-Según Anne Marie, explicó el abuelo: -Los primeros habitantes de Sechura proceden de la etnia jíbara que tratando de descubrir el mar atravesaron el abra de Porcuya  para llegar al macizo de Illescas en la franja litoral. Entonces tuvieron una visión esplendida del mar, ahí se asentaron y se convirtieron en diestros pescadores. El mar les dio alimento y los hizo fuertes. Los antepasados de los sechuranos son los jíbaros de la cuenca amazónica- ¡Que extraordinaria historia! Replicaron Luchín y Alicia en otro día de historia y conversación.

Mamá Dorita con sonrisa cómplice escuchaba también los relatos del abuelo. Sobre todo cuando evocaba el pasado de la tierra piurana de tibias arenas y frondosos algarrobos. -En Piura, decía mamá Dorita, vivió durante una corta temporada Mario Vargas Llosa, el premio Nobel de Literatura. Durante la primaria estudió en el Colegio Salesiano y en la secundaria en el Colegio San Miguel. El escritor no olvidó la tierra piurana y la inmortalizó en sus novelas. Fue así como surgieron La Casa Verde, su relato estudiantil: Los Jefes, ¿Quién mató a Palomino Molero?, El Héroe Discreto. Lituma uno de sus protagonistas favoritos es piurano de pura cepa-

Esta historia nos emociona mucho dijo Alicia. Luis, con los ojos brillantes de alegría prorrumpió. – Nuestros abuelos son piuranos. ¡Somos piuranos de corazón!

-Fue en Piura en donde el 17 de julio de 1952 como homenaje a la ciudad Mario Vargas Llosa con sólo 16 años puso en escena La Huida del Inca. Una premonitoria incursión teatral con la celebrada participación de jóvenes estudiantes piuranos. Recuerda el abuelo Jonás -fue una velada inolvidable-

HISTORIAS DE LA PESTE EN PAITA

El abuelo Jonás nació en Paita, estudió en el Colegio san Miguel de Piura, en la Universidad de Trujillo y ahora vive en Lima. Cosas del destino. Como las hojas que se lleva el viento. Nunca olvidó a su puerto y a su San Miguel de Piura evocado en tonderos y cumananas, coplas que se repiten de boca a oreja. Homenaje a la tierra, al lar querido y a sus personajes inolvidables. Las pestes que llegaron a Piura, según el abuelo Jonás, encontraron en pie a un médico abnegado, llamado don Pedro Gallup cuyos restos reposan en un túmulo erigido en su memoria en el Cementerio de Paita. Evoca el abuelo Jonás.

-La salud es primero. Repetía, el médico don Pedro Gallup. Gracias a don Pedro los niños tomaban agua hervida libre de impurezas. Según sus buenas recetas  el agua hervida era lo mejor para evitar las temibles diarreas. Otras de sus recomendaciones eran el lavarse las manos, recortarse las uñas. En las uñas largas se acumula la suciedad que es causa de la enfermedad. Por eso entregó tijeritas corta uñas de aseo en las escuelas. No le gustaba a don Pedro ver niños con las uñas de luto, sucias y sin recortar. Y la mejor de sus iniciativas  fue el vacunar a todos los niños contra la tuberculosis, sarampión y la temible viruela. También aconsejaba a las familias tener las habitaciones ventiladas, limpias y bien distribuidas para la buena salud. Una casa fresca y ventilada es un ambiente sano y propicio para la vida. Una de sus curiosas observaciones era  elevar  las camas por encima del suelo más de 40 centímetros pues  esta altura no alcanzan en su brinco las pulgas. Las temibles pulgas de la rata transmiten la peste bubónica-.

-Paita los años 1903 y 1930 –contaba el abuelo Jonás-  fue desolado por la peste bubónica un mal transmitido por las pulgas de la rata afectadas por la bacteria Yersinia pestis. El mal llegó a Paita desde Shangai en embarcaciones arroceras allá por el 1903. Por la innumerable presencia de roedores los ranchos de pajaraque, caña y madera en donde habitaban insalubremente los pobladores de Paita tuvieron que ser quemados y la población refugiada en campamentos de emergencia. La autoridad sanitaria fue severa y los enfermos, conducidos de fuerza a los lazaretos, en los extramuros de la ciudad, hasta morir. Cuando vayan a Paita, dijo el abuelo, pregunten  por el Lazareto de los bubónicos y los viejos paiteños les señalarán  las siluetas de las cruces en la cima de los cerros a orillas del mar cerca al barrio la Punta-.

La abuela Matilde no se quedaba atrás con sus relatos.  Sus cuentos eran historias de su tierra en las sierras de Morropón y Ayabaca en  Piura. Cuenta la abuela Matilde: -Los leones o pumas en el ande piurano, son animales hambrientos y para saciar su voracidad escogen y capturan a sus presas con las que se procuran un delicioso festín. Fue lo que sucedió con una cabrita del alto de los  Quinchayos en el pueblo de Santo Domingo de Morropón. La cabrita de la historia se encontró en el camino con un hambriento león y temerosa del desafortunado desenlace. Con lastimeros ruegos le dijo a la temible fiera:

-Señor león soy una cabra flaquita y en dieta que no será una delicia para saciar su hambre que lo debe tener en angustia-

-¿Qué me quieres decir cabra ladina? Dijo el león.

- Que siendo yo una presa enjuta y sin carnes. ¿Por qué no me deja libre y acudiré allá a lo lejos en donde pasta una oveja gorda que la enviaré a su presencia  para que usted tenga un inolvidable almuerzo?

-Bueno cabra flaca, cumple tu promesa, y mándame a la gorda oveja-

Lo cierto que la presunta oveja  blanca que se divisaba a lo lejos no lo era. Era una enorme roca que la cabra con arte y maña empezó a empujar con toda su fuerza y energía hasta que la roca cedió y se deslizó en loca carrera aplastando al león. De modo que la cabrita astuta acabó con el león malvado y arrogante.

-Abuelo dijo Luchín ¿las cabras flacas van a los gimnasios?

-No es lo que tú piensas.  -En busca de alimento las cabras se desplazan largas caminatas. Las que ramonean entre las verduras de los pastizales crecen fuertes y tienen atlética contextura. Las que no, engordan y se enseban. Durante la Colonia, cuando la tierra de Piura era Corregimiento,  el sebo de los caprinos se utilizaba para elaborar jabón. A los lugares donde se elaboraba el jabón se les denominaba tinas jaboneras y existían varias en la ciudad de San Miguel de Piura. Con los cueros de chivo se hacían cordobanes. Cinchas de cuero, para los empalmes y amarres en las viejas edificaciones de caña, yeso y adobones de la antigua ciudad. La leche de cabra se bebía como agua de tiempo en Piura. También se elaboraban quesos, quesillos y una delicia incomparable: las natillas tan deliciosamente piuranas-

- Aún recuerdo cuando era niño recorría las calles de Piura. Entonces se llegaba a Piura en tren desde Paita. La locomotora penetraba el tablazo y llegaba a la Villa de La Huaca, atravesando Nomara y Sojo, para luego ingresar a Sullana y finalmente a Piura. Piura era una ciudad de hermosa Plaza de Armas con frondosos algarrobos, ficus y tamarindos. En el centro de la plaza una escultura de mármol que representa a la libertad pero que los piuranos llaman la Pola, en honor de la patriota colombiana Policarpa Salavarrieta, recordada y querida en Piura desde los tiempos de la Independencia. Las calles y callejones de Piura relucen por sus paredes de yeso blanco. Al norte el tradicional barrio La Mangachería y al sur,  la Gallinacera. Como absorto homenaje a los gallinazos que merodean por el camal en la margen derecha del Río Piura.  Los piuranos   admiran a don Miguel Grau por su grandeza, valor y arrojo y se extasían en la pintura de Ignacio Merino y saborean el castellano en los peruanismos acopiados por don Diego de Villegas y Quevedo Vélez de Saavedra, el primer peruano incorporado a la naciente Academia Española de la Lengua-.

Refiere el abuelo Jonás: -Un genuino himno de Piura es el tondero de San Miguel de Piura de compositor anónimo y el vals Mis Algarrobos de Rafael Otero. Los algarrobos moran en el desierto calenturiento y en sus ramas  se posan soñas y chilalitos. Las algarrobas son una vainas dulzonas  cuya melaza es la algarrobina un tónico para grandes y chicos-.

La memoria del abuelo Jonás se abre como las puertas de la Catedral en Pascua. Evoca las aceras y baldosas hechas con ladrillos requemados llamados recoche. Las paredes de yeso y cal con alares frescos para protegerse del sol. En Piura y sólo en Piura. La luna es de Paita y el sol de Colán. Estar en la luna de Paita es quedarse extasiado por la belleza del paisaje lunar. La luna, en el plenilunio paiteño, es como un queso enorme en la noche celeste. La luna de Paita encantó tanto a Francesco Carletti, viajero italiano, que la inmortalizó en la frase memorable: La luna de Paita los porteños añadieron el sol de Colán.

Rememorando viejos tiempos hablaba el abuelo Jonás: -El sol norteño es Colán. Una playa hermosa de mis viejos tiempos. Hoy es un enorme balneario en donde ya no se puede ver el retorno de los veleros de los pescadores al atardecer. Pero el mar busca salida y deshace los rompeolas de las opulentas residencias. La sal carcome los cimientos y corroe el hierro. Envejece el cemento y el ladrillo hasta convertirlo nuevamente en arena. El mar acaricia las mañanas y en tiempos de marea alta ingresa por donde se le ocurre y si se encapricha golpea con espumosas olas  las casas de playa-

Alicita preguntó al abuelo Jonás: Abuelito ¿Cuándo eras niño y vivías en Paita aprendiste a navegar?.  El abuelo respondió. -Claro que sí. Durante mis tiempos Paita era un puerto de veleros y lanchones para el comercio marítimo. En Paita se embarcaba el algodón pima que producía Piura y cueros de chivo para Liverpool. Aún recuerdo a don Manuel Sabas un valeroso marinero.  En Paita lo conocían como Sabas y sus botes eran una atracción para todos los niños de la escuela. Durante las tardes lo visitaban en el muelle y tarro en mano le ayudaban a achicar el agua que ingresaba por las rendijas. Achicar agua permitía subir al bote y escuchar las historias de navegantes del viejo marinero que entre sus proezas recordaba la captura de tintoreras que arrasaban con los cordeles de los pescadores de arenques. Según recuerda Sabas: Preparaba un buen cebo con pescado fresco colocado en un anzuelo atado a una buena cuerda. El escualo devoraba la presa y el pescador procedía a darle carrera para cansarlo y en las proximidades de la embarcación arrojarle un certero arponazo. Las tintoreras son una variedad de temibles tiburones azules que se aproximaban a las costas siguiendo a los cetáceos heridos que arrastraban los balleneros hasta Tierra Colorada. El tiburón es voraz y arrancaba trozos enormes de carne de ballena o de los cachalotes cuya grasa se extraía para exportar a Japón. El viejos Sabas se enfrentaba cara a cara al tiburón azul-

Los ojos del abuelo Jonás cobraban vida cuando recordaba su Paita natal.  -Lo que les voy a contar ahora es una historia de mi niñez.  -Entonces los churres subíamos al bote de Sabas no sólo para achicar el agua. También para intentar navegar utilizando los dos remos. Lo cierto es que lejos de conducir la nave poco a poco se alejaba del muelle y empezábamos a desesperarnos y gritar llamando  al viejo Manuel Sabas. El que acudía para aliviar nuestros temores. Entonces don Manuel aconsejaba distribuir a los marineros. El más pequeño con la caña en la mano. Y los marineros fuertes uno en cada remo, Entonces se podía gobernar la embarcación. Entonces el viejo repetía con voz sonora. Marineros…ojo al pito mano al breque. Uno…dos y los remos empezaban a moverse rítmicamente y el bote avanzaba. El secreto estaba en la distribución de los tripulantes y el movimiento sincronizado de los remos, Así se avanzaba. En una tarde aprendimos a navegar y a perder el miedo cuando la embarcación se aleja de la playa. Los mocosos de mis tiempos no olvidamos a don Manuel Sabas por su inolvidable lección de navegación-

Alicia, sorprendida con la historia. No olvida las temibles tintoreras.  En su brazo derecho, el viejo Sabas, recordaba el abuelo, tenía tatuado un tiburón en recuerdo de su valerosa proeza.

La abuela Matilde, vieja maestra jubilada. Una apacible tarde de pandemia nos contó la vida del maestro Simón Rodríguez Carreño, el maestro de Bolívar, que vivió en el pueblo de Amotape a orillas del río Chira. -Aquí murió en la clamorosa pobreza. Era un anciano apacible oriundo de Caracas que para entretenerse tuvo su parvulario  en Amotape. Según recuerdan los mayores. Don Simón Rodríguez era   de conversación amena, conocía, al revés y al derecho la vida del Libertador Bolívar. Una de sus preocupaciones era la de enseñar a leer y a escribir porque al que se educa nadie lo engaña y nadie lo compra. Otras ocasiones se dedicaba a la fábrica de velas. A su decir para iluminar la conciencia de América. Declarándose por propia confesión ser agnóstico. Era el mejor amigo del cura del pueblo- 

-Era por todo eso, según la abuela Matilde, un personaje querido en el pueblo de Amotape. Los días sábados en burro alquilado marchaba a Paita en donde intimaba con doña Manuela Sáenz la Libertadora del Libertador, patriota quiteña vinculada también a Bolívar. Cuentan que don Simón por su avanzada edad lo acompañaban siempre el reuma y los achaques. Según la abuela Matilde.  -En visita póstuma don Simón Rodríguez al despedirse de doña Manuela que también se encontraba postrada en silla de ruedas. Le dijo. Mi gentil doña Manuela estoy persuadido de que a mi edad la soledad es insoportable, Me despido con toda el alma y el corazón. “Dos soledades no se hacen compañía” y partió con lágrimas en los ojos. A los días siguientes don Simón Murió. ¿No les emociona esta historia? Repitió la abuela Matilde a sus atentos nietos. Don Simón Rodríguez y doña Manola Sáenz, explicó doña Matilde. -Son personajes de la vida real que tuvieron la valentía de reencontrarse en Paita.  Después de haber sido testigos de la opulencia del poder. Se volvieron a ver en un escenario desvencijado de Paita-.

CRÓNICA DEL ENCIERRO

Los días de la pandemia prosiguieron con las severas disposiciones sanitarias  de mantenerse en casa. El abuelo Jonás y la abuela Matilde, hicieron lo indecible, para mantenernos ocupados pues así no se siente el paso del tiempo. La otra noche el abuelo Jonás nos contó la historia de una luz que aparece durante las noches en la carretera Piura a Paita. -Según refieren los arrieros y cabreros del despoblado se trata del carbunclo del desierto. Un misterio durante las noches por lo que los arrieros de Congorá buscan llegar temprano a su destino-.

Según relatan: -Es un ave misteriosa que tiene sobre su frente una candela inagotable que ilumina en todas direcciones causando confusión. Y si se aproxima lo mejor es cubrirse los ojos para no mirarla. Los perros de los pastores aúllan y toda la majada de cabras se junta con recelo y temor. Otros dicen que el carbunclo señala el lugar en donde se encuentran tesoros ocultos que sólo los entrega a  quienes  con valentía se dejan guiar por su luz y no le temen a su encantamiento-

Luchin impresionado por el relato. Preguntó: ¿Cuándo podemos ir al norte a buscar el  carbunclo con su cabeza de fuego?

-El carbunclo aparece por las laderas de la silla de Paita, cerros que parecen azules durante el día. Refieren los pastores cabreros que fue don Manuel Garavito el que siguiendo la señal del carbunclo encontró un misterioso tesoro enterrado por los piratas. Entre las alhajas encontró zarcillos de oro y diademas  con los que salió de la pobreza. Otros dicen que esos bienes eran el botín de salteadores de caminos ocultos en el despoblado. Los buscadores de entierros acudían a los brujos tomaban sus pócimas de San Pedro y  simora, vegetales alucinógenos,  para conocer el secreto de las montañas y los tesoros ocultos-.

En invierno los días son cortos y las noches son largas. El frío y la bruma no permiten salir de casa. Nos dijeron que íbamos a tener clases virtuales por Internet. En los momentos libres escuchamos la radio o seguimos por la televisión los noticieros. Las cifras del número de infectados y muertos a consecuencia del Covid 19 van en aumento. Todos tenemos que protegernos. Lo oportuno y conveniente es quedarnos en casa.  Usar las mascarillas protectoras al salir. Evitando las aglomeraciones y desinfectando en cada momento las manos con alcohol sobre todo al entrar en contacto con superficies en donde se posan las manos en los servicios de transporte, puertas y recibir el cambio en los establecimientos.

El encierro forzoso resultó una inédita experiencia.  Sin la grata compañía de nuestros abuelos y nuestros padres. No hubiésemos superado 135 días de encierro leyendo y siguiendo las clases virtuales. Las páginas de los diarios de pronto se redujeron y el poco espacio para las noticias se llenó de muerte.  Algunas horas del día escuchamos la radio. No fue fácil encontrar música peruana y la música clásica no existe. Las pocas veces que pudimos escuchar a los grandes maestros fue gracias a la radio por Internet de Europa. La televisión nos dejó también sin aliento por tantas cosas malas registradas y mostradas sin recato. Todo era dolor y ausencia. Muchos amigos de nuestros abuelos partieron sin despedirse. La abuela Matilde rezaba al acostarse el rosario pidiendo salud para los enfermos y consuelo para los tristes. Muchos niños se quedaron sin papá y si mamá.  Abuelos ancianos sucumbieron a la enfermedad. Orábamos para que los científicos encontraran una vacuna que proteja a toda la dolida humanidad. Ese era nuestro ruego.

Nos causó enorme felicidad el saber que ya se encontró la vacuna. Los científicos del mundo investigan febrilmente en sus laboratorios la producción de esta maravillosa vacuna para combatir al Covid 19 que tanta muerte ha provocado a la humanidad. Jefes de Estado, la Organización Mundial de la Salud, los científicos, los líderes religiosos, los políticos de todas las tendencias, los empresarios, los maestros, las comunidades universitarias, los chamanes de las tribus amazónicas, los abuelos, los padres y los hijos esperan este antídoto para este mal que postra a la humanidad entera en oración.

Las noticias recorren el planeta sembrando la esperanza. En Sao Paulo, en Brasil, el 21 de julio fue proclamado como  día de orgullo para Brasil, pues empezó a reclutarse voluntarios para probar la primera vacuna. Stefanía Teixeira Porto, una médica de 27 años que trabaja en el Hospital de Clínicas de Sao Paulo, fue la primera voluntaria en realizar la prueba con la vacuna, cuya denominación será CoronaVac.  Stefanía,dijo a la prensa: “estoy muy contenta de participar en esta experiencia, es un momento único e histórico, es una inyección de ánimo poder participar en esto". En 90 días culminará la fase experimental de la vacuna desarrollada por el laboratorio chino Sinovac. Probada y demostrada su eficacia se fabricarán 60 millones de dosis a ser utilizadas en otros estados de Brasil.

Participan en los estudios 9 mil voluntarios, cadena solidaria nunca vista, de localidades como Sao Paulo, Brasilia, Río de Janeiro, Minas Gerais, Río Grande do Sul y Paraná. Miles de dosis de la vacuna en experimentación llegaron en un vuelo especial procedente de Alemania. En Brasilia la supervisión y monitoreo de la vacunación estará a cargo de la Universidad de Brasilia con la participación de científicos y voluntarios solidarios que se suman al esfuerzo.

Otra iniciativa valiosa es la de la Universidad Federal de Sao Paulo con la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford en la que participan el Instituto Fio Cruz y el laboratorio británico AstraZeneca el acuerdo con el gobierno se busca la producción de 100 millones de dosis. Tal como explicaron los científicos “Brasil es el segundo país más afectado del mundo”.

La BBC  también se sumó a las noticias prometedoras en la búsqueda de una vacuna eficaz contra el coronavirus. Un equipo científico de la Universidad de Oxford, la primera universidad del Reino Unido y de  924 años de existencia  anunció sus primeros resultados. Al momento se vienen probando dos docenas de vacunas   en ensayos clínicos, y hay otras 140 en desarrollo en diversas partes del mundo incluyendo al Perú. Las vacunas nuevas son sometidas a rigurosos controles de seguridad  antes  de iniciarse su producción masiva. De obtenerse los resultados esperados la buena nueva será la confirmación de un maravilloso anuncio para la humanidad. El efecto esperado es la activación de la inmunidad y el combate del virus Covid 19. Se esperan efectos secundarios leves como la hinchazón o enrojecimiento de la piel donde se administró el pinchazo. Iniciada la producción en gran cantidad millones de abuelos, madres y niños,  vivirán en tranquilidad y la pandemia será una amenaza del pasado.

Pero el día esperado llegó. Hoy 8 de diciembre una mujer de 90 años se ha convertido en la primera persona en recibir una inyección de Covid como parte del programa de vacunación masiva que se está implementando en todo el Reino Unido. Doña Margaret Keenan, que cumplirá 91 años la próxima semana, dijo que era el "mejor regalo de cumpleaños anticipado". Le administraron la inyección a las 06:31 GMT, la primera de las 800.000 dosis de la vacuna Pfizer / BioNTech que se administrarán en las próximas semanas .Se espera hasta 4 millones más de dosis para el fin de mes. Los centros en el Reino Unido vacunarán a los mayores de 80 años y a parte del personal de salud y atención; el programa tiene como objetivo proteger a los más vulnerables y devolver la vida a la normalidad. La enfermera May Parsons administró la vacuna a la señora  Keenan en el Hospital Universitario de Coventry.

Margaret Keenan,  originaria de Enniskillen, dijo: "Me siento muy privilegiada de ser la primera persona vacunada contra el Covid-19, es el mejor regalo de cumpleaños anticipado que podría desear porque significa que finalmente puedo esperar pasar tiempo con mi familia y amigos en el nuevo año después de estar solo durante la mayor parte del año ". "No puedo agradecer lo suficiente a May y al personal del NHS que me han cuidado tremendamente, y mi consejo para cualquiera a quien se le ofrezca la vacuna es que la tome; si puedo tenerla a los 90, usted también puede tenerla". El Reino Unido es el primer país del mundo en comenzar a usar la vacuna Pfizer después de que los reguladores aprobaron su uso la semana pasada. La vacunación no es obligatoria. Es una libre elección por la vida y la supervivencia.

-Abuelo ¿es cierto que los virus cambian y se hacen resistentes?

Don Jonás,  explicó: -Tal como los han informado los científicos las vacunas que se están desarrollando en este momento se basan en la cepa viral que circula actualmente. Es cierto los virus pueden mutar, lo que no quitará eficacia a la vacuna. Todo depende de cuán significativas sean las mutaciones y si el virus cambia las vacunas responderán a este comportamiento de manera inmediata y segura. Gracias a Dios los científicos aún no han visto mutaciones sustanciales en esta parte del virus que podrían inutilizar estas vacunas-

Abuelo ¿Producir la vacuna será un gran negocio?

-La expectativa es mundial toda la humanidad  espera  la respuesta de la ciencia. La comunidad científica tiene el compromiso de combatir este mal causa de tanta muerte en el mundo. La vacuna es la mejor manera de retornar a la normalidad activándose la economía, los niños podrán retornar a sus escuelas. Sin embargo, nada volverá a ser como antes. Debemos ser mucho más solidarios y humanos. Tenemos que preservar la naturaleza, la ecología y el medio ambiente. Todo este tiempo que hemos estado juntos hemos disfrutado del almuerzo y de la cena.

-Abuelo, cierto, hemos conversado más y descubierto que los abuelos son como bibliotecas llenas de hermosas historias y sabiduría. La pandemia ha despertado nuestro interés por la ciencia así combatiremos la enfermedad y el sufrimiento de miles y miles de niños-

-Abuelo ¿podemos encontrar una vacuna contra la corrupción y el desaliento en el país?

-La mejor vacuna es la honestidad, la coherencia entre lo que dices y lo que haces. El ser puntual y tener como práctica cotidiana la verdad y el respeto.  La cortesía nos viene bien a todos. El utilizar palabras mágicas como “por favor”, “permiso”. “muchas gracias”, “discúlpeme por mi error”. Estas palabras no son fórmulas de cortesía sino ingredientes de una buena convivencia. Tenemos que comunicarnos mejor sin recurrir al celular. El celular acorta distancias no separa a las personas. Hablar nos hace bien a todos. El diálogo ameno une a grandes y a chicos, a viejos y jóvenes, a los que tienen y a los que no tienen, a las mascotas con sus amigos, a los maestros con sus alumnos, a los gobernantes y gobernados.  Dios nos oye, su respuesta las sientes en tu corazón. Los economistas consideran que la vacuna es la mejor manera de activar la economía de un país  y la vida humana regresa a la normalidad. La abuela Matilde tiene una fe enorme. El abuelo Jonás opina que la ciencia debe estar siempre al servicio de la paz y la humanidad. Las guerras no hacen ningún bien a nadie. Nuestros enemigos mayores son la ignorancia, la intolerancia y la violencia.  Contra ellos hay que luchar si es que queremos un mundo feliz.